Partida Rol por web

Comandos de la libertad

Asesinato en el Norte

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15/05/2013, 20:19
Garv Sevatar

Garvo mantuvo el tipo, e incluso siguió el juego, de Beshaabel representando la charada de tórridos amantes que estaban allí como por viaje de placer. Las voces de la chica en su cabeza le arrancaron una sonrisa y, mientras escuchaba el inconexo discurso del rey orco respondió

-Ya veo... sigamos con la charada mientras podamos. Esperemos poder sacar algo en claro y que tu amigo no se haya tomado esto a mal-finalizó con lo que podía interpretarse como una carcajada mental. Aunque la situación no era especialmente graciosa, ya que se encontraban desarmados en territorio enemigo. Si bien por ahora las cosas parecían estar bajo control harían bien en no perder ese punto de vista.

El Inquisidor mantuvo el gesto serio, relamiéndose los labios cuando el rey orco acabó y aunque era un riesgo decidió apostar por la teatralidad para alcanzar su objetivo.

-Por supuesto gran rey, hacéis bien en preocuparos por vuestra tribu únicamente.-meneó la mano quitando importancia al asunto y comenzó a andar en círculos por la zona en la que se encontraba, asegurándose de que su voz fuera perfectamente oída por todos-Pero no me refiero a un peligro que vaya a venir a asaltar tus murallas, sino al peligro de una daga en la oscuridad empuñada por un cobarde asesino. A la insidiosa amenaza de la magia oscura-mientras iba diciendo esas palabras Garv invocó su habilidad de convocar luz a su alrededor.

Era cuanto menos curioso que la luz de la Inquisición ante la que nada se puede ocultar fuera empleada para mantener la charada del aspecto demoníaco. Sin embargo ante la clara incomodidad que generaba en los ojos de los orcos y antes de que aquello degenerara en un motín contra ellos permitió que se extinguiera.

-Es por ello que venimos a advertiros gran rey, hay asesinos tras que ansían la sangre de vuestros no nacidos. Por ello os solicitábamos que enviarais emisarios al resto de tribus, porque si eligen atacarles primero a ellos después iréis vosotros-señaló a toda la concurrencia en un nuevo gesto teatral para mantener la tensión-Únicamente pedimos a cambio que nos permitáis ayudaros a dar caza a esta amenaza.-Garv dio un paso al frente-Os pedimos formalmente gran rey que nos permitáis combatir esta amenaza que se cierne sobre vos y vuestro pueblo-

Dejó las palabras en el aire, sabiendo que aquella declaración de peligro causaría un pequeño tumulto. A nadie le gustaba ver cómo se amenazaba la vida de su prole, y con ello contaba el Inquisidor que miró de reojo a la elfa, por si la diplomacia fallaba y había que pasar a medidas más expeditivas... y por lo más sagrado que el guía celoso se estuviera quieto.

Notas de juego

Perdón por la tardanza, me ha costado recuperarme del Z.

Creo que paro ahí, aunque no sea mucho porque sería demasiado suponer por mi parte la respuesta del rey.

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17/05/2013, 13:24
Director
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Motivo: Salvación Rey (detectar pensamientos)

Tirada: 1d20

Dificultad: 22+

Resultado: 10(+20)=30 (Exito)

Motivo: Salvación Consejero (detectar pensamientos)

Tirada: 1d20

Dificultad: 22+

Resultado: 15(+8)=23 (Exito)

Notas de juego

Errorers:

el modificador del Rey es +2 no +20 (lógicamente)

El del Consejero no incluye el -2 a Sabiduría de los orcos.

Las prisas no son buenas...

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20/05/2013, 20:41
Director

Mientras hablaban, los orcos miraban con gran recelo a Garv y a Beshaabel (aunque a ella añadían lujuria en una proporción mayor que de recelo). La cara del rey era tan fácil de leer que daba risa, era como leer sus emociones en cartelitos que le salieran de la cabeza. Cómo pasaba de la complacencia en la primera frase, a la suspicacia cuando creía que se le amenazaba con sutileza para terminar en la indiferencia, justo antes de que Garv lanzara su conjuro de luz.

