Partida Rol por web

Con un sonido profundo y metálico como si algo estuviera a punto de ocurrir emerge un feroz rayo de la esfera central e impacta en el pecho de Serj fulminando su cuerpo en el suelo. No solo eso, de la nada, su mano derecha se alza mostrando un brillo inesperado y esta es arrastrada en la más profunda oscuridad ante el impacto de los presentes.

Van a tener que llamar a los de la limpieza dijo Charlie observando todos los objetos desperdigados por el círculo, intentando dar un toque de humor a aquella situación. Creo Phoebe que, al menos por ahora, está claro que hacer. Hemos de votarnos y empatar, así arañaremos hasta el último minuto de vida. Tras eso, sinceramente no lo se. ¿Crees que si no votamos en el desempate, la máquina volverá a matar por azar? Porque el azar implicaría que uno de los dos saldría vivo, ¿no?

Charlie se llevó las manos a la cara. Estaba cansado, muy cansado, y tenía sed. ¿Cuanto llevaban allí?

Estoy de acuerdo le digo a Charlie cuando dice que nos votemos para empatar. No entendía lo que podía pasar a continuación. Éramos dos y evidentemente empataríamos tanto en el voto inicial como en el desempate, si es que los dos votábamos o dejábamos de votar. Sólo nos quedaba la opción de dejar que decidiera el rayo el desempate. No sé que pensará hacer ese rayo después del empate. Si no nos votamos supongo que elegirá al azar. Crees que debemos jugárnosla? es decir, puede ocurrir que al quedar los dos no nos mate a ninguno, puede que elija entre los dos a uno o puede que nos mate a los dos...Me froto la cara con cansancio y desesperación No sé qué puede ser lo correcto ahora mismo.

Tras unos pitidos que marcaron una especie de cuenta atrás de los últimos segundos y un silencio de tan solo un instante, dos focos blancos se iluminaron sobre las cabezas de Phoebe y de Charlie. Al parecer ahora al mover la mano salta de uno a otro, sin dejaros opción de señalar a nadie más.

Al ver la luz sobre nosotros dos y el resto de la estancia a oscuras, silenciosa...empecé a sentir un temblor, un miedo interno de lo desconocido...un lugar en el que hasta hacía poco reinaba un alboroto por la multitud de personas, ahora se veía demasiado triste y daba ese sentimiento de soledad. Miro a Charlie y trato de tranquilizarme. Nos votamos o dejamos que la suerte decida? Le sonrío para quitar un poco de tensión. No era de agrado señalar a alguien para matarlo y nenos aún a alguien a quién acabas cogiéndole cariño porque a demostrado ser digno de confianza. 

Hijos de la gran puta No pudo reprimir decirlo, aunque sabía que no valía de nada. Tras decirlo se puso en firmes y arrastro sus manos al lado de su cuerpo, con mucho cuidado, y las guardó en el bolsillo. Curiosamente la imagen resultante era la de un pistolero enfundando sus revólveres.

No pienso votarte. No se a donde me llevará esto, pero no pienso votarte. 

Lo más curioso es que no lo estaba haciendo por ella: aunque fuese difícil de comprender, Charlie lo estaba haciendo por él mismo.

Lo siento Charlie, quizá me equivoque, pero no puedo arriesgarme a que me puedan traicionar por tercera vez. Espero que entiendas esta decisión.

Señalo a Charlie y aprieto el puño.

Con un sonido profundo y metálico como si algo estuviera a punto de ocurrir emerge un feroz rayo de la esfera central e impacta en el pecho de Charlie fulminando su cuerpo en el suelo. No solo eso, de la nada, su mano derecha se alza mostrando un brillo inesperado y esta es arrastrada en la más profunda oscuridad ante la mirada de la única persona presente. El único rastro de su existencia son dos fotografías que había escondido bajo sus zapatos para la superviviente.

Allí donde Charlie había permanecido de pié solo quedan dos fotografías marcadas por las suelas de sus zapatos. Las dorsos de las fotos estaban escritos, la foto de sus hijos mostraba tras de si unas escuetas líneas mientras que las de su nieta estaba tan llena de palabras que parecía completamente coloreada.

Antes incluso de que Phoebe pudiera agudizar la vista aún sin salir del círculo, todo se volvió negro para la quizás no-tan joven mujer vestida en un traje de superheroína, literal y figuradamente; pues a la vez que todas las luces se apagaron, esta también perdió la consciencia.

El sonido del agua despertó a aquella mujer, levantándose entre dolores en la áspera arena, Phoebe logró hacerse a la luz natural que la estaba azotando, así como dejando ver lo que había a su alrededor, una extensa playa repleta de los restos, de lo que podría ser un naufragio. Y no solo tablas de madera y plásticos estaban hundidos en la arena; sino los cuerpos de casi medio centenar de víctimas, algunas casi completamente enterradas, otras parcialmente y otras como si hubieran acabado de llegar a estas costas.

Poco a poco los recuerdos abordaron la memoria de aquella mujer; estaban en un crucero con todas aquellas personas tan dispares; algunas en busca de pareja, otras tan solo porque tenían que aprovechar los cupones de la empresa, excursiones escolares, siendo polizones, trabajando en el barco o tras haber secuestrado con éxito a un huérfano millonario a punta de arpón amenazándole con matar a sus queridas hermanas si no seguía el juego mientras le daba un nombre falso y lo subía al crucero pues el barco "Prospero" ya había zarpado hacia Perú, e incluso otros trabajando en la Bodega de Alimentos congelados.

