Partida Rol por web

Mente en calma, concentrada. Movimiento fluido como el agua, preciso como el arco de Yang Youji (1) y silencioso como el de un gato al acecho. Una breve carrera, pierna apoyada en la pared, rebote contra una farola y Tao Warrior se encuentra en un tejado desde el que seguir observando la escena.

El enmascarado de blanco y su extraño compañero animal se han dirigido hacia el bar donde les ha salido al paso una chica en pijama con el pelo teñido de un llamativo color rosa. La mujer de la armadura robótica se ha quedado atrás... y está mirando directamente hacia él...

El pájaro verde bajo en picado hacia la acera para encontrarse cara a cara con las chicas de pelo rosa.

- Rose ¿Cuánto tiempo? ¿Has sido tú la que has amado tanto jaleo? la verdad es que aparece en el peor momento llevo toda la noche persiguiendo a un pavo que ha raptado a un niño y disparado a una amiga mía... Pero luego el muy hijo de puta se ha hecho el sueco. Te juro que si no lo hubiera visto apretar el gatillo con mis propios ojos diría que es inocente... - el chico de pelo verde se para un segundo al respirar y de pronto se da cuenta de que moonshine está a su lado - ah por cierto, este es un vigilante de la ciudad. Creo que está investigando lo mismo que yo. ¿Tú no habrás tenido más problemas de aquellos, verdad? - dijo casi con tono acusador como si fuera ella la que buscara los problemas de forma proactiva esperando su respuesta pero sin dejarla terminar - ¿Por cierto qué ha pasado aquí?

Sadie salió corriendo y se chocó con alguien cayendo de culo al suelo. Como acto reflejo, gritó, se cubrió con las manos y, de lo agitaba que estaba, su aura de sombras empezó a rodearla, como si fuera una fina coraza a su alrededor. 

En su cabeza, todo iba a mil por segundo. Su corazón palpitaba tan fuerte que parecía que iba a salirsele del pecho. Estaba aguantando el llanto como podía, pero apenas podía. 

Entonces, al escuchar una voz que le hablaba delante de ella, al fin se atrevió a abrir los ojos y a mirar. 

La situación no podía ser más ridícula. Ella, en su pijama rosa de verano observando a un loro verde hablando. Tardó unos segundos en parar el torrente de pensamientos de pánico que dominaban su mente antes de poder procesar por qué un pájaro sabía su nombre. Hasta que, de repente, todo tenía sentido. 

Era aquel chico, el que se encontró por primera vez cuando quisieron robarle la cartera en un callejón. Fue a salvarla, pero lo que no se esperaba es que ella se salvara sola. Después, él invitó a café (con el contenido de la cartera del ladrón fallido). Desde entonces, habían estado más o menos en contacto, con encuentros y desencuentros. 

—¿K.A? —preguntó confundida, como si le costara una eternidad conectar palabras. 

Y, sin poder soportarlo, enormes lagrimones empezaron a derramarse por sus mejillas sin que pudiera parar. Trató de secarse con las manos y con parte de la camiseta. Pero simplemente no paraban. Sólo quería irse a casa. Sólo quería que Arthur fuera a buscarla. 

—Yo-yo yo no quería —dijo mientras se sorbía las lágrimas—. M-morgana, fue Morgana —trató de explicar malamente—. Fu-fue en venganza, p-porque trataron de secuestrarme e-esta tarde... 

Después de eso, se cubrió de nuevo el rostro con las manos. ¿Cómo explicar lo que pasaba sin parecer loca? 

Los hombres golpeados del bar no son ni moteros ni maleantes. ¡Son Amish! ¿Qué habrá llevado a esa pacífica comunidad a meterse primero en un antro como ese y luego a pelear con la gente del pueblo?

-¡Iros de aquí, bastardos! ¡Des de que visitáis nuestro pueblo todo han sido problemas! -el enorme hombretón salió del bar crujiéndose los nudillos. Tras él iban nueve hombres más, armados con palos de billar, botellas rotas y algún taburete.

-¿Y vosotros qué miráis? -os gritó nada más veros.

Nada más entrar una chica a la carrera le cogió por sorpresa, no pudiendo apartarse para evitarla, aunque la niña chocó contra él y simplemente se fue al suelo.

Moonshine elevó una ceja, aunque fue casi imperceptible tras su mascara, desde luego la niña de pelo rosa y pijama era lo primero que llamaba la atención, pues no cuadraba para nada con el resto del lugar. Pero lo peor de todo era que también le parecía la mayor amenaza a la que se iba a exponer allí.

-Tranquilo chico.- Se limitó a decirle al joven pájaro, pues veía que se iba lanzando cada vez más, y parecía incapaz de cerrar el pico, y tampoco estaba seguro de que su nerviosismo fuera a calmar a su amiga.- Como esto siga así voy a montar una guardería. ¿Qué ha pasado aquí?- Le preguntó finalmente a la chica de pelo rosado, su tono no era especialmente dulce, pero tampoco era agresivo.