Por un momento la situación se tensó mucho, la mayoría de los orcos gritaron y chillaron de dolor y sobresalto y sacaron sus armas, creyendo que eran atacados adoptando actitudes hostiles; no así el rey y su misterioso consejero que habían cerrado los ojos justo antes del conjuro. Beshaabel había estado canturreando de forma ininteligible, en apariencia sin prestar atención al entorno, y también había lanzado un aullido de dolor al aparecer la luz– aunque Garv juraría que no la había pillado por sorpresa – Cuando la mujer se recuperó, gruñó y le dio un empujón desabrido, mientras protestaba airada en la lengua de los planos inferiores. Los ánimos parecieron calmarse razonablemente con la regañina entre el grupo de extranjeros y una orden del rey, pero ahora todos los vigilantes mostraban un gesto de enfado y hostilidad, la propia elfa-orca rezongaba a un lado con gesto de fastidio; parece que finalmente los orcos consideraban aquello una broma de mal gusto.

El Rey siguió escuchando las palabras, era obvio que entendía muy bien lo que se contaba, aunque seguía siendo incapaz de ocultar lo que le provocaba lo que oía. Indiferencia, fastidio y orgullo, duda, reluctante satisfacción.

Tras consultar con la figura encapuchada, el Rey se giró hacia Garv, quien ya esperaba las palabras, porque Beshaabel, que seguía examinándose las uñas y atusándose el pelo con cara de pocos amigos, parecía capaz de lo imposible: escuchar la conversación secreta que mantenían los orcos, al menos en términos generales. Y se había dedicado a transmitírsela, aunque el consejero miraba con mucha suspicacia en dirección al paladín.

Según Beshaabel, el Rey no tenía ni el más mínimo interés en los hijos no ya de otras tribus sino en los de la suya y temía que esto pudiera ser una amenaza o un intento de conseguir soborno. Parecía que el consejero le había confirmado que ellos – Garv y Beshaabel – podían ser demonios, tal como decía otro orco, que podían suponer que sería el guía que les había traído. En resumen deberían intentar que los infernales se fueran lo antes posibles y les dejaran en paz, preferiblemente sin darles nada o como mínimo nada que supusiera molestia al Rey o riesgo a la tribu. El inquisidor estuvo a punto de perderse las palabras reales del orco, con las de la su compañera en su mente. La cual, por cierto, a pesar de lo tensa que estaba la situación y lo apurado del lugar, sonaba tranquila, incluso divertida, totalmente incoherente con su aspecto hostil y furioso; tampoco es que ya le sorprendiera que la chica fuera una actriz suprema.

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20/05/2013, 20:42
Rey Orco

-“Yo Gran Rey Nantuk no importar otras tribus perder sus crías. ¿Por qué importar a demonios?” – eso no parecía cuadrarle del todo y, probablemente, había sido idea del consejero, decía Beshaabel – “Yo enviar advertencia a vasallos, pero no querer avisar enemigos. Ellos sufrir. Ser bueno. Tribu Nantuk conquista luego.” – su fea carota mostró una alegría inmensa y soñadora con aquella idea – “Tribu Nantuk tiene grandes defensas y muchas criadoras, gran saqueo en tierras humanas últimos años. Yo Gran Rey Nantuk tiene muchas criadoras humanas que dan muchos astutos hijos semiorcos.“ – El rey señaló a los guardias que impedían el acceso al trono y que miraban con desagrado a Garv desde que les deslumbró, el inquisidor pudo oír rechinar los colmillos de su compañera con éstas palabras– “Poder permitir perder alguno y cuando ver asesino… caer en él ira terrible si entrar en tierras Nantuk.” – El inmenso orco devolvió el susto a sus interlocutores – aunque sólo sorprendió a sus propios siervos – al erguirse de repente y golpear con su hacha el suelo frente a él con un movimiento cegador y una fuerza descomunal; el hacha, que se había puesto al rojo vivo, hendió la piedra como si fuera mantequilla. Inmediatamente volvió al trono con una sonrisa arrogante.

