Partida Rol por web

City of Mist - Acuario de tiburones

Escena 2 - Nadando entre tiburones

Cargando editor
14/12/2020, 10:44
Director

En algún lugar de la Ciudad, en un sótano húmedo de paredes de ladrillo, iluminado por una única bombilla colgante, una puerta se abrió y se oyeron unos pasos apresurados. La cámara se movió de lado para revelar una mesa de cóctel con una botella de whisky de cristal, un vaso cuadrado con whisky y hielo, y una mano masculina de dedos largos sosteniendo un cigarrillo entre dos anillos de oro. Una vieja pistola descansaba sobre la mesa.

- Están metiendo las narices, jefe.- dijo el matón que había escapado.

La mano cogió el vaso y subió, saliendo del plano, mientras se oía como el hombre tomaba un trago largo. Instantes después, dejaba escapar una vaharada de humo, que se empezó a retorcer caprichosamente en el aire.

- Decidle a Delia que se encargue.- dijo el hombre con una voz suave.- Hace tiempo que quiere hincarle el diente a algo.

La escena fundió a negro, y la cámara cambió a una nueva escena: la base de operaciones de nuestros héroes en los muelles.

Notas de juego

Bien, hay un nuevo status en juego, Delia, que es un status de cuenta atrás. Cada vez que haya un desliz por vuestra parte, aumentará el status, y cuando llegue a su máximo (que no sabéis cuánto es) significará que Delia os ha encontrado. ;)

Podéis empezar con vuestros posts de qué hacéis al día siguiente. Como ya adelantasteis algunas de vuestras intenciones, os comento:

@Amanda, para revisar el disco de Sam Saddle no necesitas tirada, es un disco duro de un tendero, o sea que es trivial para ti. Simplemente describe lo que haces y yo te diré lo que encuentras. Para cosas más complejas, como hackear la compañía telefónica, sí que haría falta tirada de Investigar.

@Sam (y todos), si queréis interrogar a los matones, ya os adelanto que tienen un status de mis-labios-están-sellados-5, o sea que sed creativos, porque puede ser complicado sacarles algo.

Status
Delia-0

Cargando editor
15/12/2020, 13:21
Robert W. Greem

La noche había sido inquieta, una más en la lista de noches que no podía dormir del tirón. En esta ocasión, la sensación de correr bajo el agua, perseguido por tiburones con traje y sombrero de ala ancha, fue especialmente angustiosa. Se despertó antes de la hora, permitiéndole disfrutar de unos valiosos minutos de observar el techo de su dormitorio con la mente en blanco. Correr las cortinas le recordó que vivía en el corazón de La Ciudad, y que ésta se estaba desperezando al mismo tiempo que él.

Ducha rápida, café con leche y azúcar para desayunar — la vida ya era bastante amarga de por sí — y ya estaba listo para afrontar una jornada laboral rodeado de toneladas de información. Un paraíso. Lamentablemente, el día empezaba mal con correo electrónico firmado por su supervisora indicando que se encargara de completar unos Powerpoint que debían entregar a la Sociedad Nacional de Autores el día anterior. Ambos sabían perfectamente que era un trabajo que ella debía de haber completado y que ahora le cargaba sobre la espalda, y usaba el correo electrónico para que no pudiera negarse.

Menudo regalo —mencionó Alexander, mirando de reojo la pantalla de su ordenador y suspirando. El que hasta hace un año fuera su compañera de despacho a menudo se aproximaba hasta su mesa para charlar sobre temas cotidianos. Robert siempre procuraba ser lo más educado posible sobre cómo dirigirse a él después de anunciar públicamente su nueva identidad. Llevaba bastante bien su terapia hormonal, aunque en ocasiones tenía que salir corriendo al cuarto de baño con mala cara—. ¿Eso no era cosa suya?

Robert se encogió de hombros y suspiró levemente. No iba a conseguir nada quejándose. Lentamente, como hacía siempre que una actividad implicaba el uso de tecnología, dedicó la mañana a terminar el trabajo. La hora del almuerzo la pasó en el parque colindante, donde en verano solía haber turistas y parejas sentadas dándose arrumacos. El viento y la lluvia del día anterior convertían los bancos en lugares poco apetecibles. Tanto mejor para mí, pensó. Nadie le molestaría y tendría algo de calma mientras disfrutaba de su sándwich de pastrami.

Cargando editor
17/12/2020, 00:58
(Ary) Amanda Reed

Estaba sentada en una pequeña habitación del almacén. No era el lugar donde solía trabajar en el almacén, solía hacerlo en un apartado del loft/garaje dónde podía ver a los demás y los demás podían verla a ella, pero hoy prefería alejarse lo máximo posible de los ruidos… o más bien, de los gritos. Confiaba en que el viejo tuviera bien aislada la sala de interrogatorios. Rezaba a los dioses de la red que estuviera bien aislada. Seguro que lo estaba, pero aun así temía que pudiera oírlos en su cabeza. Entendía que necesitaban las respuestas que pudieran ofrecer esos cabrones y que probablemente tendrían que usar métodos poco… civilizados, pero no quería mancharse las manos con eso. Bien podrían tildarla de hipócrita, era algo con lo que podía vivir.

