Partida Rol por web

-iArre, por todos los demonios!-Belle picaba espuelas como si quisiera destripar a su caballo-iARRE!

Mientras cabalgaba, notaba un sudor frio correrle por la espalda aguardando una bala entre los hombros en cualquier momento. Esperaba con todas sus fuerzas que su señuelo funcionase o iba a morir de una manera realmente estupida.

Cogio su revolver con la mano izquierda y disparo al aire. Era una perdida de tiempo intentar dar a alguien cabalgando de espaldas a aquella distancia pero el ruido de los disparos ayudaria a que los comancheros se fijasen en ella. Al fin y al cabo, ya estaban bajo ataque.

Por su parte el flaco era de la opinión de que no era tiempo ni lugar para estrategias. Sólo había dos opciones: matar o morir. Y la segunda no era su opción.

—¡Vamos, joder disparad!— Exclamó a sus compañeros recriminándoles su pasividad. Aún tenían la ventaja y debían aprovecharla mientras pudieran.

Pancho escuchó con atención las instrucciones de Belle. Su plan parecía un suicidio, especialmente para ella, pero al mexicano tampoco se le ocurrían mejores opciones. A fin de cuentas, era un detalle que la propia creadora del plan fuera la que tomara la decisión de llevar a cabo la parte más arriesgada de la operación. Estará loca, pero tiene agallas.

Junto al Ranger y Nihimana buscaron el mejor lugar donde apostarse con algo de cobertura. A pocos metros encontraron unas rocas que más o menos podían servir para lo que estaban buscando. Tampoco tenían mucho tiempo para buscar algo mejor. Así que se colocaron como buenamente pudieron, esperando ver si el señuelo de Belle surtía efecto y podían disparar cuando los comancheros estuvieran en la mejor distancia posible para acertar en el blanco.

El Flaco se dió cuenta de que la que marchaba cabalgando al norte con su caballo y el resto de los mismos era Belle. Los otros tres, que eran Pancho, Nihimana y el Ranger se habían apostado detrás de una roca*. Entonces la mujer del parche disparó al aire, atrayendo la atención de los comancheros de la caravana. No obstante, prácticamente al mismo tiempo, el Flaco disparó a la lejanía**, no acertando, y, además, revelando su posición en lo alto de aquel cerro.

Acto seguido, los comancheros dividieron, fruto de todo ésto, su atención en dos bandos: unos disparaban a Belle, y otros comenzaron a disparar a Flaco. La mujer parecía estar atesorando todos aquellos disparos para sí, mientras los del monte notaban las balas silbando muy cerca de ellos y rebotando casi a sus pies.

—Aquellos malditos comancheros estaban lejos, sin embargo las balas deberían llegarles, ¿por qué no impactaba ninguna?—. Debía estar preguntándose el flaco cuando de pronto exclamó exultante:

—¡Sí!

Le había dado a uno, estaba seguro.

-iARRE!-grito Belle cuando las balas empezaron a silbar. Musito una plegaria para sus adentros.

Sujetaba las riendas de su caballo con una mano y las de los otros dos con la otra. En las noveluchas que leia de niña, el heroe las agarraria con la boca para darse la vuelta y disparar pero tenia una fe relativa en su habilidad.

A la lejanía, Pancho creyó escuchar ruido de disparos. Y debía estar en lo cierto, puesto que comprobó que el grupo que se acercaba a ellos era menor que el que habían calculado en un primer momento, cuando se temían emboscados por la puesta en marcha del campamento de comancheros.

También pudo comprobar que, felizmente, la maniobra de distracción de Belle había surtido efecto: Aunque aquellos tipos se aproximaban a su posición, lo hacían de manera indirecta, en una trayectoria directa hacia su compañera y el resto de caballos. Su parte del plan estaba funcionando, así que esperó pacientemente a que el grupo pasara a la distancia más próxima a ellos, y realizó su primer disparo.

Al disparar apuntaste bien, y pese a la lejanía, lograste acertar a uno de los tipos. Allá abajo, uno de ellos, que había descabalgado y miraba en tu dirección invitándote a una ronda de balas, cayó desplomado, no muerto, pero sí herido al suelo. Tommy y Curly disparaban sus armas también, junto a tí, y el baile de ruidos y pólvora viajaba desde aquella llanura a decenas de metros abajo hasta vuestra posición. Veías además cómo otros tipos disparaban a Belle, que cabalgaba con el resto de bestias hasta la montaña enfrente, y la debían haber alcanzado en u nsitio leve; Además, mientras el Ranger y Pancho la cubrían, éste último salió de su refugio de piedra y reventó el melón a uno de los que los hostigaban. La cosa se ponía un poco a favor.

Los tipos pasaron muy cerca de vosotros, aquella parte de la comitiva que perseguía a Belle (el resto disparaba a vuestros compañeros en lo alto del monte). Mientras Pancho disparaba como podía, pudo por los pelos acertar a uno de ellos, y hacerle caer del caballo sobre el que estaba apuntando a la chica del parche;

Daño: 7+5: 12 puntos de daño.

Pancho reventó la cabeza cual melón al tipo al que había disparado con el rifle, y por otro lado Ranger Reynolds disparó contra otro de ellos con su Winchester, pero no salió de él bala alguna: se había trabado. Lanzó un orgulloso "joder" y miró su arma, sin poder hacer nada. Finalmente, uno de los comancheros alcanzó a la joven Belle en su cabalgada, concretamente en la pierna, casi desequilibrándose mientras ellas se alejaba cada vez más.