Todos los recuerdos eran agradables, hasta que la tormenta llegó y a partir de ahí su memoria no logró recordar nada más, a fin de cuentas, todo se había vuelto borroso y tumultoso, a la par de oscuro y lúgubre, igual que la tormenta que los engulló...

Al levantarse, confundida y en estado de shock, Phoebe notó que algo le pinchaba el estómago, tras rebuscar por dentro de su traje encontró una bolsa plástica con dos fotografías; una fotografía de niños de edades muy dispares sonriendo y abrazados a otra mujer. En el reverso de la foto podía leerse lo siguiente:

Cedo tras mi muerte un cuarto de mi fortuna, valorada aproximadamente en cinco millones de dolares más royalties por la venta de películas y series, a mis hijos, dividida en partes iguales.

Cedo otro cuarto de mi fortuna a John Enders Larson, mi notario.

Cedo otro cuarto de mi fortuna al primogénito o primogénita de la portadora de este testamento, Phoebe _________

Cedo el último cuarto de mi fortuna a mi nieta.

Fdo:

                                  Charlie ShinChan                                John Enders Larson

Por otro lado, la segunda fotografía de una niña muy pequeña podía leerse:

Si puedes leer esto Phoebe, es que al menos uno de nosotros ha sobrevivido. Antes que sientas lástima o remordimientos por votarme quiero que sepas que he mentido. No sobre Paco, tranquila, ni sobre las votaciones; pero mentí cuando dije que había intentado arreglar las cosas con mi hija y ser un buen abuelo. Mentí aquí cuando dije que llevaba dos años limpio de la misma forma que mentí a todo el mundo allí fuera ¿Que clase de padre y abuelo no ha escrito su testamento a los 53 años? Una pista: yo.

Quiero vivir, aunque ya estoy muerto, pero ahora, en el tiempo que escribo esto, quiero vivir; pero veo como este lugar va cambiando a todos antes de morir, demostrando lo peor de nosotros y, me doy cuenta, de que me gusta como soy aquí dentro. Me gustaría vivir y salir y hacer todas las cosas que dije que haría, Phoebe, pero sé que no las haré. Fuera de aquí soy un ser patético, una sombra de mi mismo, que solo sabe vender propiedades para seguir metiéndose por la nariz. Me ha costado mucho darme cuenta de que, al final, el nazi argentino tenía razón; dudo que lo hubiese hecho él, pero te miro y creo que eres alguien merece vivir ¿Tienes un hijo fuera como dijiste a Paco?¿Piensas realmente que estás embarazada? Quien sabe. Quiero pensar que es verdad, incluso que vas a ser mamá por segunda vez; pero incluso si fuese mentira es algo que podría llegar a ser verdad: y eso es lo que importa. Así pues, es lo que he decidido: quiero seguir siendo la persona que soy ahora aunque para eso, paradójicamente, tenga que morir. Quiero que lo que soy ahora sobreviva a este lugar, y salga ahí afuera, en las retinas de tus ojos. Y, si quisieses hacerme un último favor, ¿podrías decirle a mi nieta que su abuelo hizo algo bueno y decente antes de morir? Ten una vida feliz, Phoebe, una vida que valga por la de todos nosotros.

Desorientada comiezo a leer...mis piernas empiezan a temblar, a mitad de la carta no aguanto más y caigo de rodillas llorando desconsolada, apenas puedo seguir leyendo ante la borrosidad de las lágrimas, pero me fuerzo a ello secándome llo más rápido que puedo entre sollozos. Cuando termino mme quedo quieta con la foto en mi temblorosa mano, la leo una y otra vez hasta que casi me la aprendo de memoria.

En el círculo había actuado en todo momento con sinceridad, guiada por mi corazón y mi sentimiento de honestidad. Pero justo al final me falló mi intuición. Había confiado en Paco y después en Serj. Me había mantenido hasta el último momento, pero el miedo a que volviese ocurrir me hizo votar, y justo ese voto era el que no debía hacer, eso demostraba lo injusta que era la vida. Los golpes que da la vida te marcan y te influyen a la hora de hacer el bien o el mal, no importa lo buena persona que seas, si alguien o algo te hace daño acabarás pagándolo con quién menos lo merece.

Me acaricio la barriga, no sabía si al final estaba embarazada o no, pero me prometí que a partir de ese momento sería digna de ese bebé si así lo era. Me levanto con un poco de dificultad, guardo la foto y mirándo al cielo murmuro Te lo prometo Charlie.

Empecé a deambular entre los restos del naufragio y de los cuerpos sin vida, no sabía a donde ir, caminaba sin rumbo, pero lo único que tenía claro era que no pararía hasta cumplir mi promesa, que no olvidaría a ninguna de las personas del círculo y que la felicidad no estaba en el final del camino, si no en cada paso que dábamos hacia él.

Unas personas despiertan en una estancia oscura rodeados por medio centenar de desconocidos. Cada uno de ellos se encuentra de pie en un círculo rojo de unos 70 centímetros de diámetro formando dos círculos concentricos respecto a una bola negra central.

Delante de las dos filas de personas hay un diseño circular de triángulos concéntricos, a simple vista puede parecer que hay tantos triángulos como personas en la estancia y apuntando a cada uno de los círculos en los que os encontráis.

El vértice del diseño está dominado por una semiesfera negra que parece contener energía eléctrica.

Parece que la luz que ilumina la estancia surge de los círculos donde os encontráis, de los triángulos y de la semiesfera central. Tras vosotros no sabéis lo amplia que es la sala pues la oscuridad es absoluta...