-“Pero si demonios querer detener asesino de crías, Yo Gran Rey Nantuk consentir. Demonios poder mover por tierras Nantuk y si ver asesino entrar en ciudad decir a guardias y ellos ayudar a detener. Ahora poder marchar a buscar asesino fuera de ciudad si querer.” –

Beshaabel le dijo que el rey esperaba que aquello les contentara, que el dichoso asesino no se acercase allí para que los demonios no volvieran a molestar y que se fueran de su ciudad para no volver. Con suerte contestaría cualquier pregunta que no le supusiera problemas, pero conseguir colaboración activa costaría, sobre todo si implicaba tenerles cerca. La voz de la chica en su cabeza sonaba muy enfadada desde que el rey orco había hablado de su serrallo.

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22/05/2013, 14:44
Garv Sevatar

Garv sintió mentalmente la cólera de Beshaabel, un reflejo amplificado de la suya propia. Pensar que el rey orco hablaba tan a la ligera de esclavos, vida y muerte reconcomía al Inquisidor en lo más profundo, pero se obligó a centrarse y recordar el motivo por el que estaban allí. De hecho también lo transmitió a la elfa, junto con una promesa.

-A mi no me hace más gracia que a ti, pero recuerda por qué estamos aquí Beshaabel. Cuando detengamos esta conspiración del Puño-la fe de Garv le llevaba a pensar en un resultado positivo-volveremos aquí y desharemos esta injusticia, tienes mi palabra-después de todo contar con la inestimable ayuda de su aliada vendría bien, aunque él mismo por principios se embarcaría en dicha gesta por su cuenta si fuera necesario. Así juró cuando se unió a la Inquisición "Proteger al débil y luchar contra la injusticia" y así lo cumpliría hasta el final.

Sin embargo retomó su atención al mundo real aún algo sorprendido por el despliegue del rey, parecía que hubiera visto peligrar su posición aunque por otra parte le había dado una buena medida de sus habilidades y posesiones. Garv no iba a dejar pasar ni una brizna de información. Meneó la mano, restando importancia a la primera frase del rey, el mensaje era claro: los motivos de los "demonios" eran suyos únicamente. Para reforzarlo, cuando tomó nuevamente la palabra no hizo ninguna mención a ello.

-Muy bien Gran rey Nantuk, obrad como mejor queráis con vuestros enemigos y avisad a vuestros vasallos-aquí el orco parecía inflexible así que Garv no vio motivo para insistir y enfangar la conversación-Agradecemos mucho tu generoso ofrecimiento y pronto recorreremos tus tierras en busca del asesino.-hizo una pausa asegurándose de capturar la atención de todos, Garv podía carecer de muchas habilidades, pero contar historias no estaba entre las que faltaban.-Sin embargo antes de partir preferiríamos tener tu permiso para registrar a tus criadoras y el lugar donde descansan.-casi se le atragantó la palabra pero consiguió poner buena cara y mostrar una sonrisa-Sólo por vuestra seguridad. Obviamente aceptaremos todos los guías que estimes adecuado proporcionarnos para esta tarea-

Él sabía que serían guardias, pero también que había forzado la situación para que si el rey se negara ahora parecería que no se preocupaba de los suyos. La auténtica intención de Garv era diferente, la mención de humanas en el harén real le hizo sospechar que tal vez pudieran encontrar alguna encinta que fuera la última pieza del rompecabezas. Cómo procederían en caso de ser así tendría que quedar en el aire, y así se lo transmitió a su compañera.

-Entre sus esclavas hay humanas, tenemos que verificar que no se encuentre aquí el objetivo de los asesinos. Es muy posible que de ser así se nos compliquen mucho las cosas, pero mejor enfrentarnos a los guardias orcos que dejar esto sin revisar y el camino expédito para el Puño-

Con gesto respetuoso esperó pacientemente la respuesta del rey a su amable encerrona mientras la elfa continuaba moviéndose inquieta. Que les tomaran por demonios, que les temieran, que pensaran lo que les apeteciera; allí había en juego mucho más que el amor propio y predominio de todos los presentes.

Notas de juego

No estoy seguro de si las criadoras estarían en este edificio y seguiríamos sin armas o si se encuentran fuera y nos las devolverían, como lo tengas pensado.

