Partida Rol por web

Ciudad de Cuervos

Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

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29/12/2010, 21:59
Director
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07/01/2011, 21:31
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

En medio de la sombra, una luz.

 Algunos años antes de la forja del Imperio de Natburgo y de que este extendiera su sombra desde las tierras del norte, la historia nos cuenta como un joven, con el corazón lleno de ideales y con la cabeza llena de fantasías, se lanzó hacía una insensata aventura. Partió en busca de realizar algunas modestas hazañas en pro de honroso adelantamiento.

 Ahora la voy a escribir para que conste en los anales de la humanidad, como un testimonio de hacia donde nos pueden llevar aquellos senderos que a veces nos arrastra el corazón

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07/01/2011, 21:46
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Sir Tymos Fowlhust de Audfolk tenía sus tiernos 16 años cuando partió de su tierra. El joven y único heredero de la fortuna familiar y el buen nombre de los Fowlhust había crecido hastiado de hallarse en una ciudad donde cuyos habitantes hablaban mucho de honra, pero que nada sabían de ella.

En aquél lugar la gente se pavoneaba mucho de sus “gestas”, se retaban a duelos continuamente, solo para retractarse después e incumplir repetidamente su palabra.
Él había leído y bebido mucho de las antiguas historias y hechos de armas, y estaba forjado al antiguo código de caballería, algo que se había esfumado como la bruma al mediodía.

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07/01/2011, 21:55
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

El mal de Pandora.

Ahora bien, en aquella ciudad de piedras grises, había una flor, una muchacha de pelo rojos y dorados como el fuego de los rayos de sol, y de ojos azules como el cielo despejado de toda nube. Sus mejillas eran sonrosadas aunque moderadamente moteadas con sutiles pecas, y sus labios eran carnosos y deseables. Aquella muchacha, acostumbrada a que un séquito de jóvenes le rindieran corte, se llamaba Pandora.

Y Sir Tymos, como tantos otros, estaba perdidamente enamorado de ella.

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09/01/2011, 00:33
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Sin embargo, a pesar de ello, Sir Tymos no era un joven muy apuesto, al menos de facciones en su rostro, pero por lo contrario si gozaba de elevada posición dado que desde hacía muchas generaciones su familia era una de las más poderosas del territorio. Y Pandora le obsequiaba muchas veces con sus miradas más tiernas, lo que inflamaba la envidia y la ira de sus adversarios.

 Cuando disponía de las atenciones de “su” joven damisela, el caballero, o bien se deshacía en halagos comparándola con las cosas más bellas que los dioses forjaron en este mundo, o bien le narraba historias del pasado donde caballeros valerosos lucharon (y muchas veces perdieron la vida) en pos del honor, su patria o su amor.

Lógicamente, la hermosa joven prefería que su pretendiente se decantará hacía lo primero, pero para exasperación de la muchacha Sir Tymos no se daba cuenta de ello, tal era el fervor que esas historias despertaban en su anhelo. Por su lado, Pandora entonces, harto aburrida, se rebelaba e iba a intentar inflamar sus celos tendiendo su mano al resto de los jóvenes congregados a sus pies.

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09/01/2011, 01:15
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

El joven no podía adivinar si Pandora hacía de él un juguete, o no, y como Sir Tymos no era para nada un cobarde un día reunió el valor para declarar su amor. La bella muchacha quedó atónita por el efecto de sus palabras y por la precipitación de las mismas, pero una vez que su naturaleza de actitud la hizo reaccionar, le contestó:
- ¿Y no deberíais poner a mis pies prueba alguna de vuestro amor y valor como bien hacen los personajes de vuestras historias de caballeros andantes?-

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09/01/2011, 23:10
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

El joven caballero enmudeció por la sorpresa, rápidamente en su imaginación se vio ganando gloria por lo largo y ancho del mundo, llevando todo de pruebas de amor y valor hacía su amada, enfrontándose con suerte a dragones y a engendros infernales, y saliendo siempre airoso o, en caso contrario, muriendo con honor.

