Partida Rol por web

-De acuerdo, y gracias por las indicaciones, Selene. Reconozco que aún estoy muy verde moviéndome entre perdidos, y las relaciones de etiqueta y sus prioridades son aún un misterio para mí, contrólame, Hieronymus, no vaya a meter la pata...

Lo dijo riéndose y medio en broma, pero la verdad era que Mar realmente desconocía las costumbres que debía respetar. Por lo que agradeció no ir sola a hablar con los Invernales.

-Veamos de qué podemos enterarnos, y luego volveremos. ¿Te parece...?

Era una pregunta retórica. Mientras hablaba había recogido su plato, su taza, y empezado a colocarlo todo para llevarlo a la cocina. Y después tomó del brazo a su compañero dispuesta a marcharse.

Sonrió cuando Mar dijo aquello sobre ayudarla a controlarse.  Iba a decirle que el no era el adecuado cuando se trataba de control, pero entonces algo, una idea llegó a su mente con fuerza.  Fue una especie de autodescubrimiento.  Era verdad que su personalidad era bestial, que se perdía en la lujuria y también en la violencia, pero desde aquel baile cuando conociera a Mar había aplicado más control sobre sus emociones y acciones de lo que había hecho en toda sus vida.  Había mantenido a su bestia a raya y lo había hecho bastante bien.  Se le ocurrió que quizás antes no había tenido motivos para hacerlo y que por eso quizás le había soltado la correa y la había dejado hacer.

-Lo haré- respondió finalmente -Eres inteligente Mar y sabrás que decir y que callar.- luego se giró hacia Selene -Seguiremos tu consejo y daremos aviso a los Invierno sobre nuestras intenciones de visitar el mercado-

Estaba pronunciando aquellas últimas palabras cuando sintió el brazo de Mar rodeando el suyo, algo dentro de él tembló y lo paralizó durante un segundo, finalmente posó su mano sobre la de la mujer y comenzó a avanzar hacia donde ella quisiera llevarlo

Selene sonrió, enigmática. Tal vez había notado la turbación de Hieronymus cuando Mar le cogió del brazo, o tal vez estaba algo perdida en sus propias ensoñaciones. Su humor risueño era así en los días de luna gibosa.

- De acuerdo entonces. Cuando tengais algo, venid a verme a la Biblioteca. Os informaré de lo que haya averiguado y nos pondremos a pensar en el duelo.

Salieron del brazo, como si hubieran estado juntos toda la vida. Pero aunque ambos sonreían, como también lo hacía Selene desde el umbral de la puerta que se cerró tras ellos, una sombra de inquietud abatía sus ánimos. Demasiados enigmas, demasiados peligros acechando, peligros informes, ocultos y sin embargo patentes.

-Vamos primero a hablar con los invernales. Tanto por lo del Seto y el Mercado Goblin como para ver si saben algo de esa pareja que murió en el sueño... -hizo un gesto casi inconsciente, uno que entrecerró sus ojos y cubrió con un velo turbio sus pupilas. - ...¡qué tétrico fue todo allí! No me gustó... no me gustó nada de lo que vi... ni siquiera esa extraña oferta, esa promesa sin concretar...

Asintió ante las palabras de Mar y se sintió contento de ir con ella pues no era alguien que hubiese fraternizado con las otras cortes... Aquello no era tan cierto, en realidad había conocido a algunas féminas de otras castas, pero no creía que aquellas... relaciones le sirviesen en esta ocasión.  Sonrió al recordar algunos de aquellos encuentros, encuentros que hoy le resultaban lejanos y hasta casi impropios por la aparición de una mujer que muchos considerarían tan gélida como su máscara, pero que en él y vaya uno a saber por qué motivo, había hecho tambalear sus estructuras.  Sonrió al recordar algunos de aquellos encuentros precisamente por eso, por la lejanía con los que lo sentía aunque no hubiese pasado más de un par de días desde el último.