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23/05/2013, 13:34
Director
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Intimidar de Beshaabel contra consejero

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+17)=26

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23/05/2013, 18:57
Rey Orco

El Rey no parecía muy contento con la petición. Por un momento pareció que se negaría a dejar que unos extranjeros entraran en su harén o en los pozos de cría de la tribu, pero tras una mirada insegura a Beshaabel y una mirada evaluadora a Garv, concedió. La elfa parecía crearle una inseguridad significativa y su aparente sumisión al hombre hacía que éste intimidara al orco.

-“Gran Rey Nantuk conceder demonios comprobar que criadoras seguras. Hookeg Onug os guía.” – dijo señalando a la figura envuelta en la pesada túnica con capucha que se ocultaba tras el trono – “Vosotros acompañar para garantía de seguridad suya.” – concluyó señalando a la numerosa comitiva que ya les había escoltado al entrar.

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23/05/2013, 19:02
Hoodeg Onug

El encapuchado salió de detrás del trono, sus faldones arrastraban por el suelo dando la sensación de que se movía flotando. Al llegar a la altura de la pareja habló con una voz sibilante y de tono bajo en un perfecto común, tan silencioso que ni siquiera los orcos de la escolta pudieron oírle.

-“Por aquí, honorables huéspedes. Y rogaría con humildad a la dama súcubo que no volviera a intentar entrar en mi cabeza.” – Beshaabel le dirigió una sonrisa que pareció toda colmillos, el brillo rojizo en sus ojos daba un aire burlón a la expresión.

-“Perdón. Es la costumbre. Es por vanidad… me gusta saber qué piensa de mi la gente… Si realmente quisiera hacer algo malo, te habría hechizado. Bueno habría hechizado al rey.” - respondió Beshaabel con voz ronroneante y sin un ápice de vergüenza o arrepentimiento. Al orco pareció bastarle, lo cierto es que si Garv no hubiera sabido la verdad, seguramente la habría creído.

Sin más palabras el orco hizo seña a los guardias, dos le flanquearon avanzando junto a él por delante de los compañeros, mientras el resto les rodeaba, un par a cada lado y otros seis en procesión detrás de ellos. El que les había hecho de guía al principio, se apresuró para ocupar el sitio más cercano a Beshaabel y se dedicó a mirarla como un perrillo todo el tiempo. Mientras salían pudieron ver al rey acomodarse de nuevo en el trono para dormir. La voz de la elfa resonó de nuevo en la cabeza de Garv mientras sus escoltas les conducían de vuelta al vestíbulo y por un túnel lateral que descendía a las profundidades hacia la derecha.

-“El pasadizo que salía a la derecha del trono era un acceso directo pero el Rey quería hacerse el importante no dejándonos entrar por sus caminos personales.”

Algunas bifurcaciones fueron quedando atrás, hasta que el grupo volvió a torcer a la derecha. Aunque el camino que habían seguido no era muy complicado era obvio que el conjunto de los subterráneos eran un caótico laberinto. Mientras paseaban, el misterioso orco se había mostrado hablador:

-“Comenzaremos la visita por el harén real. Sinceramente, si la preocupación que tienen es que maten a un niño o una madre, la única, y remota, posibilidad de que realmente el Rey se tome mínimamente en serio su protección es que su ¿víctima? ¿objetivo? esté ahí.” – la voz del orco tenía un tono monótono y sostenido que hacía muy difícil captar detalles de sus emociones o sentimientos, si es que tenía alguno.

El pasillo por el que avanzaban dio paso a una amplia sala, llena de camastros, literas y todo tipo de muebles de descanso variados que parecían robados de una docena de sitios diferentes. Un centenar largo de guerreros orcos, todos grandes y fuertes dormían allí. Muchos se despertaban al pasar ellos y gruñían y gritaban enfadados hasta que veían a su misterioso guía, momento en que callaban y se volvían a dormir musitando en voz baja. La organización en el dormitorio, simplemente, no existía; para avanzar tenían que ir esquivando muebles y gente tirada por el suelo, montones de desperdicios y enseres variados. Mientras se dirigían hacia el pasillo situado, más o menos, en frente del lugar por el que entraron su cicerón siguió con un conversación.