Aunque parecía en calma, no estaba para nada tranquilo, su cuerpo estaba en tensión, listo para reaccionar si la situación lo requería, pero esperaba no tener que noquear a una niña.
Y aunque la situación de por si parecía una locura, se volvió aun peor cuando un montón de buscabroncas irrumpieron en el lugar.

-Chicos, os aseguro que no es el mejor día para esto.- Dijo Moonshine al grupito de asaltantes, dando la espalda a los dos chavales.- ¿Por que no os vais a dar un paseito? hace muy buen día y la policía debe estar apunto de llegar.- Después susurró a sus dos compañeros improvisados que habían quedado a su espalda.- Atentos niños, esto se va a poner feo.- Pues sabía que aquellos salvajes no iban a atender a razones.

-¿Tu que eres del Klan? No queremos problemas en nuestro pueblo, márchate -contestó el líder de los parroquianos del bar.

Uno de los hombres escupió al suelo.

-La niña del pijama si quiere puede venir a animarnos... estamos muy solos.

La situación era de todo menos cómoda, pero Moonshine empezaba a dudad de que aquel lugar hubiese un bando "bueno", sobretodo cuando el abuelete con sombrero soltó aquello. No entendió su primera pregunta, pero la última afirmación era evidente, o por lo menos estaba muy mal formulada.
Moonshine era un hombre bastante tranquilo, sabía mantener la calma, pero aquel hombre lo sacó de sus casillas muy rápido.
El justiciero miró de reojo a la niña, que si bien parecía potencialmente peligrosa, también asustada y desubicada. Luego su mirada viajó de nuevo al viejo.

-La niña del pijama no va a ir con vosotros, y ten cuidado con lo próximo que salga de tu boca anciano, no te gustaría verme enfadado.- Dijo en un evidente tono agresivo.

Ante la frase del viejo K.A. no dudó en que las cosas se iban a poner chungas. Esa frase la había oído más veces de allí donde venía y nunca traía nada bueno. Aún con forma de loro se oculta detrás de la espalda de Moonshine y allí se convirtió en un león, apareciendo de la nada desde la espalda del justiciero mirando fijamente al pueblerino. Después se colocó delante de la Rose. Sabía que no necesitaba protección ninguna pero el objetivo era más un golpe de efecto que otra cosa. Qué vieran que la chica no estaba sola.

En cuanto escuchó que la mencionaban, primero sintió un escalofrío que hizo que los pelos se le pusieran de punta. Acto seguido, sintió una súbita rabia que hizo que su aura se manifestase momentaneamente a su alrededor. 

Se levantó y se sacudió el pijama mientras sus ojos se oscurecían. Estaba enfadada, cansada, no entendía nada y ni siquiera sabía dónde estaba. No estaba de humor para que insinuaran nada acerca de su persona, y menos de esa calaña. Así, sus pies se elevaron apenas un palmo sobre el suelo, preparándola para defenderse, o atacar. 

La niña del pijama no tenía el día para aguantar gilipolleces. 

No pensaba dejar escapar a quien quiera que fuese ese punto que se movía tan rápido en mis sensores.
- Alas. - . Di la instrucción por voz y a mi espalda se desplegaron en el acto dos alas de titanio reforzadas con blindaje ligero.
Los propulsores de mis pies me podían elevar para después planear hacia ese tejado donde dirigiría mis movimientos con los pequeños pulsores de energía que tenía también en manos y alas.
- Ya es mío.. Ajena a lo que sucedía en el aparcamiento, salvo por el conocimiento que había movimiento de personas que intuía iban a poner en apuros a Moonshine y el loro verde.

-Unos Amish buscando pelea en un bar y un pueblo lleno de superhombres, desde luego no me equivocaba. En este pueblo pasan cosas muy raras.- pensó Tao warrior observando la escena desde la azotea.

A juzgar por el equilibrio de fuerzas los tipos del bar no tenían nada que hacer, no estaba muy seguro si debía intervenir así que siguió observando desde la azotea. Ahora que el grupo de Moonshine estaba distraido sería un buen momento para salir de ahí y dirigirse al poblado amish a ver qué averiguaba. Tenía cosas más importantes que hacer que ver una pelea de borrachos.

-¡Por el amor de...! ¿Qué eres, una cyborg?

Las ganas de pelea se reducieron al ver la estructura cibernética de Génesis.

-No tenemos nada que ocultar en nuestro pueblo. Los amish desde siempre han comnvivido en paz pero hace semanas que día tras día intentan vendernos sombreros, gorras... ¿Desde cuándo los amish cosen gorras? Y desde luego nunca se habían atrevido a entrar en un bar para vender sus productos.

Mientras hablaba uno de los secuaces envió un mensaje de audio.

K.A. estaba delante de la chica que ahora levitaba. Sabía que no necesitaba ayuda pero quizás lo mejor era no pelear. Aún así no cambio de forma, seguía siendo un león verde a los pies de la chica dispuesto a saltar si alguno daba la orden.

¡¿Pero qué?! -exclamó uno de los siervos al ver el león verde.

Muchos tiraron los palos de billar y las botellas rotas y se fueron aunque el líder y el del teléfono se mantuvieron firmes. Genesis se levantó del suelo, como si estuviese buscando algo.