Partida Rol por web

Poco después que todos empezaran a hablar, Parfait se giró hacia la habitación de Réamann para hacer una señal a Delora que esta pareció saber interpretar y asintió. Tras esto, Parfait se dirigió a la habitación del peliblanco. Al parecer, sus asuntos allí no habían terminado tampoco.

Mientras escuchaba, Delora guardó un respetuoso silencio hasta que vio que Alain la miraba en ocasiones. Comprendía las dudas del joven, pero ella parecía tener plena fe en Rin. Por eso, cuando Hogward se ofreció, asintió - Toda ayuda será de utilidad, y más porque es muy seguro que Réamann vaya con nosotros - y miró una vez más hacia la habitación del peliblanco -. Dudo mucho que él quiera quedarse atrás -.

Se quedó pensando un momento - Una opción sería paralizarla con magia. Hay hechizos de electricidad que pueden ser de utilidad para eso, pero la participación de Parfait debe ser solo si hay alguna emergencia. De resto, será nuestra responsabilidad únicamente. Stella ha aprendido a conjurar barreras, así que podemos contar con ella para que nos cubra en caso de algún imprevisto. Y el plan de atacar por diferentes frentes no es malo. Podría funcionar. Aed tiene una bodega donde guarda toda la mercancía, además de su oficina y la entrada a Caelfall. Lo mejor que podríamos hacer es aprovechar esos lugares. Las caballerizas también servirán - y miró a Alain de nuevo esperando que siguieran coordinando el plan de acción -. Sería importante dividirse en grupos. Así podrán cubrirse las espaldas - y luego se giró hacia Fiorella -. Otro de los rumores dice que atacarán la taberna. Tendremos algo de ayuda de algunas brujas de la ciudad, pero necesitamos alguien que esté aquí adentro para que la proteja. Jurien y Garlan son también bastante capaces, pero además habrá asistencia mágica. Tu hermano y tú son hábiles con la espada, así que por eso te necesitamos aquí - y aunque su mirada era severa, no había más que gentileza en sus ojos al hablar con la chica.

- Lo entiendo Delora, simplemente no dije nada porque no quería interrumpir los planes de los demás. Yo puedo hablar luego con el resto - Afirmó asintiendo con la cabeza entendiendo la situación antes de asentir a sus compañeros para que continuasen con su conversación. 

Réamann mantenía sus ojos cerrados y respiración tranquila en el silencio que los rodeó a ella y a Stella, pues ésta sollozaba y él no quería interrumpirla; hasta daba la sensación de que se quedó dormido en medio de esta situación. Tampoco dio señal cuando la pelinegra habló y le recordó la promesa de salir juntos a Angielle... pero el peliblanco escuchó todo, claro. Era consciente que no podía prometer algo de lo que no estaba seguro, pues aunque deseara con todas sus fuerzas llevarlo a cabo y que pondría su voluntad en ello, nada garantizaba que volvería con vida y saldría libre de su maldición.

-Gracias por quedarte-contestó por fin para indicar que seguía despierto. No abrió los ojos, pero ya se podía notar que sí estaba despierto-. Te prometo que haré todo lo posible para volver-fue su respuesta, sin promesas vacías pero sí aquella en la que se esforzaría en cumplir.

Después escuchó a Parfait, casi pensando que tocó en el momento justo a propósito y no por simple curiosidad. El joven se quedó en su lugar, sin afán de levantarse hasta que Stella lo hiciera. Total, todo momento de descanso ya era importante para él. No fue sino hasta que la hada entró que se incorporó con cuidado, luciendo un cabello más desarreglado y un aspecto cansado, pero determinado a pesar de todo. Miró los ojos celeste de la anfitriona y suspiró antes de contestar.

-Ya la sabes-dijo, como si se lo comentara una vieja amiga-. Me arriesgaré. Ya no hablo como el antiguo Réamann que tal vez habría aceptado porque ya no tendría nada que perder, sino como un Réamann que quiere seguir viviendo y por lo mismo luchará hasta el final-y, tal vez buscando apoyo, tomó con cuidado la mano de Stella y la chica podría notar que... temblaba levemente. El ex-caballero estaba un poco nervioso.

Stella se había limitado a quedarse acurrucada a un lado de Réamann. La respuesta de Réamann no aseguraba nada, pero le daba la certeza a Stella de que de verdad el peliblanco trataría de sobreponerse a su maldición y a Phoisa. Ella respetaría eso por mucho que le doliera.

—Lo sé —fue lo que contestó, sin ganas de moverse de donde estaba. No lo hubiese hecho si no hubiese sido por la llegada de Parfait.