 

Se centró en el trabajo delante de ella. Saltarse la contraseña del sistema operativo no era ni necesario. Con el disco duro conectado a su portátil tenía acceso directo a los archivos. ¿Qué tendero iba a tener encriptado su disco duro? Aquello era trivial. Lo tedioso iba a ser navegar por los archivos del mismo, separar el grano de la paja. Comenzó con lo obvio que era buscar archivos ocultos. No esperaba tanta sofisticación de un tendero, pero ser meticulosa era un hábito. Después era cuestión de navegar por los archivos dónde guardaba las cuentas de la tienda, buscar en el correo electrónico, programas de mensajería en chats antiguos… lo esperable era que se conectara a sus cuentas de correo electrónico desde allí, con un poco de suerte sería Gmail y usaría los servicios de google lo que le daría acceso a mucha información, la suficiente como para alimentar un programa de generación probabilística de contraseñas, lo que le daría una buena opción a entrar en sus cuentas bancarias sin necesidad de hackear el banco, lo que podría estar incluso fuera de su alcance, el menos en un plazo breve de tiempo. Para acceder a los servicios del correo sería cuestión de atacar a las cookies almacenadas en el disco duro para poder engañar al sistema y tener acceso sin ni siquiera necesitar logarse.

Cargando editor
17/12/2020, 01:57
Samantha Stevenson

La mañana había resultado demasiado larga. A pesar de que el ambiente estaba tranquilo, Sam se había asomado a través de la ventana de la cocina cada vez que la puerta de la cafetería se había abierto temiendo encontrarse con un par de hombres trajeados con aspecto de mafioso de película de los 60. Salió algo más temprano alegando una emergencia familiar y salió a toda velocidad hacia el puerto.

Había llamado a Dino para quedar directamente frente a la nave “abandonada” donde tenían almacenados a los sicarios. Sam prefería no pasar por el Valhalla para evitar las miradas de sus compañeros. Ni siquiera ella estaba segura de lo que pretendía hacer pero tras ver cómo se las gastaban aquellos matones estaba dispuesta a hacer lo necesario para sacarlos de las calles.

En cuanto el magnate se presentó allí, le saludó con un asentimiento. No tenía demasiadas ganas de hablas. Entró en silencio y vio a ambos matones en el suelo. Atados, amordazados y con los ojos ventados en el fondo de la ruinosa construcción.

- Después de ver cómo estaba de influenciado el chico de la pizzería, dudo que vayan a soltar nada con facilidad. - comentó al “abuelo” en apenas u susurro audible. - Vamos a tener que jugar al “poli bueno – poli malo”, aunque en nuestro caso debería ser “poli malo – poli peor”. Déjame cinco minutos con uno de ellos, después puedes seguir tú. Déjame que te prepare el terreno. Tú sígueme el rollo. Nosotros ya sabemos algunas cosas pero ellos no tienen ni idea de quiénes somo ni qué queremos. Podemos usar eso a nuestro favor.

Usando la ayuda de las propias sombras, arrastró a uno de ellos al centro del almacén, lejos de su compañero. Luego, tiró de los brazos atados a la espalda hacia arriba y lo colgó de una cadena que pendía de una viga del techo. En aquella postura, el hombre tenía que sostenerse a sí mismo o su propio peso acabaría por dislocarle el hombro. Con eso, cada minuto de interrogatorio sería una verdadera tortura si las cosas se alargaban demasiado. “Cuando pasas tanto tiempo entre esta clase de indeseables, al final aprendes a hacer las cosas como ellos.” Aquello unido a las secuelas de la paliza del día anterior y a una noche completa pasando frío y sed, ayudaría a bajar un poco sus ánimos antes de empezar.

A continuación, comenzó a preparar el escenario. Creó una cúpula de oscuridad como las que solía usar para proteger a sus compañeros. Desde el interior, parecían encerrados en mitad de la nada. En una esfera de oscuridad líquida y antinatural. Dentro, hacía un frío extraño y la luz que se filtraba era difusa y sin origen aparente, aumentando aún más la sensación aberrante del lugar. Samantha se cubrió totalmente son su coraza de sombras. Ahora parecía una criatura salida de pesadillas de ojos rojos y brillantes con afilados dientes blancos.

Quería que ese sicario viera en todo su esplendor lo que el pobre niño sólo había atisbado la noche anterior, que sintiera el frío vacío que habitaba en su interior. Quería que conociera a Umbra. Fue entonces cuando le quitó la venda de los ojos y la mordaza con un “latigazo” de oscuridad.

- Buenos días, cielo. - Dijo con una voz dulce y suave pero que dejaba entrever hielo y sadismo. Cualquiera que hubiera trabajado con Sam lo suficiente, sabría que eso era signo de que Umbra había sido liberada del oscuro rincón de la consciencia de la joven en la que solía estar recluida. - Necesito hablar contigo y que me respondas a algunas preguntas. Al principio no voy a poder fiarme de tí, por eso, voy a presentarte a algunos... amiguitos. Cuando use este, - dijo extrayendo una hoja similar a un bisturí de la propia oscuridad. Lo colocó sobre su mejilla elevando el brazo y lo deslizó sobre su piel sin apenas hacer presión, sólo dejando que el filo hiciera su trabajo y extrayendo sólo una fina gota de sangre. - tal vez quieras contar algo pero poca cosa. Cuando te presente a este, - continuó en tono amable, regodeándose en las palabras, sacando una tenazas del mismo modo mientras que la hoja se desvanecía en el aire. - empezarás a ser sincero, como si fuésemos amigos. Cuando sea el turno de este, - un martillo apareció en su mano mientras le daba la espalda. Con un revés, le golpeó en las costillas con fuerza aunque trató de disimular como si aquello fuera solo una caricia. - comenzarás a decirme lo que de verdad quiero oír. Pero no será hasta que te presente a este, - por último, unas tijeras de podar aparecieron en sus mano. Un tentáculo de oscuridad los izó hasta colocarlas alrededor de uno de los dedos del matón y las cerró súbitamente dejando el dedo fuera, anunciando cual sería la función del instrumento. - cuando de verdad me confieses tus más oscuros secretos. Como si fuésemos amantes.