-“No puedo evitar preguntarme. Si he entendido bien, ¿quieren impedir un sacrificio? De una hembra encinta o su bebé, si he deducido bien. ¿Pero no saben nada de la víctima potencial? Se que sus poderes de viaje son inimaginables para nosotros, meros mortales, y que pueden moverse en segundos por viajes que duran días pero… ¿Van a ir visitando los criaderos de todas las tribus de las montañas? Incluso viajando de forma instantánea y conociendo todos los asentamientos, que ya sería una hazaña incluso para sus señorías, eso podría llevar meses…” –  las palabras surgían lentamente, su tono sibilante hacía que la diatriba recordase a perezosos gusanos, escurriéndose lentamente por los agujeros de un tronco podrido. Resultaba imposible saber por su voz si las palabras se pronunciaban bajo tono de burla, curiosidad, ánimo de ayudar o con propósitos más egoístas; al no poder ver el rostro del orco resultaba igual de imposible estudiar su expresión, Beshaabel negó con la cabeza, dando a entender que ella tampoco sabía de qué iba aquel individuo.

Las palabras del orco acabaron a la vez que un portón de madera reforzada aparecía bloqueando el pasillo unos diez metros más allá de ellos. Ante ello el orco había interrumpido su párrafo, sin dejar claro si era por el obstáculo o porque había terminado.

-“Esperad aquí unos segundos, por favor, abriré el camino y podréis entrar. Nuestra magia puede ser tosca y burda comparada con los poderes abisales, pero sigue siendo peligrosa.” – el orco se adelantó sólo y se quedó un tiempo quieto justo delante de la puerta, no podían ver qué hacía exactamente, a su lado Beshaabel se sentó en el suelo con aspecto aburrido y adormilado. Cuando el orco terminó el portón se abrió solo.

-“Adelante, por favor, examinemos a las criadoras del Rey, por si encuentran algo que llame su interés.” – dijo esperando a que la comitiva se recompusiera con la misma formación anterior.

El interior era algo que hubiera resultado cómico sino fuera una realidad aterradora y repugnante, era un lugar sucio y bastante maloliente, pero estaba lleno de cojines, sedas, divanes y camas adoseladas; aunque todos estaban sucios, manchados, ajados y mal cuidados. La sala tenía un agujero en el suelo, forrado de finos azulejos de colores rotos, formando un mosaico caótico, sin sentido y que hería a la vista con su composición de color sin orden ni concierto, estaba lleno de agua bastante sucia, a modo de piscina. De varias posiciones del techo colgaban lámparas de araña que hacía años que no se limpiaban ni encendían; toda la mínima iluminación, apenas lo suficiente para dar un aspecto lúgubre al lugar, provenía de varios candelabros de pie de unos dos metros de alto cada uno, hechos de latón u oropel deslustrados y algo oxidados, a parte de sucios. Era como si una piara de cerdos se hubieran trasladado a vivir a un burdel de lujo apañado con los restos de otra media docena de ellos y se hubiera dedicado a reparar deprisa y sin ánimo lo que se rompía.

Se oían lloros de bebés y por todas partes podían verse mujeres, la mayoría orcas y alguna trasga, pero con un buen número de humanas e incluso una elfa. Todas las mujeres tenían miradas huidizas, bajaban la cabeza cuando alguien se les acercaba e incluso se postraban en el suelo si se las miraba demasiado rato; la mayoría tenían aspecto vapuleado e incluso presentaban lesiones permanentes. Todas eran robustas con caderas anchas – salvo la elfa – y, en el caso de las humanas, la mayoría habían sido hermosas antes de sufrir la ordalía que les habría conducido hasta allí, ninguna de éstas tenía un aspecto saludable ya y parecían muñecas rotas sin ánimo ninguno. Algunas de las hembras, sobre todo las humanas, atendían bebés desde recién nacidos a niños pequeños que no podían tener más de seis años, aunque la mayoría de los pequeños estaban solos en cunas improvisadas, llorando. Varias de las hembras estaban encintas, en varios estados de gestación, el número era suficiente para que, con seguridad, hubiera otras tantas a las que no se les notaría porque estarían de pocos meses. El ambiente general era de somnolencia, era obvio que la mayoría estaban descansando aunque había alguna que estaba demasiado quieta, tal vez muy enferma o quien sabe si muerta.

