Partida Rol por web

Empieza un nuevo día en night City y las ventanas de vuestro piso de una sola habitación se abren ligeramente para dejar entrar una pálida luz anaranjada que anuncia la salida del sol. La pereza es dueña de vuestras extremidades mientras os levantáis lentamente de vuestras camas y los sensores de la habitación se activan preparando automáticamente vuestro desayuno.

El "kibble" es el principal alimento del futuro. Una sustancia genérica, sosa y desagradable similar a un puré de cereales con distintos sabores que las compañías intentan promocionar. La comida de verdad está reservada para la gente con dinero o patrocinio corporativo. Las calles se vuelven muy creativas en cuanto a los alimentos y a menudo el olor de platos exóticos se mezcla con el de las alcantarillas creando una atmósfera asfixiante para los sentidos. En todo caso nadie se intenta engañar de que esos pinchos de carne sean de pollo.

Un rápido vistazo por la ventana os muestra la neblinosa ciudad llena de humo y contaminación que seria el horror de los ecologistas veinte años atrás pero que ahora se ha vuelto el pan de cada día.

Los comunicadores personales de vuestra vivienda también cobran vida dejando pasar un torrente de anuncios coloridos y llenos de música, imágenes llamativas o a menudo cargadas de sexualidad cruzan uno detrás de otro mientras os bombardean de anuncios y vuestro agente personal realza vuestras actividades para hoy.

Por fin tenéis un trabajo nuevo.

Labrarse un lugar en las calles de Night City es tan complicado como escarbar hielo con una cuchara. Pero por fin tenéis vuestro primer trabajo serio con el que empezar a haceros un nombre.

Hace varios días una mujer desapareció.

Cate Sethbank de unos 40 años, una artista que se dedica al arte de la pintura y escultura desapareció sin previo aviso y sus familiares están interesados en conocer su paradero. La mujer vivía en el mismo distrito que vosotros en Night City Central, si bien estaba en un bloque de viviendas algo mas lujosas.

Su piso muestra signos de violencia y extracción a la fuerza, probablemente por alguna banda, y se teme por su vida con lo que el tiempo es una clave importante. El precio para encontrarla son de 2000 créditos.

Os han dado acceso a su piso por si queréis investigar.

Despierto estirando brazos y piernas, acompañando el gesto con un gemido agudo y perezoso. La blusa desgastada que me sirce de pijama se arruga hasta mas allá del ombligo pero no le presto atención. Ante de incorporarme y sin quererlo, golpeo algo con el pie y se cae de la cama. Por el sonido, creo que se debe de tratar del pequeño soldador que encontré ayer entre la chatarra.

Remoloneo unos minutos mas, removiéndome entre unas sábanas arrugadas que tendría que haber lavado hace ya unas semanas. De repente doy un brinco y me pongo en pie. ¡Hay que empezar el día! Me arengo a mi misma con energías renovadas. Sin lugar a dudas soy un especímen de mañanas y siento como la luz del sol me recarga las pilas, aunque sea pasando a través de una apestosa niebla de mugre y mierda.

Ojeo mi terminal y la oferta de trabajo que se muestra en la pantallita. Ilusionada por la expectativa de un trabajo y mas concretamente por la posibilidad de cobrar un dinero que empiezo a necesitar desesperadamente.
Acomodo mis gafas para prestar atención a la foto de la señora Sethbank. Por un momento tengo la sensación de que me resulta familiar. A lo mejor la he visto alguna vez por aquí, pero tampoco estoy segura de ello. Tras unos segundos, sacudo los hombros con indiferencia por ese detalle irrelevante y sentada en la mesa, entre trastos y herramientas que están mas ordenadas de lo que parece a simple vista, empiezo a buscar por mi cuenta información de Cate SethBank, mientras voy intercalando el terminal con esporádicos bocados de papilla.

Consciente de que algunos de mis compañeros de trabajo les cuesta madrugar, mando un mensaje a sus terminales para que se reproduzca de forma automática y repita en modo bucle.

https://www.youtube.com/watch?v=S7H1rybngY8

Para cuando la luz entró por las ventanas Vatrice estaba terminando su rutina de fondos en paralelas. Diez.. once... y doce.  Había comprado el kit de poleas en una subasta y lo había instalado ella misma con argollas ancladas en la pared. Era la ultima serie del entrenamiento así que apagó el crono y fue hacia la ventana. Contempló Nighcity mientras se secaba el sudor de la frente con una toalla. —Vaya mierda de sitio— pensó justo cuando escuchó un PIIII. Era el pitido de la alarma de la ducha. El agua estaba lista. Fue hasta el compartimento que no era más que una simple mampara sobre un plato de ducha soldada a la pared del habitáculo. Se quitó la ropa y pulsó el botón de lau_dry de la consola incrustada en la pared. (La -n- de laundry se había borrado con el uso) Se abrió un compartimento. Metió la ropa y sintió como una fuerza la succionaba hacia algún sitio y luego se metió bajo el agua tibia.  