En su corazón ardió más, si cabía la posibilidad, la llama de su amor, viendo en la propuesta de esa muchacha, un espíritu afín, una alma gemela a la suya. Ante tan justa petición, le declaró aún más sus crecientes sentimientos prometiendo y cumpliendo que partiría próximo hacía lo desconocido para no volver hasta haberse crecido lo suficiente y haberse hecho merecedor de tan digna dama.

La mujer conocía, por las historias, el papel que le tocaba desempeñar y prometió lo suyo. Así fue como en menos de una semana Sir Tymos partía dejando atrás la ciudad que le vio nacer despedido tan solo por el pañuelo de Pandora, y con la luz del sol brillando en sus propios ojos.

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11/01/2011, 15:22
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Del día en que sir Tymos partió.
(Y de cuales fueron sus compañias: Su escudero y su perro de caza).

El día había avanzado muy poco cuando Sir Tymos pasó bajo el arco de entrada de su castillo para lanzarse al mundo.

En el puente levadizo le despidió Wyathor, el senescal de la casa y preceptor del chico desde la precoz muerte de sus padres, así como también era el encargado de regentar durante las ausencias de Audley, el tío del muchacho, quién siempre andaba ocupado en guerras y quién gobernó el castillo de Audfolk junto al suyo propio, hasta que el chico fue mayor de edad para ocuparse de ello.

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15/01/2011, 15:48
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

El muchacho ofrecía un vistoso espectáculo con su presencia e ímpetu, lucía una formidable coraza importada de la mejor ciudad de todo el país. Su padre había combatido con ella y seguía siendo una de las mejores que uno podía tener la suerte de ver, por suerte el joven caballero tenía una complexión similar a la de su padre, por lo que le iba perfectamente. Había encargado hacerla en lustrar y en aquél momento la plata expandía los rayos de sol hacía todas las direcciones.

Llevaba con él una larga lanza de caballería, y en el cinto una maza que no suponía la última moda, y que esta arrastraba un rodaje, pero que había pertenecido a su abuelo, cual la cual había conquistado mucha fama. Por ello Sir Tymos la mostraba con mucho orgullo y honor.

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15/01/2011, 15:48
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Montaba un gran corcel de guerra; Bocadelobo, un pura sangre y un ejemplar magnifico, provinente de las tierras del sur, su crin y pelo era negro azabache y tan ansioso estaba el animal por lanzarse a la aventura como su amo. Agitaba nervioso los cuartos traseros, y resoplaba mientras permanecía a la espera de que tiraran de las riendas.

 Con él traía un escudo pavés de madera revestido de metal, que solo unos brazos potentes podrían sujetar. Sir Tymos solo podía servirse de él cuando montaba a caballo. Sin embargo, las armerías eran imprescindible para cualquier caballero, su distintivo significaba el camino trazado por su familia y todo aquello que habían logrado con sangre y dolor.
Las armas de Fowlhust de Audfolk, y por tanto las que clamaban en su escudo, según conserva a duras penas la historia (y que solo tras una ardua e intensiva investigación creo poder asegurar) eran; un corazón en puño de plata sobre un campo de Gules.

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15/01/2011, 15:49
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

A su derecha viajaba un joven, uno o dos años menor. Aunque su aspecto podía crear cierta confusión y suscitar en los ojos de quienes le veían que este era el de mayor edad porque, si bien he contado que Sir Tymos no era de semblante muy atractivo, su escudero era monstruosamente feo.
Puede parecerles duras mis palabras, pero según apuntaban los rumores de la época, contarlo más leve no se permite.
Pero supongo que es injusto decirlo, sin contar toda los hechos, y esa circunstancia nos obliga a retroceder unos pocos años más.

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15/01/2011, 17:28
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Sir Tymos era huérfano desde que podía recordar, su madre había muerto de enfermedad, seguramente de tuberculosis. Su padre había fallecido honrosamente en el campo de batalla. Así fue que la educación del niño quedó a manos del que fuera escudero de su progenitor, con quién había compartido una profunda amistad: Wyathor. Su tutoría legal corría también, por obligaciones de sangre, a cargo de su tío Audley. Este último era un hombre oscuro, serio y practico, que amaba con locura el arte de guerrear.
Ambos hombres conrearon las tierras que un día habían de germinar en un buen caballero, pero que por el momento solo era un crío que soñaba con ser adulto y anhelaba librar las mejores batallas con bestias de toda índole, esa fue la perdición de muchas cosas, porque la ingenuidad no tiene, ni tenía, cabida en la realidad.