Las nubes de fría oscuridad acariciaban la piel del malhechor mientras la sombra de femeninas curvas en la que Samantha se había transformado miraba con insaciable avidez al matón que colgaba del techo. El bisturí de nuevo apareció entre sus manos.

- ¿Empezamos?

Con asombrosa precisión, una afilada hebra de oscuridad rajó por la mitad la ropa del hombre sin siquiera rozar su piel al tiempo que Sam avanzaba hacia él. Entonce, la cúpula de oscuridad tembló y osciló. A pesar de que era ella misma la que había provocado el efecto, fingió sorpresa.

- Vaya... Parece que hoy no es tu día de suerte. Ha llegado el jefe.

Miró hacia atrás donde se abrió una pequeña fisura dejando entrar a Dino. La luz de la tarde resultaba cegadora tras tanto rato sumergidos en la oscuridad y la imponente sombra del dios nórdico infundía como mínimo respeto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La idea es usar "Change the game" para reducir el estado mis-labios-están-sellados en la medida de lo posible o añadir uno nuevo que lo "contrarreste" como Acojonado-3 o algo así.

Paso a describir los tags que uso:

A favor:
- Coraza de oscuridad (para el "disfraz")
- Orbe de sombras (para crear el decorado)
- Modelado de sombras (me ayudo dando algunos toques y usándolas como herramientas)
- Objetos de oscuridad sólida (para crear las herramientas)
- Moverse por los barrios bajos (para inspirarme en algunas cosas que se escuchan en el turno de noche...)

En contra:

- La nada cobra su precio

Con esto, cedo el foco de la escena a Dino para que termine como crea conveniente. Ya le he dado la entrada. Además, si quiere quemar el punto de ayuda que tengo con él, tiene mi permiso.

Cargando editor
17/12/2020, 23:18
Dino Wodanaz

Dino se había levantado renovado. Obviamente nadie del edificio mencionó nada del olor a quemado que ascendió a los cielos esa noche, por lo que su desayuno fue opíparo y tranquilo. Hasta que comenzó a revisar su móvil.

Todas las mañanas revisaba algunos diarios, revisaba sus cuentas muy por encima, más por hábito que por necesidad, y respondía los mensajes que hubiera recibido durante la noche. Todo el tiempo recibía mensajes a su teléfono personal, aún en el personal. Pero hubo uno que le llamó la atención y hasta le turbó el pensamiento.

Collin había estado proponiendo jugadas innecesariamente arriesgadas relacionadas con tratados que tenía Insdustrias Thor con países del extranjero. Los mensajes no eran de él, claramente, sino de Patrick, de Emma y de Erik. Los tres estaban preocupados porque parecía que el muchacho había estado armando algún tipo de alianza entre los accionistas más jóvenes, y buscaba rédito y reconocimiento rápido. Mala combinación en los negocios.

Les respondió lo más calmado que pudo, pero su mente seguía allí. Hizo un par de llamadas, y los ajustes necesarios para que algunos ítems no aparezcan en los inventarios, para luego hacer su rutina de ejercicio diario. Ni bien había terminado de ducharse, una llamada: su esposa, Carol. Que por qué no había vuelto por la noche, que con qué suripanta había dormido, que Collin ya no le hablaba, que él no le hablaba... supo capear la tormenta, explicándole que estaba con unas tratativas y negociaciones importantes con unos tiburones pesados, y que apenas se desocupara irían a comer al restaurante que más les gustaba: Roman nights.

Luego de revisar y limpiar su arma, la guardó, se vistió con el mismo traje del día anterior y se llevó uno de recambio. Seguramente el que llevaba no saldría del almacén. Se llevó otro café en un vaso térmico, y se dirigió al muelle al encuentro que tendría con Samantha... y los matones.

Llegó bastante antes que la muchacha, sabía que tenía sus tiempos ella. Él se aseguró de que no hubiera nadie, de que siguieran atados y amordazados, y recibió el envío que había pedido. Era un paquete grande, que puso en el baúl de Sleipnir.

-De acuerdo, las damas primero- dijo haciendo un gesto de dejarla pasar, mientras abría un portón para entrar el vehículo.

El viejo de traje italiano abriendo un portón de un viejo galpón era algo digno de verse.

Ni bien vio desde un lugar apartado la burbuja de oscuridad, supo que no se andaría con chiquitas. Se acercó para escuchar mejor, aunque todo lo que salía de la oscuridad era distorsionado, frío. Le daba una sensación extraña a Dino, ya que esa oscuridad le recordaba las sensaciones que había percibido muchas veces en sus visiones del Ragnarok.

Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por el leve parpadeo de la burbuja, y la apertura de la rendija. Era su pie para entrar. Alterando su apariencia para que faltara un ojo y la barba se alargara revolucionara un poco, entró con parsimoniosamente, golpeando el bastón con fuerza en el piso.

Hacía mucho tiempo que no entraba a esa burbuja de oscuridad, y no le gustó más que antes. Además, Samantha no era la dulce muchacha que se esforzaba por no demostrarlo. No, allí había alguien más, que hasta a Odín le hizo recorrer un escalofrío por la espalda.

-Bueno, veo que ya has conocido a nuestra experta en relaciones públicas- dijo con tono amable, mientras un aleteo constante comenzaba a oírse cada vez más cerca.

