Partida Rol por web

Se hacia tarde en aquella noche del dos de Mayo de 2013. Estaban en plena primavera, y la noche ya empezaba a ser cálida. En la calle enfrente a la de la entrada de la Biblioteca de los Secretos, Mar Albos esperaba. Aquella noche se habían reunido unos cuantos Cortesanos Cenicientos, convocados por la Reina de Otoño, pero ella no había acudido. Ella tenía otra cita, con uno de los asistentes a aquella reunión.

Como era de esperar, fue el primero en salir; Jhon detestaba las reuniones en las que no le dejaban dar rienda suelta a su cínico y abrasivo sentido del humor. Iba como siempre, ataviado con su sucia gabardina marrón, que siempre llevaba hiciera la temperatura que hiciera, y fumando un cigarrillo. Jhon vio a Mar al otro lado de la calle, la saludó con un gesto de la mano y se acercó a ella.

Le notó salir antes de que verdaderamente lo hiciera. Era el hedor que desprendía, uno acre y rancio. A tabaco y humo, sí, pero también a más, a suciedad, a desespero, a rabia. O quizá no, quizá era que, simplemente, a ella le parecía que John desprendía todo eso, además de vaharadas de humo de cigarrillo.

Y él la vio a ella, y la saludó con un gesto, antes de acercarse. Mar no se movió, apenas apoyada su larga espalda en el muro, una grácil figura blanca, casi un reflejo, un rayo de luz tenue en la noche cálida.

-¿Ya habéis terminado...? Eres el primero en salir. Mejor, no me apetece andar respondiendo evasivas. Y tampoco me apetecía entrar ahí. -Le miró, y esbozó una sonrisa. John era como era, y a pesar de ser como era, no era de los que peor le caían a Mar, de entre todos los que conocía.- ¿Y bien...?

Jhon soltó una bocanada de humo e hizo un gesto sarcástico

- Nada, gilipolleces. Su Majestad nos ha reunido para dejar claro que esta noche le toca irse por ahí a zorrear y que esta noche vamos a soñar cosas raras. Estoy por irme a casa a ahogar esos sueños en whisky barato -dijo con sorna

-¿A soñar cosas raras...? Pues va a ser difícil... -murmuró esto último para sí misma, mientras sacudía la cabeza y con ella una pequeña salpicadura de hielo que se soltó de un mechón de su flequillo. -¿A qué se refería, tienes idea...?

No sabía que pudiera haber nada inusual esa noche, precisamente. Pero la Reina de Otoño no lo habría dicho por que sí. O eso suponía. Miró con detenimiento a John, como calibrando si sumarse a ese plan del wiskhy. Peor podía ser, pensó, hay maneras atroces de pasar la noche. Como lo que sugería Smog de Selene... ¿zorrear por ahí...?

-Si dices que le toca ir por ahí a... zorrear... es que deben haberse sabido nuevas noticias. ¿no...?

- Que va, todas las noches de luna menguante se pone así. Se pone como una gata en celo y tiene que desfogarse con alguien. Pero fuera de coñas, lo del sueño puede ser serio. Nuestra reina no bromea con esas cosas.

Oh, bien era eso... el influjo lunar.

Mar no se rió, como habría hecho un humano normal ante lo que habría considerado una broma. No, Selene y la luna... no se rió. Lo que hizo fue fruncir el ceño ante lo que Smog siguió diciendo.

-¿Pero qué dijo exactamente acerca de ese sueño?  ¿Cosas raras...? ¿Qué tipo de cosas?

No, seguro que no era una broma, si había reunido a la Corte para prevenirles. Empezó a pensar que quizá había hecho mal en no acudir. Pero ahí estaba Smog, él se lo diría.

Jhon se encogió de hombros

- Nada concreto; solo que sería un sueño con un gran significado. Ese rollo de metáforas y palabras crípticas, ya sabes

Los ojos casi transparentes de la muchacha se velaron por un leve parpadeo blanco, sus pestañas barriendo la mirada. Así mostraba Mar que estaba perpleja, pensativa. Concentrada en sus propias imágenes interiores, sus fantasmas.

-Metáforas y palabras crípticas... escenas cuyo significado se escapa, enterrado bajo capas y capas de símbolos. -Era evidente que eso le gustaba. Y así lo confirmó la suave sonrisa que apareció inconsciente. Pero, al instante, un nuevo parpadeo, un afilarse los párpados al entrecerrarse, y de nuevo la curiosidad.

