Partida Rol por web

Mientras sigue al Capitán de la guardia de Missina, en cabezando su grupo, se gira para responder a Gailes. ¡Amigo, se me había olvidado! Corre con Wyric, avisa casa por casa de que la batalla está cercana y que se refugien y cierren. Aquellos que quieran colaborar que lleven sus calderos cerca de las murallas y los enciendan, calentaremos brea, aceite y cualquier cosa que pueda hacer retirarse al enemigo. Yo seguiré al capitán y le mostraré la vil estratagema de Sigmord.

-De acuerdo Conrado ... les avisaremos a todos ... le dije con la mirada decidida ...

-Gailes corre ... debemos avisar a toda esta gente del peligro que corren ... ¡Vamos!

Empecé a encaminarme hasta la primera de las casas pero cuando había andado unos metros me aseguré que Gailes me seguía ...

Wyric y Gailes se separan para extender más rápido el mensaje. De mientras Conrado le enseña al capitán de la guardia lo que está pasando.

Wyric corre vociferando y llamando a las puertas. Hay puertas que cuestan más otras menos. La gente no creen lo que dice el joven, pero le hacen caso cuando empiezan a oír las cornetas. Wyric sigue su camino, cuando en medio de la plaza de la fuente, entre el tumulto de gente que se está formando la ve a ella. Es una joven hermosa, de un pelo castaño intenso largo y lacio, trenzado hasta su cintura. Viste un camisón y parece perdida en medio de el mar de gente. La gente tropieza con ella a su paso, y la empuja sin preocuparse un mínimo. Cuando cae al suelo, Wyric puede verla totalmente desorientada.

Suenan las campanas de la iglesia, todo parece ir más rápido de lo que Wyric hubiese imaginado. Puede ver como se ha abierto en enrejado del castillo, y la gente entra corriendo a éste. Wyric sabe que no cabrán todos, los últimos van a quedarse y si no logran contener el ataque estos serán los segundos que morirán, pues ellos serán los primeros.

Gailes corre hacia el otro lado que Wyric y vocifera y llama a las puertas, incluso en alguna llega a dar serios trompazos y patadas para que aquellos de dentro se levantaran y huyeran. Algunas casas le costaron más, otras menos pero por lo general logro alertar a la mayor parte de la gente. Mucha gente corría a otras casas a avisar a sus amigos y vecinos, con lo que la tarea se facilitaba.

La gran idea le vino a la cabeza cuando vio un sacerdote a las puertas de la iglesia. Corrió hasta él y tratando de recuperar el aliento advirtió como el padre le hablaba. Oh, un cavaliere di San Giovanni, figlio dimmi, come mai che tutto questo polverone?

Escucho al hombre y algo entiendo de lo que dice, pero en absoluto la totalidad

Buen hombre, santo padre, por favor, no comprendo... Acaso... ¿Me dice que le siga? ¿Quizá para despertar a la población con las campanas? ¿Tiene...Tiene campanario? 

Digo gesticulando a los fines de hacerme comprender Conrado o Luq entenderían perfectamente sus palabras...

La imagen de la niña a punto de ser pisoteada me estremeció por completo ... me recordaba a mi de pequeño en las fiestas de Vineloot ... la gente iba borracha y corría ... corría ... y volvían a correr sin mirar quien tenían delante ...

Un año el herrero del pueblo me tiró de un empujón y me lanzó hacía la fuente quedando totalmente empapado ... por suerte no me hice daño pero esa chica estaba en apuros ...

Me acerqué todo lo rápido que pude ... apartando la gente a codazos y llevándome algún golpe que otro ... hasta que finalmente conseguí llegar a la niña y lancé un par de gritos a la gente para que se diera cuenta que estábamos allí ... que no éramos estatuas de piedra ...

-¡Cuidado! ¡Cuidado!

Aún plantado casi encima de la chica intentando apartar a la gente que se abalanzaba hacía nosotros la miré con una sonrisa en el rostro a pesar de la situación y le dije dulcemente ...

-¿Como te llamas?

Mi vista seguía fija en los hombres y mujeres que corrían por intentar salvar su vida ...

Las campanas ... debo llevarla dentro de las murallas interiores ...

El hombre mira a Gailes con cara extrañada, pero parece que Gailes le inspira confianza, seguramente por sus ropajes. Un hombre se acerca al viejo sacerdote. Padre, Padre, fare suonare le campane, attacco Missina!

Oh mio Dio! e capire cosa volevo dire! el hombre coge del brazo a Gailes y le hace pasar rápido hacia adentro, Gailes parece que algunas palabras se parecen a otras de su lengua natal. mio Dio! Non parlo la vostra lingua, ma tra, tra l'hanno e ciò di cui hai bisogno. Di cui sopra sono le campane, sono fino, per coloro scale. dice señalando una poco iluminada escalera de caracol.

Un chico joven, pero armado atraviesa la multitud haciendo lo mismo que le han hecho a ella. El chico la cubre ahora y ayuda a levantarla. vi ringrazio, vi ringrazio molto, cosa sta succedendo? acepta la sonrisa y la mano que el chico le ofrece y le sigue hacia donde él tira.

Campane...Campane... Campana! Campanario! Sì! Claro emm.. Signore... Digo tras haber comprendido lo que intentaba comunicarme y subo a la carrera para hacer tañir las campanas con el màximo fragor posible... iiiGRACHIE!!! grito desde arriba antes de ponerme en lo mío.

Buena idea ha tenido... Quien haya quedado dormido tendrá que escucharlo como sea!

