Partida Rol por web

Viendo como el vehículo se alejaba cada vez más y el peso del bebé era una carga para Rayla, Stitch decidió hacer lo más lógico.

-Ah-qae jihad!. -Le dijo a la muchacha, pero viendo como esta no le entendía, Stitch dio un salto y le quitó de las manos a aquel bebé metálico y... lo lanzó contra el vehículo que huía.- Naga Maathinya!.

Al parecer el bebé se encontraba bien en el camión, pues pese a haber atravesado los cielos y haberse estrellado contra la parte trasera del mismo, incrustándose en las cajas de fruta; este parecía estar sano y salvo gracias a su forma metálica.

-Pasawa Pujara!. -Comentó Stitch despidiéndose del bebé- Accata, Akootah!.

Y con esto dicho, Stitch comenzó a andar hacia donde el camión se había ido, con el bebé incluido y todo. Al parecer era parte del plan de Stitch en ayudar a Rayla... plan que, por otro lado, parecía ser un poco extremista... Pero cuando se encontraron con el primer trozo de fruta en la calle, al parecer dio... sus frutos. -Aka tiki baba! -Comentó Stitch señalando la fruta de la carretera y corriendo por la calle.

Al parecer el bebé dentro de aquel camión fue dejando caer piezas de fruta, algunas aplastadas -probablemente por el impacto- y otras completamente nuevas... y algunas otras como si les hubiera dado un bocado, hubiera catado su sabor, hubiera concordado que no le gustaban y simplemente las hubiera descartado.

Sea como fuera, ahora parecían tener un rastro...

Tan estupefacta me quede ante lo de Stitch que me quedé mirando en completo shock como el bebe voló hasta impactarse contra el camión. Me giré a el una mezcla entre desconcierto y cabreo.

¡No me refería a eso exactamente! ¡Podías haberlo matado! Le di un pequeño golpe en la cabeza.

No se que paso en el transcurso de reñir a Stitch y volver a mirar a donde estaba el camión, al fin y al cabo con el rastro que dejaba estaba sgura de no perderlo. Cuando volví a mirar no había nada, absolutamente nada, toda la fruta había desaparecido. ¿Era eso posible? ¿Los animales de la zona habían, arrasado con ella en el último minuto? ¿Acaso la perdida de un ojo de forma tan brutal le había fastidiado los nervios ópticos? En cualquier caso debíamos encontrar al pequeño rápido.

Volvamos a a hablar con la señora rápido, no podemos perder al pequeño. ¿No puedes seguirlo con el olor? Y con un si o un no me vale, no me lances por favor.

Al parecer perdieron el rastro nada más cruzar la primera intersección... el plan huele a podrido... pero solo el plan, porque la fruta no está por ningún lado. Al parecer Stitch se desanimó un poco por haber ayudado a que el niño pequeño se perdiera, cada vez son menos los del grupo originario de Daybreak Town. ¿Acaso ellos se iban a separar si seguían así?. Pues solo quedaban esos dos juntos... ¿Qué es lo que podrían hacer ahora?. Ah, ir a hablar con la vieja chocha... si... eso parecía ser una opción también...

Rayla se acercó a la Tienda que había en la ciudad, no era demasiado grande pero parecía ser suficiente para suministrar de alimentos y otros recursos a los habitantes de la isla. Probablemente fuera tan solo una tienda de frutas que, por algún motivo, la gente le pide cosas extravagantes como un cortador de uñas... y ellos tienen...

La parte delantera de la misma estaba cerrada con un cartel que pone "OUT OF EXISTENCES", lo que usualmente se refiere a "Sin Existencias". Por lo que la muchacha tuvo que buscar otro lugar para poder hacer el fino arte del comercio, o al menos mangar algo sin que el tendero se de de cuenta.

En la parte trasera de la tienda, tampoco había existencias. Pero estaba una señora pequeña que ya habían conocido por ahí. Por otro lado, había un carrito rojo con diversos elementos, como un altavoz, una guitarra española y demás...

La dependienta de aquella tienda y probablemente su dueña, era una mujer de edad avanzaba que ocultaba su rostro lleno de arrugas con unas enormes gafas redondas de culo de botella. Su pequeño cuerpo estaba cubierto por un vestido color marrón o caqui -a mi no me mires, solo sé reconocer 9 o 10 colores- y un delantal verde. Sus pies tenían unas sandalias que no dejaban nada a la imaginación.

-Lo siento. -Comentó al "ver" llegar a estos dos, y digo ver porque Stitch se puso a un palmo de ella y le tocó el hombro, nuevamente- Ya no tengo nada a la venta, se lo acaban de llevar todo justo ahora mismo... -Explicó la anciana con una voz agradable aunque débil, probablemente por la edad- No sé cuanto tardaré en conseguir más unidades, lo siento mucho... -La anciana siguió a la suya, ignorando a Rayla y a Stitch.

Mire a Stitch un poco culpable cuando perdimos el ratro.

Lo siento, venga va, animate. Lo encontraremos.

Me acerque a la señora con pesar. 

¡¿A QUIEN LE VENDIO LA FRUTA?!  Mientras me acerque al carrito rojo a ver que contenía y se lo señale a la mujer. ¡¿QUE ES ESTO?1

La anciana miró a Rayla, casi con ternura, una mirada que una mujer mayor usaría para mirar a sus nietecitos pequeños corretear de un lado a otro por un parque. Esa mirada de compasión que le lanzó aquella anciana no era nada comparable con la cuasi desesperación en la que Rayla se encontraba.

-Uy... -Comentó con pena- Pues sí que parece que tienes hambre... que incluso quieres comer lo del carrito... ¡Oh!. -Exclamó la anciana llevándose las manos a la cabeza mirando a aquel carrito- ¡Me he olvidado de ponerle esto en el camión!. ¡Vaya cabeza la mía!.

Echando un vistazo a Rayla, la anciana sacó de su delantal una guayaba y se la dejó entre las manos a Rayla. -Toma, para que comas por el camino... -Comentó la anciana- Si quieres más fruta, puedes ayudarme y llevar este carrito hacia donde fue el camión.

Mire a la señora y asentí con la cabeza y extendí la mano para coger la carretilla. La mire y señale por donde se había ido el camión.

¡¿DONDE DEBO LLEVARLO?!

La anciana se rascó la oreja.

-De acuerdo, jovencita... te daré un Coco a la vuelta. ¡Los jóvenes y sus frutas favoritas!.

Al parecer no iba a tener respuesta por su parte. 

Me agachó y miro en la carretilla a ver que encuentro.