Otro pitido. BIIIII. Era su terminal —Mierda— y luego escuchó una estúpida canción de melodía sencillona e infantil. Pensó en Mayuree. Sí. Debía ser ella ¿Quien si no? Seguro que se había levantado temprano para indagar sobre el asunto ese de la tipa esa. Cate Sethbank.  Esa era la parte buena de contar con una netrunner en el grupo y quizás fuera la única: que ella se encargaba de esos asuntos. 

Sonó otro pitido. PIIIIIII. La ducha. El agua racionada había acabado. Se secó con una toalla. Primero el pelo. Después el cuerpo. Se ató la toalla a la cabeza y fue desnuda hasta la cama y encendió el terminal. 

¿Qué pasa?

Lo que encuentras.

- ¿ Relación con su familia ? Regular
- ¿ Su situación financiera ? Buena
- ¿ Como habían ido sus últimos trabajos ? Normal
- ¿ Como era su relación con compañeros de trabajo ? Trabaja sola, cosa de ser artista.
- ¿ Es posible ver si su desaparición ha beneficiado a alguien de su gremio ? Los artistas no se suelen acuchillar, pero probablemente a alguien.
- ¿ Su indice de haters se encuentra entre la proporción normal ? Normal, tirando a bajo.
- ¿ Alguno que parezca especialmente dedicado ? No.
- En el ámbito familiar, ¿ sus padres van bien económicamente ? No, son pringados normales.

Alguien responde a la llamada y con un desinteresado gesto aparto la ventana emergente a un lado de la pantallita, donde tras un ligero parpadeo se expande para mostrar a Veatrice en tetas húmedas. - Me quería asegurar de si ... hija de puta! ¿ Te has duchado ? - Protesto en un mohín casi infantil - A mi se me acabo el crédito del agua ayer y no he comprado aun.

De repente algo parece capturar mi atención y por unos largos segundos parece que olvido que tengo a alguien en llamada. Mis ojos se mantienen ocupados leyendo de la pantalla, pero al final con un gesto de desaprobación descarto lo que estoy mirando y vuelvo a centrarme en Pechitos MacTetis.

¿ Ya habrás visto la llamada del arreglador, verdad ? ... Quedamos junto la máquina de chocolatinas(*) en un par de horas. No te demores. Estoy buscando algo de información y luego os cuento.

Los artistas de pinturas, esculturas no tienen una competitividad como lo podrían tener músicos de hip hop o rap. No hay enemistades abiertas, mas bien son como un gremio abierto en el que todos se pelotean y se nutren unos y otros de ideas. 

Por supuesto hay alguna puñalada aquí y allá, pero no parece que cate este en ninguna movida rara. Hacia sus cosas por encargo, participaba en algunas cosas publicas, y poco mas.

Para lo que pides haces una prueba Media de Conc. de sistema y Dificil de Buscar libros (13 y 17).

Se había dejado encendido el terminal y eso mismo hizo que el vídeo lo despertase de su remoloneo mañanero.- ....- Un gruñido bajo, mientras tapaba su cabeza con la almohada. Pero la musiquilla aguda y chillona no dejaba de repetirse, una y otra, y otra vez. Como escuchase de nuevo lo del caracol o la cuchara se iba a tirar por la ventana, si es que esta pudiese abrirse claro. 

Oh por favor...- Se acabó arrastrando de la cama para parar aquella tortura. Anoche había tenido una de esas fiestas para no se que marca de champú y la cosa se había alargado mucho, tanto como las rayas de drogas que le había visto meterse a mas de uno.- Buuuf- sentado a los pies de la cama se perdió en ninguna parte unos largos minutos, gilipollas perdido. Siempre le costaba despertarse y con esa música no ayudaba nada, era como si le hubiesen hecho una lobotomía. Mayuree, de cabeza, tenía que ser ella. 

Le envió un enlace de respuesta mientras se ponía algo de ropa encima y la sonrisa cabrona le salió sola. Luego sentado en el pluf dorado, con el bol en las manos a la mitad de Kibble porque solo se comió medio al llegar con el pedo intentó hacer una llamada en grupo. Había curro, o algo así, aun solo le funcionaba una de sus tres neuronas. 

