Partida Rol por web

Los dos tipos se dan la vuelta a la velocidad del rayo mientras te apuntan con sus pistolas. El cocinero, viéndose venir lo que va a pasar a continuación, busca refugio bajo las grandes mesas metálicas de la cocina.

-¿Y tú quien cojones eres? -pregunta uno de ellos.

-¿Vas a alguna fiesta de disfraces, payaso? -dice el otro.

El taxi te deja frente a la joyería asaltada. Ves que la puerta no tiene ningún desperfecto ya que el atraco fue en pleno día. Dentro del pequeño local, unos operarios están cambiando los cristales de las vitrinas robadas mientras el dueño atiende como puede a un cliente.

-excelente- dijo al escuchar la noticia -me pregunto si sabrá...- pensó al meditar el asunto -Muy bien Roy, te hablo luego, tengo unos asuntos que resolver- el muchacho del otro lado se apresuro a despedirse y cerrar la conversación.

Víctor medito un poco sobre lo acordado por el señor Mottes, el viernes cae dentro de tres días... espero haber resuelto la situación con este inversionista.

Al tener el día libre, salio a dar una vuelta de reconocimiento para el trabajo de Mottes, visitando sitios muy exóticos y lujosos, así como otros algo normales. En todos y cada uno de ellos utilizo el aspecto de personas que tomaba al azar para que no sea visto realmente; las visitas no tenían como propósito algo en particular, solo deseaba ver realmente que ambiente se palpaba.

Luego se retiro a su casa para descansar y esperar la visita de mañana.

 Una historia interesante, sin duda, como revelaba mi cara de interés:

 - ¿Y quien es quien, por favor?. Me refiero a quien es la hija, la madre y el padre, por saber si conozco alguno... También me interesaría mucho saber donde encontrar a la chica...

Si jefe , ahora mismo . 

"Que mal humor se gasta por las mañanas" . 

Pensó mientras iba tomando su puesto de trabajo 

Hola. Es el sr. Rashid? Que tal? Mucho gusto en conocerlo. Me envia jeannie. Me ha dicho que compra usted joyas a un precio justo.
Que le parece este colgante?

Rachel le enseña un colgante del que antes colgaba una etiqueta de mil dolares.

Era de mi ma, alla en el sur. Esta como nuevo.

Vaya, no me han freído a tiros, pero poco les ha faltado. Um. ¿Debería decir alguna frase graciosa? ¿Alguna sobrada como en las películas de acción de los 80? Oh, que más da, esta gente estará muerta en poco tiempo. Suspiro, hago crujir el cuello y avanzo sin más miramientos hacia el que ha preguntado quién soy, directo a arrancarle la garganta. Con que uno de los dos hable, es suficiente.

Maldita sea... susurró mientras salía por la puerta colocándose la máscara y su particular traje de superhéroe en el cual se habían inspirado para sus comics. El plan era llegar hasta el tejado del edificio y desde ahí saltar para volar hasta la ventana que daba al apartamento de la pareja. Todo ese plan era para evitar relacionar al superheroe con el señor Carter. 

Así, cuando llegó hasta arriba del todo, corrió hacia el borde y se lanzó al vacío sin pensarlo dos veces. Con sus poderes podía volar y lo hizo hasta entrar por la ventana del apartamento donde discutían la pareja. Arrodillado, con los brazos hacia abajo tocando el suelo, levantó el rostro enmascarado y encapuchado. Joder... se suponía que hoy tenía día libre, amigo... su voz sonaba ligeramente metaliza, profunda... por culpa de la máscara. 

Después de hacer el reconocimiento previo de los lugares en donde solían moverse las personas con las que se iba a entrevistar el señor Belmonte te retiras a casa hasta el día siguiente.

Las oficinas de Intranet Industries ocupan un elegante edificio de veinte pisos en la zona cercana a Wall Street. Te están esperando cuando cruzas las puertas acristaladas al elegante vestíbulo decorado en blanco con los logotipos de la compañía (un rombo negro con las letras Intranet Ind. atravesándolo). Una señorita te guía hasta el ascensor rápido.

-Pulse el 20 -te dice sonriendo.

El ascensor se eleva veloz para abrirse ante un pasillo enmoquetado y una elegante puerta de madera. En un cubículo a la derecha de la puerta, otra secretaria te sonríe y pulsa un botón bajo la mesa para abrir la entrada.

-Le están esperando, señor Mottes.

El despacho era pequeño pero decorado con un lujo altamente elevado. Un hombre sonriente, con un traje de tres piezas y corbata, se sentaba tras el escritorio. Tenía el cabello rubio muy corto y los ojos grisáceos. Te indicó con una mano que tomaras asiento ante él.

-Señor Mottes, su petición de vernos nos fue de sumo agrado. Creo que quería tratar el tema de nuestra entrada un tanto "aparatosa" en Wall Street ¿no es así?

-La chica está en Nueva York -respondió la mujer-. En dónde no lo sé exactamente. Pero como dice la Biblia "por sus actos lo conocerás". Tampoco sé quién es su madre, eso me está vedado por algún motivo. Sin embargo su padre sí lo conozco. En la Grecia antigua se le conocía como Hefestos.

La jornada laboral transcurre tediosa y agotadora. Durante el descanso lees en el periódico los sucesos de la joyería y el crimen de Central Park. Cuando termina el día, te despides de tus compañeros rumbo a casa. Terminaba tu trabajo de día y empezaba el de la noche...

El prestamista y comprado de joyas era un viejo de aspecto tétrico y mirada inteligente. Regentaba un local pequeño pero atiborrado de objetos. El mostrador tenía una reja con barrotes que le protegía si alguien intentaba asaltarle. Observó la pieza con gran interés.

-Así que de tu madre ¿eh? No es mala, no es mala. Puedo darte ciento cincuenta dólares por ella sin hacer demasiadas preguntas ¿eh?

Al ver que no te detienes abren fuego contra ti. Las balas hacen saltar utensilios de cocina, destrozan la vajilla y abren agujeros en la pared. También te atraviesan la ropa rebotando en la armadura de Legión haciendo saltar chispas. Llegas a su altura cuando los percutores de sus armas golpean en el vacío y te dispones a atacar.

El tipo que discutía con su mujer en el salón se queda con la boca abierta cuando te ve entrar por la ventana. Se olvida completamente de su esposa para dirigirse a ti.

-¿Quién eres? ¿Qué coño haces en mi casa?

Steve entro en la joyeria y empezo a hacer fotos al interior para buscar pistas luego.

Se acerco al dependiente e intento sacar toda la informacion posible haciendose pasar por periodista.

-Buenos dias, soy del New York Post. Si no fuera mucha molestia, me gustaria que me dijisese todo lo que recuerda del dia del atraco para la cronica de mi periodico.-Dijo Steve con su mejor sonrisa.-Segun tengo entendido, fue usted quien lo presencio todo.-

 Asentí pensativo:

 - El herrero, comprendo, iré a hacerle una visita, ¿sigue teniendo su morada en la isla egea de Lemnos?. Odiaría presentarme por allí y descubrir que se había mudado...