Aunque escuchó a la hada, no se apresuró por incorporarse. En otro momento le daría pena que Parfait entrase y los viese así, pero en ese momento no. De hecho, no mostró la más mínima intención de levantarse, al menos hasta que sintió a Réamann incorporándose. Sin querer ser una incomodidad para él, se incorporó ella también, limpiándose los rastros de donde momentos antes habían pasado lágrimas.

Vino la pregunta de Parfait, una pregunta que le hizo un nudo a la garganta. La chica miró a Réamann, expectante. Luego de escuchar lo que ya sabía, sintió cómo el peliblanco tomaba su mano.

Soy... una tonta.

Sin importarle mucho que Parfait estuviese allí, Stella recogió su cabello y besó con gentileza la mejilla de Réamann. Luego, se volvió a incorporar, aunque sin dejar de mirarlo.

—Yo también lucharé hasta el final junto a ti —y apretó un poco la mano del peliblanco—. Lo haremos. Juntos.

-Y ahí va mi posibilidad de quedarme a salvo en la taberna- pensó Hgoawrd al escuchar que Reamman de seguro iría al encuentro de la bruja. -Claro que tiene mucho sentido, no es como si estuviera con un pie y medio en la tumba o en un estado en el que colapsaría con la mas leve brisa de aire- se habló así mismo frustrado -Oh espera ¡que si lo esta! Bueno de todas formas tampoco es que vayamos contra una de las brujas mas poderosas...- 

Hogward siguió callado manteniendo un rostro neutro mientras para sus adentros seguía maldiciendo y hablando ironías de la vida.

La bruja suspiró al ver el silencio generalizado, así que decidió agregar - Creo que haberles pedido esto ha sido un golpe fuerte para todos, así que por el momento tómense el día para descansar un poco, planificar lo que harán y relajarse. Elliot vendrá por nosotros antes del atardecer - dijo con seriedad para luego mirar a Ezio y Fiorella -. Por su parte, les recomiendo hablar con Jurien y Garlan para saber cómo se distribuirán la defensa. Unas cuantas brujas y hadas vendrán para reunirse con quienes estén aquí - y miró hacia la habitación de Réamann una última vez antes de indicarles que se pusieran en lo que fuera que decidieran hacer el resto del día y dirigirse hacia allí.

Annice se encargaría de cocinar ese día para que todos pudieran descansar, pero aún quedaban cosas por hacer. Claire, la chica que Alain había rescatado en Caelfall, bajó las escalas para acercarse al grupo tímidamente y mirando a Alain un tanto ansiosa.

Waltz, por su parte, seguía con su rostro amable junto a Rin, esperando las ocurrencias que la chica diría - Yo puedo ayudar con las bombas. Algo de conocimiento tengo en pociones y ese tipo de cosas - se veía confiado en su habilidad.

Jurien y Garlan llegarían más tarde. Al parecer, estaban dando una última patrulla antes de poder regresar a proteger la taberna. Karma seguía fuera, tal vez haciendo su parte. No era que se le viera muy seguido ayudando en la taberna, pero cuando lo hacía, daba lo mejor de sí.

Parfait parecía querer respetar aquello que estuvieran ambos compartiendo, así que no hizo comentario alguno. Lo que sí fue palpable fue una risita complacida al verlos interactuar. Poco después de escuchar la respuesta, asintió y sonrió - Sí, pero no era mi trabajo decirla, ¿verdad? - y alguien tocaba a la puerta. El hada la abrió y pudieron ver que quien estaba al otro lado era Delora, quien le indicaba algo a Parfait. El hada asintió con la cabeza y luego se giró hacia ambos.

- Stella, cuéntale los detalles de lo que escuchaste. Tendrán que enterarse de lo demás después. Por el momento, ambos deben descansar para estar en su mejor forma. Elliot pasará para llevarnos antes del atardecer. Solo un consejo: no pierdan el tiempo - y les guiñó un ojo cómplice para marcharse poco después.

¿Qué podrían hacer el resto del día? ¿Sería ese el último día en que se verían? ¿Réamann podría sobrevivir a lo que se vendría? Era un día importante para todos y la tensión se podía cortar en el aire. A pesar de eso, se tenían el uno al otro ahora más que nunca.

Cuando el plan quedó claro, Rin pudo de concentrarse en revisar el material que iba acumulando en un cajón de su habitación, en su mayoría alguna cuerda, hilo o alambre, aunque el material más complejo (como polvo somnífero de unas setas) tuvo que salir a bancario con paciencia.