Sí. Acabo de salir de la ducha se quitó la toalla de la cabeza  y empezó a secarse el pelo lentamente delante de la pantalla del terminal. Lo hizo lentamente. Deleitándose. Como cuando cuelgas fotos en las redes sociales con un nuevo ligue  sabiendo que el cabrón de tu ex lo va a ver. 

¿Una llamada del arreglador?

¿Arreglador?

No. No se quien es ese tal arreglador se encogió de hombros teatralmente

Yo solo recibo mensajes del director del banco agradeciéndome que tenga mis fondos en sus cuentas y también del tipo ese. El del concesionario Kundalini.  Es un pesado. Quiere que le haga no se que encuesta sobre mi Shiva (*)... terminó de secarse el pelo y lanzó la toalla hacia algún sitio de la habitación que Mayuree no pudo ver y luego se acercó hasta el terminal tanto que su nariz rozó la pantalla

Claro que lo he visto estúpida. Vatrice guiñó un ojo ;) ¿Acaso tengo otra cosa que hacer?

Venga, Nos vemos allí. 

Salí aquél día con ganas de vomitar, no lo hice, pues quería ahorrar fuerzas para encontrar a la tal Señorita Sethbank... 

Ya estaba seguro de que lo iba a conseguir, bueno... íbamos. Tenía que contar con "ellos" si quería mi pico de frescos créditos de los cuáles ya empezaba a escasear, no era fácil hoy en día para nadie.

Llamé a Mayuree pues sabía que se trataba de alguien así a lo que respetar hoy en día, tenía esa chispa que hacía que todos nos uniéramos.

-Hey...   Sí,  en la máquina de chocolatinas. Colgué.

Una vez llegué a la zona concretada me pregunté si llamar a Vatrice, me daba algo de respeto , pero no era la misma sensación.

Pero qué coño Randy, llámala. Pensé

Miré mi móvil y para suerte o desgracia  .... Mierda, creo que no tengo su número.

¡Mierda, mierda y cien veces mierda! - Protesto desde mi terminal al ver que han bloqueado el sitio pirata desde el que otras veces había podido acceder a las cámaras de vigilancia callejeras. Hubiese sido tan fácil ... Me tumbo hacia atrás en un violento gesto de frustración y casi pierdo el equilibrio, que consigo recuperar tras un agudo grito y un par de molinillos con los brazos.

Tengo que encontrar algo pero el tiempo apremia. Tendría que haberles dicho a los chicos que quedábamos en 4 o 5 horas.

Me pongo en pie y me dispongo a salir para el encuentro de mis compañeros ... no sin antes coger mis bragitas de panda. Las super bragitas del panda detective que siempre me han dado buena suerte en este tipo de casos.

El resto de mi atuendo es bastante mundano e informal.

Mas tarde os encontráis todos en vuestro taller común, este se encuentra en uno de los niveles inferiores de vuestra arcologia donde la niebla es incluso mas densa y la luz de las farolas y el reflejo de los neones le da a todo un aire mucho mas macabro. Grandes maquinas aparecen abandonadas cerca ... viejas carrocerías que han sido saqueadas un millar de veces y luego grafiteadas encima.

El lugar ha visto definitivamente tiempos mejores, pero eso no quiere decir que no haya almas perdidas trotando por la calle y apoyándose en cada pared sumidos en alcohol y drogas.

No muy lejos de la entrada de vuestro "hogar" un grupo de Reinas Negras, la banda local, se distrae cerca de un bidón lleno de fuego y entrechocando latas de adictivo Smash, la bebida alcohólica por referencia del futuro y fabricada en laboratorios corporativos para ser eufórico y adictivo en partes iguales.

Una vez dentro de vuestro recinto las luces chillonas y decoración estrambótica os da la bienvenida. Monitores, carteles de neón viejos, fotos, recortes de revistas y pintadas de grafiti. Un buen lugar con mesas donde trabajar y guardar vuestras cosas con paredes robustas e industriales que os ofrecen una buena protección.

A un lado está la famosa maquina de chocolatinas que alguien robó de un antiguo club antes que lo cerraran después de una terrible masacre que empezó por una trágica partida de dardos de la que todo el mundo intenta evitar hablar.

La maquina nunca ha funcionado ... y sus contenido (snacks con base de Kibble) hace tiempo que caducaron.

¡Hey! ¡Randy! - Saludo con un tono de voz agudo y desde el final del taller, levantando la mano con un salto para que se me pueda ver desde la distancia. De inmediato apresuro el paso para llegar junto nuestra expendedora, zigzagueando entre algunas personas que parecen confabular para meterse delante de mi en todo momento. Maldita sea. Ni que esto fuese un mercado.

En cuando llego, mi respiración acelerada delata que temía llegar tarde - ¿ Hace mucho que esperas ? ¿ Aun no hay nadie mas ? - Pregunto casi por cordialidad.

