Partida Rol por web

Mientras David trataba su herida, intentó dar su opinión sobre la situación.

Se lo agradezco, caballero. - Dijo, antes de dirigirse tanto a éste, como a los demás.

No creo que vaya a decir mucho más, aunque puede que dejarle marchar no sea lo más adecuado. Optaría por maniatarlo y llevarlo con nosotros.
Si están de acuerdo, quizá pueda decírselo a Xinng Lau para que esté al corriente, aunque todavía me cuesta mucho trabajo formar oraciones.

Hans tradujo las palabras que acababa de formular al chino mandarín de modo que el propio Xinng Lau las comprendió, poniéndose manos a la obra sin miramiento ninguno. 

Enseguida, el matón oriental se encontraba atado de pies y manos, así como amordazado para que no molestara. Ahroa restaba decidir qué hacer a continuación.

Creo que el siguiente paso lógico es ir a ver al tal ravek, enterarnos de porque quería esa mascara y pedirle cuentas al menos por la muerte de ética. A partir de ahí, es maddie la que dirá cual es el siguiente paso que quiere dar

Mientras trataba la herida del caballero germano, David no participó en la conversación entre cautivo y captores, aunque si que respondió con un asetimiento de cabeza a las palabras de agradecimiento del señor Von Wagner. El señor Lau parecía usar con eficiencia la intimidación y no tardó en hacer hablar al sicario. David no entendió ni una palabra. Afortunadamente el caballero herido pudo hacer de interprete.

Una vez terminado el vendaje, David ojeó la habitación hasta centrar su atención en el sepulcro. Se acercó y se paró delante del presumible lugar de descanso de la máscara de Fu-Kang. Los sonidos producidos por el letal asiático al maniatar al cautivo llenaban la mística estancia, ahora profanada por los cuerpos y la sangre de los monjes asesinados y los bandidos ajusticiados. Y de la señorita Levy...

Un terrible acento, propio de las antiguas colonias, le sacó de su ensimismamiento.

-Lo siento señor McReady pero me veo obligado a disentir- Cowboy...  -No queremos ningún "enfrentamiento" con un señor del crimen local- Aseveró tajante el joven aristócrata lanzandole una elocuente mirada al yankee para que este la siguiera hasta Madeleine y despues a la figura femenina que yacia muerta en el suelo. -Ninguno más, quiero decir. David se quitó el poco elegante pero efectivo abrigo de escalada y recogió una de las herramientas que los asaltantes estaban usando para abrir el sepulcro cuando fueron sorprendidos. Se giró un momento hacia el variopinto grupo para enfatizar sus palabras. -Debemos encontrar la máscara, volver inmediatamente al hotel para recoger al profesor, y volar hasta Inglaterra antes de que alguien se entere de lo que ha pasado aquí-

Madeleine observó la escena con detenimiento tras acabar el enfrentamiento con aquellos esbirros y dejó hacer a sus compañeros. Estaba de acuerdo en no dejar escapar al que había sobrevivido pero tampoco sabía muy bien para qué querían cargar con él en el viaje. Sería más un estorbo que una ayuda -¿Creéis que es buena idea cargar con ese individuo? Tal vez os sorprenda lo que pienso, pero no creo que saquemos nada más de él... ¿no sé si me entendéis?

Escuchó las palabras de Rick y le extrañó que no pensase que había otras opciones mucho más prioritarias que buscar a ese tal Ravek -Ese cabeza hueca no ha aprendido nada en todos estos años -pensó -Rick, querido, ¿no crees que estando aquí sería mucho mejor echarle un vistazo a la tumba? ¿no hemos venido a eso? ¿no han venido ellos a eso? -dijo señalando a los cadáveres depositados en el suelo -¡Despierta! -esas fueron las palabras que le dedicó la joven a su irremediable guardaespaldas, quien tras escuchar las palabras de su prometido, David, se sintió, por una vez, sorprendida por su iniciativa.

Se acercó a David y dedicándole una sonrisa le dijo -David, no me esperaba esta decisión por tu parte, siempre has sido demasiado conservador y poco dado a las aventuras, pero creo que en esta ocasión tienes toda la razón. Vayamos a echarle un vistazo a la tumba -terminó diciendo mientras le cogía del brazo y le empujaba hacia el lugar.

David, palanca en mano, escuchó las palabras de Medeleine y sintió como un ligero escalofrio recorría su columna debido a  lo que sugerían. ¡Oh, Madeleine! ¿Realmente propones segar una vida a sangre fría? Bastaría con dejarlo bien atado a una de las muchas columnas del templo, razonó el distinguido oficial. Sacudió la cabeza para alejar esa idea de su cabeza en un gesto que esperó pasase desapercibido para el grupo, ahora que centraban la atención en su hermosa prometida.

Le costó algo más mantener el rostro impasible cuando la grácil pelirroja reprendió al enorme veterano. A juicio del avezado piloto de combate el yankee tampoco había dicho locura alguna. Además es lo correcto. Con algo más de preparación que llegar y tirar la puerta abajo, contando con algunos hombres más y dejando a Madeleine previamente a salvo, desde luego. El problema reside en las corruptas autoridades de estos paises tan pintorescos, y no podemos arriesgarnos sin más aliados y contactos que un anciano profesor. Esta última razón es lo que espoleaba a David a recuperar inmediatamente la máscara y llevarse a Madeleine de vuelta a Inglaterra sin demora.

