Partida Rol por web

Atraídos por una nueva ráfaga de disparos, los rabiosos de la calle giran su vista hacia la escalera y entonces ven a Nat. Los tres se acercan a ella pesadamente, aunque aún están a poco más de dos metros...

Arriba hay un infierno. Sería una estupidez volver a subir. Su única oportunidad es abrir paso para salir todos de ahí. Natalie se acerca al rabioso de la izquierda, el que estaba solo, y le golpea con todas sus fuerzas en la cabeza.

Con el gigante casi muerto, ya era hora de bajar las escaleras, un tiro mas deberia bastar para que Megan no tuviera problemas si decidia acabar con el. El disparo acerto a la bestia que estaba en el suelo. - ¡Megan, nos vamos, no podemos hacer nada mas! - Despues de gritarle empece a bajar las escalera para buscar una salida junto a Natalie.

John parecía haber acabado definitivamente con Jessé y comenzado a descender la escalera, por lo que solo quedaban Lloyd y Megan en aquella azotea que no tardaría en estar llena de rabiosos. Situada justo al lado de la escalerilla de incendios por donde estaba descendiendo John, Megan disparó una última ráfaga con la metralleta para tratar de acabar y hacer caer escaleras abajo al rabioso que acababa de hacerse visible en el umbral de la puerta. Necesitaba mínimamente ganar algo de tiempo si pretendían descender ella y Lloyd, quién aún forcejeaba con la gorda transformada.

- ¡Lloyd, olvídate de la gorda y ven ya hacía la escalera! Yo ya empiezo a descender, ¡debemos largarnos de aquí! - le gritó justo después de vaciar el último cargador de la metralleta. Asomó la vista y vio a John que ya estaba justo abajo, lo que inició su descenso. ¿Lo lograría Lloyd a tiempo? Estaba segura que la marea de rabiosos estaría a punto de acceder a aquella lúgubre terraza. ¡Lloyd! Se te echarán encima. ¡Corre!

Aquello fue lo último que pudo decirle, antes de bajar. No tenía nada claro que pudiese ya salvar su vida, pero no podía permanecer más allí arriba si quería conservar su vida. Los rabiosos cada vez eran más rápidos, agresivos e incluso inteligentes...

En la terraza, el gigante que una vez fue el silencioso Jesse cae al suelo, finalmente muerto. Una última ráfagade disparos impacta con buena puntería en el rabioso recien llegado y lo hace caer hacia atrás. Lloyd finalmente hace caer a la rabiosa al suelo y corre exhausto hasta las escaleras. Una vez John llega al suelo, ve a Nat reventando brutalmente el craneo de un rabioso a su izquierda con la legendaria tubería. A la derecha del grupo, dos rabiosos más se acercan atraídos por el jaleo. La calle donde se encontraban estaba a un lado de la comisaría. Si giraban la esquina hacia la izquierda (donde Nat había liberado el camino) encontrarían la entrada a la comisaría. Hacia la derecha, llegarían a la calle opuesta. 

Nat se limpia el sudor de la frente y jadea por el esfuerzo. Se gira al ver a sus compañeros.

—Será mejor que nos demos prisa y nos alejemos todo lo posible de este sitio. —Natalie se separa del cadáver del rabioso y se acerca a los dos que se aproximan por la derecha—. El otro es todo tuyo —le dice a John justo antes de golpear al que tiene más cerca.

Al llegar abajo Natalie estaba acabando con uno de los rabiosos y me dispuse a disparar a los que se acercaban por el otro lado, con todo el jaleo que habiamos montado ya no me preocupaba tanto el ruido asi que empece a dispar. El primer tiro fallo por poco, pero el segundo acerto al rabioso mas cercano de los dos que se acercaban. Con un poco de suerte para cuando llegaran Megan y Lloyd ya solo seria cuestion de correr.

