Partida Rol por web

¡Adiós Gumshoe! 

Le dije cantarinamente mientras me iba ignorándolo.

Mmmmm, deberíamos ir a la tienda. ¿Quizá deberíamos ir a la tienda primero? Nos darán algo de información y quizá haya algo para quitar el chicle.

Rayla se acercó a la Tienda que había en la ciudad, no era demasiado grande pero parecía ser suficiente para suministrar de alimentos y otros recursos a los habitantes de la isla. Probablemente fuera tan solo una tienda de frutas que, por algún motivo, la gente le pide cosas extravagantes como un cortador de uñas... y ellos tienen...

La parte delantera de la misma estaba cerrada con un cartel que pone "OUT OF EXISTENCES", lo que usualmente se refiere a "Sin Existencias". Por lo que la muchacha tuvo que buscar otro lugar para poder hacer el fino arte del comercio, o al menos mangar algo sin que el tendero se de de cuenta.

En la parte trasera de la tienda, sin embargo, sí que había existencias. Así como una señora pequeña cuidando de la fruta que había ahí regándola con una manguera. Por otro lado, había un carrito rojo con diversos elementos, como un altavoz, una guitarra española y demás...

La dependienta de aquella tienda y probablemente su dueña, era una mujer de edad avanzaba que ocultaba su rostro lleno de arrugas con unas enormes gafas redondas de culo de botella. Su pequeño cuerpo estaba cubierto por un vestido color marrón o caqui -a mi no me mires, solo sé reconocer 9 o 10 colores- y un delantal verde. Sus pies tenían unas sandalias que no dejaban nada a la imaginación.

-Lo siento. -Comentó al "ver" llegar a estos dos, y digo ver porque Stitch se puso a un palmo de ella y le tocó el hombro- Todo está agotado. Estas frutas ya han sido vendidas y van a recogerlas más tarde.... -Explicó la anciana con una voz agradable aunque débil, probablemente por la edad- No sé cuanto tardaré en conseguir más unidades, lo siento mucho...

Me acerque a la señora que parecía ocupada.

No se preocupe señora, no necesito nada de fruta. Estaba a punto de irme cuando caí en la cuenta de que le podía preguntar a ella y parecía simpática. ¿Sabe donde puedo conseguir leche? Tengo que quitarme el chicle del pelo. Le dije mientras cogía un mechón de pelo para enseñárselo.

Para sorpresa de todos los presentes, aquella Señora respondió -más o menos- las preguntas que le estaba haciendo Rayla, aunque claro, parecía que había una especie de barrera acústica entre ellas, puesto que la anciana no parecía entender demasiado bien qué era lo que le estaba diciendo.

-¿Tu necesitas una manada de fruta?. -Preguntó sorprendida- Lo siento, no tengo fruta a la venta. Esta ya está toda vendida, al parecer quieren capturar a una rata con esta fruta... Ya les dije yo que era demasiado fruta para una rata, pero bueno...

La anciana continuó hablando con Rayla, aunque sin demasiadas oportunidades de obtener información relevante.

-¿Que te han dado una leche?. -La anciana cerró la manguera y miró el pelo dorado con los pegotes rosados- Pues sí que parece grave, está todo rojo... Deberías ir al médico. Aunque no creo que te atiendan, están muy ocupados ultimamente.

¡Maldita se la señora no oye!¡¿ como demonios lleva un negocio de cara al público si esta sorda?! Bueno quiza ni alzo la voz.

¡GRACIAS SEÑORA! ¿RATA? ¿QUIEN HA CONPRADO TODA LA FRUTA? ¿Y SABE DONDE PUEDO CONSEGUIR LECHE?

Levante la voz y moví un poco al bebe para que lo viera, tal vez así entendiera, aunque algo me decía que iba a ser completamente inútil, además lo mío no es el don de gentes. Mire a Stich a ver si se le ocurría algo.

La Sra. Hasagawa se ajustó un poco mejor las gafas para ver lo que Rayla le estaba enseñando. Aún con todo no parecía que esto fuera a ningún lugar, ni siquiera cuando Rayla le puso frente a la cara a aquel pequeño bebé. Pese a todo, la resolución de la anciana fue bastante clara.

-¿Papa?. -Preguntó la señora- No, ni siquiera esa Papa está a la venta. Lo siento.

Tras esto recogió al Bebé y lo puso encima de la montaña del resto de Patatas. No parecía que Rayla había conseguido información, sino que ahora había perdido a un bebé.

-Y ya te he dicho que si te has golpeado mejor que vayas al médico, aunque no creo que te atiendan, están muy ocupados ultimamente. Yo la última vez que fui me dijeron que si quería llevarme una mascota... o algo así... supongo que habré oído mal.

En cuanto a Stitch este parecía casi tan desesperado por la situación que la propia Rayla. Ambos estaban mirando fijamente a aquella anciana y como, sin ningún cuidado, le quitaba de las manos el bebé a Rayla y lo colocaba encima de la pirámide de patatas.

-Kata baka dooka?. -Preguntó a Rayla.

Al parecer Stitch ya estaba harto...

¿QUE? ¡NO! Me gire y me despedí de la señora con una leve inclinación. ¡ADIOS SEÑORA!

Venga vamos a ese lugar parece una cafetería.

Cogí al bebe de encima de las patatas y nos fuimos de allí.