Dejo una caja con algunas piezas viejas y herramientas que parecía grande y pesada hasta que la dejo al suelo con un sonoro golpe de chatarra. - ¿ Que pasa hoy ? ¿ Esta hasta el ambiente un poco raro, no ? - Pregunto de nuevo sin haber esperado la respuesta a las preguntas anteriores. Y sin esperar la respuesta a estas nuevas preguntas, me dispongo a empezar a ordenar la chatarra que llevaba conmigo.

¡¡Oh!! ¡MIRA RANRY! ¡He conseguido que funcionen de nuevo! - Exclamo de repente y sin previo aviso, llena de euforia mostrando como me pongo unos cascos musicales con orejas de gato. - ¿¡A que son una monada!?

Salió del apartamento cruzando el Sector Capricornio donde cientos de hologramas publicitarios se exponían a los transeúntes. Las imágenes translucidas de modelos sin sexo definido vestidos a la ultima moda cargados de implantes neurológicos flotaban como si fueran fantasmas de un mundo futuro. Luego descendió por la rampas de Sartorios que en su día estuvieron repletas de oficinas de las cuales hoy no quedaba nada en absoluto salvo ruinas consumidas y vagabundos. 

Miró la hora. Sí. Tenía tiempo. Torció por donde las plataformas para llegar a la Plaza de Bronce donde se apretaban vendedores de hamburguesas deshidratadas y tenderetes de noodles  en cocinas improvisadas que no eran mas que una mesa plegable y un par de fogones. Hizo cola en uno. Todo estaba lleno de trabajadores con trajes de oficina que esperaban a que una banca se quedara libre para comer. Le tocó su turno y pidió un sucedáneo de taco mexicano y un refresco light y salió corriendo para subir a uno de los ascensores de GreenHorse. Eran unos espacio amplios con asientos. Parecían vagones de tren. Todos los asientos estaban ocupados así que se sentó en cuclillas en el suelo y comió allí el taco y el refresco.

Se apeó en la planta -321 y fue por el atajo de los túneles. La niebla se espesó y apretó el paso y entonces se cruzó con un grupo de  Reinas Negras. La miraron pero ella siguió como si nada y la banda volvió a sus asuntos cualquiera que fuesen. Ya casi estaba. Cruzó por la puerta del Nitro. Un garito antiguo y en el que se podían hacer buenos tratos y después solo torció por las escaleras que llegaban al taller.

Abrió la puerta. Todo estaba oscuro. Vio algo brillar a lo lejos. Como una lucecitas de neón de color azul.

¡Mayuree! ¿Que diablos es eso que llevas en la cabeza?

Me doy la vuelta al oír mi nombre, con una amplia sonrisa de dientes bastante cuidados y sosteniendo son las manos los auriculares sobre mi cabeza, pues aun siguen rotos y no se aguantan muy bien por si solos. - ¡Los auriculares de gatita que encontré en la vieja Rollies, la semana pasada! ¿ Molan o no molan ? - Los saco de mi cabeza para volver a mirarlos y confirmar que son la cosa mas cuqui que he visto en horas. - Aun no suenan, pero he conseguido arreglar las luces.

Tras unos segundos y sin dejar de sonreír por mi preciada posesión luminosa, reprocho a Veatrice en un tono que no deja muy claro si realmente estoy molesta o es solo un comentario indiferente. - Por cierto, llegas un poco tarde, pero no eres la última.

Me levanto del suelo colocando nuevamente la vistosa diadema sobre mi cabeza. Con ella puesta empiezo a dar unos pasos lentos y cautelosos, para comprobar su estabilidad. A los pocos segundos me muevo con normalidad, contenta de comprobar que parece que aguantan bien.

Si Artemis no viene en 9 minutos, nos vamos.

Molan dijo mientras miraba como Mayuree andaba con el chisme ese puesto en la cabeza. Luego se giró hacia Randy

¿Que pasa Randy? Bonita chaqueta Vatrice solía hacer bromas con la forma de vestir de Randy. Siempre tan formal. Tan antiguo. Tan carca. ¿Qué? ¿Cómo va el negocio? ¿Bien? 

Cuando Artemis llega, lo hace tarde, como tantas otras veces.

Va ataviado con ropas llamativas y pomposas que casi parecen salidas de un carnaval, lo que contrasta fuertemente con un rostro amargado y medio oculto por sus gafas de sol. Está de resaca y poco hablador mientras os saluda con un gesto de cabeza y busca un sofá donde sentarse con un café en la mano.

El café le había parecido buena idea pero ahora lo miraba con ciertas dudas.