Partida Rol por web

Estando todos de acuerdo en que el bloque en el que estaban ya estaba completamente saqueado y que la mejor opción era tratar de acceder al bloque de Megan, solo restaba ponerse en marcha antes de que anocheciese. Con el improvisado plan ya trazado, todos se prepararon para realizar aquella maniobra. ¿Lograrían su objetivo? 

En verdad la peor parte de la llevaría Gustavo, quién debería darse prisa en salir del bloque una vez pudiese en marcha la música o buscar una ruta alternativa, pero minera momento de dudar.

- Yo ya estoy lista, recordemos el plan... Primero avanzaremos en grupo hasta la zona de la piscina, una vez la música empiece a sonar. Cuando veamos qué la inmensa mayoría de los rabiosos han llegado hasta el bloque donde estamos ahora, trataremos de acceder al nuevo bloque en sigilo, y abatir a los que puedan quedar. Y finalmente, confiaremos en que Gustav pueda llegar a nosotros. - recordó nuevamente la idea. Si algo sale mal, lo importante es no perder la calma gritar, usando los disparos como último recurso. Si podemos, deberíamos abatir en silencio a los que queden en el bloque al que vamos. ¿Todo claro? ¿Dudas al respecto?

Con cuerta tensión en el aire, todos se preparan para empezar con la misión. Gustav saluda con la mano y desaparece escaleras arriba. Phillip empuña su rifle y sale al patio, seguido por las demás personas. Cuando pasan más cerxa del edificio objetivo, pueden ver a un buen número de rabiosos dentro. Algunos, incluso, mirando hacia afuera. Una vez que llegan a la zona de la pileta, Phillip hace una señal con la mano  en dirección a la torre que acababan de dejar. Segundos despues, se siente una música estridente que suena desde uno de los pisos superiores de la torre. De a poco, los rabiosos golpean las puertas de entrada de la torre objetivo y comienzan a salir, atraidos por el ruido. Unos 30 salen del vestibulo y no parecen salir más por unos 20 segundos. ¿Sería un buen momento para entrar? 

La misión dio comienzo y tras dar la señal y recorrer el corto espacio hacia la zona de la piscina, Gustav puso música en los altavoces y los rabiosos del bloque al que nos dirigiríamos comenzaron a salir en tropel atraídos por el sonido. Un buen número abandonaron el lugar, pero Megan seguía bastante dudosa de si ya habrían salido la inmensa mayoría. Que ella recordase, en todo aquel bloque de viviendas podrían vivieron cerca de cincuenta personas y por lo que había podido calcular a golpe de vista, no habrían salido más de treinta. ¿Significaba que aún podía haber una veintena de aquellas criaturas en el bloque? Era una posibilidad, y a pesar de que pasaban los segundos, la doctora se mantuvo firme tratando de hacer que la gente que le acompañaba aguardará un poco más.

- Puede que algunos estén encerrados en sus casas o que los hubiesen abatido anteriormente...pero treinta rabiosos aún me parecen pocos. ¿Aguardamos un poco más o nos arriesgamos? - Susurró Megan un tanto preocupada. Era consciente de que no todos los que les acompañaban podían desplazarse rápidamente ni tenían capacidad para pelear, entre ellos la vieja anciana de la panadería. Podriamos acercarnos unos pocos y observar como está el interior, y si no corremos peligro, damos la señal y avanzais el resto. ¿Os parece?

Dadas las instrucciones al resto, Megan trató de ir acercándose a cobijo de los arbustos y macetas cercanas a la puerta de entrada, no sabía quién más le acompañaría, pero esperaba que fuesen Philip, Nat y John. Una vez dentro, ya les indicaría mediante señas al resto que podían avanzar.

Con gran técnica, la doctora avanza por el camino y se sitúa más cerca de la zona. Ningún rabioso la nota en lo más mínimo. 

Desde su nueva locación, puede ver que el vestíbulo está prácticamente vacío, salvo por uno o dos rabiosos que siguen dentro caminando sin rumbo fijo. El contingente de infectados está cada vez más lejos del edificio objetivo. 

La deduccion de Megan, no podia ser cierta. ¿no?.
- No creo que los rabiosos se hayan quedado alli quietos, eso espero al menos. Supongo que pronto lo descubriremos. Avanze detras de Megan intentando haciendo el menos ruido posible. No fue dificil con el ruido de la musica de fondo, despistando a los rabiosos.

Natalie titubea un poco ante el avance de sus compañeros, esperando que la predicción de Megan no fuera cierta. Avanza detrás de John intentando hacer el menos ruido posible, pero tropieza con una de las macetas. Se lleva las manos a la boca para ahogar un grito de asombro y mira a su alrededor para ver si ha llamado la atención de algún rabioso.

Ante el ruido que inadvertidamente ocasiona Nat, un rabioso cercano comienza a girar la cabeza hacia ella pero otro lo choca por accidente y vuelve a comocarse en la fila. Por suerte, el equipo avanza con exito sin ser detectados. De a poco, los demás miembros de la procesión hacen lo propio. Pronto, estan todos agazapados cerca de la entrada del edificio objetivo. 

