Partida Rol por web

A Hogward le sorprendió escuchar que querían hablar con el. Las cosas se habían puesto complicadas y no se estaba sintiendo bien, sin embargo, sería grosero salir sin mas. Debido a esto el peliblanco trato de aclararse la mente lo más que pudo, dejando el tema de la carta en lo profundo de su mente por ahora.

-Hmm- cuando Stella lo llamó aun no estaba seguro si debía quedarse, no estaba de humor, pero eso no tenía que ver con ellas. Por lo tanto, trató de hablar con la menos tensión posible -Claro, ¿qué es lo que pasa?- respondió de manera directa

Había motivos para sospechar sobre la actitud de su hermano, sin duda algo escondía, había cosas que le seguía ocultando pero... llevaban tantos años separados que sería ingenuo esperar a que él le abriese su corazón cuando sólo habían compartido una taza de té. Teniendo en cuenta que además el día anterior habían tenido un cruce bastante hostil.

Parpadeó al escuchar el plan de su hermano. - El príncipe la reconoce cuando le pone el zapato, claro. Pero.. nunca fue mi intención desencadenar eso al soltar el brazalete. - Apunta, porque considera que es necesario. Ella simplemente lo puso para recordarle que estaba allí. Que seguía viva, y cerca.

- ¿Y quieres encerrarme para que sea liberada después y así poder ir a la audición que ha organizado Ezio? ¿Cómo? ¿Y si no puedo escparme- 

Comprendiendo la intención de tu comentario, alzó una ceja mientras sonreía. Si le aplicaba, no mostraba molestia alguna, solo la calma de siempre. ¿En realidad había tan poco que le preocupara? Se veía realmente tranquilo a pesar de eso.

Aquello que tal vez captó más su atención fue lo que sucedió después, esa parte de la charla sobre Delora y Claire. Su carácter despreocupado desapareció para dar paso a un Klaude más serio y que realmente parecía reflexionar aquel asunto. Se llevó una mano al mentón reflexivo.

- La verdad es que dudo que Delora haga eso solo por evitar que Claire te vea. Tal vez quiere protegerte de alguna manera también. Pero... Será mejor que se lo preguntes. Yo he notado algo extraña a Claire, ¿sabes? Parfait me ha pedido que la vigile de cerca estos días porque a veces sale a caminar y es como si se perdiera en sus ideas. No sé qué le habrá pasado antes de que la encontraras, pero la chica parece estar afectada más profundamente de lo que crees - y su mirada se posó en ti, pero era una mirada más suave y tranquila.

- Delora suele ser muy maternal con todos, así que tal vez quiere evitarte alguna amargura más -.

Retomando el tema de la maldición, volvió a intervenir - Entonces creo que sí vas por buen camino. Por el momento harás las cosas pensando en que te beneficiarán, pero llegará el momento en que simplemente olvides ese beneficio propio y lo hagas sin pensar. Eso sería lo ideal, que sea tu propia iniciativa -.

Dante seguía tratando de mantener su temple severo, así que no cambió mucho su actitud huidiza hacia ti. Lo que sí pudiste notar fue que estaba ligeramente más relajado. Tal vez era porque ahora hablaban del plan.

- Ezio no sabe quién eres. Y esa es la realidad. No tienen que encerrarte realmente, pero con lograr que llegues cuando se haya perdido la esperanza, debería bastar - esta vez sí logró mirarte sin perder su temple duro -. Y si no basta... Tal vez necesitemos una madrastra malvada. Pero en teoría debería funcionar - no estabas segura de si lo de la madrastra era una broma o no, pero con la actitud parca de Dante era difícil de identificar.

- Lady Parfait prometió ayudar en lo que pudiera, así que supongo que algunos de tus amigos te ayudarán. Si funciona, pues volverás... con Ezio y todos felices - y aunque todo iba bien, aquello último lo dijo con su habitual tono desagradable.

Se echó para tras y apoyó su cabeza en el sofá - Solo trata de vestir algo como lo que llevabas puesto en el baile de la princesa. Todas las chicas irán de gala y no te dejarían entrar si fuera de otra manera. Ten en cuenta cuántas no querrán aprovechar la oportunidad de formar parte de la familia, incluso bajo el riesgo de pasar una vergüenza monumental -.