-A mi me gustó su tetricidad, si es que existe esa palabra, al menos desde el punto de vista artístico me pareció un buen cierre para un baile tan... ¿Peculiar?- acercándose más a Mar aspiró el aire para que sus agudos sentidos percibieran el perfume de la mujer, cerró los ojos disfrutando de aquel aroma y grabándolo en su memoria.  –En lo personal disfruté de un “sueño” que al comienzo supuse una pesadilla.  Es extraño como la sola aparición de la persona correcta puede cambiar tan radicalmente una experiencia- añadió reflexionando sobre lo ocurrido –Seguramente de haber estado solo o en inadecuada compañía, Selene por ejemplo, me hubiese marchado y la propuesta no me hubiese atraído en lo más mínimo- Asintió con la cabeza ante sus propias palabras, como si las estuviese escuchando de boca de un tercero, de un extraño que habitó en él desde siempre pero que toda su vida ignoró.

-¿Te gustó la puesta en escena, eh...? -Lo tétrico era tan cercano al miedo... para otros esta reacción habría sido difícil de entender. Pero los Otoñales eran precisamente los que más degustaban el miedo. Lo usaban, lo producían, y lo cataban con deleite. -Sí, claro. La muerte de esa pareja, sin embargo, debe contener un mensaje oculto. Y tampoco hablar con Selene me ha aclarado nada de esa dichosa propuesta de esos dos... seres... ni de su naturaleza. No sabemos si son Hadas Verdaderas. Puede que no, pero entonces, ¿qué...?

Notó a Hieronymus acercarse a ella, aún más, y captó su actitud incluso antes de que pronunciara las frases que la corroboraban. Un trallazo recorrió su espalda.

-¿Persona correcta...? Cuidado, amigo mío... -su mano, en su brazo, despidió de pronto más frío del que habría emanado de un témpano.- no te equivoques. Tengo lazos fuertes que me retienen aún en Arcadia. Odio, sí, y Muerte. Pero la Muerte es la del amor que quedó allí, presa de su propio fuego. Y yo huí... con sólo hielo en mi interior...

Lo que estuviera describiendo era una trama deshilachada, críptica. Y, aún así, por cómo se enturbiaron sus ojos, dolorosa y cruel.

De pronto cambió su tono, y Mar fue la Mar de siempre, ahora que ya empezaba a conocerla. Con aire despreocupado sacó su móvil del bolsillo de sus vaqueros.

-Veamos... puedo llamar a Lily... y a Natalia... ¿conoces a alguna de ellas...? Me inclino por Lily para aclarar las cosas, lo sabe todo absolutamente. Pero si queremos ir al Mercado, quizá habrá que hablar con Natalia también... no sea que nos busquemos problemas al acercarnos al Seto... ¿tienes alguna preferencia...?

Es difícil no saber quien es Lily la Cotilla. Chismosa oficial del Feudo, si quieres saber algo de alguien, es a ella a quien hay que preguntar. Eso si, se le da tan bien saber cosas de los demás, como saber cosas de ti, incluso aunque nunca hayas hablado con ella. Se dice que es una agente de inteligencia de la Corte de Invierno que se dedica a espiar a los demás y mantener informado al inquisitivo Rey del Invierno, que siempre está a la caza de Corsarios, Lealistas y otros traidores.

Natalia no te suena de nada

Las palabras de Mar y su frío provocaron en él una sensación extraña que no había experimentado mucho en su vida de “monstruo del callejón”, se sintió inseguro y se notó por unos segundos.  Sin embargo logró reponerse con rapidez puesto que fue la sorpresa ante una reacción no esperada y no la reacción en sí la que logró superar sus barreras emocionales.