Miró las herramientas que había traído la joven y sonrió. Había más oscuridad en ella de lo que parecía. El aleteo se acrecentaba.

-Supongo que ya le habrás explicado la situación- agregó mirando a Samantha, para luego agarrarlo de la barbilla al matón -Ahora queda la parte en la que hablas, nos cuentas para quién trabajas, cuántos son... básicamente, todo-

El aleteo se escuchó tan fuerte, que la burbuja parpadeó un momento, y dos grandes cuervos revolotearon en su interior graznando hasta posarse en los hombros del matón. Picotearon el pelo, la oreja...

-Será mejor que hables rápido, porque mis muchachos están con hambre... y no puedes ocultarme nada- y su mirada de un solo ojo se clavó en su frente, como si estuviera traspasando su cráneo, directo a su cerebro.

Dino cerró los ojos, y lo primero que vio fue el rostro de Collin. Maldijo por lo bajo, pero no abrió los ojos, sino que se concentró en la tarea que tenía por delante...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Entiendo que ya en mi caso sería "Convencer", ¿es así?

A favor:
- Conocimiento del Pasado y el Presente (me gustaría revisar los recuerdos del tipo: familia, la mafia, lo que encuentre).
- Conocer secretos (en la línea del anterior, pero si puedo sacar cosas más ocultas de él, mejor, algo que sólo él sepa).
- Abarca toda la Ciudad (él como conducto para saber algo que esté conectado a él).
- Apariencias ilusorias.
- Cuesta decirle que no.

En contra:

- Collin toma malas decisiones (es algo que probablemente todo el día lo moleste).
- Evocaciones del Ragnarok (por la cercanía con la oscuridad de Umbra).

 

¡Lindo interrogatorio hicimos eh! jaja

Cargando editor
18/12/2020, 11:36
Robert W. Greem

Ajeno a los interrogatorios e investigaciones de sus compañeros, Robert afrontó el resto de la jornada con relativa calma. Entre los archivos de la Biblioteca Pública no había tiburones, ni nada que pudiera hacerle daño, así que se esforzó porque la presentación de diapositivas fuera lo más profesional posible y se la envió al correo de la Sociedad con el obligatorio "Disculpen las molestias ocasionadas por el retraso en el envío" que no debía de faltar por culpa de su jefa. Si sólo fuera más ambicioso. Eso era algo que le repetía su mujer cuando estaban casados y surgían roces o disputas. Era un hombre que prefería asegurar bien el salto antes de arriesgarse, y ella estaba segura de que podría obtener un ascenso si se lo proponía. Pero siempre tenía miedo: miedo de no dar la talla, miedo de que su jefa le pusiera trabas, miedo de perder el empleo y quedarse sin nada. Ahora que sólo estaba él, sí que no podía arriesgarse a perder su sueldo y que los juzgados decidieran darle la custodia completa a su ex-mujer.

Poco antes del mediodía llegaba lo que él denominaba la hora muerta: los estudiantes ya se iban a comer a sus casas o residencias, los padres iban a recoger a sus hijos al colegio y llegaba el cambio de turno de sus compañeros. Un momento ideal para hacer algo de investigación.

Algo sí había sacado en claro de la visita del día anterior a la plaza Miller. Un apellido: Falzoni. Y aunque no hubiera conseguido sonsacarle nada al tendero coreano más allá de un revolcón contra el suelo y un hombro dislocado, ahora disponía de un tiempo precioso para llevarles algo a sus compañeros. Lamentablemente, el ordenador que solía utilizar para acceder al listado digital de los archivos estaba ocupado* así que tocaba hacer trabajo manual. Y sabía bien a quién pedir ayuda.

Accedió al Archivo, donde se guardaba una copia impresa de cada formulario y solicitud, cada documento y firma, y donde sólo unos pocos elegidos podían acceder. Si en la ciudad había algo sobre los Falzoni, estaría allí. Cerró la puerta tras de sí, sacó el libro y buscó el cuento elegido. Era uno de los preferidos de su hija: le hacía muchísima ilusión que pudieran existir criaturitas que jugaban y trabajaban cuando nadie les pudiera ver y, cuando era más pequeña, intentaba espiar en su despacho para intentar pillarlas in fragantiY mucho antes de que viera esa película de los juguetes que hablan—. Al sonar las doce se presentaron dos minúsculos y graciosos hombrecillos desnudos que cogiendo todo el trabajo preparado, se pusieron, con sus diminutos dedos, a buscar lo que se necesitaba. —inmediatamente, aparecieron los pequeños duendes tal y como él había ordenado, y comenzaron a recorrer los archivos buscando información. Él, por su parte, recordaba perfectamente en qué sección buscar, pero no quería dejar ni un sólo rincón donde buscar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Así justificamos que el tag de "Bibliotecario en la Biblioteca Pública" esté quemado y no pueda usarlo


Vale, voy a exprimir los tags como me habéis enseñado. Robert usa el cuento Los Duendecillos

Uso a mi favor Conjurar Criaturas Fantásticas y ObjetosAcceso a los archivos de la ciudadMemoria eidéticaNarrarle sus Cuentos PreferidosMi Joya más Preciada
Uso en mi contra Mi ex-mujer Irresponsable Directora de la Biblioteca

Cargando editor
18/12/2020, 12:01
Director

Amanda tenía toda la nave para ella sola. Dino y Samantha habían ido a encargarse de los matones al otro almacén, y Robert e Izzy aún no habían llegado. Conectando el disco duro "requisado" por Izzy a su portátil, empezó su trabajo forense.