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16/01/2011, 01:07
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Audley tenía dos hijos Foyle y Argyle. Entre ellos les separaba un lustro de edad. Foyle era un chico muy jovial, listo, dinámico y risueño. Tenía el pelo castaño, y las facciones harmónicas, poseía una imaginación muy despierta, y fantaseaba con las mismas locuras que su primo Tymos, por eso congeniaron a la primera, y casi eran inseparables.

 Corrían por los pasillos, y el patio, del castillo luchando contra fantasmas, y quimeras de la infancia, intercambiaban golpes con espadas de madera y saltaban escalones despreocupadamente.
Así vivieron su niñez hasta que, un día, Foyle golpeó por accidente la sien contra una roca oculta en el pajar de los establos y se abrió la cabeza. Aquella misma noche el médico tuvo que obrar milagros para que el crío sobreviviera, y al fin, los dioses quisieron castigarlos así, lo consiguió pero ya jamás fue el mismo pues se había convertido en un ser medio humano  y medio bestia.

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16/01/2011, 21:07
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Según el médico el golpe afectó de gravedad su cerebro lo que explicaba que aunque conservara por completo sus funciones motrices el chico no pudiera hablar más que con una especie de gorgoteos que solo Tymos podía comprender. Eso se debía a que el heredero de Audfolk se sentía responsable de la suerte de su primo, y ya jamás lo separó de su lado, le cuidaba, le defendía, y Foyle le seguía profesando su más completa devoción.

Como las cicatrices de aquella desdicha desfiguraron completamente su rostro, y sus intentos de habla asustaban a la gente al cabo de muy poco tiempo, empezaron a considerarlo un monstruo, y de mote le pusieron Foyle el loco [el Foll], aunque Sir Tymos no lo consintió y linchó unos cuantos, así como también rompió alguna que otra nariz. A partir de ahí el mote creció, pero solo a sus espaldas.

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16/01/2011, 21:49
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Bien, pues con el tiempo Foyle creció tanto de cuerpo como en fealdad, y cuando su padre decretó que no podía ser el heredero de sus tierras, Sir Tymos lo tomó como escudero suyo, y este desempeñó sus labores casi a la perfección.

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16/01/2011, 22:36
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Aquél ser de cuerpo deforme era el que acompañaba al caballero aquella mañana en qué partió de Audfolk, montaba un caballo robusto de calidad, pero sin distintivo alguno de raza, casi era más bien una montura de carga.
Mientras Tymos se despedía de Wyathor, el senescal, estaba Foyle acariciando la crin del ejemplar y susurrándole sonidos incomprensibles para el habla humana, este tenía una gran afinidad con los animales por eso también se le asignaron las competencias de criador de caballos, aves de cetrería y perros de caza de la finca.
A su cuidado había magníficos sabuesos, exclusivos lebreles, y los más soberbios perros de agarre que había contemplado ese país, y Mandíbulas era el mejor y su preferido, por lo que Foyle no estaba dispuesto a dejarlo en manos de cualquiera y decidió, con la venía de Sir Tymos, llevárselo al viaje.

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16/01/2011, 22:40
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Una vez revisado el extraño grupo que cambió la frías piedras de edificio, por el verde del bosque en búsqueda de riesgo físico y perpetuación del alma, solo nos queda añadir como desfilaron por el camino y despidieron la ciudad en la distancia, y decir hay que solo el pañuelo de Pandora dejó acariciarse por el viento esa mañana.

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16/01/2011, 22:42
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Notas de juego

Continuará...

Gaelos encara que no ho sembli, em queda un bon tocho :P ho sento. miraré de resumir-ho una mica. O como a mínim postejar quatre detalls de com va (i el troben) a principis de la aventura (el capítol que tinc per títol: "El día de ayer que fue Hoy." Ja que aquest inici no és fins pasades "Les tres ocasions de guanyar honra", i algún detall més, que són les coses que el condueixen a Mordheim.