Gailes hace sonar la campana moviendo la cuerda de lado a lado y haciendo que aquel mortero de metal repicara con la fuerza suficiente para despertar a todo el mundo. No había entendido apenas una palabra, pero había logrado poder comunicarse y conseguir lo que había pensado. Desde allí arriba se apreciaba la magnitud de lo que estaba sucediendo. Grandes masas de gente corrían despavoridas hacia a protegerse tras las murallas del castillo.

Las palabras de la chica me dejaron confuso ...

-¿Como?

Entonces entendí que esa chica hablaba en otro idioma diferente al mio. Ernestus alguna vez me había dicho que no todos hablábamos el mismo idioma en el mundo ... y ahora eso me quedaba reflejado ..

Aunque de las extrañas palabras algo me pareció entender ...

-Pronto habrá una batalla aquí ... debes irte al castillo ... sígueme ...

Cogí de la mano con fuerza a la chica y empecé a tirar de ella esquivando a la gente para intentar llegar hasta la muralla interior ...

Desde allí arriba, observando el pandemonium que se desarrolla, me persigno con la señal de la cruz...

Luego trato de ver a alguno de mis compañeros, tanto al joven Wyric como a Conrado.

Instantes más tarde, bajo a toda carrera tratando de guardar el cuidado para no quebrarme el cuello en eso. Veo si aquél hombre santo esta aún dentro de la iglesia para hacerles señas de que vayan al interior perímetro circundante al castillo, sitio más seguro sin duda.

Vamos, afuera, vamos vamos! Debo encontrar a mis compañeros... Salgo fuera y grito al no verlo ¡¡¡WYRIIIIIIC!!!

La chica agarrada a la mano de Wyric, corre a merced de éste. Esquivan gente y se llevan algún que otro golpe. La muchacha aunque cansada y aterrorizada trata de seguir el ritmo que aquel chico le marca. Finalmente llegan a las puertas de la muralla interior. grazie! grazie! Ma ora dobbiamo andare dove?

En ese mismo instante CRRRAACKKK TRROOOOOB BROOOOOOMB se oye el derrumbamiento de la muralla zapada.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH grita al oír el ruido casi ensordecedor de la muralla resquebrajándose, cayendo y chocando contra el suelo. presto! presto! dire, che cosa sta succedendo??

Gailes corre y grita y le hace señas al padre que ahora se le puede ver arrodillado ante la santa cruz y no parece querer moverse. De todas formas, Gailes tiene la esperanza de que al ser un edificio sagrado, los soldados no tengan agallas de poner sus pies dentro manchados de sangre y con sus espadas desenvainadas. Se dirije a la puerta y la cierra dando un sonoro portazo. WYYRRRIIIIC grita COOOONRAAAADOOOO grita tambien, pero el ruido es tan elevado que sus gritos quedan mezclados con el griterio del resto. Se fija en aquellos que corren, parecen campesinos armados que van en dirección a las murallas, parece que ni le han visto. En ese instante. CRRRAACKKK TRROOOOOB BROOOOOOMB se oye el derrumbamiento de la muralla zapada.

Ha caido... La muralla ha caido. Ahora entrarán los carniceros... Todos estos pobres campecinos... Gente de bien. Por dios, he de acudir en su ayuda ¿Por qué si no estamos aquí?

Pienso a mitad de camino entre la furia y la pena. En vez de acudir a la segunda muralla, a la plaza fuerte, me decido a ir rumbo al boquete por si pudiera auxiliar desde allí en tan sanguinaria faena...

Si encuentro al muchacho o a Conrado, habremos de encotrar algo más facilmente al tercero... Sino, al menos podré ayudar a frenar la marabunta...

Gailes corre hacia la muralla norte para aportar su ayuda, para ello sigue a los campesinos armados que están un poco por delante de él. Al llegar puede observar la situación. Un buen segmento de la muralla se ha desplomado y ahora hay un hueco por encima de una montaña de escombros. El agujero está taponado por un amasijo de cuerpos, unos intentan entrar y otros evitar la entrada, y por el aspecto que tiene puede durar horas. Sobre la muralla, los arqueros disparan a aquellos que se apilan fuera de las murallas. No se ve a Conrado por ninguna parte, ni tampoco al capitán de la guardia con quien se quedó. Defendiendo la muralla, habrá unos setecientos hombres a grandes rasgos cuando el ejército que se asentaba afuera asediando le triplicaba perfectamente en número. Gailes se da cuenta de que la ciudad está perdida, mas por lo menos sabe que los más inocentes pueden llegar a tener una oportunidad de salvarse tras las murallas interiores.

Los soldados pasan de un lado a otro, llevando largos maderos hacia el agujero. Allí, detrás de un motón de gente, parece que estén levantando algo.

El ruido que provoco el desplome de la muralla estremeció todo mi cuerpo ... el momento de la batalla había llegado ...

Dejé a la chica justo en el interior de la muralla interior y le dije ...

-No salgas de aquí ... quédate dentro ... debo ir por mis compañeros ...

Salí corriendo de la muralla interior a través de la gente a la vez que iba gritando ...

-¡Todos a la muralla interior! ¡Rápido!

Mis pasos se dirigían raudos hacía donde había dejado a Conrado y los demás Hospitalarios ... debía ayudarlos ...

Mientras Wyric desaparece entre la gente, puede oír todavía la voz de la muchacha llamándole no, no recinzioni voi! non si recinzioni, non mi lascia solo! sus palabras suenan como un bramido.

Tras gritar a la gente para que acaben de entrar, las puertas son cerradas por hombres de la guardia, y ahora Wyric, se encuentra solo delante de una ciudad desierta. Corre entre los callejones tratando de guiarse por el ruido, hacia la muralla norte, aquella que estaban atacando.