Partida Rol por web

En la lejanía Aleksis pudo ver los cabellos anaranjados de una muchacha que a medida que iba paseando, iban creciendo aquellas pequeñas flores anaranjadas que el aprendiz de sombrereo había decidido seguir hasta llegar hasta ella.

-Mmmmm... -Musitaba mientras continuaba andando con sus manos detrás de su espalda y con una pequeña fruta en forma de estrella entre estas- Mmmmmm...

La pequeña se detuvo, al parecer se percató de la llegada del muchacho y con una amplia sonrisa esta se giró para dar la bienvenida al sombrerero a aquel mundo. Al parecer no era una persona demasiado beligerante, pese a ello, nunca se sabe...

-¿Oh?. -Comentó sorprendida- Mmmm... ¿Aleksis, verdad?. Es una pena verte por aquí, realmente estaba animándote desde aquí arriba. ¡Jamás perdonaré a esa chica que te hizo eso!. Lo tuyo con Rayla era tan bonito... ¡De hecho tenía esto para vosotros!. -Dijo enseñando la fruta- ¡Es una fruta Paupou si ambos la comíais compartiríais un mismo destino!. Una pena que todo terminara así... ¿Verdad?. ¿Y ahora que hago con esta?.

     Era extraño, no sabia por cuanto tiempo llevaba caminando, ni cuanta distancia hubiera recorrido... simplemente no me cansaba ni nada, aunque siendo un paraje casi inmutable no se si esto lo podía considerar un respiro bastante grato... o una pesadilla para la gente impulsiva.

   Por otra parte sin las extrañas flores incomodando los impolutos cielos/suelo de colores celeste las escenas que me llegaban eran totalmente directa, tal que sabia de antemano lo que estaba apunto de ocurrir antes de que siquiera aquella campana se dignara a sonar en aquel otro plano.

   Así que cuando la vi... simplemente fue una cosa de...

    Creo que ahora nos encontramos a mano...- le decía a la muchacha de blancos cabellos - así que sigamos como si nada paso... ¿ trato ?.

   Si te apresuras y caminas por donde vine, igual puedes alcanzar al resto de muertos... pero te advierto... el que les lidera saca un poco de quicio... con eso de no aprenderse bien los nombres... y que espera encontrar un polo magnetico en mitad del mundo de los muertos.

   Yo... bueno yo voy hacia allá - apuntando a los pilares de marmol - Tengo a un conocido que igual me interesa que no la palme antes de que se reencuentre con la torpe de mi amiga - diciendo mientras me quedaba unos segundos/minutos cerca de la recién llegada, pero si la misma no presentaba reacción tampoco la iba a esperar demás.

Oh bueno... La muerte tan sólo es un camino que todos y cada uno debemos andar tarde o temprano... Pero disculpe mi ignorancia ya que no conozco su nombre no puedo corresponderle con un saludo apropiado. Sonrío de forma visiblemente encantadora.

No se exactamente qué ocurrió, lo único que se a magia cierta es que entramos en mi casa los tres... Lo siguiente fue despertar en este hermoso mundo. Vuelvo a sonreír pero esta vez de forma menos efusiva.

¿Rayla? ¿Quién es Rayla? Pregunto mientras me rasco la cabeza por debajo del sombrero.

Vaya una fruta Paupou... Increíble, espléndido, fantasbuloso... Alargo la mano para cogerla entre mis manos si es que me la da.

¿Quién eres tu? ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? ¿Ya estoy curada? Oh bueno, supongo que no. ¿Este es el mundo de los muertos? ¿Hay más gente aquí y os habéis separado? ¿Qué conocido? ¿Qué amiga?

Demasiadas preguntas y ninguna respuesta.

Me duele la cabeza. 

   Mire con cara de circunstancia a la muchacha, pero no por eso no le iba a responder a cada una.

   Soy Oween Isaac Montblac... al que usaste de pincel en la plaza...

en el sitio donde van la gente que la palma... o por lo menos es lo que yo entiendo..

Te mato la Malagripa copterosis...

yo diria... no enferma

 es lo que parece... aunque siguen habiendo de esas cosas sombras... aunque mas plomas y que se agitan con un gran cierre en su pecho...

si y si... digamos por que si seguia con ellos me iba a estallar el colon expectral...

un chico con sudadera roja...

la otra que casi matas... Que llevaba una sudadera celeste...

Normal luego de curarte a las malas...

  Ahffff... -dejando escapar un evidente suspiro de agotamiento - ¿ Algo mas en lo que pueda ayudar ?, o puedo seguir mi camino...

Si no te importa iré contigo. Mejor estar con alguien que ir y no encontrar a los demás. Siento lo que pasó, supongo que la droga que me afectó desató la oscuridad que hay dentro de mi y no pude reprimir la ira más tiempo.

Miro hacia abajo, hacia mis puños.

    Siento lo que pasó

    Son... cosas que no podíamos controlar  - mientras miraba el horizonte totalmente trasparente - pero si no somos capaces de entender y seguir.... simplemente seguiremos dando vueltas en un bache sin fondo....

   Pues vayamos entonces... - apuntando una vez mas hacia aquellas torres de marfil - que si al final es de las pocas estructuras que hay por aquí, puede que encontremos algo que pueda valer la pena.

  ¡¡ vez lo que le pasa a esa gente cuando le matas a sus amigos !! - le comentaba a Asrai luego de llevar un rato caminando hacia el monolito blanco - se les vuela la jodida cordura - en donde el suelo claro nos permitia observar a la muchacha rubia trastear aquel aparato olvidandose de todo el resto, quizas fuera muy testruda... o tuviera un fetiche por aquel sonido de fallar... solo el tiempo lo dira.

