Partida Rol por web

En el camino hacia la estación de policía encuentran más de un infectado caminando lentamente por las calles. La tensión del grupo aumenta hasta que llegan a la estación. El brillo anaranjado de la tarde comienza a extinguirse y presenta la imagen de una estación mucho más lúgubre. La reja de entrada está abierta y no hay señales de actividad dentro del edificio. En las inmediaciones no hay señales de infectados, al menos de momento. Kip estaciona cerca de la entrada y mira a sus acompañantes, como buscando coraje. 

En cuanto llegan a la estación de policía, Norma mira a su alrededor en busca de algun signo de peligro o de alerta.

-Parece que todo está tranquilo de momento. Quizás esa enfermedad no ha llegado todavía a la ciudad... -suspira.-Está bien, vamos allá. De momento creo que deberíamos estar juntos. Tome.

Mirándole directamente a los ojos, Norma tiende la pistola en dirección a John.

-Antes ha dicho que solía frecuentar un salón de tiro, probablemente le dé mejor uso que yo. Sé que no le conozco de nada y puedo estar siendo idiota, pero me fío de usted. Si ve algo raro, dispare, le quedan seis balas.

Me quedo sorprendido pero cojo el arma confiando en mi habilidad y la compruebo, cargador, seguro, etc...
- Le agradezco la confianza señorita, no se preocupe. Puede confiar en mi, si no fuera por ustedes, quien sabe donde estaria ahora... - Saco mi navaja del bolsillo y se la ofrezco.- Si no tiene nada con lo que defenderse, coja esto al menos.

Llevando el arma en mano. - Acerquemonos con sigilo, yo ire delante y ustedes cubranme la espaldas. - (si no hay objecion) Avanzamos hacia el interior de la estación de policía.
 

Cuando ve que Norma toma la navaja Kip asiente y el grupo se acerca sigilosamente a la estación. Al llegar a la puerta, Kip la abre despacio y encuentran una sala grande llena de papeles, escritorios y cubiculos. En el escritorio principal está sentada una oficial joven de pelo negro atado en coleta y expresión de desesperación. Cuando ve que entran se sobresalta y los recibe con expresión preocupada.

-¡Justo lo que faltaba! Cuando todos los oficiales están fuera...-suelta inicialmente, pero luego se rexompone.
-Digo...¿En qué puedo ayudarlos?

Me escondo la pistola con disimulo y me la coloco en los pantalones a la espalda y molesto por su forma de recibirnos le comento en un tono ligeramente sarcastico.

- Señorita. ¿Es usted consciente de lo que está ocurriendo ahí fuera? Los cadáveres están andando por las calles, he visto a un hombre con una rama atravesada en el pecho que me perseguía, aquí mis compañeros, le pueden contar historias similares y le pido disculpas si la estamos importunando en este momento.

Un poco más calmado le pregunto.
- ¿Puede contarnos algo de la situación? ¿Donde están el resto de agentes?

Norma entra en la estación de policía tan solo un par de pasos por detrás de John. Se ha guaraddo la navaja en el bolsillo fuera de la vista, pero estaba dispuesta a sacarla en cualquier momento cuando descubren a la mujer tras el mostrador. Al ver que la oficial se sobresalta muestra las palmas de las manos en señal de paz.

-De hecho, igual tengo alguna prueba por aquí... -interviene ella una vez que John termina, mientras saca su teléfono móvi. -Hice algunas fotografías. Nunca se sabe...

La mujer queda boquiabierta al mirar las fotografías.
-Tenía esperanzas de que fuera algún malentendido o sólo rumores...
Pero cuanto más tiempo pasé sin noticias más me convencía de que el asunto er serio.
Temo informarles que, al menos de momento, yo soy el resto de los agentes. Loa demás salieron para revisar denuncias o para aportar refuerzos. Desde hace 2 días estoy sola, el jefe fue el último en irse y no he recibido señales de nadie desde entonces. Por cierto, yo soy la agente en entrenamiento Robins. Pueden llamarme Terry.

