Partida Rol por web

Barcelona, 2 de Mayo de 2013. 22:15

Aunque ya era Mayo, aún hacía algo de frío en aquel callejón del barrio chino de Barcelona. A simple vista, aquel callejón era una más de las callejuelas sucias, descuidadas y oscuras del barrio, donde iban los borrachos a vomitar, alguna prostituta ofrecía sus servicios o aparecía el ocasional yonki pinchándose mierda en sus venas. Ubicado entre dos edificios de viviendas, uno de ellos abandonado por su estado ruinoso, el callejón terminaba en un muro difícil de escalar, convirtiéndolo en un lugar ideal para atracadores. Otro rincón sórdido más de aquella ciudad.

Pero para los Changelings no era un callejón cualquiera. Si llamabas tres veces a una puerta que daba al interior del edificio abandonado, llevando una prenda del revés y una espina del Seto en un bolsillo, esta se abría sola y revelaba un pasaje al interior del Seto, el espinoso entrerreino que unía Arcadia y el mundo mortal. Y aquel día, Trasgu y Theo se encontraban vigilando esa puerta desde el fondo del callejón, semiocultos por la oscuridad. El Rey había llevado al joven albino para enseñarle como trabajaban de verdad en la Corte de Invierno, ahora que su mentor había desaparecido repentinamente.

Un resplandor verdoso iluminó durante unas décimas de segundo el marco de la puerta encantada, y esta se abrió. Una figura salió de ella; caminaba encorvada y giraba la cabeza con nerviosismo; llevaba algo en las manos, que aferraba con fuerza, pero desde aquella distancia era imposible ver que era. La puerta se cerró tras la figura y esta se dispuso a marcharse del callejón.

Trasgu no iba de uniforme; estaba fuera de servicio. Llevaba unos simples pantalones negros y unas botas desgastadas, y pese a que no hacía frio, llevaba una trenca que le llegaba a las rodillas, lo que indicaba que llevaba algún arma oculta. Mantenía las manos guardadas en la trenca, pero sus ojos brillaban con impaciencia y furia contenida, y hacía chascar continuamente la mandíbula. Era enervante estar cerca del Rey del Invierno; habia entrenado mucho para que fuese así. Hacía que los demás cometieran errores, especialmente si tenían algo que ocultarle o se sentían culpables por algo.

Cuando vio a la figura que abandonaba el Seto por la puerta encantada, Trasgu sonrió y se dirigió hacia ella, no sin antes darle unas instrucciones a Theo

- Observa bien, y no salgas hasta que no te lo diga, ¿de acuerdo? Y no le ataques, por muy jodida que veas la situación, a menos que yo te lo diga

Theo asintió en silencio y observaba curioso la actuación del Rey, agradecido por alejar los chasquidos de mandíbula durante un rato... y principalmente porque por fin pasaba algo interesante.

Trasgu se acercó a la figura con paso firme, sin hacer ningún esfuerzo en ocultarse

- ¡Eh, Ik, rata inmunda! ¿Que haces pululando por el Seto a estas horas?
 

La figura se giró repentinamente hacia Trasgu, y sus rasgos se hicieron apreciableas a la luz de las farolas. El sobrenombre de "rata inmunda" le venía como anillo al dedo, porque eso es lo que parecía: una rata del tamaño de un hombre, con los mismos gestos nerviosos y rápidos de los roedores. Llevaba una chaqueta abierta y unos pantalones vaqueros raídos. Sus ojos estaban ocultos por unas gafas de sol, pero podía apreciarse un ligero brillo rojizo tras los cristales tintados. Te resulta conocido; un Changeling menor de la Corte de Invierno

- ¡Tu! -su voz sonaba chillona y desagradable- ¿¡Me has estado espiando!?

Trasgu soltó una risa sardónica

- ¡Pues claro que te he estado espiando, imbécil! Llevamos tiempo detrás de tus pasos. Tanto entrar y salir del Seto para ir al mercado... Eso no es buena señal, y tu deberías saber como trabajamos en esta corte, Ik.

Comenzó a andar lentamente y con tranquilidad de un lado a otro del callejón, fijando sus brillantes ojos en Ik y enseñando todos sus afilados dientes.

- En esta corte no nos gustan las ratas que hacen tratos con la "buena gente", Ik. Y menos aún si son de nuestra propia corte. No porque sea una doble traición, sino porque me hiere en mi orgullo propio que creas que somos tan gilipollas como para no darnos cuenta de que uno de los nuestros nos está vendiendo.

Trasgu hizo chascar los dientes, señal de que estaba enfadado

Si Ik estaba asustado por la escena de Trasgu, era dificil de discernir porque seguía siendo un manojo de nervios. Hizo un gesto rápido y sacó una pistola de la chaqueta, apuntando con ella a Trasgu

- ¡Que te jodan! ¡A ti y a tu corte!

Sin embargo, no disparó. Puede que no confiara en su pulso. Poco a poco, empezó a retroceder hacia la salida del callejón, sin dejar de apuntar a Trasgu

- ¡Acércate más y te pego un tiro!

Trasgu suspiró y negó con la cabeza

- Me decepcionas, Ik. ¿Eres tan idiota como para creer que vendría solo?

Trasgu emitió un agudo silbido, que resonó por todo el callejón

Theo salió de su escondite sin hacer el mas mínimo ruido, situándose cerca pero no al lado de Trasgu, y con cada mano dentro de la otra manga, cual monje asiático, manteniéndolas ocultas asiendo con la mano derecha la daga izquierda y con la izquierda la muñeca derecha.

Sin quitarse la capucha exclamó con voz grave con cierto dramatismo- Saludos.