-Me agrada el frío- dijo pensando en voz alta y continuó –No me equivoco, de eso estoy completamente seguro, ni entiendo por qué lo supones.  Me gustaría conocer tu historia Mar, así que si en algún momento quieres compartirla conmigo estaré más que dispuesto a escucharla.-

Se veía a el mismo como un felino, de hecho simulaba a una pantera cuando su “monstruo interior” emergía, por eso la idea que llegó a su mente le causó gracia.  Miró a Mar y le agregó mientras se encogía de hombros –Dicen que la curiosidad mató al gato, lo sé, pero yo la considero una gran virtud y tú, mujer, me resultas en extremo atractiva y curiosa.-

Se mantuvo en silencio por un breve instante repasando lo que sabía de las personas que Mar había mencionado.  –Creo que deberemos hablar con ambas.  Sin embargo la cotilla puede ser una buena primera opción.  ¿Estas de acuerdo?-

Mar llamó a Lily para concertar una "cita" con Lily. Media hora más tarde, ella y Hieronymus se encontraron con la pequeña fisgona de la Corte de Invierno en un bar del Rabal. Apoyada de espaldas en la barra y sujetando con la mano derecha un botellín de cerveza, su gesto parecía algo distraído.

Lily aparentaba ser bastante joven; de hecho no parecía tener más de quince o dieciseis años, pero todos los que la conocían sabían que era más mayor de lo que su cara de niña buena dejaba intuir. Delgada, bajita, con enormes ojos sin iris y pelo verde claro que le llegaba a la altura de los hombros, Lily poseía cierta belleza siniestra muy habitual en los Oscuros. Tenía una gracia sinuosa en sus movimientos, como una serpiente, y su voz era como un susurro directo al oído. Sus ropas indicaban claramente sus preferencias musicales: pantalones vaqueros, botas negras de cuero, y una camiseta del album "Rosenrot" de los Rammstein.

No pareció fijarse en los dos Changelings cuando entraron en el bar; parecía ausente, pensando en algo mientras daba pequeños sorbos a su cerveza.

La vio allí, distendida, aparentemente ensimismada, pero no se dejó convencer por su aspecto infantil. Lily era cualquier cosa menos inocente. Le indicó a Hieronymus dónde estaba la chica con un ligero gesto de cabeza. Y se dirigió a ella directa, sonriente.

-Hola Lily. Gracias por verte con nosotros. Todo está tan confuso que necesitamos aclarar ideas, y pensamos en ti. -Se giró hacia su compañero.- ¿Os conocéis, no? Lo he supuesto, vamos...

Atendió al gesto de Mar y la acompañó al encuentro con la mujer,

-No tuve el placer hasta este momento- dijo cuando su compañera le dio el pie -Escuché de ella, por supuesto, es imposible no hacerlo y, si la mitad de lo que oí es cierto es probable que ella sepa más de mi que yo mismo.-  Leyó el nombre de la banda, lo reconoció, había escuchado de ella en las noticias, cuando habían pedido que la prohibiesen y limitaron su aparición al horario nocturno, sin embargo nunca la había escuchado realmente y no sabía muy bien de que iba por lo que prefirió no hacer ningún comentario, importunar a Lily era lo que menos quería en aquel momento. -¿Nos sentamos?  Creo que estaremos un rato largo hablando-

Cuando Mar se dirigió a ella, salió de su ensimismamiento y dedicó una sonrisa a los dos Changelings a modo de saludo

- Tu lo has dicho, Hieronymus -respondió con picardía- Vamos a las mesas del fondo, donde podremos hablar más tranquilamente -y señaló hacia el fondo del bar

- Por cierto, será mejor que pidais algo. El dueño es bastante gruñón y no le gusta la gente que no pide nada -añadió guiñando un ojo a Mar y Hieronymus

Asintió ante las palabras de Lily -Yo pediré un milkshake de chocolate- dijo y luego añadió -Qué, a los gatos nos gusta la leche- medio en broma, medio en serio -¿Ustedes que tomarán?-

- Ya voy servida -respondió Lily señalando su cerveza- Si, se que aún es pronto para beber alcohol, pero he tenido una noche un poco rara.

- Como todos -respondió Mar, casi inconscientemente- Yo tomaré otra cerveza

Con las bebidas ya servidas, los tres Changelings se sentaron en una mesa apartada, lejos de oídos curiosos

- Bien, ¿cual era ese asunto del que queríais hablarme? -comentó Lily mientras daba un trago a su bebida