La taberna se había vaciado por completo. Incluso el siempre serio Réamann se había ido a su habitación hace poco. Por tanto, podrían hablar con tranquilidad y privacidad. Annice vio aquello como su señal y tras sacar una excusa bastante tonta, se fue para dejar que hablaran en privado.

Que el chico estuviese tratando de ser amable era algo que Stella apreciaba mucho. Al ver que accedió a, por lo menos, hablar con ellas, Stella miró con una pequeña sonrisa a Rin y procedió a explicarle a Hogward la situación.

—Verás, necesitamos... Bueno, necesito tu ayuda —se corrigió—. Supongo que escuchaste aquello sobre la ortiga que se mencionó en la reunión. Mi maldición... está muy relacionada con eso. Solo existen dos formas de romper mi maldición, y una de ellas es encontrando esa ortiga —estaba claro que abordar lo de su maldición aún le era algo incómodo, sobre todo porque no sabía muy bien cómo tratar con Hogward aún—. Es un viaje algo largo y lejano... así que... me preguntaba si tú estás en la disposición de acompañarnos. Sé que es algo egoísta y que no tienes ninguna razón para hacerlo, pero... es algo muy importante para mí.

-Mmm- Hogward trató de recordar lo que había escuchado de la conversación de antes. ¿Algo sobre una ortiga? El chico escuchó la petición de Stella mientras pensaba en que hacer. Le extrañaba que le pidieran ayuda, pues el no era para nada de ayuda. No sabía si podría ayudar en algo si quiera si podría evitar ser un estorbo. 

Sin embargo, se lo habían pedido y Hogward no tenía razón para negarse. Quedarse en su habitación holgazaneando no parecía una buena ser una buena excusa. -Yo...- titubeó tratando de encontrar una razón por la que negarse, sin exito alguno -Aaah esta bien iré- respondió -¿Cuando y adonde nos vamos?-

Puso cara de exasperación ante el primer comentario pero no hizo mención alguna al respecto. Sabía que no le creía una amenaza para Claire aunque si tenía que suponer, diría que algo en la maldición de la joven se activaba cuando se encontraba con Alain, de ahí que la evitara. Pero él se sentía cada vez más responsable de su estado y quería hacer algo por ella, pensaba que se lo debía, y el hecho de no poder verla lograba frustrarlo.

- Claire no está bien, lo sé. Por eso me gustaría poder ayudarla de algún modo. Cuando recupere la memoria no va a ser fácil para ella, lo habrá perdido todo. Es contradictorio porque será en realidad el peor momento, yo lo habré recuperado todo en cierto modo mientras que ella ganará sus recuerdos de pérdida. ¿No sería más fácil si en lugar de aislarla pudiéramos ayudarla de algún modo a que empiece a tener una vida a la que apegarse? Pero no puedo hacerlo si no puedo verla.

- en cuanto estemos todos preparados, el lugar en cuestión es el pueblo de piedra o de las estatuas... Es la pequeña ciudad de la que huían y dónde me he criado. Seré la guía, aunque si llegara a pasar alguna cosa peligosann, será cuando necesitemos ayuda. Solo esperamos que las medidas de emergencia no sean necesarias.

Ella ya estaba preparada, por lo que no dependía de ella el partir, si no se ellos.

Stella estaba bastante preparada para que Howard le dijese que no. Era natural. Llegaba y se lo pedía de repente. Él tenía sus propios asuntos que atender. Por lo mismo, la chica no recurriría a usar la carta de Parfait para obligarlo, le parecía algo injusto. 

Grata fue la sorpresa para Stella encontrarse con que Howard accedió con bastante facilidad. No pudo ocultar su desconcierto.

-¿En serio? - se llevó una mano al pecho. Su corazón comenzaba a latir rápido de nuevo.

Miró por un momento a Rin y dejó que la pequeña explicase los detalles. Una vez esta terminó, volvió a mirar a Howard. 

-La señora Parfait quería que saliésemos hoy de ser posible. Aunque debo preparar provisiones antes, será un viaje de días. Puedo tenerlas listas para esta tarde - su corazón seguía latiendo con rapidez. Con una sonrisa que nunca había mostrado a sus compañeros, la de una doncella, se acercó al peliblanco y tomó una de sus mano, estrechandola un poco. Después de eso, lo soltó rápidamente y salió corriendo hacia su cuarto - ¡Gracias! - fue lo que les dijo a ambos, antes de comenzar a preparar todo. No era emoción lo que sentía, ¿o sí?