Finalmente vísteis que Flaco o alguno de los otros que estaban allá arriba (Tommy o Curly) había alcanzado a otro malnacido y había caído al suelo.

– Joder, por los pelos –blasfemó el flaco al tiempo que agachaba la cabeza al escuchar el sonido de la bala al impactar a escasos centímetros de donde tenía la cabeza, se encontraba parapetado, pero había sentido la faz de la muerte por un instante.

Se incorporó una vez más para disparar otra vez buscando impactar a otro de sus enemigos

BANG

El impacto de una bala no era la dramatica explosion de sangre seguida por un chillido de dolor que las novelas describian una y otra vez. Con frecuencia, lo unico que notaba una persona al recibir un disparo era un empujon, como un pequeño pero fortisimo puñetazo. El dolor y las quejas venian despues cuando el organismo, si sobrevivia al trauma inicial, se daba cuenta de los daños recibidos.

En su corta carrera, Belle habia recibido heridas de balas en un par de ocasiones. Tuvo suerte y vivio para contarlo pero sabia que la siguiente podia ser la ultima. Al fin y al cabo, nadie vivia para siempre.

El impacto le alcanzo en la pierna derecha con tanta fuerza que el pie se le salio de la espuela. Su primer pensamiento fue que el caballo habia pisado una piedra y la habia desequilibrado. Maldijo en voz alta al notar como su cuerpo se inclinaba hacia la izquierda sin que su pierna respondiera a sus deseos para sujetarla sobre la silla. Se protegio la cabeza con las manos en un intento de protegerse de los cascos de los caballos pero se la golpeo contra una roca medio enterrada en el suelo.

"Bones" abrazo la oscuridad.

En la cara del mexicano afloró una sonrisa cruel al comprobar el devastador resultado de su disparo. Confiaba en que sus compañeros hubieran podido observar como la cabeza de su compadre estallaba en mil pedazos tras recibir el impacto de la bala. Recargó su winchester mientras expresaba en voz alta su satisfacción.

-¡Así aprenderán esos malparidos con quién se la están jugando!

Sin siquiera prestar atención a lo que pasaba con Belle en la lejanía, se tomó unos segundos para apuntar y volvió a descerrajar un nuevo tiro sobre otro de los comancheros que, ahora sí, tenían motivos más que suficientes para haber fijado su atención en ellos.

El impacto de la bala de gran calibre contra Bones le alcanzó la pierna derecha, cayendo hacia el otro lado desequilibrada, y se golpeó la cabeza contra el suelo en un vago intento por protegérsea. El Ranger se dió cuenta de ello, por lo que apoyó de nuevo su Rifle en un hueco de la roca y disparó. Mientras Pancho apuntaba con precisión* a los forajidos, Nihimana salió corriendo hacia Belle, alertada. Al fin y al cabo la joven pistolera le había salvado la vida a la mujer apache. Mientras ésta salía de su escondite tras la roca, el mexicano disparó una vez... ¡¡BAMMM!! Le reventó la cabeza de un disparo a otro de los comancheros**. Por su parte, el Ranger dedicó ese tiempo en arreglar el Winchester trabado que tenía entre sus manos. Los dos que quedaba en pie lograron apuntar a Nihimana para dispararla; sin embargo, uno de ellos, aupado en la montura, disparó su revolver impactando en la espalda de la chica. Ésta se desplomó, casi de la misma manera que Belle, pero Pancho y Reynolds entendieron a la perfección que la habían matado: el disparo estaba a la altura del corazón, y su espalda semidescubierta se ensangrentó. Quedó tendida en mitad del desierto.

Los maleantes que estaban más atrás, siendo disparados desde las alturas por Tommy, Curly y Flaco, también estaban siendo heridos, recibiendo lo suyo.

Te dispusiste a disparar, y viste que, allá abajo, la mujer que cabalgaba hacia la montaña era abatida y caía al suelo, quedando allí tendida. Un segundo después, otra silueta, la de Nihimana, corrió a auxiliarla, siendo abatida también, y por la espalda, por otro indeseable. También quedó tendida,y supiste en este caso de veras que había muerto. Por su parte, Pancho, disparando desde detrás de la roca, impactó en la cabeza a otro tipo, acabando con él en el acto. Los de abajo ahora luchaban contra dos... Claro que, nada más vislumbrar todo ésto, no viste absolutamente nada más... Uno de los tipos de abajo te disparó con el Winchester y, pese a la dificultad por el alto parapeto en el que estabas*, logró acertarte de lleno. Caíste hacia atrás, y ni siquiera oíste el grito de terror de Tommy, a tu lado, que junto a Curly disparábais hacia abajo.

Fundido en negro...

En la lejanía, Pancho pudo ver como alcanzaban a su compañera y ésta sufría una mala caída desde su caballo. Estaba demasiado lejos como para saber con certeza si el impacto había sido mortal o solo había quedado inconsciente, por lo que el mexicano se limitó a maldecir entre dientes y elegir a uno de los dos hombres que aun quedaban sobre sus monturas para tratar de acabar con su vida, como había hecho con los dos anteriores. Si alguno de ellos llega hasta donde la señorita Belle, se habrá acabado todo para esa pobre mujer, si no está muerta ya.

Mientras pensaba en eso, disparó una vez más contra los comancheros, esperando que se mantuviera su racha de puntería.