La ayuda de Waltz para preparar las bombas fue infalible, añadir piedras yesqueras para facilitar la detonación rápida no era sencillo se requería bastante precisión, aunque en el proceso de elaboración Rin comenzaba a preguntarse si tenía algo raro en la cara para que el muchacho le mirara siempre tan expectante.

Al parecer Parfait confiaba en sus trampas más que ella misma, a la niña le ponía considerablemente nerviosa la idea de que el plan pudiera fallar, y no se culpaba por ello, no se trataba de capturar a un duendecillo despistado, se trataba de una poderosa bruja, una que iría acompañada de más de ellas. Por ello pensó en cual sería el plan B o incluso el C... Por lo que su pequeña y paranoica cabecita le llevó a hacerse con algo de resina con la que hacer también unas bolas de pegamento y unas bombas de pimienta.

En lo que esperaba la respuesta de Parfait a su decisión, Réamann no esperaba que Stella hiciese eso y le pilló desprevenido. Al sentir los labios sobre su mejilla hizo que abriese sus ojos con sorpresa y le viese con un brillo en sus ojos que le hizo verse más joven, retomando prácticamente la edad real del joven. Habían tenido demostraciones de afecto en privado, era la primera vez (que él recordara) que lo hacía eso frente a alguien más... y con lo que ella dijo, su rostro se suavizó en un agradecimiento profundo. Definitivamente estaba aliviado de haber reencontrado más opciones para disfrutar la vida.

No dijo nada más, retomando su atención en la hada cuando le respondió y correspondió con una sonrisa de lado para después suspirar. Apenas iba a hablar cuando Delora tocó la puerta. Aprovechando el pequeño intercambio de diálogos que hacían entre ellas, el ex-caballero se acercó más a la chica para susurrarle algo.

-Quédate...-y luego se acomodó para las siguientes indicaciones que explicó Parfait y contestarle-. No se si ya lo hablaron, pero deberían explicar... basándose en todo lo que sabe, cómo es ella. No es tonta, sabe que irán tras ella y deben partir de que estará un paso adelante para que no nos quedemos atrás.

No quiso retenerla, así que se despidió y cuando quedaron solos otra vez, el peliblanco se acostó de nuevo y se quedó expectante a si ella se quedaría o no con él hasta el atardecer. Él no podría salir de la habitación para guardar el mayor reposo posible, por lo que planeaba dormir y conversar con ella siempre y cuando se quedara, tenía ganas de contarle anécdotas de sus primeros meses en la orden y prácticamente estar con la joven en esa pequeña paz hasta donde le fuese permitido. También tenía planeado hablar con Jurien, Garlan y Karma por si acaso... no quería sonar fatalista, pero quería decirle a Garlan que, además de cuidarle la  hidromiel, se animara a abrir su corazón antes de que fuese demasiado tarde.

Quería una tarde tranquila, conviviendo de manera pacífica con el resto... pues no sabía si volvería. 

Era extraño que la presencia de Parfait no le hubiese incomodado antes de demostrar su afecto a Réamann. En ese momento no le hubiese importado hacerlo frente a todos los demás. No sabía si tendría oportunidad de hacer eso de nuevo, o de hablar con él. El tiempo era limitado, y ella no tenía intenciones de desperdiciarlo. 

Ver que el semblante de Réamann cambió era suficiente.

Cuando Delora llegó, Stella sí que se avergonzó un poco de que la viese así con Réamann, pero no hizo el ademán de moverse. De hecho, trató de no mirarla mucho, sorprendiéndose un poco de que Réamann le susurrase al oído porque no estaba atenta a ella. Eso le produjo un escalofrío.

—Lo iba a hacer aunque no me lo pidieras —le contestó, ruborizándose un poco.

Cuando Parfait se volvió para hablarles, asintió. Aunque bien al final de todo, cuando el hada se despidió, mientras Réamann le daba recomendaciones sobre Phoisa, la chica sintió que su corazón se aceleraba un poco. Lo último dicho por Parfait sí la había avergonzado, sobre todo por la forma en que lo había hecho.

Una vez el hada se fue, Stella suspiró para relajarse, acurrucándose de nuevo al lado de Réamann algo sonrojada. Tardó un par de minutos antes de calmarse del todo.

Como era de esperarse, Stella se quedó con Réamann, saliendo apenas unos pocos minutos para traerle algo de té y cosas de comer. Con gusto escuchó las anécdotas del chico, contando también suyas de cuando atendía la taberna de su padre cuando todavía no tenía la maldición. Sin dudarlo, y si le fue permitido, durmió una pequeña siesta con el peliblanco y conversó con él todo lo que pudo antes de dar, como era de esperarse, espacio a los demás para que también hablasen con él. Aprovechó ese espacio para ir a su habitación provisional. Lejos de simplemente alistarse, los nervios la traicionaron y la chica se rompió una vez más, aunque esta vez en soledad.