-¿Y ha dicho Selene por qué piensa que vamos a recibir esos sueños? ¿Y a qué pueden deberse? ¿Deberíamos temerlos...? Yo no les temo, temo a la realidad. Y al acecho del pasado... -susurró. Y siguió, clavándole una mirada gélida y aún asíextrañamente amistosa- Venga, exhalas más humo que palabras, John, ¡cuéntame más!

La expresión de indiferencia de Jhon no mutó un ápice

- Yo no me quedé mucho tiempo ni ella se explicó mejor. Dijo que no lucharamos contra el sueño, que nos dejásemos llevar y estuvieramos atentos a la simbología, pero poco mas. Luego el Archivista Benedictus dijo que el también habia predicho que algo "grande" iba a ocurrir esta noche, pero tampoco fue muy preciso en el tema. Si quieres saber mi opinión, creo que sabían poco más que cualquiera de nosotros, pero les gusta darse importancia y jugar a las adivinanzas.

Se quedó mirándole, sin responder. Bueno, no podía decirse que lo que estaba diciendo no fuera cierto. A los capitostes de la Corte les gustaba darse pisto, y aires de "yo controlo la situación, por algo tengo el cargo que tengo". A Mar eso le daba lo mismo. Lo que no le daba lo mismo era que bajaran la guardia. Al otro lado del Seto las garras amenazaban constantemente, y un aviso era un aviso, ya fuera un sueño, una visión o lo que fuera. Luego reaccionó, y volvió a sacudir la cabeza.

-Pues habrá que dejarse llevar. Y a ver si alguien capta el significado, y lo aprovecha. -No dudaba de que soñarían. Y de que el sueño sí tenía importancia. No era extraño para ella, de hecho, soñaba constantemente. Una jaula de hielo, un trino de ascuas...

- Yo pienso ahogarlos primero un poco en alcohol. Pero antes hay trabajo que hacer. ¿Te ves con ánimos de acompañarme?

Por fin algo más concreto, algo tangible. Lo malo de Smog es que era como su niebla envolvente, inestable, volátil.

-¿Un trabajo? ¿De qué tipo?

- Mis contactos en la Corte de Invierno me han dicho de una puerta al Seto en El Rabal que ha quedado demasiado expuesta por culpa de un traidor. Tendremos que hacer algo para evitar que los mortales se pasen demasiado por allí.

-Pues habrá que moverse, sí. ¿Has pensado algo? Te ayudaré, desde luego. Vamos, me lo cuentas por el camino.

Se separó de la pared en la que estaba apoyada, y se quitó unas imaginarias motas de polvo de la trasera de sus tejanos. Estiró las piernas, y le miró.

-El Rabal. Bien. Vamos.

El vagón del metro en el que Jhon y Mar se desplazaban estaba vacío, salvo por ellos dos; poca gente se pasa por El Rabal a esas horas. Era un buen sitio para ir forjando un plan

- Veamos, ¿como podemos unir nuestros talentos para evitar que la gente se acerque a ese callejón? Algo que de mal rollo, como una leyenda urbana de fantasmas. Esas cosas que sobre el papel nadie se cree pero luego siempre dicen "por si acaso". Son las mejores; con el tema de violadores o atracadores siempre habrá alguien que piense que tiene más huevos que nadie y puede partirle la cara a un delincuente, pero de las supersticiones no se libra nadie.

Miraba la negrura que se escabullía detrás de la ventanilla, escuchando a Smog, y asintió. Sí, nada como los temores atávicos para usar como resorte de las reacciones humanas. La maldad, por cruel que fuera, si procedía de ellos, de la gente, no era nunca tan temida como aquello que ellos no podían controlar. O entender.

-Un rumor... ¿eh?. Una leyenda urbana. -Se quedó un segundo pensativa, torciendo los labios.- ¿Recuerdas eso que ocurrió hará un año o dos? Un hombre murió cuando en una mudanza le cayó un mueble encima... podríamos sembrar la semilla de su venganza, o algo así. Muebles cayendo de ventanas y balcones, empujados por una mano muerta. Algo completamente imprevisible, la muerte acechando desde arriba... ¡No sé! ¿Eso se parece a tu idea...?

John se quedó pensativo unos instantes y luego sonrio, la típica mueca sarcástica y amarillenta de siempre

- Podría funcionar. Yo atraigo a un par de borrachos al callejón, digo un par de cosas chungas y me esfumo delante de sus narices, y tu les tiras algo a la cabeza. No para matarlos, claro, pero si para que se acojonen. Y dejamos un recorte de la noticia o algo parecido en el lugar, y ya el boca a boca hace el resto.
 

-Muy bien. Buscaré algo en los contenedores, una silla, un sillón, o algo así. Y le pondremos efectos especiales...