-Es peligroso quedarnos aquí afuera. Sugiero entrar cuanto antes, cerrar las puertas y abatir a los rabiosos que estén dentro sin disparar. Cuando Gustav llegue, le daremos la bienvenida a la nueva base. ¿Les parece?-sugiere Phillip.

Era evidente que quedarse indefinidamente allí fuera crecía de sentido y que debían acceder al nuevo bloque, al bloque de Megan. La inmensa mayoría parecía haber abandonado el lugar en dirección al bloque en del que habían huído, y todo parecía indicar que si entraban y acababan conn los que pudiesen quedar dentro del edificio haciendo el mínimo ruido posible, lograrían su objetivo al hacerse con el control del lugar.

La doctora accedió al complejo acompañado de Philip, John y Nat, y tras ellos, Megan fue indicándoles al resto que podían avanzar con sumo silencio. Quién iba a tenerlo francamente complicado era Gustav, dado que su salida estaba completamente bloqueada. ¿Buscaría una salida de emergencia e intentaría dar un gran rodeo para llegar hasta ellos?

- La entrada del hall y la recepción está despejada, solo se ven un par de rabiosos cerca de la escalera. - enunció una vez fue llegando la gente. Nat, John... Vayamos por el ascensor a mi domicilio, y pillemos por detrás a los dos rabiosos de las escaleras. Así si hacemos algo de ruido no llamaremos la atención de los que estén afuera. Lo último que queremos es que los que se han alejado volviesen sobre sus pasos si escucharan disparos en última instancia. Philip, ¿Puedes encargarte de cerrar la puerta de entrada? Esta llave debería valerte para cerrar la puerta metálica... Susurró Megan tendiéndole la llave de afuera, una vez la sacó de su llavero. En caso de complicaciones o de que hubiese más rabiosos de lo previsto en el primer piso, nos encerraríamos en mi domicilio y aguardaríamos a que los distraigáis para volver a salir. Vamos a tratar de atacarles por dos frentes si hubiesen más de los previstos, aunque a priori parece que han quedado muy pocos...

-Pues a ello. -respondió Phillip tomando la llave de Megan. El grupo corre hacia el hall y  entra rápidamente. Cuando todos hubieron entrado, Philip echó la llave y se mantuvo atento hacia afuera por si Gustav aparecía. 

Los rabiosos que están dentro del hall comienzan a moverse antela presencia del grupo. Una vez dentro, pueden verlos bien. Son 4 rsbiosos en total. Un hombre alto de tez oscura, una mujer de cabello rojizo, un joven con la cabeza rapada, y finalmente una mujer de cabello rubio. Esta última, luce brillantes ojos amarillos. 

Megan no dudó en correr y pulsar el botón del ascensor, el cual solía demorarse unos segundos en bajar y abrir las compuertas. Viendo que aquellos cuatro rabiosos los habían detectado y se disponían a ir a por ellos, no tardó en valorar si era seguro disparar dentro del edificio, o si por el contrario sería motivo de atraer a la horda que ya estaba llegando al bloque con los altavoces a plena potencia. 

Philip ha cerrado las compuertas y desde fuera solo deberían escucharse unos sonidos sordos, los altavoces terminarán de atraerlos. Dispararé.

Y dicho y hecho, Megan disparó a la mujer rubia de ojos amarillentos, la cual le daba más mala espina.

- No debemos arriesgarnos a 2ue nos muerdan, tenemos ancianos y niños con nosotros. ¡Abrir fuego y acabemos con los mando están aquí! No creo que vayan a venir los que ya se fueron. ¡Vamos! - terminó por comunicar tras los primeros disparos, ya con el arma humeante.

El disparo de Megan impacta directamente en la cabeza del hombre de tez oscura. Un chorro de sangre brota de la herida sin fuerza. El diparo parece haber hecho mella en él, ya que al acercarse a Megan, tropieza y cae de rodillas. 

Los otros rabiosos comienzan a moverse. La mujer de pelo rojizo se acerca a John e intenta asirlo, pero sus manos se pierden en el aire y la rabiosa cae al suelo. 

Nat no tiene tanta suerte, el rabioso de cabeza rapada se acerca a ella y, antes de que ella reaccione, le clava los dientes en el brazo. 

La rabiosa rubia se mantiene atrás. 

Natalie grita horrorizada ante el mordisco del rabioso. Con la mano que tiene libre, empuña con fuerza la tubería e intenta golpearle para deshacerse de él; pero la mano le tiembla y falla el golpe.

La situación se tornó crítica demasiado rápido. Los cuatro rabiosos que allí habían parecían más agresivos de lo habitual por alguna extraña razón, y pese a que Megan impactó sus disparos en el rabioso que se le acercaba, que cayó al suelo arrodillado, parecía que Natalie no estaba teniendo tan buena fortuna. El rabioso rapado se le había abalanzado con frenesí y había logrado morderle en la mano, lo cual era muy mala señal.