Cuando terminó de hablar, Terry les hizo señales de que se sentaran si querían.

habría querido salir a ayudar pero alguien debía quedarse para cuando un agente vuelva...si vuelven... agregó por lo bajo.

- ¿Dos dias?- le digo incredulo.- ¿La ultima vez que supo de sus compañeros fue hace dos dias? ¿Y la radio?

-Lamentablemente dejaron de contestar. Para serles sincera, estoy un poco desesperada. Para empeorar la situación, no estoy sola en el precinto. En la parte de atrás hay 4 personas que fueron detenidas por comportamiento violento en un bar. Muchas veces me pidieron que los liberara cada vez que les llevaba la comida, pero sin la orden del jefe no puedo tomar esa decisión. Si tan solo pudiera al men- 

Las palabras de Terry son interrumpidas por el sonido de una sirena que se acerca velozmente. Las luces rojas y azules brillan en el patio de entrada mientras la sirena sigue sonando. Rápidamente, la oficial en entrenamiento se dirige a la puerta. Antes de que llegue, la puerta principal se abre de golpe y entra un oficial agitado. El brazo izquierdo le sangra profusamente y deja una estela roja en el suelo mientras el hombre se dirige a un escritorio y saca un vendaje de allí. Mientras se envuelve el brazo cruza unas palabras con Terry que los invitados no llegan a escuchar debido a la sirena que aún ulula fuertemente. 

Norma no da crédito a las palabras del agente y está a punto de intervenir en la conversación, cuando la puerta se abre de golpe interrumpiéndola. Otro oficial herido acaba de entrar y no puede evitar abrir los ojos de par en par ante la visión del hombre herido. Sin embargo, una vez pasada la sorpresa inicial, vuelve a tensarse incapaz de decidir si se trata de un buen o mal presagio.

-Perdone que les interrumpa, -saluda Norma interviniendo presa de la curiosidad- mi nombre es Norma. ¿Qué está ocurriendo allá afuera?

- ¿Eh eh oiga, que le ha pasado en el brazo? La última persona herida que ví, acabo transformado en una de esas cosas, quizás debería ir a un hospital.
Me mantengo a la espera junto a norma, a que el oficial termine de censarse.

El oficial los mira a ambos unos segundos, como meditando la respuesta.
-Lo sé, amigo. Está pasando en todos lados ahí afuera. Esta herida me la hizo un civil. Me clavó un cuchillo en el brazo cuando intenté detenerlo porque estaba saqueando una casa. De cualquier manera el mundo se está yendo al diablo con esos monstruos persiguiendo todo lo que se muev-.
Pero sus palabras cesan súbitamente. Se queda mirando la patrulla sonando unos segundos y murmura.
-¡Pero qué idiota! ¡El sonido los va a atraer!
Hace a un lado a los demás casi de un empujón y abre la puerta de la comisaría. Del otro lado de la puerta pueden verse al menos 5 infectados cerca de ésta. Los zombies se abalanzan contra la puerta doble justo después de que el oficial la cerrara abruptamente. Antes de que pudiera siquiera alejarse, los monstruos comienzan a empujar y no le permiten cerrar del todo. Kip corre a su lado y sostiene la puerta también.

-Mierda, también están aquí.

Consciente de que probablemente no cuente con la fuerza suficiente para que suponga una verdadera diferencia si trata simplemente de unirse a los hombres que sostienen la puerta, Norma mira a su alrededor a la desesperada en busca de una cajonera o escritorio con la que hacer una barricada.

Me dirijo a la puerta para aydar a aguantar y intentar cerrarla.
- ¡Deberíamos salir de aquí cuanto antes!¡Agente Robins!¡¿Que podemos usar para bloquear la puerta?!