Era muy poco tiempo. Demasiado abrupto. No estaba preparada para lidiar con todo eso. Pero si quería que Réamann viviese, no había otro camino.

Odiaba elaborar planes con tan poca antelación y tanto desconocimiento. Incluso cuando más o menos habían dejado la idea cerrada, sentía que había tantos cabos sueltos que era imposible que aquello resultara según lo planeado. Y luego tendrían que improvisar, algo que, como se había visto, no entraba en los puntos fuertes de ninguno de los componentes de aquel grupo.

Además, estaba el hecho de que incluso cuando algunos quedarían atrás, no por ello estarían a salvo del peligro. Sus ojos dieron con los de Fiorella, ante quien alzó levemente los hombros con expresión de resignación a pesar de que por dentro bullía de preocupación ante toda aquella situación que, nuevamente, escapaba del control de todos con más tintes de peligro de los que deseaba afrontar.

Sin embargo, al encontrarse con Claire delante con  aire temeroso no le quedó más remedio que aventurar una leve sonrisa confiada, bastante ajena a como se sentía, antes de acompañarla a dar el paseo por el bosque que le había prometido, intentando de esa manera mantener alejado de su pensamiento todo lo que podía suceder y todo lo que, sospechaba, saldría mal.

Hogward suspiró cansado cuando termino la conversación. No le gustaba tener que meterse buscar pelea contra una de las brujas mas poderosas, pero tenía que cuidar del moribundo para que no la palmara del todo. Hablando de el, tendría que hablar con Reamman antes de que todo empezara a moverse. Al menos para tener una idea de como mantenerlo vivo hasta que todo termine. 

El problema es que nos sabía cuando los dos tortolitos iban a estar ocupados. Así que sin nada mas que hacer se quedo en un lugar donde podría ver si Stella salía en algún momento. Si se demoraban mucho pensaba interrumpir de todas formas, pero les daría algo de tiempo para no ser del todo descortés. 

Lo hecho, hecho estaba. Y ahora todos tenían que cumplir su parte y la suya era mantener la posada a salvo mientras los demás estaban fuera. No podría seguir escondiéndose pero tampoco era una opción que pudiese mantener eternamente. Asintió a sus compañeros aunque un aire de tensión había invadido la sala. Cuando Alain le devolvió la mirada, asintió con la cabeza tratando de darle seguridad. Sabía que había estado preocupado por ella y trató de devolverle algo de confianza, no quería que estuviese pensando en ella mientras debía concentrarse en su misión.

El resto del día se puso en pie y empezó a revisar con Ezio los alrededores de The Marchen, buscando formas de reforzar la seguridad de la taberna sin que pareciera que se intuían un ataque. Al fin y al cabo, ya que estaba allí, quería aprovechar su experiencia aunque no estaba segura de querer que se quedase para la noche.

Réamann y Stella se quedaron juntos la mayor parte del tiempo, con interrupciones cortas que la chica hacía para llevarle alimento y poco después para prepararse para la ocasión. Alain salió de paseo con Claire por el bosque, promesa que le había hecho a la chica anteriormente y que esta agradeció enormemente, Rin trabajó bastante con Waltz y Hogward, quien ayudó con sus conocimientos médicos para mejorar algunos de los preparados de la joven cazadora, Fiorella trabajó de la mano de su hermano para preparar la taberna para lo que vendría y los demás hicieron su parte también. Sin que se dieran cuenta, el atardecer estaba por llegar y, tan puntual como este, Elliot llegó en un portal mágico que conectaba lo que Réamann y Rin reconocían como la oficina de Aed con la taberna. Afirmó que era el método más seguro para que no fueran vistos en desplazamiento, ya que necesitaban toda la ventaja posible... Y más si su oponente era una bruja como Phoisa.

Todos se juntaron en la taberna mientras tanto Delora como Parfait entregaban el equipamento necesario: espadas y una bolsa para cada uno con tres bombas somníferas y dos de parálisis. Habían dos más que eran las de humo, pero les indicaron que debían ser cuidadosos con el área o resultarían todos tosiendo y no escapando.

Elliot cerró el portal y esperó a que quienes fueran a marcharse se alistaran. Delora explicó que Garlan, Jurien, Ezio y Fiorella se quedarían a cuidar la taberna, ya que había rumores sobre un posible ataque. Era mejor prevenir y cuidar el lugar que para muchos era su nuevo hogar... O tal vez solo un faro de esperanza.