El orco encapuchado se mantuvo junto a la entrada, con sus guardaespaldas a ambos lados. Los demás orcos se quedaron en la puerta, dejándoles a ellos que pasearan por el harén. Con la misma monótona voz de serpiente señaló:

-“Cuando gusten sus señorías y crean que han visto todo que tenían que ver, saldremos de la fortaleza para supervisar los criaderos de la tribu.” –

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23/05/2013, 19:15
Beshaabel

Beshaabel tardó un rato en reaccionar, cuando lo hizo su voz en la cabeza de Garv resonó un poco chillona, casi llorosa y demasiado alta, con un punto de desesperación.

-“Es imposible que podamos sacar a estas mujeres de aquí. Y aunque pudiéramos, no sobrevivirían al viaje por las montañas… Y sus hijos aún menos. Y sus espíritus, Garv, ¿puedes verlos? No están ahí dentro. Están muertos, están muertas en vida... Y se supone que son las afortunadas que sirven al rey.” – cuando el paladín miró a la chica, temiendo que estuviera perdiendo los nervios, se sorprendió al ver que su rostro estaba mostrando una deleznable mueca de lujuria que escondía perfectamente sus sentimientos reales – o al menos los que transmitía su mente – sólo su mirada denotaba que podía ser falsa, pues sus ojos ahora brillaban con un rojo que hizo que el inquisidor se preguntase si tenía fuego dentro de sus globos oculares.

Notas de juego

Sólo por estar seguro quería asegurarme de que recuerdas el primer párrafo de "Sobre las clases de personaje y los niveles en el mundo" en los datos de trasfondo que di al principio. Creo que es la primera vez en la partida que resulta potencialmente importante.

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27/05/2013, 09:40
Garv Sevatar

Tanto las referencias a su supuesta naturaleza abisal como el rodeo dio qué pensar al Inquisidor. Aquello cada vez era meterse más y más en la boca del lobo. Pero tampoco tenían ya opción de darse media vuelta. Por otra parte la reconfortante presencia de su compañera y su aplomo le ayudaron a mantener la compostura vista la tesitura en que se estaban teniendo que desenvolver.

-El tiempo es relativo-dijo crípticamente como única respuesta a las dudas del insidioso escolta. Que pensara lo que quisiera y se montara la historia que mejor le viniera en gana. Cuanta menos información dieran tanto más se reforzaría la mascarada.

Sin embargo Garv tuvo que hacer un somero esfuerzo al ver el lamentable estado de las cautivas, su opinión coincidía con la de Beshaabel y se abstuvo conscientemente de menear la cabeza, refrenando el impulso de echar mano a un arma que no estaba allí.

-No, en estos momentos no podemos hacer nada y me parte el alma ver estos abusos. Aquí hará falta una intervención mucho mayor de lo que pensaba; a nuestra vuelta intentaré hablar con Gideon, de mi Orden, tal vez consigamos el apoyo necesario...-respondió mentalmente a la elfa. Cada vez más, de puro corazón, se prometía que esa gente no iba a ser abandonada a su suerte.

Con gesto displicente señaló a unas cuantas de las presentes: las que poseían aspecto de estar encintas de más tiempo. A fin de cuentas, hasta ahora los asesinatos habían sido en mujeres cercanas al parto. Iba a ser un interrogatorio relativamente largo, y prefería que el encapuchado no oyera más de lo necesario por lo que hizo un gesto claro a Beshaabel. Ella las cuestionaría, a fin de cuentas compartían género e idioma, cosa que en su caso no estaba seguro de que fuera así.

-Será mi compañera quien las cuestione- dijo, odiándose por el tono de desdén que tuvo que emplear. Tal vez diera a entender que no le preocupaban aquellas desdichadas, o que estaba por encima de hablar con ellas. En cualquier caso tendría que entretener al encapuchado y mantener un ojo en el perrillo guía-Cuando acabe partiremos hacia el siguiente punto. Mientras, decidme, ¿encontráis satisfactorio vuestro servicio al Gran Rey?-como Inquisidor que era sabía realizar las preguntas adecuadas para que no se supiera de lado de quién estaba. El esfuerzo mental de responder sus cuestiones sin cometer errores, a nivel político en este caso, requerirían la mayor parte de la atención del orco tal y como pretendía Garv.

