Partida Rol por web

La mercería se encuentra con la puerta entreabierta, parece haber sufrido bastante ya que se encuentra justo debajo de la torre que se ha quemado y parece ser que algunos cascotes han caído sobre el techo, un grupo de guardias custodia la zona, así que es dificil acceder a ella.

Gosvin se acerca a la puerta de la mercería, observa que está entreabierta y se asoma a su interior. Como parece que no hay nadie llama a Mariela, por si estuviera cerca.

- ¿Hola?!!!, ¿hay alguien ahí?!!!, ¿Mariela?!!!

Se acerca al tipo que está sobrepasando el perímetro marcado... eh oiga, usted! no se mueva un paso más, atrás, atrás. Deberás pasar sin ser visto o buscar lo que te han pedido en otro sitio. El guardia ahora está más atento de ti.

- Disculpe, estaba buscando a Mariela, necesito una cosa de su tienda... ¿sabe si ella está bien?

no la hemos encontrado en su casa, pero este área es poco segura, a dos de nuestros hombres ya les han caído escombros encima, y creame, no son precisamente polvo o unas miseras piedrecitas te señala un cacho de rocón que parece haber caído de la torre, en verdad todo el suelo parece plagado de ellos. Ahora largo, ya volverá cuando esto este solucionado, seguramente en un par de días será segura de nuevo.

Gosvin valora las alternativas y piensa que si de verdad le hace falta el hilo para ayudar a Robert, debería arriesgarse para conseguirlo.

Espera a que los guardias estén entretenidos en otros menesteres e intenta colarse por la puerta de la mercería.

Mientras que tras las palabras del guardia, te has mezclado entre la gente que andaba por ahí mirando las obras. Gente curiosa, guardias y soldados que traen y llevan tablas, cubos de agua y cualquier cosa que se precie para acabar con el desastre lo antes posible y asegurar la zona. Un grito ALERTTTTA ABAJO alerta del peligro, adviertes como una roca de un tamaño considerablemente grande acaba de estamparse contra el hombro de un guardia y ha hecho que este cayera de golpe al suelo y empezara a lamentarse y a gimotear. Esa era tu oportunidad, y así tan rápido como el guardia se giró dando la espalda a la tienda de Mariela, corriste hacia dentro evitando obstáculos que se te pusieron enmedio. Una vez dentro, no te es dificil encontrar el hilo y los trapos limpios, coges un buen puñado de trapos que guardas en un saquito que encuentras donde también guardas el hilo y agujas de coser nuevas en una caja. El cuerpo de Mariela yace muerto en el suelo con una roca clavada en la parte trasera de su craneo.

Me santiguo ante el cuerpo de la pobre Mariela y me dispongo a salir de nuevo de su tienda.

Doy unos pasos y me paro en seco con un pensamiento poco Cristiano en mente.

ya que ella ya no está entre nosotros... no creo que necesite nada de lo que tiene...

Vuelvo tras el mostrador y busco donde pudiese guardar el dinero.

Gosvin aunque no le gusta la idea, cree que es un momento como para aprovecharse de la ocasión y regira el establecimiento hecho un caos a ver que puede sacar de ello. La diosa fortuna parece que le sonríe encontrando un saquito que contiene 38 feudados y unos brazaletes de oro macizo que hay en una cajonera rota. Poco más encuentra ahí.

Busco una salida del establecimiento. Y, si tiene que ser por la puerta principal, espero de nuevo la distracción de los guardias para salir y dirigirme de nuevo a mi tienda.

El barullo es mayor que antes después que te hayas enterado por los gritos que habían encontrado herido pero con vida a el joven hijo del señor, Sighard de Scofferi. Te escurres como una cucaracha entre el gentío y regresas a tu tienda.