"Hasta un reloj roto tiene razón dos veces al día" Pensó Al siguiendo el mismo camino que había tomado el tipo del sombrero aunque manteniendo su buena distancia con él. Limitandose a observar las flores a ver si había algo en particular que pudiera sacar de estas. "Flores de pajaro o algo así creo" A su padre le gustaban las plantas, aunque nunca había logrado inculcarle su mismo interés aún las encontraba bonitas pero no tenía ni la más palida idea de que pudieran significar en ese lugar. Vio la estrella con cierto desinterés. 

-"Hey Nate, soy Al. Escucha supongo que lo sabes pero el reloj de la torre avanza una hora con cada muerte, tengo la sospecha de que cuando llegue a 12 todo se reiniciara, y volveremos a despertarnos sin recuerdos como al principio" - Dijo todo mirando a la estrella y a sus dos compañeros, si ninguno se oponía pronto, lo enviaría así. 

Pobrecita, creo que está enamorada del chico raro del sombrero. Dicen que el amor enloquece a cualquiera.

La estrella esperó porque los otros respondieran algo o dijeran si querían añadir algo, quitar algo o lo que fuera, pero teniendo en cuenta que estos se quedaron callados, cogió el mensaje de Alphonse y salió volando hacia el cielo antes de volver contra el suelo del lecho de agua y desaparecer finalmente. - El mensaje fue enviado.

    Mientras avanzaba podía ver como de alguna manera las cosas se estaban solucionando... aunque si, en cuanto el señor Vorton llegaba a la plaza y decía lo que tenia que decir... no podía evitar dibujar una mueca de disgusto a la vez que detenía mi caminar en aquel plano cristalino.

    Tsk... esto es lo que me temía...  ya esta volviendo a ocurrir - con un semblante ennegrecido dejaba escapar un suspiro - aun no entiendo por que siquiera le pueden llamar eso un obsequio...

 esa gente... necesito respuestas del por que están haciendo todo esto...

¿Respuestas de qué Oween? ¿Acaso te preocupa algo?

Aquel grupo aún podía seguir por el camino de aquellas flores que habían salido de la nada, o si querían podían ir por el contrario hacia donde se había ido Oween. Incluso quizás pudieran tomar una nueva ruta, a fin de cuentas, aquel mundo era lo suficientemente amplio como para explorarlo.

Tras revisar las estructuras blanquecinas, tanto Oween como Asrai pudieron notar que allí había marcas de que hubo una pelea o una batalla en el pasado, uno reciente. Pero no había rastro alguno de que hubiera ningún cuerpo derrotado o apaleado, tan solo había aquellas marcas, nada más. Nadie más.

Aquella muchacha pelirroja de ojos verdes se giró hacia Aleksis entregándole aquella fruta sin ningún tipo de duda, a fin de cuentas, para eso estaba ahí, ayudar a la gente. Con una sonrisa sincera, la muchacha se presentó ante el aprendiz de sombrerero.

-Me llamo Strelitzia, encantada.

No parecía ser una persona violenta, al contrario, parecía estar bastante tranquila y calmada con todo lo que estaba pasando en estos momentos en aquel otro lado.

-¿A quienes les vas a dar esta fruta?. Puede haber gente que la necesite, o puede haber gente que pueda apartar sus diferencias si se la llegan a comer... El poder de esta fruta es tan asombroso como es el propio corazón.

Dicho esto, miró abajo nuevamente... al pequeño pueblo de Albaburgo.

    Que nos esten tratando como simples cartas de una baraja arreglada... solo les interesan las que formen una royal flush... y del resto... a la pila de descartes..

  Esa gente con capuchas a la moda parecieran tener mejor control de nuestros recuerdos que nosotros... pues saben perfectamente asuntos que de alguna manera emos olvidado... gente... lugares... memorias... respuestas...

  ciertamente habian mas cosas de las que hablar.. pero...

  Por fin... - mientras miraba la base de los extraños monolitos - cuanto llevaremos caminando... ¿ minutos....? ¿ horas ?, es... extraño cuando no se tiene un sol que usar como guia... -  y aunque ya habia sacado mi espada esperando entrar en ese postergado combate... lo cierto es que.. nada... simplemente estaban los rastro de lo que alguna vez fue...

   Joder !!, y ahora que por fin lo conocia... vuelve a desaparecer... ahffff... Caeru se va enojar... - revisando las marcas que no daban una pista como tal... aunque cierta idea si que me ayudo a tener... 

    Cojiendo mi camisa, le arranco toda la manga la cual luego de separa completamente de mi ropaje, comenzaba a canalizar fuego buscando volver cenizas aquel jiron desafortunado.

  ¿  en todo este tiempo... has notado siquiera una briza ? - le preguntaba a Asrai - antes de separarnos el sombrerero se fue siguiendo unas exttañas flores salidas de la nada... antes el chico de la sudadera roja uso un hechizo de viento para alejarnos de este lugar... ademas estaban esos seres grises... todos..m elementos que no parecieran ser naturales de este sitio...

 y dicho esto comenzaba a dejar mi propio asunto externo de este mundo sin nada, pues cojiendo con la llema de mi dedo indice las cenizas de mi ropa comenzaba a escribir 

  Para terminar el mensaje en mi lengua materna con una flecha apuntabdi hacia la derecha de la pared blanca.