Revisando correos electrónicos, archivos personales, mensajería, etc... vio que el propietario del colmado estaba casado, su mujer se llamaba Linda Saddle, y tenían dos hijos, Edmund y Beatrice. La dirección de su casa estaba apenas a tres calles de distancia de su negocio.

También había una aplicación de contabilidad, donde Amanda pudo ver que estaba a punto de la ruina. Hacía un par de semanas había tenido un ingreso extraordinario muy alto, y pocos días después lo perdió todo otra vez.

Sam Saddle no parecía tener muchos amigos, y apenas tenía presencia en redes sociales. Lo que sí averiguó Amanda es que al parecer era bastante amigo de George Kim, el propietario de la licorería en la misma plaza Miller, y que quedaban juntos de vez en cuando para jugar a baloncesto.

Finalmente, encontró las grabaciones de las cámaras de seguridad de la tienda de la última semana. Aunque las imágenes en blanco y negro no eran de la mejor calidad, pudo ver en un par de ocasiones a unos tipos trajeados que por el estilo debían pertenecer a la banda de los Falzoni. Y el último día en el que había grabaciones, presuntamente el día de su muerte, vio a dos de estos matones acompañados de una mujer, vestida con camisa, tirantes, pantalones de vestir y zapatos de tacón. La última imagen era de Sam acompañando a sus visitantes a la trastienda...

Cargando editor
18/12/2020, 13:07
Robert W. Greem

Notas de juego

Las tres preguntas que lanzo son:
- ¿Cuáles son los miembros más conocidos y accesibles de los Falzoni?
- ¿Qué inmuebles o negocios están a nombre de los Falzoni o de un testaferro suyo?
- ¿Con qué otras familias o personalidades han tenido enfrentamientos los Falzoni en el pasado?

Cargando editor
18/12/2020, 15:26
Director

Ayudado por los duendecillos del cuento, Robert se puso manos a la obra, recopilando todos los documentos públicos que pudo encontrar sobre los Falzoni o gente relacionada con ellos. Le llevó bastante tiempo organizar todas las referencias cruzadas, pero finalmente se pudo hacer una idea bastante clara.

La familia Falzoni era una familia adinerada en la Ciudad. La artífice de la fortuna de la familia había sido la matriarca Alessandra Falzoni, la cual había fallecido hacía unos tres años. En la actualidad, no quedaba claro quién de sus seis hijos e hijas había heredado el mando del imperio comercial de los Falzoni. Quizá se lo habían repartido, aunque la costumbre en este tipo de mafias era que hubiera un solo mandamás.

La lista de propiedades era extensa, desde pisos particulares y casas en varios barrios de la Ciudad, a una mansión en el Barrio Viejo, amén de varios negocios de todo tipo. Sobre el liderazgo de estas empresas, no parecía que hubiera una guerra interna entre los herederos, o por lo menos Robert no encontró documentación al respecto. De hecho, desde fuera la familia Falzoni parecía totalmente respetable, con excelentes relaciones con las autoridades, la policía, los juzgados e incluso el alcalde en persona. No había ni rastro de actividad criminal en lo que parecían ser todo registros de negocios legales, ni tampoco registros judiciales que indicaran enfrentamientos con otras personalidades.

Notas de juego

Por cierto, cuando hagas una tirada te pediría que sumes el Poder total a la misma, aplicando ya las Tags escogidas. Si al final alguna no aplica, ya lo cambiamos a posteriori.

Es para evitar la tentación de tirar primero, y dependiendo del resultado que salga, escoger después si aplico o no Debilidad... ;) Que ya sé que somos mayorcitos para hacer trampas, pero así no tenemos tentaciones ni nada.

Cita:

cuando era más pequeña, intentaba espiar en su despacho para intentar pillarlas in fraganti. Y mucho antes de que viera esa película de los juguetes que hablan

Jejeje, love it xD

Cargando editor
19/12/2020, 13:05
Matón Falzoni

Cuando Sam y Dino llegaron al almacén, encontraron a los dos matones esperando con pose desafiante. No parecía haberles afectado demasiado la mala noche, y misteriosamente los golpes y moratones del día anterior habían desaparecido. El líder del grupo incluso se atrevió a dedicarle una sonrisa chulesca a Samantha.

Eso no tardó en cambiar. El tenebroso despliegue de Sam, seguido por el magistral remate de Dino, fue demasiado para los nervios del hombre. Poco a poco fue perdiendo la confianza, hasta decidir que le daban más miedo aquellos dos locos que su jefe.

- ¡Está bien, hablaré! ¡Pero apartad esas cosas de mí!- dijo, con genuino pavor.

- Mirad, nosotros apenas sabemos nada. Trabajamos para los Falzoni, nuestro jefe se llama Labios de Seda. Es un consigliere de la familia. Pero antes de que preguntes, no sé dónde localizarlo. Cuando nos necesita, nos manda un mensaje a través de Rusty, el del bar. ¡No sé nada más, lo juro!

Dino le apretó un poco más las tuercas, y finalmente el matón también confesó que los Falzoni tenían a la mitad de policías del Distrito 23 en nómina, aunque él no sabía todos los nombres. Sólo tenía instrucciones de que si alguna vez se metía en líos con la ley, pidiera que avisaran al inspector Kaminsky.

Notas de juego

¿Qué vais a hacer con ellos una vez han cantado la Traviata?