Para desconcierto de David, se encontró mirando en los profundos ojos verdes de Madeleine mientras esta le dedicaba unas palabras amables, en lugar de intentar arrancarle la piel a tiras como tenía por costumbre. Sin poder evitarlo y muy a su pesar David le devolvió la calida sonrisa a Madeleine, mientras se le aceleraba algo el pulso. Necio... -Madeleine, soy piloto, yo...  educación y deber no son... disculpame, no tiene importancia- aún con la guardia baja disfrutó de la poco frecuente oportunidad que su prometida le brindaba ahora al cogerle del brazo y parecer eso, prometidos. Normalmente rehuye el más mínimo contacto entre ambos. Claro que, sin darme cuenta, estoy delante del sepulcro... ¡Necio!

Pese a que David estaba en una gran forma física dudaba ser capaz de levantar la losa sin contar con ayuda. Soltandose a regañadientes de su prometida se giró hacia sus compañeros. - Caballeros, si no es molestía les agradecería que me ayudasen a profanar este sepulcro- les dijó con una mueca entre fatalista y burlona. Acto seguido se puso manos a la obra.

David utilizó el simple recurso de una palanca, pero que probablemente fuera uno de los más útiles inventados por el hombre, para con facilidad deslizar la losa que cubría el sepulcro anónimo.

En su interior, parcialmente oculto por el polvo de siglos acumulado, restos de un esqueleto hace mucho tiempo desecho custodiaban una máscara de plata...

lo de profanar tumbas no es parte de mi trabajo, de momento me conformo con que hayas salido ilesa de la refriega, Maddie - digo mientras me enciendo un habano y miro alrededor, a los hombres que hemos matado - Por otro lado, bajar a este hombre de aqui es un riesgo, tendriamos que cargar con él practicamente, pero matar asi, a sangre fria, me parece que es una linea que no deberiamos rebasar, al menos por el momento. Tomad lo que haya en la tumba, y larguemonos cuanto antes, puede ser que alguien eche en falta a estos individuos y vengan más.
Me dirijo hacia la puerta, apostandome en uno de los laterales intentando ver si algun visitante no deseado aparece por allí.

Sinceramente, esperaba algo más espectacular, teniendo en cuenta las dificultades. ¿Y ahora qué? Llevamos esto al profesor ¿y ya está?

¿Alguien puede aclararnos algo más?

David enarcó una ceja ante la negativa del americano a ayudar con el enterramiento. Asi que se puso manos a la obra sin esperar más ayuda y, sorprendentemente, desplazó la enorme losa de piedra, no si un gran esfuerzo.

Una vez abierto el túmulo y tras echar un vistazo al interior, David ayudó galantemente a Madeleine a hacerse con el argenteo artefacto. Sabía que la hermosa pelirroja insistiría en entrar en el sepulcro personalmente para evitar dañar cualquier objeto de interés, asi que simplemente le tendió la mano para que pudiera acceder a su interior. Al fin y al cabo ella era la experta en la materia. La decepción del señor Von Wagner no le pasó desapercibida.

Quizá el profesor Donalson pueda arrojar cierta luz sobre estos acontecimientos señor Von Wagner. Aunque David no contaba con ello en absoluto. Puede que ese señor de los bajos fondos se dedique al contrabando de obras culturales. Un repugnante oficio donde los haya. Robar a un pueblo su historia para hacer dinero... O puede tratarse de un simple encargo. Caviló el joven aristocrata. Un contrabandista que no quería mancharse las manos de sangre le contrató para hacerse con la reliquia. En cuanto a la máscara... ¿Es la que buscamos, Madeleine? Si es así deberiamos volver, no queremos que nos caiga la noche encima mientras estamos de camino.  David ayudó a Madeleine a salir del nicho.

Al tomar el artefacto, sacándolo de su lugar de reposo, David comprobó no sin cierta sorpresa que la máscara era algo más, que más bien parecía un casco, pues su guarda recorría la parte posterior de la misma hasta cubrir gran parte la nuca del hipotético usuario.

El objeto parecía coincidir con los dibujos y bocetos que Donaldson les había mostrado en la preparación de la misión, representando un rostro de demonio sonriente, de ojos saltones y colmillos curvados hacia arriba. Aún más, en sus manos resultaba pesada, mucho más que para ser realmente de plata. David comprobó que sólo era una pátina del metal argénto lo que recubría la máscara, que en realidad debía estar hecha de acero.

Tomé la mano de David para acercarme hasta el sepulcro y comprobar con mis propios ojos lo que allí había. David empezaba a sorprenderme, parecía como si durante este viaje hubiese cambiado totalmente de actitud y se mostraba mucho más interesante. Le sonreí -Muchas gracias, querido.

En cambio sucedía todo lo contrario con Rick. Me extrañé al escuchar sus palabras y no querer colaborar con la apertura del sepulcro. Parecía que no recordase que estábamos allí para conseguir que el profesor Donaldson nos diese algo de información sobre el paradero de papá. Además nunca se había negado en participar en ningún tipo de actividad ilegal -¡Diablos! casi todo lo ilegal que había hecho en mi vida me lo había enseñado él. Decepcionada me dirigí hacia él -No hace falta que nos ayudes, Rick, tú a lo tuyo, no vayamos a estropear tu limpia reputación.

En cuanto tuve la máscara en mi poder, la examiné con detenimiento, lenta y cautelosamente. En cuanto estuve completamente segura miré fijamente a David -Casi con toda seguridad diría que es la máscara que estamos buscando, pero el profesor Donaldson podrá confirmárnoslo sin ningún tipo de duda. Creo que es el momento de volver.

Saqué de la mochila un serie de telas para poder envolver la máscara y mantenerla segura para posteriormente guardarla en la misma a buen recaudo. -¿Listos para el viaje de vuelta?