Fiorella le escuchó con atención mientras su hermano exponía su plan para ajustarse al cuento original de la cenicienta. - Ya veo, así que puede que nos veamos obligados a improvisar sobre la marcha. - Le observó con un brillo crítico en su mirada cuando dijo que volvería con Ezio. - ¿Cómo que con Ezio, y tú que? - 

- Lo entiendo, le pediré algún vestido a Parfait entonces, puede que ella tenga algo que pueda utilizar. Si quieres puedes ayudarme, ya que estás aquí... - 

Karma siguió escuchando y asintiendo ocasionalmente. Apenas mencionaste lo último, se quedó pensando un rato, casi como si intentara recordar algo que consideraba importante. Entonces, subió las cejas y abrió los ojos apenas mencionaste lo último.

- De hecho... Lady Parfait y Delora sí que están buscando justo lo que dices. Lady Parfait dijo que tiene personas que pueden ayudarle, pero no se atreven a hacerlo hasta que su condición se estabilice. No digo que las apoye en no dejar que la veas, pero ¿ya has pensado lo que harás cuando estés con ella? - y guardó silencio.

El tiempo ya iba pasando y Parfait se divisaba cerca de su posición, aunque lo hacía a paso lento. Posiblemente para darles algo de privacidad.

Mientras Stella se iba para comenzar a alistar todo, Parfait bajaba a la taberna y se dirigía a la salida, aunque no pasó por alto su pequeña reunión, por la cual sonrió y se dirigió a la salida de la taberna en dirección al bosque. Mientras tanto, los detalles parecían claros.

Waltz se les acercó poco después y les dijo que era su trabajo guiarlos a la salida del pueblo, pero que la salida sería esa misma noche. Después de todo, el camino era largo y no había tiempo que perder. Sin embargo, no irse preparados era buscar una muerte segura.

Asintió apenas mencionaste sobre lo de improvisar - No sé de brujería, pero eso en lo que he pensado - y apenas dijiste lo de volver con él, bajó la mirada y se giró para que no le vieras la cara.

- Y-yo soy el hermano desagradable, ¿recuerdas? Así ha sido y así será. N-no finjas que será diferente - y aunque su tono era algo tosco, su temple flaqueaba. En verdad no se creía del todo sus propias palabras.

Al mencionarle que te ayudara, negó con la cabeza y se puso de pie - Ya he alargado mi visita. Debo ir a ayudarle a Ezio a terminar los preparativos. Por favor, no olvides el plan -. Su voz se había suavizado considerablemente.

¿Qué haría? No lo había pensado. Estaba claro que no iba a volver a recriminarle nada. Una parte de él había jugueteado con la idea de hacer que recordara su pasado o, por lo menos, explicárselo. Pero, ¿no sería eso cruel? Explicarle algo a lo que no podía volver. Al final, si lo pensaba honestamente, su intención era, sobre todo, redimirse consigo mismo. Aunque también sentía un deseo sincero de ayudarla, de verdad, lograr que de algún modo recobrara una felicidad que él había sido parcialmente culpable de que hubiera desaparecido.

- Ser su amigo - acabó por decir -. Supongo que debe ser aterrador para ella estar aquí sola, sin recuerdos y sin siquiera entenderse a sí misma. Quizás lo único que necesite es alguien que, en lugar de ser su cuidador, sea su amigo, sin más...

Se quedó esperando la respuesta de Karma aunque, a lo lejos, divisó a Parfait, lo cual hizo que su ceño se frunciera ligeramente. ¿Quería eso decir que ya habían acabado con Fiorella?

El equipaje de Rin era sencillo, alambre, unas galletas, algo de sedal y unos anzuelos, añadió esta vez una pequeña pala de jardinería, puesto que se habló de ortigas, pensó que evitar tocarla sería más seguro.

Pero hasta la salida no podía hacer más, por lo que se fue a la cocina a tomar algo de lo que hubiera sobrado de la charla y fue a hacerse ella misma un chocolate caliente. Le pareció una exageración que dijeran que ir hasta su pueblo sin provisiones era un suicidio, después de todo ella misma había llegado allí, y si; llegó desnutrida y deshidratada, y acabó desmayada cerca de allí, pero si quitaban de la ecuación los golpes de piedras quizás habría llegado un poco más lejos...