Cargando editor
19/12/2020, 13:24
Elisabeth (Izzy) Jones

Izzy abrió los ojos y se levantó con brusquedad, con la sensación de haberse quedado dormida. Al hacerlo, la habitación empezó a dar vueltas a su alrededor durante un instante, el que tardó su cerebro en acostumbrarse a su nueva posición. Resaca. Con movimientos un poco más lentos, se inclinó hacia el móvil para mirar la hora.

— ¡Mierda! — exclamó al comprobar que se había hecho tarde.

No tenía muy claro si se dejó caer o se levantó a duras penas y llegó hasta la cafetera que había dejado preparada la noche anterior. El café estaba frío, pero le daba igual. Con la segunda taza empezó a sentirse persona una vez más y consiguió levantarse mientras le daba otro sorbo. Dejó la taza sobre una cómoda y se quitó la camiseta, tirándola a un lado. Siguió desnudándose en su camino hacia el baño y se metió en la ducha. El agua fría terminó de despejarla y, cuando salió, no sólo era una persona, sino que volvía se Izzy.

Mientras se vestía, empezaba a pensar en el caso. El barrio estaba controlado por una familia de mafiosos y seguramente estaban relacionados con la muerte de Sam Saddle. No tenía intención de dejar que más gente de la calle muriera por culpa de esos tiburones, pero lo más inquietante de ese falso suicidio era la forma en que había ocurrido, con el agua salada junto al cuerpo.

Ya se había puesto ropa interior y camiseta limpia, pero al abrir el armario se dio cuenta de que no tenía ningún pantalón disponible. Encogiéndose de hombros, recogió los vaqueros del día anterior, separó la ropa que se había quitado junto con ellos y se los volvió a poner mientras encendía la lavadora con un gesto mecánico. Llevaba dos o tres días llena, pero se le había olvidado ponerla en marcha. Afortunadamente tenía una secadora incorporada, porque hacía años tenía que poner cada lavadora dos o tres veces antes de acordarse de que tenía que tenderla.

«El caso...» pensó, intentando concentrarse mientras cogía la taza que había dejado por ahí antes de ducharse y la vaciaba de un trago. — Sam Saddle — susurró en voz baja. Cogió el teléfono y rápidamente tecleó un mensaje para Ary.

Voy a hablar con mis contactos en la policía para ver si saben algo de la autopsia de Sam. Si encuentras algo útil en el disco duro, envíamelo.

Se sentó en su escritorio y cogió una libreta para apuntar cosas mientras hablaba por teléfono. Su mirada se desvió a la botella de bourbon que había dejado allí la tarde anterior, pero agitó la cabeza (que aún le dolía al hacer movimientos bruscos) y la guardó en el cajón de su escritorio. Se levantó por una tercera taza de café y volvió a la mesa. Además del resto de gente del grupo, el teléfono de Mac, su excompañero en la policía era el único que tenía en marcación rápida. Pulsó la tecla 9 y activó el manos libres hasta que escuchó el familiar "Teniente McDarren" con el que siempre le contestaba.

Mac, soy Izzy — dijo sin más. Se saludaron rápidamente. — Verás, estoy con un caso en la plaza Miller y ayer estuve por allí y me enteré de que había un tipo que supuestamente se había suicidado en una de las tiendas. Un tal Sam Saddle. ¿Sabes algo del tema, o quién está llevando la investigación? ¿Tienes acceso a la autopsia?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tags favorables:
- Entrenamiento policial (está hablando con su compañero)
- Investigación criminal
- Conozco un tipo (otros policías, el forense, entorno policial)
Desfavorable: 
- El fondo de la botella (sigue con resaca)

Cargando editor
19/12/2020, 18:01
Director

- Izzy, ¿qué tal estás, tío?- un deje de Mac, siempre la había tratado como un "tío" más del equipo.

- Sí, el caso del tendero de la plaza Miller, me he enterado. Lo llevan los capullos de Kaminsky y Patel. Nos trajeron el cuerpo a la morgue de la comisaría. No he visto el informe de la autopsia, aunque por lo visto se confirmó el suicidio y dieron carpetazo rápido al caso.- Izzy casi podía intuir como Mac se encogía de hombros a través del teléfono.- ¿Por qué te interesa?

Notas de juego

Para esto no hacía falta tirada, hombre, es sólo una llamada a un viejo compañero.

Cargando editor
20/12/2020, 00:42
Dino Wodanaz

A Dino no se le escapó el estado óptimo en el que se encontraban los matones. Y por la mirada que cruzaron con Samantha, a ella tampoco. Cuando el matón pidió que se alejaran las sombras, o los cuervos, Dino hizo un leve gesto para que Samantha las corriera... un poco, y Hugin y Munin se posaron en sus hombros. Pesaban bastante. El peso del conocimiento y el poder.

Parecía sinceramente asustado (¿quién no lo estaría?) y no parecía tener más información. Era como si agarraran a una de las secretarias de "Primeras impresiones" de la empresa: no sabría mucho más que algunos nombres y movimientos básicos.

Tuvo que reprimir una leve sonrisa ante la victoria alcanzada. Disfrutaba tanto de las victorias, que le sorprendía. Es verdad que esta era bastante menor, pero hasta ganar una mano de póker le era tan grato. En cambio, no era buen perdedor. Es más, no estaba acostumbrado a perder.

-Vamos a ver si el otro está dispuesto a hablar más... mejor que le digas que lo haga, porque sino eso que has dicho es poco y nada- dijo seriamente, viendo hasta dónde podía llegar -Querida, ¿quieres traer al otro?- y señaló otro lugar junto al que ya colgaba con los cuervos en sus hombros.

