Partida Rol por web

Los que restan corren tan rápido como les permite el cuerpo hacia la puerta, la que tratan de abrir entre los dos guardias. ¡La puerta se abre!. Una flecha silba cerca de la oreja de Gailes pero no acierta. Tras entrar uno detrás de otro, éste último se gira para cerrar la puerta a aquellos soldados que corren hacia ellos y puede ver como aquel muchaho que cojeando se apartaba hacia una casa para usarla de refugio era alcanzado por varias flechas dejéndolo tendido sobre el suelo que ahora empezaba a teñirse de rojo. La pesada y maciza puerta se hierro se cerró. Rápido los dos guardias trajeron la madera que la bloquearía.

Una vez ahí, respiraron tranquilos.

Vamos! Seguidme! vamos a la plaza central a ver de quien es todo ese ruído, y espero que no sólo haya civiles

No te preocupes soldado, no hay defensa posible ahora mismo. Viajamos hacia tierra santa junto a un ejército de la britania con más de tres mil lanzas, no te diré cuantos caballeros acompañan al ejército, puedes imaginarlo. Sus órdenes cambiaron antes de que llegaramos a desembarcar en la franconia, y las nuevas eran reunirse con el ejército del rey para la oma de Missina... da igual lo que podamos organizar, ese ejército entrará por la fuerza queramos o no, sólo nos queda capitular y tratar de firmar un acuerdo. LLévanos ante tu señor.

Mira a sus compañeros Gailes y Wyric. Vuelve a tomar las riendas Chicos me preocupan el resto, a estas horas ya habrán visto lo que ha pasado aquí, es posible que mañana, cuando la cosa esté tranquila fuera, traten de entrar. Wyric, tu eres quien mejor se puede escabullir. Deberás ir en su búsqueda. Gailes, te quedarás a mi lado y trataremos de convencer al Señor de Missina.

Los hombres se dividieron mientras y mientras Gailes y Conrado se alejaban, Wyric empezó a comprender la misión tan honorable de aquellos hombres que se hacían llamar hospitalarios, su nombre lo decía todo.

Ante las inmediatas órdenes de Conrado tan solo asentí viendo como los dos caballeros Hospitalarios se alejaban en búsqueda del Señor para intentar firmar un tratado de paz ya que era la única forma de que el pueblo saliera vivo ...

Pero mi misión era otra ... debía ir en búsqueda del resto de los Caballeros Hospitalarios ... se me había encomendado una misión a mi solo ... era la primera y debía afrontarla como un caballero Hospitalario ... con honor y valentía a pesar del miedo que me reconcomía ...

Analicé mi posición y intenté buscar una salida para encontrar a mis compañeros ...

La única salida que veía posible Wyric en aquellos momentos era usar aquella entrada escondida. Pero un error podía dejar una entrada abierta al enemigo, y en ese caso... Dio una vuelta por el interior del castillo. Los hombres libres, no soldados, habían sido equipados con espadas y lanzas y todo aquello que pudiera ser contundente, cortante o mínimamente hiriente. Tras las almenas los arqueros sibilinos no quitaban ojo al enemigo que en estos momentos disfrutaba saqueando todas las casas del exterior. Conrado y Gailes habían entrado en el castillo.

-Solo una salida ... dije observando la zona una y otra vez ... asegurándome que no existía ninguna mas segura ... pero no era así ...

Los hombres se preparaban para lo que se avecinaba ... quizás estaban disfrutando de sus últimos días ... ¿quien sabía que iba a ocurrir en unos instantes? ... nadie ...

Me acerqué hacía la única salida posible ... debía examinar bien como salir ... el mas mínimo fallo ... y tendría terribles consecuencias para toda esa gente ...

