Partida Rol por web

Mientras hablaba con el profesor, vi a Aki con otra persona. Estaban despidiéndose, por lo que ya sabía con seguridad que nos acompañaría a partir de mañana.

-Bien...- asentí al profesor, quien no podía ayudar demasiado con el tema de la herida. -Mañana buscaré algún mapa que nos sea útil para movernos por la ciudad. No podemos permitirnos ir perdidos de un lugar a otro.-

Volví con Gabe. No estábamos muy satisfechos con la situación. Yo estaba cansado y herido. Además, tampoco podíamos quedarnos en la escuela.

¿Para qué entramos? Con cierto pesimismo miraba a Gabe y a Aki. Debemos coger todas las provisiones que podamos dentro de estas paredes. Cualquier objeto que nos sirva para nuestros próximos días en el exterior.

Seguía dándole vueltas al tema, me acerqué a Aki. -Subiré a la segunda planta para descansar un poco... Gabe estará conmigo por si se complica la situación. Mañana buscaré algún mapa de la ciudad en la biblioteca. Podríamos hacernos con más provisiones... ¿quizás en el gimnasio haya algo?- la observé con detenimiento, esperando su iniciativa, ya que ella llevaba más tiempo en aquel lugar.

Gabe y yo nos aislamos en un aula de la segunda planta para no ocasionar problemas.

Estoy conversando con Aki en un rincón de aquel lugar mientras miro de soslayo como Enzo se acerca para comentar alguna que otra cuestión, asiento conforme a sus palabras y cuando menciona lo del gimnasio intercambio alguna que otra mirada con Rebecca, es que hemos tenido una experiencia poco afortunada con ese lugar. 

—En el gimnasio solo hay zombies, pero bueno... Déjame hablar con ellos para ver si podemos llevarnos algo. Es su lugar y estamos de prestado, así que apelo a la buena voluntad. 

Es una respuesta en buen rollo, sólo que no me apetece dejarlos con pocos recursos aquí dentro considerando que ellos son más y hay niños. Así que toca hablar seriamente con algún profesor y ver si pueden darnos algún que otro alimento para nuestra salida al exterior, que al menos sea fortuita. 

—Yo me encargo de la comida, eso sí. Cuidado por donde andan. 

El día recien comenzaba, ya que el sol había aparecido apenas hacía una hora. A pesar de ello, todos estaban cansados por la noche tan ajetreada; algunos por recorrer la escuela de noche, otros por el camino hacia el establecimiento. Gabe procedió a sentarse para descansar su pie, para que no empeore. 

La pareja de ancianos mira a los recien llegados con cierto temor, en especial a Enzo, por su herida. La adolescente, Rebecca, parece más preocupada por Aki que otra cosa. Finalmente, Mark reúne al grupo para dar instrucciones, como solía hacer cada cierto tiempo. 

-Como decía, los dos jóvenes se irán por la mañana. Y al parecer Aki los acompañará. -explica el profesor. -Les dije que pueden usar el día de hoy para conseguir lo que precisen aquí. Pero sugiero que para ello nos ayudemos mutuamente. Podemos darles algo de comida si nos pueden ayudar a asegurar la zona del gimnasio. 

Al hablar con Aki, sentí que no debía haber sacado el tema del gimnasio... me observó con gravedad y estaba incómoda e inquieta.

El día siguiente amaneció con la propuesta de los profesores. Yo no sabía qué hacer, había tenido una mala experiencia al combatir con los infectados cuando entré en la escuela. Sabía que no estaba preparado físicamente.

- Idearemos un plan... Algo sencillo y efectivo sin tener que poner a nadie en peligro.- comenté a Aki y a Gabe. - ¿Qué os parece?- Pregunté a ambos. - Gabe, ¿podrás ayudarnos? ¿cómo anda esa pierna?- dije sonriendo para romper el hielo.

«¿Asegurar el gimnasio?»

Esa pregunta sigue en mi mente mientras escucho al Profesor y luego a Enzo, no sé yo si es conveniente algo semejante cuando el problema allí es peor de lo que se imagina. Además no me veo muy capaz de ofrecer resistencia, si me acojono a la primera y la verdad que la experiencia no fue de las mejores que tuve. 

