Partida Rol por web

Y tras robar la Patata con forma de bebé, o el bebé con forma de Patata, Rayla salió de ahí sin ser descubierta por la anciana que volvía a regar las frutas; por fortuna del bebé-patata este había sido salvado antes de recibir una buena ducha y un frío manguerazo por parte de la señora.

Una pequeña cafetería con terraza exterior daba la bienvenida a Rayla, al bebé y al Stitch al establecimiento. Había un par de personas, probablemente turistas -como ella- leyendo el menú de la cafetería en las mesas del exterior, aunque parecían molestos por algo. Aquella zona estaba tranquila, por lo que Rayla decidió entrar al interior de aquella tienda.

En el interior de aquel pequeño establecimiento se encontraba en el mostrador un joven hombre con gafas que portaba una cuchara como arma... o quizás como herramienta, a saber. No parecía ser capaz de clavarle la cuchara en el otro ojo a Rayla, por lo que quizás eso era una buena señal. El muchacho al ver a Rayla, Stitch y el bebé entrar, se apoyó en el mostrador para poder ver mejor a Stitch y acto seguido se dirigió hacia Rayla. -¡Que preciosidad de mascota tienes ahí!. -Exclamó con una amplia sonrisa- Aunque he de advertir que el café no es bueno para los animales. Los ponen muy alterados. ¡Tampoco el chocolate!. -Comentó con una sonrisa sincera- Me llamo Luki, ¿Qué desea de nuestro catálogo?. ¡Oh!. Casi se me olvidaba, por desgracia no tenemos nada de leche, así que solo tenemos café solo, té... Disculpe las molestias.

Entre en la pequeña cafetería, parecía muy acogedora, daba gusto considerando lo ocurrido los últimos días.

¡Que preciosidad de mascota tienes ahí!

Empecé a ponerme nerviosa, no sabía que decirle, ya que no parecía ser de aquí... y la verdad de ningún lugar que conozca. ¿Qué podía decirle que era? Empece a pensar en las razas de mi mundo hasta que caí en uno.

Ejem... si, es un ejemplar muy raro de ¿Ragout?... si, eso. 

Aunque he de advertir que el café no es bueno para los animales. Los ponen muy alterados. ¡Tampoco el chocolate!.

JE, je, si, no se preocupe no pensaba darle.

 Me llamo Luki, ¿Qué desea de nuestro catálogo?. ¡Oh!. Casi se me olvidaba, por desgracia no tenemos nada de leche, así que solo tenemos café solo, té... Disculpe las molestias.

Yo soy Rayla, mucho gusto. ¿En serio no hay? Buscaba algo para mi hermanito, tenía un biberón pero se me cayo y se rompió.  ¿Usted sabe donde puedo conseguir? Por favor. Se lo agradecería mucho. 

El tendero miró con curiosidad a Rayla y luego a aquel "Ragout", dudando un poco sobre si eso era una raza del perro de la que jamás había oído hablar o si por el contrario era un plato de comida con curry. Sea como fuere, no le dio demasiada importancia y su atención se centró en el niño-patata.

-Pues temo decirte que tengo malas noticias. -Comentó finalmente el hombre- Está habiendo un gran desabastecimiento en la isla. Primero porque los aviones y los barcos con suministros del exterior dejaron de llegar a causa de una tormenta, de hecho ni siquiera nos podemos comunicar con el exterior. -La historia parecía empezar mal, pero se iba a poner bastante peor- Eso no era un problema, más allá de no recibir paquetes por correo; pues la isla es capaz de auto-sostenerse por si sola... Incluso teníamos una granja con vacas para leche fresca hasta que cayó en quiebra... Así que aquí no hay leche... ¡Pero si encuentras algo, te la compraré a buen precio!.

El muchacho se rascó la cabeza al percatarse que quizás el hecho de tener una sola granja que vendía leche y carne de vaca en una isla que facilmente podía quedarse aislada debido a su actividad volcánica, quizás no era la mejor idea. Sea como fuere, eso no explicaba nada.

-Como sea, las cosechas de fruta y verdura fresca también parece que está siendo afectada actualmente. Al parecer, las desgracias nunca vienen solas. Hay una plaga de algún animal que está comiendo todo. De hecho, me he enterado de que hay un señor gordo, que dice que es un experto en animales salvajes, que dijo que su objetivo era atrapar a ese animal. ¡Sin hacerle daño!. Es guay ver gente preocupada por la naturaleza... -Y adelántandose a la pregunta de dónde estaba ese señor gordo, Luki respondió- No sé donde está, lo que sí sé es que le compró toda la fruta a la Señora Hasagawa.

De acuerdo trato echo. Le traeré la leche en cuanto pueda. Muchísimas gracias por la información.

Salí de la cafetería y me dirigí con pesar al puesto de frutas y verduras. Mire de lejos a ver si las frutas y verduras aún estaban. La verdad no me apetecía hablar con la señora, echaría un ojo desde lejos a ver si la fruta  seguía ahi.

Cuando Rayla volvió a la tienda, esta pudo ver como un gran camión cargada de palés, cajas y bolsas de fruta comenzaba su marcha hacia las afueras de aquel pequeño pueblo. Si se daba prisa incluso podría llegar hasta él y subirse al interior hacia donde sea que fuera.

O si por el contrario sus piernas no alcanzaban o quería tratar más con aquella señora cegata... podía dejarlo pasar y preguntarle por a dónde fue el camión. Quizás tuviera suerte.

Al ver el camión eche a correr.

¡Stitch, corre hay que alcanzarlo! 

Desgraciadamente llevar a un bebé encima no ayudaba nada a la hora de correr y desgraciadamente el vehículo nos dejaba cada vez más atrás.

El Bebé se había transformado en acero, por lo que era notablemente mucho más difícil de moverse para alcanzar el camión que ya se alejaba por la distancia. Era interesante ver que aquella pequeña criatura tenía más de una sola habilidad en su poder.

Disminuí la carrera, el enano se volvío de metal. ¡¿En serio?! ¡¿De donde ha salido este mocoso?! 

Miré al niño sin saber que hacer, ¿Estaría bien? Me giré hacia Stich.

Lo siento, pero creo que nos va a tocar volver a hablar con la señora, a no ser que seas capaz de seguir el olor o algo.