Partida Rol por web

Despierto, como de un sueño algo pesado pero reparador, sintiéndome bien. Aún sigo tendida en el suelo con las dos hermanas mirándome desde arriba. Les sonrío. Aún hay sangre, pero yo no siento heridas ni dolor en mi cuerpo, ya no.

- Ha sido... divertido.

No se me ocurre otra palabra mejor para describir desde las cuchilladas al monstruoso cunnilingus. Escucho las palabras de Luzbel y sonrío a Lilith con una sonrisa encantadora y a la vez con cierta malicia.

- Sí, aquí tienes a tu perra.

Hablo como quien ofrece su cuerpo por un precio barato.

La visión que se reproduce ante mi es tan monstruosa y sanguinolenta, que no puedo evitar comenzar sentir un hormigueo nivel Gozilla en el papo. Una corriente eléctrica churruscandome toda la pepitilla, un terremoto 10 ++ en la escala Richter, desvastando el planeta, el Vesubio en plena actividad destrozando de nuevo Pompeya, la bomba atómica reduciendo a cenizas  Nagasaki y Hiroshima, Pearl Harbor en llamas, las Torres Gemelas cayendo en escombros aplastando cientos de cuerpos, el cólera repartiendo mortandad en el Viejo Continente, el holocausto Nazi y sus manadas de prisioneros entrando en masa en cámaras de gas, fusilamientos por diferencias ideológicas, dictaduras, Señores de la Guerra sesgando vidas en el contienen africano, la Antigua Inquisición poniendo en la pira a jóvenes inocentes por ser homosexuales... Un torbellino de vorágine, miseria, destrucción... muy acorde a las imágenes que se proyectan en mi mente mientras mi hermana toca mi cuerpo con aires incestuosos y yo gimo. 

- Siempre estaré con vosotros, hermana...- le digo a Luzbel, al tiempo que la gótica resucita y se ofrece, como la perra que es. Es ahí cuando mis labios se unen a los suyos y le meto toda la lengua hasta el galillo, quedando en santificada comunión. 

Cojo la mano a Luzbel, porque mi verdadero amor era ella.

- Muy bien, ahora la fiesta debe continuar. - tiro de Luzbel de la mano, saliendo de la cocina y mirando a nuestra nueva perra - Siguenos, perra. Queda mucha cerda todavía. Quiero la cabeza de la cerda mayor. - y eso era una orden. 

– Ay, sí, chica. Ahora sí –dijo Luzbel al ver a la nueva Bethany–. Antes es que... tía, no sé. El peinado o algo. Pero ahora estás de puta madre, tía.

Se alisó el vestido.

– De verdad que necesito una ducha, tías. Estoy de mierda hasta el coño. Pero bueno, ya tendremos tiempo de un baño en condiciones –una bañera tamaño piscina de competición, con agua tibia y humeante, esclavos cincelados esperando órdenes en las esquinas, y luego a comerse todo unas a otras entre cojines de seda y consoladores grosor farola, perfumadas y perfectas. Follarse algunos maromos de categoría hasta sacarles la esencia vital y ya si eso para divertirse, sacarle las tripas en vivo a alguno y hacérselas tragar a sus padres. Crudas y rellenas de mierda, claro–. Para qué me voy a lavar ahora si voy a volver a jugar en el parque.

Salieron de la cocina por fin, las gemelas de la mano como dos niñas buenas. Detrás de ellas la casa ardía como debía arder, con furia. Con un fuego purificador que borraría la asquerosa falta de glamour con la que se había mancillado el sagrado nombre de HOTS. Pero HOTS era el menor de los problemas ya para Luzbel. Un sitio como ese, sucio y chabacano, no podía alojar a chicas tan chic como ellas. No lo merecía. Así que fuego y a tomar por culo.

Entretenida con las cuchilladas, el relampapolleo, el trance cunnilínguico de la excandidata y el morreo con su hermana, apenas se había dado cuenta de que Channel había vuelto a hablar con esa voz cacofónica de prostituta cazallera adicta al Ducados. ¿Qué había estado diciendo? Algo de que iban a morir todas, ¿no?

Eso por descontado, cariño.

Las gemelas salieron de la mano de la forma más escalofriante posible, cubiertas de sangre y recordando a películas viejas con olor a rancio. ¡Películas rancias de terror!

Lilit seguía con su cuchillo y Luzbel con... bueno, con lo que fuera que hiciera de lanzar rayitos con forma de falo. Era como si a Luzbel le hubiera poseído cíclope de los x-men pero en versión tapersex. Aunque claro, las chicas no sabían quién narices era cíclope, porque eso era de raritos y nerds.

Tras ellas caminaba, contra todas las expectativas, Beth. Solo que ahora tenía como los ojos de haberse convertido en una super gótica de nivel tres. Todo negros, vacíos, sin vida y con una oscuridad inabarcable al otro lado. Muy darks.