—Está bien, de acuerdo—respondo a Enzo y miro al Profesor—. Ayudaré. 

No sé cómo lo haré, ni las consecuencias que traiga esto. Es hora de enfrentar mis miedos, aprendiendo a lidiar con estos seres que ya dejaron de ser humanos. 

Te dejo la tirada aunque no tengo claro cuantos dados tirar por conducir, ya que varia en funcion de la dificultad no? Por cierto me he salido con la tirada!!!!

-Está bien, pero no debería usarla demasiado por unas horas, creo yo; en especial si tenemos que irnos por la mañana. ¿Cómo está tu... herida? -pregunta Gabe cuidando de no mencionar la mordida para no agitar más las aguas de la desconfianza del grupo. 

Rebecca se acerca a Aki, Gabe, y Enzo, con intención de ayudar. -La situación es la siguiente. El gimnasio está lleno de gente infectada. Las puertas interiores, o sea las que dan al pasillo, están atadas en las manijas con sogas. Como están las cosas ahora, una de las ventanas está rota y si los infectados presionan contra las puertas, pueden abrirlas un poco. 

 (algo así)

-Aki y yo los vimos. Si ejercen suficiente presión, quizás podrían escurrirse por esa abertura eventualmente. Deberíamos idear algo para evitar que pudieran abrir esas puertas ¿Alguna sugerencia? 

- Bien... - Contesté a Gabe algo asustado y en tono pensativo.

Intentaba idear un plan. Algo que hiciera "click" en mi mente para resolver aquella situación...

- Ya lo tengo! - todos me observaban con incertidumbre. Expliqué lo más claro posible el plan. Después de varios segundos de silencio, concluí - Si actuamos coordinados, creo que no habrá problema.

El plan es dividirnos en dos grupos. Unos permanecen en la puerta mientras los otros van a las gradas.

Dentro del gimnasio hay unas pequeñas gradas situadas a una altura suficiente como para que no nos alcancen los infectados. Mientras unos atraen a todos los infectados hacia la puerta (desde la zona segura y sin retirar el candado) para despejar el camino, el otro grupo entra por la puerta trasera directamente a las gradas, sin hacer ruido. Así evitaremos a los zombies y tendremos vía libre para llegar hasta los recursos.

El plan tiene sus vacíos, es como pensar en algo que sabes puede salir mal por no mirar todo desde otro ángulo. La cuestión es que el gimnasio fue el mayor error de la gente que está aquí, retener a esos seres que tienen una fuerza superior a cualquiera puede ser un verdadero dolor de cabeza a futuro. Quieren salir, romper y devorar, es algo innato que está en su misma naturaleza y como todo depredador, no lo va a detener una simple puerta atada. 

Y por esa razón analizo todo estando en silencio, meditando sobre ello mientras habla Enzo. 

—Ingresar a un lugar lleno de zombies no es la mejor de las ideas, trabar las puertas desde afuera si es efectivo. Hay muchísimo mueble en las aulas, los traemos y colocamos delante de la puerta—digo en un tono seguro—. Incluso en el aula de química hay muchísimos componentes interesantes o el mismo jabón, lo volcamos y ellos perderán estabilidad, así que podremos trabajar mientras están lidiando con un suelo resbaladizo. 

Son ideas, que si se juntan todas quizás funcionen pero hay que saber muy bien que esto es temporario. Todo cede, se rompe y es volver a lo mismo. Lo ideal sería matar a todos los que están dentro, pero... ¿Cuántos son?

—Ya sea el plan de Enzo o el mío, el jabón hay que usarlo porque dará más libertad. Supongo que no son inteligentes, pero sí muy fuertes y es algo que debemos aprovechar. 

El grupo escucha atentamente ambos planes. Quizás lo más difícil de sobrellevar es la falta de mano de obra. Las unicas personas aptas para esfuerzo serían Aki, Enzo, Rebecca, Mark y Lillian (los profesores). Gabe no podía confiar en su tobillo por unas horas, y los niños y ancianos no podían correr esos riesgos. 