Por su parte Beshaabel comenzó a cuestionar con calma, no exenta de piedad, a las infortunadas elegidas. Interesándose por las circunstancias que las habían llevado allí, intentando localizar el patrón para el pecado restante que el Puño castigaría. La elfa era plenamente consciente de que era un tiro a ciegas y que estaban allí porque el Inquisidor había apoyado su sugerencia. La fría furia que sentía por el estado de las esclavas unido al temor a lo que significaría un fracaso aquí apenas alteraron su tono mientras cuestionaba como mejor haría un demonio: adulando y jugando con ellas para llevarlas donde quería.

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28/05/2013, 18:17
Hoodeg Onug

El orco encapuchado escuchó los planes de Garv que el humano decidió revelar, casi imperceptiblemente asintió.

-“Lógico. Conozco las posibilidades que tiene para un interrogatorio una criatura tan excelsa como ella. Sea por las buenas o sea por las malas nada escapa a su habilidad.” – contestó dirigiendo su cabeza de forma apreciativa a Beshaabel. El tono de su voz seguía sin transmitir nada, aunque el experto inquisidor fue capaz de reconocer la envidia en las palabras de su interlocutor ésta vez. O era la primera vez que sentía una emoción, o ésta era especialmente intensa. A continuación el misterioso humanoide escuchó impasible la pregunta sobre su Rey.

-“El Rey Nantuk valora mi consejo. Como su predecesor antes que él, y el que estuvo antes de ese. Y, seguramente, como hará el que venga después de él. La tribu nunca me aceptaría a mi como líder, pero mi posición como consejero es sólida, como lo es la de nuestro rey y lo seguirá siendo en el futuro cercano, al fin y al cabo nuestro liderazgo actual ha hecho crecer nuestro poder y bienestar. Somos una tribu fuerte.” – o el orco volvía a controlar sus emociones soberbiamente o sentía una notable indiferencia sobre su rey y la política; era más probable la segunda, considerando que el paladín podía notar su tranquilidad y confianza en la situación actual de su vida.

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28/05/2013, 18:17
Beshaabel

Mientras Garv distraía al líder orco con conversación, ya que era imposible que los guardias orcos dejasen de mirar a Beshaabel, sobre todo ahora que se agachaba a charlar con las mujeres haciendo que su armadura de cuero, demasiado pequeña para su cuerpo más robusto de orca que el que solía gastar como elfa, se ajustase en exceso a sus formas. Por otra parte, incluso si los torpes guerreros pudieran entender algo de lo que se hablaba, difícil porque la chica usaba más la telepatía que el lenguaje, no estaban prestándole la más mínima atención a lo que hablaban.

La elfa transmutada pasó un buen rato con cada chica, incluso con algunas que parecían demasiado tempranas en su embarazo, si se tomaban anteriores asesinatos como patrón. Tras más de media hora, tiempo en el que el orco misterioso no dio ni la más mínima muestra de impaciencia, volvió caminando altiva y despreocupada, se quedó mirando a los dos varones con gesto lascivo, ciertamente con el rostro de orca para el paladín perdía mucho pero incluso el orco encapuchado le dirigió una mirada de reojo. Aunque cuando habló por telepatia con Garv, su voz sonaba muy triste, con un punto de desesperación.

-“Estas chicas están rotas espiritualmente. Su historia es bastante horrible, pero común en todas, vivían aquí o allá, vidas sencillas en la mayoría, como mucho alguna miliciana o guardia de caravanas hasta que una incursión de orcos la capturó, el rey la escogió para sí y… bueno, el resto… no importa; probablemente son las que tuvieron suerte, en realidad. Las orcas ni siquiera eso, siempre han sido juguetes para el rey, desde que tuvieron edad fértil y antes habían sido criadas para entender que la vida consiste en ello. Ninguna tiene una historia particularmente extraña, mujeres normales que han sido capturadas y después maltratadas y violadas hasta destruir su voluntad. Supongo que habrá centenares como ellas por todas las montañas. Si al menos alguna hubiera sido capturada por su excesivo orgullo… Pero no es el caso aquí.”