Poco después de subir a su cuarto y empacar únicamente lo que ella creía esencial para el viaje, bajó a preparar lo más rápido que pudo las provisiones.

Tomando en cuenta que no disponían de tanto tiempo, y que el viaje sería largo, preparó alimentos que no se descompusieran a un ritmo acelerado, así como frutos secos y algo de fruta que podría servirles los primeros días. Asimismo, seleccionó pan, y, por supuesto, agua suficiente.

Toda la tarde, casi hasta la hora de la salida, Stella se mantuvo haciendo los preparativos. Aprovechó la tarde para preparar algo de comida más elaborada que, si bien se descompondría en pocas horas, podrían consumirse en la noche y parte de la mañana.

Cuando hubo preparado, se le acercó a Waltz para decirle que todo estaba listo. Por lo demás, solo pudo esperar con bastante ansiedad a que todos estuviesen listos y saliesen de allí. Aprovechó el poco tiempo libre que tuvo para pasarlo un rato con Réamann en su cuarto, antes de despedirse de los demás.

Hogward asintió cuando le contaron su objetivo. Tenía que sacarse algo de la cabeza y esto podría distraerlo un poco. CUando se separaron Hogward subió a su cuarto a prepararse para el viaje. Empacó varias cosas, entre ellas algo de medicinas para primeros auxilios y herramientas varias. Pasar tiempo sin tener un techo le enseño algo sobre como prepararse para algunos accidentes.

Llegado el momento acompaño a las chicas hacia la salida del pueblo.

- No te preocupes, tenemos gente en la que podemos confiar en caso de que haga falta improvisar. Lo lograremos, o eso quiero creer. - Estaba tan cerca de recuperar su vida, pero a la vez casi se le presentaba como un espejismo inalcanzable. Eran demasiadas sensaciones juntándose en su pecho mientras seguían ultimando los detalles del plan.

- Sobre que seas un borde, ya hablaremos cuando acabe todo esto. Pero eres mi hermano, nuestro hermano. Además... siempre se pueden enmendar las cosas. Si tu quieres... Supongo que podremos hablar de ello cuando todo acabe. - Dice al verle titubear, dedicándole una sonrisa dulce y cálida. Pero no pudieron alargarse, el plan le obligaba a acudir en ayuda de Ezio.

- Bien, entonces ve, yo me encargaré del resto. - Se acercó y le cogió la mano. - Pase lo que pase, gracias por todo. Y si no sale bien... ven a visitarme algún día, ¿De acuerdo? - Le dedicó una sonrisa dulce a modo de despedida antes de soltar su mano y dejar que se marchase. 

Lo que le decías despertó algo de sorpresa en Karma. Era notorio en su rostro y en su expresión que encontraba lógica en lo que le decías. Asintió y agregó - Tal vez deberías hablarlo con Lady Parfait. De seguro ella podría entenderlo y hablaría con Delora a tu nombre. De todos modos, Delora sigue fuera por sus deberes en el castillo - sonrió y miró a Parfait acercarse.

El hada se aproximaba con calma. Realmente no parecía con prisa de llegar, pero su sonrisa se anchó apenas hizo contacto visual con ambos - Me alegra verlos juntos. Sobre todo porque Karma habló mucho sobre ti cuando recién llegaste a The Marchen. El tiempo vuela, ¿verdad? - y es que era así. ¿Hace cuánto habías llegado a la taberna?

- En fin. Rememorar es divertido, y espero que ya hubieran terminado su conversación porque hay mucho por hacer y debemos prepararnos para la gala. Dependerá de ello que Fiorella pueda ser libre de su maldición. Karma, por favor regresa a tu posición. Y Alain, para ti tengo un trabajo muy especial - sonrió mientras te miraba. Hizo señales para que regresaran a la taberna; y ya te contaría todos los detalles en el camino.

Lo que les esperaba sería llevado a cabo al atardecer, pero según Parfait, Hogward, Rin y Stella partirían antes de eso en busca de algo que rompería la maldición de Stella. En este caso, el grupo se partiría en dos.