Wyric examinó bien la zona de fuera, para ello tuvo que subir a las almenas. Había bullicio fuera. Las murallas donde se encontraba no parecían vigiladas. El ruido del saqueo y del festejo fuera llamaba al desánimo pero no para Wyric, a quien eso, le era favorable. Se estaba cruzando el filo de la madrugada, en breve quizá estarían todos ebrios o dormidos y los guardias seguros de su posición dominante. Wyric, se dio cuenta, como su mente empezaba a captar detalles en los que antes no hubiera reparado y a sacar conclusiones antes de comprobar si eran ciertas o no.

Después de observar la escena minuciosamente y ver el estado en que se encontraban los enemigos me dirigí hacía uno de los soldados que se encontraban cerca mío ... necesitaba una cuerda para bajar por la muralla y escabullirme entre la oscuridad ... tan solo esperaba que el estado de embriaguez de los soldados no les permitiera verme ...

-Soldado ... necesitaría una cuerda ... ¿sabes donde puedo encontrar una?

El soldado mir al chaval, se fija que va armado con una espada y cuero reforzado. ¿Para que quieres una cuerda? tu acento es raro . cada vez más inseguro le apunta ahora con su lanza Mario! ven aquí este chico me parece raro...

Mario se acerca... Es el chaval que va con los caballeros hospitalarios, hazle caso en lo que te diga... regresa a su posición unos metros más allá.

En ese caso, acompáñame, me llamo Tiodor. Sonríe.

Tras entrar en una de las torres de aquella pequeña muralla, desata una cuerda atada a un hierro, la otra punta está suelta.

¿Que vas a hacer con ella?

-La necesito para una misión que me han encomedado los caballeros hospitalarios ... es de vital importáncia para todos nosotros y para todos vosotros ... dije mientras seguía al guardia y tendí mi mano para que me diera la cuerda ...

-Tenéis que confiar en mi ... por favor ...

Bien muchacho, bien... le da la cuerda definitivamente. Espera... ¿no irás a saltar la muralla?

Me quedé mirando al cielo sin saber que decir. Mi corta experiencia no me permitió salir del apuro con una respuesta para que el soldado no sospechara ... pero ahora ya tenía la cuerda en mis manos ... por lo que me heché a correr entre la gente con miedo de que si el soldado se enteraba de lo que quería hacer lo intentara impedir ...

Wyric consigue escabullirse fácilmente y el soldado lo pierde de vista. Ahora, entre la multitud, vuelve a ver aquella chica tan hermosa, muy separada del grupo de hombres, que ahora conforman una nueva milicia. Parece haber encontrado a algun familiar o conocido. La gente está temerosa, y Wyric lo nota a medida que pasa entre ellos. Los hombres, inexperos, esperan impacientes a que algo ocurra, tarde o temprano. No están formando, sólo manteniendose a la espera de que algo pase.

Wyric examina bien la zona para saber por donde salir. Hay un pequeño ventanal en la muralla, lo suficientemente pequeño como para que un hombre no pase, pero él si podrá, la caída es de la mitad de la muralla. Wyric tiene vía libre.

Por suerte conseguí escapar del soldado antes de que este consiguiera impedir mi misión. Me encontraba justo en el punto que había visto mejor para poder salir de la muralla sin ser visto ... ahora tan solo quedaba atar bien la cuerda y empezar a descender ... una vez abajo ... tan solo me quedaba rezar para que nadie me viera ...

Até la cuerda a un saliente fuertemente y lancé la cuerda muralla abajo ... pasé por debajo del agujero y antes de iniciar el descenso observé la zona desde arriba ... necesitaba saber que me esperaba allí abajo ...

A wyric le esperaba un duro suelo tras una caída de unos trenta pies. Suficiente altura como para romperse si uno caía en mala posición. Todo estaba ya oscuro, y parecía que el ejército enemigo, estaba replegado tal como había esperado. Descendió sin problema y llegó al suelo.

La calle desierta. A lo lejos, a muchos pasos, la única antorcha que iluminaba la zona. Si un ejército de buenos hombres salieran en silencio. Podría haber una buena masacre.