 Tu ves fent que jo estic llegint ^^, i mentres la resta no vagi fent nanain.

 El grup, que pel que vec es tan dispar us coneixereu poc abans d'arribar a Mordheim, us heu ofert per escortar a una petita caravana d'aprovisonament que va cap a Mordheim. Us ha sortit rodó, pues a part d'anar en companyia fins al vostre destí os recompensaran amb unes corones i durant les nits tindreu amb qui fer rondes de guardia.

 P.D: Teninit en compte qu ela fitxa es poderoseta (bons atributs i altes habilitats) fes que comenci cap els vint anys o així.

 Ens llegim :).

 

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18/01/2011, 22:16
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

De las tres ocasiones de ganar honra: La batalla.

En el décimo cuarto día de su viaje, Sir Tymos y su escudero avistaron un campamento militar.
Subieron ellos, y sus monturas, a la cima de una colina, Mandíbulas iba con ellos trotando siempre al lado de Foyle.

Los caballeros, los oficiales y los soldados caminaban entre las telas como hormigas trabajando. Había muchos tenderetes, ordenados matemáticamente. En lo alto de una tienda, de mayor tamaño y ubicada justo al medio, ondeaba el blasón del tercer mariscal de campo del Rey. El perro de dos cabezas sobre fondo azur.

 No es que el puesto lo hubieran encontrado por azar, ni siquiera el destino los había conducido a allí, sino más bien en el transcurso de los últimos días habían ido encontrado diseminados grupos de soldados que se dirigían al frente y les habían informado. De vez en cuando también se dejaba ver algún que otro caballero demasiado ocupado en los preparativos para aceptar las ofertas de ganar honra que Sir Tymos tenía a bien de brindarles. A medida que avanzaron en el camino esta clase de grupos iban haciéndose cada vez más frecuentes, hasta que casi todo el tiempo se veían empleados en saludar a diestra y siniestra.

Aquella mañana Tymos nervioso e ilusionado obligó a Bocadelobo abandonar el paso y entregarse al trote, sin embargo el animal se mostraba tan entusiasta como su jinete al poder ejercitar un poco los músculos, pero Foyle, quién disfrutaba del paisaje y del ritmo tranquilo, no compartía la opinión.

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18/01/2011, 23:06
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

El día de ayer que fue Hoy.

(...)

Sir Tymos y su escudero habían tenido un amargo viaje, sus promesas de gestas poco a poco quedaban reducidas a unas cuantas cenizas. Pero el caballero se negaba a sentirse derrotado, su obligación era sobreponerse a la adversidad y salir glorioso, o como ya hemos repetido, morir en el intento. Sin caballo ni cartel se plantó en una encrucijada a esperar su destino.

Creía que en cualquier momento aparecería por aquella esquina de bosque algún valiente y gallardo caballero bien dispuesto a defender la alta belleza de su dama por encima de las demás dando a sí la oportunidad a Sir Tymos de defender sus votos. Lo que no sabía era que estaba muy próximo a la maldita ciudad de Mordheim, y que ningún caballero, al menos decente, se dejaría caer allí donde solo crecía la codicia y la corrupción.

Notas de juego

Para salir del paso tendrá que valer de momento este fragmento y una pequeña descripción que como dije iré ampliando.

¿Como esta nuestro caballero en este punto de su aventura? Pues bastante jodido, con perdón. Ha pasado bastante tiempo más de un año (y puede que más) en "exilio". (dado que no puede volver a su castillo hasta haber cumplido sus votos).

Por una parte ha perdido: su caballo, su coraza, su yelmo, su escudo pavés y su dinero, ha recortado su lanza para adaptarla al cuerpo a cuerpo.
Su escudero comparte su suerte.

Solo les queda del día en que partieron sus ropas, con su rodaje, su maza (de minso valor que hubo pertenecido a su abuelo), su perro Mandívulas, su coraje/valor, sus ideales y su honor.

¿Que hay de nuevo?, hay la extraña mirada (algo inquietante, algo mágico, muy difícil de concretar) de Sir Tymos. Un escudo redondo, mediano y pesado con un cuervo de metal de cobre sobre fondo de sable. Unas grafías grabadas en su espalda (que desconoce por completo).