Partida Rol por web

El viento alejó lo suficiente a los muchachos de la zona de batalla como para que las estructuras ya no fueran ni siquiera divisibles en la distancia; aquel grupo parecía estar como mínimo desorientado y como máximo completamente perdido, más fuera de lugar que un pulpo en un garaje o una brújula en una lavadora.

Mareado y rodeado de estúpidos cobardes que huyen ante el combate. ¿Acaso el destino quería jugar más tiempo con el ayudante de sombrerero? ¿Este era el final o el principio de un camino absurdo?

No os conozco, pero la primera impresión no ha sido buena, para nada buena. En fin... 

Miro a mi alrededor a ver si puedo ubicarme u orientarme.

            Hmmmmmmm...- mirando con desde al sujeto con cierto gusto al arder a lo bonzo - c...claro... la próxima vez que este cobarde se encuentre con la rubia... y esa rubia me pida ayuda para ayudar a sus compañeros que pudieran o no estar muerto... quizáaaaaaaasssssss.... me lo piense dos veces... ¿ vale ?.

        Ahora... - mirando a nuestro alrededor - ahora....  - como todo era un eterno horizonte que no parecía terminar... - a..ahora... - intentando siquiera usar de referencia aquella torre en donde antes estuvimos, pero ni eso era posible.

    ¿ A donde se supone que debemos ir ?

     claro sin pistas ni nada... lo único que nos quedaba era seguir en un clásico momento de ca~mi~nar.

¿Pero que me estás container? ¿Quién eres tu y quién es esa rubia de la que hablas? Está claro que hablo con el chico raro con evidentes problemas de miopía. Me pongo cerca de él y le pongo la mano delante de la cara moviéndola de arriba a abajo.

You can see me?

Quizás deberíamos ponernos etiquetas con nuestro nombre y pedir turno de palabra levantando la mano. 

Miro a a la niña Namoco. Los cobardes no tienen ni voz ni voto. Luego miro a los demás.

Deberíamos movernos hacia el norte, me gusta más enfrentarme a los monstruos de frío que a los de otros tipos. 

      La muchacha aquella a la que no parabas de llamar Alicia y quien no dejaba de retarte mientras estaba el asunto de los bloques de hielo... - le terminaba de explicar, aunque al instante simplemente - hafffffffffffffff....- un suspiro de "para que sigo si a este ni con dibujos me entiende" dejaba escapar - como sea...

     Mi nombre es Oween.. - decía luego de que aquel sujeto decia algo medianamente sensato - pero no quisiera ser aguafiestas pero... ¿ cual es el norte ?

¿Alicia es rubia? Nunca me había fijado... Yo siempre la veo en un haz de luz dorada así que el color de su pelo puede que se junte con el y no me deje distinguirlo del todo, sin embargo, he de decir que lo sospechaba.

Me quito el sombrero, cojo la hojita que siempre está al frente de mi sombrero, saco una aguja del ojal de mi chaqueta y la froto contra el pelo de la cabeza del tal Aowen. Luego ante la mirada de los presentes, lleno un cuarto del sombrero de agua, coloco en el centro la hoja de arce y a continuación pongo encima la aguja dorada.

De esta sencilla forma la aguja debería de apuntar al norte. Miro al grupo de cobardes sorprendido de que no supieran hacer algo tan básico para la supervivencia.

¿Acaso nunca os habéis encontrado solos, perdidos, agotados, hambrientos y sedientos en un bosque? ¿Qué clase de infancia habéis tenido?

...... - me quedaba mirando unos segundos al tipo del sombrero, sabia hacia donde iba pero... necesitaba confirma para no saltar enseguida a su cuello.

  Claro pero... ¿ creo que estamos en la nada ? - preguntaba a los presentes pues yo habia llegado casi alfinal, si alguien sabia mas podia ser cualquiera de ellos - y para que tu truco de boy's scout necesitas de un polo... y a no ser que los muertos tambien tengan su propia navidad en donde reciban regalos, dudo que la guja apunte a un sitio en concreto.

¿Y cual es tu idea señor Aoguen? ¿Quedarte mirando con los brazos cruzados? ¿Andar en una dirección al azar? Necesitamos alguna idea, si sabéis hacer algo que nos ayude soy todo oídos... De momento has servido para cargar de estática mi aguja con tu pelo... Sonrío levemente

Enhorabuena Aowen, eres un poco menos útil que una pila.