El golpe de Nat impacta en el rabioso, quien da un paso hacia el costado, por el impacto. Éste intenta saltar sobre Nat pero calcula mal y cae al suelo. El otro rabioso se acerca a John cuando éste dispara. El primer disparo golpea en el hombro derecho del rabioso y lo sacude un poco. El segundo disparo impacta brutalmente en el aire cerca del objetivo. Lo cual le da tiempo de acercarse a John y le da un fuerte golpe con la mano en un costado.  Detrás, Lloyd baja la escalera detrás de Megan. 

Sin darle tiempo a reaccionar al rabioso tendido en el suelo, Natalie vuelve a golpearle con fuerza en la cabeza.

Megan había descendido la escalera lo más rápido que había podido para darle la oportunidad a Lloyd de bajar a tiempo, aunque no tenía ni idea de si había logrado su propósito. Allí abajo Nat y John habían hecho frente a tres rabiosos, uno que provenía de la zona de acceso principal a la comisaría, y otros dos de la parte posterior, que habían sido abatidos con habilidad. Megan miraba la parte superior, esperando a que Lloyd bajase por la escalera, pero se estaba tardando más demolición normal. ¿Qué estaba pasando?

- Chicos, Lloyd está tardando mucho en bajar. ¿Puede que esté en peligro? Yo traté de facilitarle que se librase de la gorda rabiosa y que la horda que se acercaba desde la puerta perdiese tiempo, pero sinceramente, estaba muy agotado. ¿Lo conseguirá? - comentó Megan con los ojos clavados en la parte superior de la escalera, donde esperaba que apareciese Lloyd de un momento a otro.

Tenía ganas de gritar para llamarle, pero sabía que eso solo atraería más rabiosos en su dirección, cosa que quería evitar a toda costa. Entonces empezó a aparecer el cuerpo de Lloyd visiblemente cansado, y a duras penas podía atinar en colocar los pies para empezar a descender. Megan temía lo peor,... O se apresuraba a bajar con cuidado, o una de dos, se lanzaba al vacío para que no le mordiesen, pudiendo romperse una pierna en el proceso, o dos, era mordido en el cuello antes de poder bajar. ¿Lo lograría?

En la escalera se escuchan los gemidos de Lloyd haciendo un gran esfuerzo por moverse. Cuando frena por un segundo para tomar aire, un rabioso lo toma del codo aferrándose a la escalera. 

El grupo podía ver un tumulto de rabiosos comenzando a agolparse en la parte superior de la escalera. 

Natalie se lleva las manos a los labios al contemplar con horror como el rabioso le muerde. Los gritos de su compañero resuenan en la calle.

—No... No podemos quedarnos aquí —les dice una titubeante Nat a John y Megan—. Tenemos que escapar como sea antes de que el ruido alerte a más rabiosos.

Se gira hacia la calle por la que habían decidido salir y empieza a moverse, intentando borrar de su cabeza la imagen desgarradora que acaba de contemplar.

—Salvaremos a todos, lo conseguiremos. —Se dice a sí misma, intentando convencerse de que actúa correctamente.

Los gritos de Lloyd al ser mordido resonaron por toda la calle, esto sin duda atraeria a mas rabiosos.
Pero era mejor centrarse en el que tenia delante si no queria acabar como el. Volvi a disparar al rabioso mientras me movia hacia atras para alejarme un poco de el. La bala acerto y dispare una vez mas esperando que fuera suficiente para terminar con el. - ¿Bien, hacia donde vamos? -
No te olvidaremos Lloyd, tu sacrificio no sera en vano.

Ver cómo Lloyd era mordido cuando aún no había empezado a bajar fue una escena realmente impactante, y al primer mordisco en el cuello le siguieron muchos más, la azotea ya estaba infestada de rabiosos, tratar de salvarlo era imposible. Megan lamentó la pérdida pero no tardó en reaccionar a las voces apremiantes de sus dos compañeros. ¿A dónde acudir? Megan lo tuvo claro, les tocaría correr y tratar de pasar desapercibidos, pero a dos escasas manzanas estaba su bloque de viviendas. Sabía que no era un lugar en donde poder vivir de forma permanente, pero si lo suficientemente cerca y bueno como para pasar la noche, recoger algunas conservas, y lo más fundamental, las llaves de un vehículo con el que salir de la ciudad. 