-Las sogas que sostienen las puertas cerradas no aguantarán mucho si los infectados empujan mucho tiempo juntos. Me agrada la idea de usar jabón para limitar sus movimientos, aunque eso podría ser peligroso también para nosotros. Deberíamos tener cuidado. -comenta la profesora Lillian. -Quizás si combinamos ambas ideas, podríamos tener algo viable. Si el piso es resbaloso, los infectados no podrían empujar la puerta con fuerza suficiente como para romperla. La puerta exterior está cerrada con llave, por lo que no es problema acceder a ella y abrirla o cerrarla. Pero debemos asegurarnos de tener con qué bloquear la entrada al edificio de manera segura. 

-Si me permiten...-sugiere Rebecca. -Creo que la idea de Enzo es buena pero podemos enfocarla mejor. Si atraemos la atención de los infectados a la puerta más segura, la que está cerrada con llave, podría darnos tiempo de bloquear la otra puerta con algo más de seguridad. 

(Lo amarillo serían las sogas que sostienen cerrada la puerta. Las cosas a los costados en el gym son las gradas de metal. )

- A mí me parece bien -

Entre todos pudimos idear un plan consistente. Utilizar jabón o aceite fue muy buena idea. Aki demostraba valor, pero también temor. Me asustaba con su miraba, estaba "encerrada" en sus propios pensamientos sobre aquel gimnasio.

- Yo puedo entrar al gimnasio desde la puerta exterior. Soy ágil. Si todo sale como lo hemos previsto, esos infectados acabarán en el suelo, resbalándose, mientras corro a por las provisiones. Alguien más podría cubrirme las espaldas por si alguno se acerca a nosotros. - Miré a Aki. Confiaba en ella. Era la mejor para cubrirme ya que Gabe no estaba en condiciones.

Quería terminar cuanto antes. Parece que, desde que Gabe y yo entramos en aquella escuela, no avanzaban los días. Más que por valentía, me ofrecí por resolver rápidamente aquella situación y despedirme. Sin embargo, Aki parecía tener más relación con aquellos refugiados.

- Si alguno nos persigue de vuelta al exterior, no será un problema tan grave si conseguimos entrar de nuevo a la escuela. De esta forma quedarán los zombies en el patio. Me cubriré los brazos con telas para evitar más heridas- Concluí, suspiré y me aseguré de que aún tenía mi cuchillo en el cinturón.

Estaba listo.

—Está bien, hagámoslo. 

No tengo nada más para decir, estoy decidida a ello mientras se termina de cuadrar el plan. Claramente ingresaré con Enzo y lo apoyaré para entretener a los zombies lo cual no me hace especial gracia pero al menos resolveremos esto cuánto antes. 

La consciencia me quedará tranquilo de que al menos los que quedan allí estarán seguros si le quitamos el acceso a los zombies. Menos muertes, menos sustos. 

El plan parece tomar forma. Antes de entrar en acción, el profesor Mark les recuerda: -El objetivo es bloquear la puerta cerrada con sogas con las gradas metálicas. Tengan cuidado. 

El grupo entonces se divide en dos. Por un lado, Rebecca y Mark se dirigen al laboratorio y se proveen de jabón líquido. Enzo y Aki, llave en mano, se posicionan frente a la puerta exterior. El sol del mediodía les pica en la piel. La susodicha puerta es metálica y no tiene ventanas como la otra, lo que les impide ver el interior. De acuerdo con lo planeado, Mark y Rebecca derraman jabón líquido en el suelo a través de la puerta atada con sogas, y golpean la puerta con fuerza para señalizar a Enzo y Aki que su parte del plan está en funcionamiento. 

Enzo entonces abre la puerta con la llave para entrar al gimnasio. El lugar está iluminado con la luz diurna del exterior. La mayoría de los infectados se encuentran apiñados contra las puertas opuestas, intentando llegar a Rebecca y Mark, pero resbalando por el piso jabonoso. Hay 2 infectados que aún no llegaron al suelo jabonoso, y se giran hacia los recién llegados. 