     ¿ Aleksis verdad...? asi te llamo la tal alicia -detenía un poco mi avance, pues de todos modos con el sujeto en medio era un tanto complicado avanzar sin chocar contra el - Para alguien con esas pintas me sorprende que estés desprestigiando el buen azar...- miraba con evidente molestia al sujeto del sombrero mientras le rodeaba y proseguía mi camino - pero si... voy a seguir una sola linea y ver hacia donde me lleva - apuntando mi espada hacia la ubicación ya seleccionada desde antes que Aleksis - el encontrar algo o no... bueno... se lo dejo a mi suerte.

Mientras aquellos dos discutían, los otros presentes presenciaron como de las aguas emergía algo, unas plantas en flor de color anaranjado, similar a los juncos, y unas cuantas hojas más. Parecía ser algo inusual, pero más inusual era que estas plantas habían crecido cerca de ellos y continuaban asomándose, una tras otra, hacia el firmamento. Como si fuera una especie de camino aquella hilera de plantas de flor anaranjada.

Tu sigue el azar si quieres, yo seguiré la señal que se nos presenta delante en forma de flores. Sigo el camino de flores anaranjadas.

  Pues es lo que hare... - mientras miraba aquellas flores, meditaba unos segundos su procedencia y hacia donde parecia que ellas querian que les siguieramos, para dar media vuelta y avanzar de manera totalmente contrarias a ellas - Suerte... - seria lo ultimo que les diria aquel grupo antes de seguir mi propia ruta.

    ... no se mucho del lenguaje de las flores.... pero se que unas flores en mitad de la nada era una señal demasiada positiva para mi filosofia...

  ... ojala y ellos tengan mejor suerte...

Aleksis decidió seguir aquel rastro de flores mientras que Oween fue en sentido contrario. Por el contrario el resto, Elan, Naoko y Alphonse decidieron quedarse quietos en el lugar, quizás esperando por el otro muchacho o quizás con miedo de decidir qué es lo que deberían hacer... Sea como fuera, cada uno era libre de elegir.

Mientras Alphonse, Élan y Naoko esperaban, una estrella que estaba conformada de otras luces brillantes que se movían por el contorno de la misma, alguna se separaba brevemente antes de volver y sus intensidades variaban a medida que pasaba el tiempo; apareció cruzando el límite del agua que tenían bajo sus pies.

Al parecer si querían podían enviar otro mensaje a quien desearan, siempre que estuviera dormido.

Asrai Toujou lentamente abrió los ojos y ya no se encontraba en la más completa oscuridad, sino en un mundo completamente vacío e inmenso, en donde lo único que podía ver era un cielo azul con alguna que otra nube blanquecina y grisacea; sus pies estaban tocando un suelo más cercano a un mar en calma, pues a cada paso que daba se generaban unas leves hondas bajo sus pies. Además, podía ver el claro reflejo de las nubes y de el mismo en aquella superficie cristalina que tenía bajo ella.

En la distancia, la muchacha pudo ver unas cuantas construcciones blanquecinas que estaban sobre la superficie, más cercanas a pilares de marmol gigantes que a cualquier otra cosa hecha por el hombre o incluso la naturaleza. Aunque a decir verdad, todo aquello parecía estar más cercano a lo sobrenatural que a lo que este hubo visto en su vida.

Aquel mundo inmenso no estaba del todo vacío, pues ambos encontraron un rostro familiar; Asrai Toujou pudo reconocer a Oween Isaac Montblac, mientras que Oween Isaac Montblac pudo reconocer a Asrai Toujou. Al parecer ambos se encontraban vagando por ese mundo desolado, donde la única distracción era mirar bajo sus pies por los reflejos de lo que pasaba en aquel pueblo que habían abandonado.

En la distancia, el muchacho pudo ver aquellas cuantas construcciones blanquecinas que estaban sobre la superficie, más cercanas a pilares de marmol gigantes que a cualquier otra cosa hecha por el hombre o incluso la naturaleza. Aunque a decir verdad, todo aquello parecía estar más cercano a lo sobrenatural que a lo que este hubo visto en su vida.

Eso sí, no había rastro del muchacho ni de los monstruos.