- ¡Seguidme, mi casa está a dos manzanas! Pasaremos allí lo que queda de noche, recobraremos fuerza, comeremos algo y recogeremos las llaves de mi coche. Creo que deberíamos abandonar la ciudad...

Confiaba en que fuese bien recibida la propuesta por John y Nat, al menos era un plan lógico y viable. Y tras sus palabras, avanzó cauta en dirección a su vivienda, observando bien los alrededores.

Los gritos e insultos desgarradores de Lloyd resonaban en la calle mientras el grupo se alejaba. De lo que había sido su hogar durante un breve tiempo. Los sobrevivientes podían notar que las calles estaban más llenas de rabiosos que días atras. ¿Habría muerto más gente o sería un efecto rebaño? El camino al complejo de edificios donde Meg había vivido estaba bloqueado por tres rabiosos. Dos hombres ancianos y un joven. Los ancianos comenzaron a acercarse al grupo en cuanto los vieron. El más joven frenó, se mantuvo quieto unos segundos y luego comenzó a caminar tras los otros dos. 

Aunque trató de andar con sigilo y sin ser vista hacia el complejo de viviendas donde vivía, en un momento dado fueron vistos por tres rabiosos que bloqueaban la ruta. Era necesario llegar de alguna forma, allí en la calle estaban completamente expuestos, pero tampoco les convenía disparar nuevamente y armar un alboroto. Necesitaban llegar sin llamar en exceso la atención, por lo que propuso tomar otra ruta y acceder por la parte de atrás aunque les supusiera más camino y tratar de despistar a sus inmediatos perseguidores.

- Vaya, nos han visto... - Lamentó Megan al ver que losntres rabiosos empezaban a andar hacia ellos. La conducta del más pequeño le pareció extraña, como si hubiese dudado si seguir a los dos mayores o si ir a otro lugar. ¿Era posible que fuese como Bob? ¿Alguien capaz de controlar el parásito al darle lo que precisaba? La idea no le gustaba, pero consideró que no era el momento ni el lugar para enfrentarse. Tratemos de despistarlos y dar un rodeo. Me gustaría lograr entrar al bloque sin que supiesen que estamos ahí. ¡Seguidme! Hay unas escaleras que bajan más adelante, que conducen a un pequeño parque. Desde allí se puede acceder por lamparte de atrás al mismo bloque de viviendas. ¡Corrramoss para despistarlos!

Con la comisaria perdida no teniamos donde ir, asi que Megan propuso su apartamento. Seria una buena parada en el camino, luego, con un poco de suerte podriamos salir de la ciudad y buscar mas supervivientes.

Megan dirigia el camino, ya que ibamos a su casa, ella sabia por donde ir y la seguiamos para intentar despistar a los rabiosos que nos encontramos por el camino. - Vamos, tu delante que sabes el camino Megan.-

Natalie asintió a las palabras de su compañera, ansiosa de poder subirse a un coche y salir de esa ciudad que no hacía tanto consideraba su hogar. Sus compañeros empezaron a correr y, aunque intentó mantener su ritmo, Nat se quedó algo rezagada. El cansancio empezaba a pasarle factura.

El equipo corrió con velocidad y precisión, dispersándose y reagrupándose justo lo necesario para dejar a los rabiosos perplejos, ya que no podían seguir sus movimientos con facilidad. El rabioso más joven intentó moverse más rápido para perseguirlos pero para fortuna de los sobrevivientes tropezó con los otros dos y dió con el suelo. 

Al rodear el bloque de edificios, el grupo encuentra que la reja trasera que da al complejo se encuentra cerrada. Del otro lado, se puede ver un palo de escoba atado rudimentariamente a la reja para mantenerla trabada. A simple vista, podían intentar trepar las rejas. Otra opción era intentar establecer contacto con alguien dentro. Una garita de seguridad se encontraba cerca de la reja trasera. Siempre estaba la posibilidad de que hubiera alguien allí.