Claire se había mostrado entusiasta con el paseo, aunque con lo bien que la conocías, podías notar la preocupación en su rostro. La chica de verdad se sentía asustada por lo que se vendría y, cuando el atardecer se acercaba, te miró consternada.

- Sé que debes hacerlo, pero por favor ten cuidado. Quisiera... Quisiera celebrar contigo que rompas la maldición. Eso te permitirá dejar de sentirte responsable por mí - y es que ella sentía que era eso lo que te unía a ella, pero ¿acaso podías culparla? Teniendo en cuenta que la chica solo recordaba su unión por la maldición, era comprensible su postura.

Al final, solo agregó con una triste sonrisa - Lo siento. Solo lo hago más difícil. Regresa a salvo, ¿sí? - y con eso se despidió.

Ezio se te acercó en algún momento mientras preparaban todo y te sonrió como siempre lo hacía - Será un día importante. Si bien no tomaremos parte directamente en vengar a Dante, les daremos un lugar salvo al cual regresar a quienes sí. Además, son quienes nos han mostrado su hospitalidad en este mes que esa mujer se apoderó de la casa de nuestra familia. Si logramos nuestro cometido, podremos volver a casa y reconstruir nuestro hogar, pero... - se detuvo un momento y te tomó de las manos.

- ¿Estás segura de poder con ello? Físicamente no me cabe duda. Me preocupa más tu claridad mental y fortaleza espiritual -.

En algún momento del día, Parfait se te acercó para hablar contigo. Dijo que era algo referente a Réamann.

- Quería que lo supieras antes y por eso te pedí que no te fueras, pero te lo diré ahora y espero que prestes total atención a cada palabra que diré - y aunque su tono era tan amable como de costumbre, había algo de severidad y orden en este que lo hacía ineludible. Tal vez eludir sus palabras te podría costar la vida... O al menos ese sentimiento despertaba en tu interior.

- Réamann tiene en su poder una poción que solo puede beber una vez. Le devolverá su vitalidad completa por unos minutos, pero si se excede de ese tiempo, su estado empeorará. Si toma dos, morirá; y cada que tome una, su esperanza de seis meses de vida se reducirá a la mitad. Debes vigilar que solo la tome cuando sea estrictamente necesario, ya que yo no podré hacerlo. ¿Entendido? Es posible que Stella también lo sepa, pero te lo encomiendo como su médico. Queremos que regrese - y tras decir estas severas palabras, se fue.

Cuando quisiste hablar con Garlan de aquello, el chico solo se avergonzó mucho y dijo que no era el momento aún... Siempre era lo mismo. ¿En verdad algún día le confesaría sus sentimientos a Jurien? ¿O acaso estarías vivo para verlos juntos? Con tan poco tiempo, era difícil no querer que fuera inmediato, pero Garlan no podía entender tu prisa. De hecho, solo tú podías hacerlo.

Parecía dudoso, pero antes de marcharse para seguir con las preparaciones, te dijo - Hay algo que debes saber. No se ha visto a Viscount en la guardia desde hace una semana. No creo que necesite decirte qué creo que le sucedió, ¿verdad? - sonrió algo triste -. Y más te vale que regreses o echaré a la calle tu reserva especial. Estás advertido - y se marchó.

Mientras todas las preparaciones se llevaban a cabo, Waltz te ayudó de buena gana. El chico se veía entusiasta. Poco después habló - Esto es como recordar mis días cuando aprendía magia. Lástima que ya no pueda usarla por mi maldición... Pero creo que ayudarte con esto me ha transportado un poco a esos días. Gracias, Rin - sonrió -. Y de verdad espero que tu hermano y tú puedan romper su maldición. No merecen pasar por lo que yo he pasado durante diez años. Eso es demasiado tiempo -.

Mientras te preparabas, Delora se acercó a ti. Al ver que parecías llorar por todo lo que estaba ocurriendo, te consoló un poco, aunque no demasiado ya que había menesteres primordiales; y eso era relacionado con la batalla que les esperaba.

- Tú debes permanecer con Elliot. Él es un hada con el poder de tomar la magia de otros y usarla, es un poder muy raro incluso para las brujas, así que él podrá ayudarte si te falta fuerza en una barrera o cosas así. Acompáñalo y no te separes de él por ningún motivo. Si Phoisa te alcanza, estaremos perdidos. Sabemos que ella tiene tanto interés en Réamann como en ti, Stella. Con alguno de los dos llegará al otro - y su rostro era completamente serio. Las consecuencias podían ser fatales para cualquiera de las partes.

Poco después de eso, se marchó a seguir preparándose para su incursión.