Lily abandonó su refugio de sombras y salió del fondo del callejón, caminando tranquilamente y sonriendo mientras se quitaba los cascos de su iPod. Vestida con una sudadera roja y negra y unos pantalones piratas negros, no parecía muy intimidante. Había algo extraño en su forma de moverse, casi como si se "deslizase" por el espacio en vez de caminar.

Se colocó a la misma altura que Theo y Trasgu. Sin decir nada, hizo un rapido movimiento y saco una navaja de mariposa de su pantalón. Hizo unas cuantas florituras elegantes con el arma, antes de dejarla quieta en su mano derecha. Mantuvo una pose relajada, sin dejar de sonreir, pero manteniendo sus brillantes ojos sin iris fijos en el hombre rata y la hoja de la navaja apuntada hacia delante.

Las acrobacias de Lily con la navaja parecieron impresionar un poco al hombre rata, pero enseguida empezó a reirse con una risa nerviosa e irritante, apuntando alternativamente a los tres.

- ¿Estos son tus escoltas? ¿Dos críos? ¡Ja! ¿Donde está esa matona marimacho que siempre va contigo?

- ¡Supongo que te refieres a mi, alimaña!

Twilight gritó bien alto desde la única salida del callejón para que la rata la oyese bien. Avanzó con paso firme para cortarle la retirada, sus ojos violeta chisporroteando con furia. Llevaba el uniforme de los mossos d`squadra, lo que significaba que estaba de servicio, y llevaba la intención de detener a alguien, haciendo uso de la fuerza que fuera necesaria. Llevaba la porra sujeta en la mano izquierda, y la mano derecha sobre la pistolera. Se detuvo a escasos metros de Ik, junto a una de las paredes del callejón, y golpeó un canalón con la porra. El golpe retumbó por toda la galería, y un montón de chispas violeta sacudieron la estructura metálica del canalón.

- ¿Vas a hacerlo por las buenas o por las malas?

Las voces de lo que ocurría en aquel callejón llegaban entrecortadas y silenciadas por el ambiente feerico del Seto, pero los sentidos agudizados de Natalia podían captar lo que ocurría sin dificultad. Era el momento. Natalia concentró su Glamour y tocó la puerta oxidada que la devolvería al mundo mortal. La puerta se iluminó de nuevo, y la abrió hacia afuera de una patada. Salió rápidamente del Seto, y al instante ya estaba en aquel callejón, apuntando con su rifle a aquel Corsario al que había estado espiando durante sus constantes viajes al Mercado Goblin. No dijo nada, simplemente mantuvo la mira de su rifle apuntada al brazo armado de Ik

Ik se giró cuando Twilight apareció en escena. Bien, las cosas se estaban poniendo difíciles. Si disparaba a Trasgu o a alguno de los dos críos, aquella mala bestia se le echaría encima y lo reduciría a pulpa. Su única oportunidad era disparar a Twilight y rezar por ser más rápido que Trasgu y sus escoltas.

Y entonces se jodió la cosa. La chica ardilla salió por la misma puerta por la que había salido él, apuntándole con un rifle, y Trasgu, aprovechando cuando Ik se giró, había sacado una pistola de su trenca y le apuntaba.

- ¡Mierda, mierda, mierda!

Apuntaba de un lado a otro; a Twilight, a Natalia, a Trasgu, a Lily, a Theo y vuelta a Twilight. Hiciera lo que hiciera estaba bien jodido

Trasgu estaba haciendo un buen esfuerzo por contenerse y no lanzarse sobre aquel idiota. Mantenía su pistola apuntando a Ik y le empezaba a temblar el dedo en el gatillo ante los chillidos y movimientos del hombre rata

- ¡Para de una vez! Ahora tu decides; acabar vas a acabar en el mismo sitio, pero de ti depende con cuantos dedos enteros y huesos sanos lo hagas.

Ik comprendió que la situación estaba totalmente fuera de su control y que cualquier movimiento en falso podría acabar con él muerto o muy mal herido

- ¡Esta bien, joder! ¡Me rindo!

Ik arrojó su pistola a los pies de Trasgu y el objeto que llevaba en la otra mano; un saco de arpiellera del tamaño de un balón cerrado con un cordel. Levantó las manos y se arrodilló en el suelo

Trasgu guardó la pistola en su trenca, apartó el arma de Ik de una patada y recogió el saco cerrado. Lo abrió para echar un vistazo a su contenido y enseguida lo cerró haciendo un gesto de repulsión.

- Joder, cerebros secos de Spriggan. ¿Y por esta mierda estabas traficando con pelos y sangre de Changeling? ¿Eres adicto a ella o solo la vendes? Da igual, ya nos responderás en comisaría. Twilight, procede; nos lo llevamos a Eixample. Los demás tenéis el resto de la noche libre, aunque Lily, te quiero en la comisaria mañana a primera hora, ya sabes para que.

- ¿Detenerme? ¿Una detención oficial? ¿Y cual es la excusa? A nadie que le enseñes eso creerá que es una droga -dijo mostrando una sonrisa de dientes amarillentos

Twilight se acercó por detrás a Ik y le puso las esposas, apretándolas con fuerza intencionadamente

- Posesión ilegal de armas y apuntar a una agente de la ley. ¿Te parece suficiente, o te doy un par de hostias para añadir "resistencia a la autoridad"?

Le dio la vuelta y lo agarró por el hombro derecho para conducirlo a la salida del callejón

- ¡Andando, basura!

Twilight y Trasgu desaparecieron del callejón llevándose a Ik consigo. Natalia se había esfumado sin que nadie se diese cuenta, probablemente de vuelta al Seto. Solo quedaban Lily y Theo en aquel lugar.