El resto de chicas corrían como podían hasta la valla del jardín. Para intentar saltarla. Al lado estaba el jardín de una de las hermandades más frikis de todas: ¡la hermandad de los informáticos! Pero tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. 

-¡Vamos chicas! ¡No os quedéis atrás u os cogerán las gemelas chungas!- Que me parece un insulto genial porque "chungo" es el antonionimo de "elegante" ¿no? 

Envalentonada al ver que Chanel me guía hacia la salida, "Está claro que el puesto de Vicepresidenta ya es mío", me dirijo tan rápido como puedo hacia la valla la Hermandad de esos de la informática. Aunque lo cierto es que eso no me da demasiada tranquilidad

-¿No tenemos otra valla mejor para saltar por algún otro lado?- le pregunto a Channel -Fijo que los que están al otro lado de esta son todos unos tirillas. ¿No sería mejor aquel lateral? ¿No lleva a la Hermandad de los Campeones de Olímpicos de Pesos Pesados? Es que unos flojos como los de este lateral no van a poder salvarnos - me lamento haciendo pucheros, que me salen fenomenal aunque aquí, sin el público adecuado chicos sensibles a mis peticiones es una pérdida de mi talento.

Pero si nuestra amada líder dice que salte, yo salto sobre todo porque cuando me doy la vuelta veo que las gemelas taradas vienen hacia acá y las acompaña Beth, que ha decidido ponerse las lentillas de color más feas que he visto en mi vida

-¡Oh Dios mío! ¡Eso es lo que te hacen! ¡Te acuchillan el buen gusto!- 

Logro llegar hasta las otras chicas sin mirar atrás, y parece que el camino es a través de la valla hacia la hermandad de los frikis. Mary Ann expone las pegas que le ve a huir hacia allí.

Miro hacia atrás y veo a Beth con las gemelas... y con una mirada de lo más extraña, muy poco adorable. ¿Qué diablos le han hecho esas malditas? Algo en mi interior me dice que ya no es ella... ah, no, que es que tengo el estómago vacío. Pero no son imaginaciones mías que Beth está rara.

- ¿Beth? ¿Qué te han hecho esas dos? - le pregunto a voz pelada poniendo las manos al lado de la boca a lo Heidi pegando voces, mientras espero si las demás se deciden a saltar la valla. Me da igual si es una hermandad friki, yo quiero sobrevivir y si usar de cebo a esos frikis lo permite, adelante.

–¿Y qué más da que sean unso flojos? Con que sean más lentos nos vale.– respondió Darcy sin dejar de correr. En aquel momento se le ocurrió una idea. Pero tienes razón, son unos frikis...seguro que...

¡¡Necesitamos un alumno de teología!!–gritó haciendo bocina con las manos. Nada mejor que un cura o un intento de cura para acabar con demonios. Lo había visto en un montón de pelis de esas que terminaban con un polvo salvaje que obligaba a salir al resto del público.–¡Animadoras desconsoladas buscan alumnos de teología!

En cuanto apareciese uno le tiraba de bruces contra la zombi y las demonios

Channel corrió hacia la valla a toda velocidad. Huiría de las chifladas psicópatas de las gemelas. Ni había visto a la puta de Beth.

—Putas, toca huir, saltemos la valla... —comentó saltando con agilidad femenina y pasando al otro lado, junto con Mary. Mary tenía un corderito... Mary Ann era un gran escudo humano.

—¿Teología? No hay muchachitos aquí para ellos, so lerda... —murmuró la atractiva rubia ante las palabras de Darcy...

—¡Amigos nerds! —dijo ella— En la hermandad de HOTs hay un par de exhermanas que son lesbianas y putas y gemelas y quieren sexo con vosotros porque están muy borrachas. ¡Y parecen furcias del Anime ese japonés que os gusta!

Justo eso, así irían a ver que pasaba y serían masacrados dándolas más tiempo para escapar. 

Un paso por detrás de las gemelas, justo en su centro, sin alejarme ni acercarme, siempre a la misma distancia, como si de sus manos unidas saliera una cadena invisible. Pero no parezco obligada, ni hay rastro de malestar en mi expresión que, aunque de ojos vacíos muestras una sonrisa irónica e inquietante. Las sigo como quien sigue a su señor por devoción, no por miedo. Tampoco se ven heridas en mi cuerpo.

Avanzo con tranquilidad pero con rapidez entre las novatas, ignorando a las que aún están a este lado de la valla, a Darcy, a Kim y a Jess, aunque a esta última le lanzo una mirada de lujuria y cariño sobreactuado.

Pero por ahora ninguna de ellas me interesa. Y en realidad, Mary Ann tampoco. Mis amas quieren, como ellas habían dicho, a la cerda mayor. Y a ella la tendrían.

Extiendo una mano de forma ceremoniosa hacia Channel, y me concentro en ella. Que ya se encuentre al otro lado de la valla me parece irrelevante.