Norma busca denodadamente algo xon que trabar la puerta pero antes de que lo logre ve que, con un gran esfuerzo, los hombres logran empujar la puerta y el agente echa la traba con rapidez.
Jadeando un poco mira al resto con gesto decidido.
- Necesitamos volver a salir y apagar la sirena o van a venir más. Si nos armamos y los esperamos listos deberíamos poder con ellos, aunque nos superen en número.
Terry asiente y se dirige a un armario que abre con una llave. Dentro hay algunas armas que se dispone a repartir. En un momento se frena -Agente Akins, ¿Deberíamos liberar a los detenidos? Podrían ayudarnos. . El agente la mira con gesto dubitativo. No está seguro de qué responder.

Me acerco a los agentes y me uno a su conversacion.
- Deberian soltarlos y que nos ayuden, asegurense de que entienden la situacion, no tienen mas opcion. O nos ayudan o mueren con nosotros. Yo mismo se lo explicare si es necesario.
Tras recibir y comprobar mi arma me dirijo a las celdas para hablar con los presos.

Norma coge el arma que le tiende la agente. Mientras la revisa en un intento por familiarizarse con ella y con su peso, escucha a los demás hablar. Las palabras de John le parecen las más sensatas y así lo muestra afirmando con la cabeza mientras él habla.

-Estoy de acuerdo. Nadie que comprenda la situación sería tan estúpido como para negarse. Nos guste o no nos necesitamos.

Akins asiente sin decir una palabra y Terry conduce a John y a Norma por un pasillo. Kip decide quedarse con Akins y pregintarle sobre el uso de las armas.
Al llegar encuentran dos celdas enfrentadas. Hay 2 personas eb cada una. En una celda hay un hombre calvo con tatuajes y un hombre delgado con el ojo morado. En la celda opuesta hay una mujer de cabello corto de apariencia serena y un hombre grande y musculoso sentado en la cama.
Terry se dirige a ellos con voz firme.
-Señores, la situación es peor de lo que les había informado antes. Tal parece que los infectados se han vuelto hostiles e intentan entrar al edificio. Vamos a repelerlos pero cuantas más manos, mejor. Necesitamos de su ayuda tanto como ustedes la nuestra. ¿Podemos actuar civilizadamente y cooperar? -pregunta Terry.
-Yo puedo cooperar-dice el hombre calvo.
no me voy a quedar acá esperando que me coman.
-¿Estás loco, Lloyd? Estas rejas podrían ser nuestra única protección contra ellos. Yo me quedo aquí. -dice el hombre del ojo amoratado.
-Eso es porque eres un cobarde, Andy. -replica Lloyd.
Finalmente, la mujer de cabello corto los interrumpe.
-¿Y qué tienen que ver con esto Tarzan y Jane? -dice señalando a John y Norma.

Me encaro a la mujer con la cara seria.
- Nosotros somos los que no queremos morir aqui.
Despues de eso me dirijo al hombre del ojo morado, con la mirada sombria y la cara seriea intento intimidarlo y que coopere.
- ¿Tu crees que estos barrotes te protegeran del hambre cuando nos hayamos largado? Este sitio quedara infestado de esas cosas y sin nadie que te ayude no podras salir vivo, asi que si no nos ayudas, tus unicas opciones seran, salir para que te maten o quedarte encerrado y morir de hambre. ¿Que decides?

El hombre del ojo morado no se ve muy convencido, pero suspira derrotado. La lógica esa no podía discutirse. -Entonces estamos todos de acuerdo.-dice Terry. De su bolsillo extrae un manojo de llaves y abre ambas celdas. Lloyd y Andy salen primero, sin cruzar palabra, salen de la celda. Cuando abre la otra celda, la mujer de cabello corto sale primero. Mira de cerca a John y le dice -Buena suerte, Tarzán. 

-No seas así, Lydia. -dice Lloyd.-Y tú, Jesse, sal de una vez.-.

El hombre grande se incorpora de la cama y en ese momento se percatan de que no es grande, es enorme. Mide al menos dos metros y su cabello enmarañado le da un aspecto algo brutal. 

Terry lo mira un poco nerviosa y se vuelve, llevando al grupo nuevamente al hall de entrada