Alejándola también un poco, le susurró.

-No parece que sepa más nada, y el otro probablemente tampoco- dijo el viejo -¿Pudiste notar lo recuperados que están?- les dedicó una mirada y volvió a hablarle a la mujer -Tenemos que decidir qué vamos a hacer con ellos. No podemos entregarlos, ya lo escuchaste- dijo con mirada apenas menos sombría que la que solía tener Samantha.

Cargando editor
20/12/2020, 01:01
Director

Notas de juego

Por ahorraros un post, efectivamente os puedo confirmar vuestras sospechas de que el otro no sabrá nada más.

Cargando editor
20/12/2020, 01:30
Dino Wodanaz

Notas de juego

Me imaginé, así que Sam podría relatar el otro interrogatorio jeje

Cargando editor
21/12/2020, 00:17
(Ary) Amanda Reed

Conforme avanzaba en su investigación fue tomando notas par un mensaje rápido al grupo para mantenerlos al tanto. Quizás lo que cada uno fuera averiguando ayudara al resto a encarar mejor sus investigaciones. Cuando decidió hacer una pausa le dio al botón de enviar.

Saddle, Sam

Esposa: Linda

Hijos: Edmund y Beatrice

Dirección de casa: calle del Olmo 34, 4º D (a tres calles de su negocio)

Apunto de la ruina hasta hace 2 semanas. Ingreso extraordinario. Muy alto. Pocos días después lo perdió todo de nuevo.

Pocos amigos. 0 RSS. Amigo George Kim, propietario licorería. Baloncesto.

Cámaras. 2 visitas trajeados de Falzoni. Último día 2 trajeados + 1 mujer. Adjunto foto* (camisa, tirantes, pantalones de vestir, zapatos de tacón).

 

Ese ingreso era extraño. Sospechosamente obvio, pero más aún le llamaba la atención que lo hubiera perdido todo tan de repente. Había que cotejar los gastos antes del ingreso, que le había llevado hasta la ruina y en que había gastado el dinero tan rápido. También tenía que cotejar las cuentas que recuperaron de la pizzería, a ver en qué estado estaba, cuando recibió el ingreso extra, en que camino iba… y por último tratar rastrear el origen del dinero… quizás para eso tendría que ir a alguna ubicación secundaria para no arriesgar la ubicación del Valhalla.

Notas de juego

* Saco un pantallazo del video donde se vea lo mejor posible a la mujer para que la puedan reconocer los demás.

Cargando editor
22/12/2020, 02:16
Samantha Stevenson

Tras el gesto de Dino, Samantha hizo algo más fina la cúpula de oscuridad que les cubría permitiendo que unos finos rayos de luz penetraran en su interior. Algunas de las sombras se disiparon dejando haciendo que la zona perdiera parte de ese toque lúgubre y antinatural.

Sin embargo, la oscuridad parecía negarse a abandonar el lugar. Sam percibió que a pesar de no necesitar siquiera respirar, su pecho subía y bajaba rápidamente. Notaba el corazón latiendo con fuerza en las sienes y una gota de sudor frío corriendo por su espalda. “La nada siempre toma más de lo que te da y ahora desea su pago”. La mujer sentía como las sombras se arremolinaban alrededor del matón de los Falzoni, casi negándose a abandonarlo. Notaba como Umbra deseaba su tributo y cada fibra de su propio ser lo deseaba con cada vez más fuerza.

Dio unos pasos atrás acompañando al anciano pero su mirada no se apartó ni un segundo del sicario. Disipó gran parte de la coraza de oscuridad que la protegía, dejando sólo una fina máscara cubriéndole el rostro y una especie de vestido tejido con sombras. Necesitaba mantener la cabeza fría. Cada vez que dejaba “salir” a Umbra era más difícil retenerla.

- El otro no sabrá más que éste. - respondió en voz baja. - Y está más que claro que no son humanos normales. Voy a intentar otra cosa aunque ahora no estoy tan segura de que vaya a funcionar.

Dedicando durante un instante una ensayada y macabra sonrisa se acercó de nuevo a aquel indeseable. Podía oler su miedo, sentir su respiración acelerada al igual que la suya propia, notaba el calor que desprendía su cuerpo entumecido por estar colgado es aquella incómoda postura.

- ¿Sabes, cariño? Estás bien jodido ahora. - comentó al matón como si aquella situación se le antojara divertida. - Tu compañero ha oído cómo has cantado todo y no tiene casi ninguna información sobre nosotros. Si os soltamos, irá corriendo a buscar a Labios de Seda para contarle lo que ha pasado y salvar su pellejo a costa del tuyo. Si decidimos poneros unos zapatos de cemento y tiraros al mar o cortarte en trocitos pequeños y dárselos de comer a los perros, nadie os echará en falta porque sois prescindibles, cielo. - Dijo mientras acariciaba suavemente el pecho del hombre con unn sólo dedo. Sam se sorprendió a sí misma disfrutando mentalmente de aquella imagen. Se estremeció asustada de sus propios pensamientos. Debía meter a Umbra ese oscuro rincón de su mente. - Si tu jefe nos captura, serás el primero en caer con nosotros. Sólo tienes una forma de salir de esta. Sernos útil.

Si haces lo que te pidamos, podrás ser libre. Podrás hacer lo que desees, ir a dónde te plazca. Disfrutar de la vida. - echó un vistazo de reojo a Dino. - Mi jefe puede darte una nueva identidad, una nueva vida, una forma de empezar de cero. Puedes ser quien quieras donde quieras. Sólo tienes que hacer algo por nosotros y luego te ayudaremos a desaparecer y a rehacer tu vida. Tal vez incluso haya alguien importante en tu vida. Un padre, un hermano, un hijo, tu pareja...