Al entrar al gimnasio, Enzo ve a los infectados y se paraliza por unos segundos. Al parecer el trauma de haber sido mordido esa misma mañana está haciendo mella en su espíritu. Después del estupor inicial, se dirige con velocidad hacia las gradas con intención de empujarlas hacia las puertas para asegurar que los infectados no pudieran entrar en la escuela. Pero con seguridad no era tarea para una persona sola, por lo que se queda en posición esperando la ayuda/indicación de Aki. 

El plan está más que decidido y me toca dar ese paso hacia delante mientras estamos allí en en gimnasio de aquel Colegio. Con muchísimo miedo me dedico a mirar el entorno con detenimiento, es más al ver ese grupo de zombies siento que las piernas me tiemblan y no sé qué hacer porque el juicio se me nubla. Por ello, intento respirar profundo y al ver que Enzo se dirige hacia las gradas, dudo unos buenos minutos en hacerlo.

Hasta que de alguna manera me atrevo, momento en el que sigo los pasos de aquel chico y lo ayudo. Por el ruido que haremos será complicado no atraerlos, pero contamos con el jabón y que comiencen a caer. No obstante acojona esos que miran, pero no quiero quedarme en ello e intento acelerar el proceso. 

Enzo comienza a empujar el mueble metálico pero sólo no consigue hacerlo mover. Los infectados comienzan a acercarse, pero aún están a una distancia segura. Desde el otro lado de la puerta con sogas, Rebecca y Mark están aún llamando la atención del grupo de infectados apiñados allí. 

-¡Vamos a mover esto, Aki! -apremia el adolescente. 

Un tanto paralizada por el escenario que tengo delante y ese miedo que despierta en mi aquellos zombies, decido escuchar solo a Enzo para dejar de preocuparme y terminar no haciendo nada. 

Rápidamente me acerco hacia uno de los extremos e intento moverlo junto a él, esto ocasionará un sonido importante que alerta a esas criaturas y puede significar que se nos vengan encima. Es la única manera que tenemos, y para mí la más acojonante. 

Entre Aki y Enzo logran mover de a poco la enorme grada, aunque las patas hacen un molesto sonido de arrastre en el suelo. 

Después de un gran esfuerzo, logran ubicarla paralela a la puerta que intentan sellar. Ya 3 infectados se acercan a ellos interesados. Enzo entonces propone una idea. -Si entre los dos podemos levantar la grada desde abajo podríamos voltearla y dejarla caer sobre ellos. 

De buenas a primeras parece buena idea, aunque siempre está el riesgo de que un mal movimiento o cálculo dañara la grada o incluso la puerta...

Representación gráfica HD de la idea

Naranja: Enzo
Verde: Aki
Negro: Los infectados.

Enzo y sus ideas, es lo que pienso cuando en medio de tanta tensión, suspiro por lo bajo cuando se le ocurre hacer aquello. La idea en si no es nada mala, lo malo es que es más esfuerzo físico y más ruido que atraerá a más de estos. Que si bien cumple con el cometido, no sé si será beneficioso. 

—Hm, vale. 

E igual acepto, porque soy así y porque de algún lado debo coger valentía. Así que haciendo uso de mi coraje, uno que a veces suele desaparecer, me inclino y tras coger del borde inferior la grada espero a la cuenta de tres para subir y hacerla caer. Solo espero que con esta distracción, ya sea suficiente como para que puedan asegurar la otra entrada. 

Entre los dos consiguen volcar la estructura de las gradas y la dejan caer sobre los infectados. La estructura bloquea la entrada a la escuela y aplasta a los infectados de esa zona. En efecto, hizo un ruido muy llamativo, quizás incluso pudiera escucharse desde fuera. Después del esfuerzo, Aki puede ver que Enzo está transpirando fuertemente y se mueve con dificultad. ¿Se le habrían abierto las heridas por el esfuerzo físico?

Quedan 2 infectados activos en el gimnasio. Uno de ellos, una mujer, se acerca a Aki y Enzo peligrosamente. Probablemente Aki pudiera evadirlo con cierta facilidad, pero no podía decir lo mismo de Enzo. Por otro lado, si lucharan juntos, quizás podrían abatirlo sin mayor riesgo...