- ¡Oh no, Nat! ¿Estás bien? - Se lamentó Megan, que no dudó en disparar hacia al rabioso que pretendía morderle nuevamente. Date prisa y te cortaré la parte afectada sin dudarlo. ¡Deprisa, ven!

No sabía con exactitud la situación de John, ni si el resto de supervivientes pretendía hacer algo por ayudar. Pero Megan no iba a permitir que su amiga volviera a ser mordida e intentaría ganarle tiempo para tratar ese mordisco. Intentaría que tuviese alguna oportunidad de salir con vida.

El rabioso de cabeza rapada que estaba mordiendo a Nat la suelta debido a su movimiento de resistencia. El rabioso intenta volverla a agarrar, sin éxito. En particular, porque un certero disparo por parte de Megan le pega en la cara y lo hace inclinarse a un costado. 

El rabioso de tez oscura que estaba arrodillado frente a Megan lanzó un manotazo pero no llegó a alcanzarla. 

La rabiosa de pelo rojo que enfrentaba a John tuvo más suerte. Con una mano le tomó el brazo y le hincó los dientes en el antebrazo. 

Phillip decide intervenir desde su lugar. 

Con el rifle dispara e impacta en la rabiosa pelirroja que tenía aferrado a John, dañándola en el cuello y haciendo que suelte al ex-banquero. 

Megan sintió alivio al ver que su disparo impactaba en el rostro del hombre rapado que había mordido a Natalia y que esta podía liberarse de su presa. La situación no había dejado de ser comprometida, pero al menos gozaban de una nueva oportunidad para defenderse, y esquivando por los pelos el ataque del hombre de tez morena, Megan volvió a centrar su atención en él para tratar de acabar con su vida. No deseaba ser mordida y debía intentar todo lo posible para salvar su vida y la de sus compañeros.

- ¡Vamos, todos juntos! - intentó motivar y solicitar la ayuda del resto de personas que estaban paralizadas. Si queremos sobrevivir y hacer de este bloque un lugar seguro donde poder residir, protegernos, lograr aprovisionarnos y encontrar una cura. ¡Es ahora o nunca!

Y dicho eso, volvió a dispararle a bocajarro al rabioso mas cercano de tez morena, que momentos antes intentaba atacarle. Esperaba que fuese suficiente para que definitivamente lograse acabar con su triste existencia.

Natalie aprovecha que el rabioso le ha soltado el brazo y se acerca a Megan. Mantiene la tubería en ristre con una mano para intentar cubrir a su compañera, mientras la otra la apreta contra el pecho para intentar detener la hemorragia.

Al acercarse a ella, intenta golpear en la cabeza al rabioso al que Megan acaba de disparar, pero las fuerzas le fallan.

-Cuando las cosas se pongan más tranquilas -le dice a la doctora, jadeando por el esfuerzo-, necesitaré una ayuda.

El maldito bicho me había mordido, esto no iba a acabar asi, me aparte un par de pasos atrás y dispare con mi pistola. - Toma eso maldito bicho. Después del acierto me cubrí la herida con la ropa para intentar que sangrara el mínimo posible. - Venga que ya los tenemos!

El rabioso de tez morena cae hacia atrás, abatido. El rabioso de cabeza rapada intenta un nurvo golpe, pero un certero disparo de Phillip lo aniquila. Por su parte, John derrota con certeza a la pelirroja con un buen tiro que le atraviesa la frente. La única rabiosa presente restante es la rubia de ojos brillantes. La rabiosa intenta saltar sobre el mostrador pero cae hacia atrás, oculta tras éste. 

Todo sucedió muy deprisa y rápidamente fueron cayendo los rabiosos para alivio de la doctora. Finalmente parecía que las cosas mejoraban y solo quedaba intentar abatir a la rubia, que por extraño que parezca, en vez de atacarles, emprendió la huida saltando detrás del mostrador. 

Megan se sintió tentada a acercarse hasta allí y tratar de dispararle, pero viendo que el camino hacia las escaleras había quedado despejado, decidió que era momento de que los ancianos y niños avanzaremos para subir hacia su apartamento en el primer piso. 

- Adelante, sigamos. - invitó a la gente a continuar avanzando. Nat, quiero mirarte esa herida de inmediato, por favor. Philip, John, vigilad que esa rubia rabiosa no decida salir de su escondite y venir a atacarnos. ¡Cuento con vosotros!

Y en cuanto tuvo oportunidad, sacó el botiquín de primeros auxilios de su mochila y no tardó en valorar la herida y tratarla. Había que eliminar la parte afectada de inmediato para prevenir que el parásito pudiese infectarla.

Mientras Megan comprovaba la herida de Natalie avance hacia la derecha de la infectada mientras le hacia señas a Philip para que hiciera lo mismo por la izquiera, con cuidado, preparado para disparar al primer atisvo de movimiento.
Al parecer la Rabiosa no se habia percatado de mi plan asi que me asome y en cuanto la vi, dispare mi arma.