La imagen de Rob se materializó en su cabeza pero antes de que fuera engullida por el mar tempestuoso que bullía en su cabeza, se agarró a ella con todas sus fuerzas. Era como si aquellas palabras estuviera dirigiendolas más a sí misma que a aquel hombre. Se recordó observándole dormir en paz en la tranquilidad de la noche. El calor de sus labios cuando se había despedido de él aquella misma mañana. Su respiración se tranquilizó y las sombras tanto de su cabeza como de la cúpula de oscuridad menguaron hasta casi desaparecer.

- También le ayudaremos. - habló y por primera vez aquel tono dulce pero afilado dejó paso a una calidez natural y sincera. - Si tú haces algo por nosotros, te lo compensaremos con creces. Podrás irte con quien de verdad desees y os daremos una vida lejos de Labios de Seda y de toda esta mierda. Seréis libres al fin. ¿Qué te parece?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Como bien pone en el post, voy a tratarle de convencer para que trabaje con nosotros una única vez antes de que le ayudemos a desaparecer. Supongo que con el dinero y la influencia de Dino y una hacker profesional no debe ser tan difícil.

Aunque Dino haya tirado por medio, creo que esto podría considerarse una tirada encadenada con la anterior y no puedo aplicar los mismos tags, así que voy a tratar de darle un enfoque diferente. 

A favor:

- Libertad
- Él

En contra:

- La nada cobra su precio

No he aplicado el vacío espiritual por lo mismo que antes aunque ahora que intento conectar un poco con él podría tener algo de sentido. De todas formar, MC, ya añades lo que creas conveniente.

Cargando editor
22/12/2020, 12:16
Robert W. Greem

Agradeció a los duendes su excelente trabajo y suspiró: allí había una formidable cantidad de información y seguramente Amanda sería capaz de cotejarla con datos que ya hubiera encontrado. Justo en ese momento, recibió un mensaje de la muchacha. Es como si me hubiera leído el pensamiento, ¿será eso verdad de que pueden escucharte por el teléfono? Bah, tonterías. Cogió toda la documentación, la escaneó y la envió por correo a la hacker a la dirección de e-mail segura que utilizaban para esas ocasiones — después de equivocarse dos veces al escribir la dirección — con una nota adjunta:

Esto es todo lo que he encontrado en los Archivos

Él no podía hacer mucho más, y aún quedaba trabajo por hacer. En cuanto llegara la hora, se aseguraría de que todo seguía en su sitio y se reuniría con ellos. Seguramente habrían terminado con el interrogatorio.

Un escalofrío le recorrió la espalda al pensar en qué límites se habrían atrevido a cruzar.

Cargando editor
24/12/2020, 15:46
Matón Falzoni

El matón parecía sopesar sus opciones.

- Qué más da, total, ya soy hombre muerto... Así que si de verdad me podéis ayudar a desaparecer, quizá os ayude a cambio. Dime qué es lo que queréis y os diré si es posible.

Cargando editor
26/12/2020, 12:20
Elisabeth (Izzy) Jones

Izzy reprimió una sonrisa torcida. Aún echaba de menos los viejos tiempos y había pasado muchas, muchas horas con Mac.

Como te decía, tengo un caso en esa plaza. Vi el precinto policial y, ya sabes, la fuerza de la costumbre... Convencí a un agente de patrulla para echar un vistazo. Sabía que Kaminsky y Patel eran gilipollas, pero no que estuvieran podridos hasta el fondo... Mac ese tipo no se suicidó. El nudo de la cuerda con la que supuestamente se ahorcó no aguantaría ni mi peso  y me juego lo que quieras a que no tenía heridas en el cuello por las cuerdas. Es probable que se ahogara, sí, pero ni estaba solo en la tienda ni murió colgado.

Se mantuvo en silencio para dejar tiempo a su compañero a pensar en lo que le estaba diciendo, y se dio cuenta de que se había inclinado sobre el escritorio mientras hablaba. Trató de relajarse apoyándose de nuevo en el asiento de su sillón.

Si puedes conseguir una copia de esa autopsia y el forense no está en el ajo, es probable que consigas desvelar a esos dos capullos. Izzy dudó. No se fíaba una mierda de asuntos internos. No desde que la habían expulsado por conducta temeraria y desobedecer órdenes. Pero sí, como habían dicho en la pizzería, en el barrio tampoco se podían fiar de la policía, siempre sería una opción tratar de librarse de los corruptos que pudiera haber allí. Y si había algún policía a quién Izzy tuviera más manía que a los de asuntos internos, sin duda eran aquellos que se aprovechaban de su posición para su propio beneficio.

Notas de juego

Para esto no hacía falta tirada, hombre, es sólo una llamada a un viejo compañero.

Sí, pero al final estoy tratando de sacarle información. Pero una de las cosas que me gusta del sistema es que realmente acompaña la narración porque al final el resultado es el mismo sin considerar el movimiento que haciéndolo con el éxito parcial que había conseguido: él me ha dicho lo que esperaba y realiza una pregunta a la que contesto con la verdad. Por eso realmente no importa que haya muchas tiradas en PbtA, como comentaba IzVe en algún momento, porque los movimientos sirven para hacer avanzar la ficción.

Por cierto, si crees que esto es un Change the Game, dímelo y tiro (o usa la tirada anterior, o haz tu otra, a tu gusto).