Joder aquello parecía más chungo que ir a pillar en el bronx sin dinero.

Tan solo quedaba seguir huyendo como furcias, intentar que los nerds las entretuviesen, y quien sabe, quizás algún gilipoyas de esos frikis tendría una katana o pistola de rayos láser, a saber, quizás hasta tuviesen equipo de cazafantasmas. La zorrifurci gótica había cambiado, y ahora daba mucho más mal rollo, al verla a su lado, se le erizaron hasta los pelos nacientes del pepe.

-¡Puta gótica!- Gritó mientras hacía una cabriola digna de la mejor HOTS de la historia para saltar la valla y seguir corriendo

-FRIKIS, quien tenga una Katana o una espada del señor de los pececillos, cabritillos o como sea, ¡QUE ME LA PRESTE Y LE DEJO QUE ME FOLLE PASADO MAÑANA!-

En realidad no les iba a dejar que la tocasen tan siquiera, pero en tiempos desesperados, medidas desesperadas.

-Presi, si esto no funciona, vayamos a la hermandad de los Niggas, seguro que allí tienen de todo lo que una buena HOTS necesita para zurrar a estas furcias de satanás-  Pero como había pensado antes, ahora tocaba huir de esas perras.

¿Cómo qué? Hasta que no se vuelven viejos de 30 no sé interesan por los niños.– dijo mientras saltaba la valla provocando un más que evidente bamboleo en las partes que todas envidiaban y algunas deseaban.

Observo sorprendida a Beth, quien no solo está cambiada sino que para colmo me dedica una mirada que en otras circunstancias me habría lanzado a sus brazos (aunque incluso ahora me lo planteo seriamente), pero parece más interesada en Channel, a quien le extiende la mano.

"No es el momento de fantasías lésbicas con Beth, Jess", me digo mentalmente. Hay que escapar de esta locura y contárselo todo a mamá y papá para que planten una acojonante demanda al responsable de esta pesadilla (y a Channel de paso por "necromancia, o neglitancia, neglogente... lo que sea"). Así tomo impulso con intención de saltar la valla. Lo primero es sobrevivir, y luego ya me lío con alguna de las compañeras que sobrevivan.

Luzbel se rió con ganas al escuchar la llamada de auxilio que hacía la morsita. ¿De verdad confiaba en los alumnos de Teología? ¡Pero si esos eran siempre los peores! Tanto recato y tantas pajas mentales solo se podía sostener liberando esa olla exprés cerebral con un cerderío extremo y oculto. Bien lo sabían las gemelas.

La exBeth parecía disfrutar su nueva posición. Y no era para menos. Convertirse en sierva de las gemelas tenía evidentes y saludables beneficios, nada comparable a ser una miserable rata de Channel. Y bueno, como liberar a los esclavos de un falso dios era una responsabilidad, parecía que decapitar al ídolo caído era una buena idea. La nueva niña bonita de las gemelas no perdió un instante y fue a por ella.

– Muy bien, guapa – le dijo Luzbel.

Mientras, la gorda, obviamente, no pudo saltar la valla. Le pasaba el culo y se arrastraba como un saco, intentando agarrarse al borde y pataleando. Luzbel sonrió y se relamió con la perspectiva de lo que se avecinaba. Iba siendo el momento, y cada vez se sentía más poderosa. Alzó la mano y el aire chispeó, formando un cipote venoso de furiosa cabeza de dragonglande, que se estiró como una serpiente que se despierta de un largo sueño.

– ¡NO NECESITAS TEOLOGÍA, NECESITAS ADELGAZAR! ¡VACAAAA! -Luzbel se giró sobre sí misma, como un torbellino, y con un grito de tenista corriéndose lanzó la polla de poder contra Darcy como si fuera una jugadora de cesta punta.

La relampolla se enfiló con toda potencia y le pegó a Darcy en el culo, desapareciendo en una explosión de lefa eléctrica como si explotara un globo de agua.

Era como la puta estampida de Jumanji, la huida masiva de una cantidad ingente de personas que se aplastan unas a otras con tal de salvar el culo propio. Era, en resumen, una demostración de que la verdadera naturaleza humana es egoísta. Que importa poco el bien ajeno, si a costa de eso se mantiene el nuestro propio. Quizás dirían que habíamos perdido humanidad y nos habíamos convertido en monstruos. Pero si la humanidad es igual a monstruosidad ¿habiamos ganado o perdido de eso? Solo nos habíamos acercado un poco más a la naturaleza del ciudadano medio, solo que quitando la máscara de mierda. 

La perra de Beth acaba bien la orden y va a por la cerda mayor. No obstante, esta consigue saltar la valla. No pasaba nada, teníamos todo el tiempo del mundo. El tentempié de la foca Darcy también es apetitoso, así que no vacilo mucho y me acerco a tajarle con el cuchillo. Eso era así. 

- Tranquila hermana, vamos a hacerle una bonita liposucción.