Beshaabel pareció quedarse pensativa un rato, entonces añadió:

-“Nuestras investigaciones daban a entender que la sacrificada concebía condicionada por un acto lo suficientemente extremo como para ser epítome del concepto de lo que se suele conocer como pecados, normalmente con el padre influido por el mismo en mayor o menor medida. Casos siempre bastante extremos y de pecados distintos cada vez: la lujuria de dos hermanos que conciben entre si, la codicia al concebir con el propósito de chantajear a un egoísta, la ira de la concepción en una violación entre genocidas y, bueno, la última estoy segura de que si contactamos con Venpaulo para saber qué ha averiguado, habrá una truculenta historia de envidias que llevaron a concebir a la tal Novoro. Es cierto que todas éstas mujeres se puede decir que han concebido bajo circunstancias de lujuria y orgullo, tal vez de codicia e ira, pero no por la de ellas, sino meramente la del orco o los orcos que las preñasen. Son inocentes, en el sentido de que no han concebido motivadas por un pecado, de hecho ya son víctimas de su propia concepción. No veo que ninguna de ellas se pueda relacionar con una concepción bajo un caso extremo de los pecados que nos quedarían: gula, orgullo o pereza. Ni siquiera la del orco se puede definir como caso extremo salvo, tal vez, de lujuria e ira… pero incluso para eso, le falta algo, un toque especial que lo haga casi único.” – la chica sonaba no sólo deprimida como desde que había visto el harén sino también un tanto desencantada, parecía que no encontrar nada había estropeado sus ilusiones.

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12/06/2013, 13:17
Garv Sevatar

Garv no pudo evitar que cierta exasperación trasluciera en su gesto; al menos no era la ira e impotencia que sentía por la comunicación con Beshaabel. En su mente seguía dando vueltas a las posibilidades, cada una se le antojaba más descabellada que la anterior y la comezón del fracaso permanecía insidiosa rondando.

-¿Podría ser que no nos estén permitiendo acceder a todo pese a lo que digan?-pensó para que lo oyera su compañera-El rey orco es un sujeto lo suficientemente soberbio y colérico para alguien de su descendencia cuadrara en el patrón de asesinatos del Puño. En caso contrario tendríamos que irnos a otro de los poblados que vimos al llegar. Éste parecía el más prometedor pero no era el único; si bien está siendo más duro de lo que inicialmente pensaba...-permitió que un atisbo de duda trasluciera, no por la localización, sino por la crudeza de las condiciones de vida que estaban siendo obligados a tolerar si querían seguir adelante.-Creo que este entorno nos está afectado y que necesitamos algo de perspectiva, preguntaré a nuestro anfitrión-

Tal y como había dicho, se giró hacia el encapuchado una vez más enarcando una ceja y retomando la actitud autoritaria que les había valido como excusa para infiltrarse.

-Mi compañera y yo tenemos ciertas dudas al respecto-abrió las manos en un gesto teatral a ambos lados del cuerpo-Parece ciertamente extraño que en una tribu de gran calado como esta únicamente se disponga de un harén real, honestamente había esperado una cantidad mayor, tal vez incluso una consorte tribal o similar. No quisiera dudar de vuestra disposición a colaborar, ni mucho menos, ¿pero no habréis pasado ningún lugar por alto para mostrarnos? Me sentiría francamente decepcionado si tras todo este trajín tuviéramos que retornar habiendo malgastado un tiempo precioso y siendo puestas en peligro las vidas de los futuros príncipes tribales...-

El Inquisidor no estaba seguro de cómo reaccionaría el encapuchado, o si reaccionaría en absoluto. Tal vez la velada mención a su lealtad a la institución gobernante de la tribu podría decantar la balanza, o quizá les echaran con cajas destempladas como parecía más probable. Garv mientras ya estaba sopesando los posibles destinos futuros, ¿cuál de las otras ciudades podría ser la ubicación del sacrificio si no era esta?

Notas de juego

Reconozco que ando un poco perdido y sin ideas claras para saber por dónde tirar.

No sé si es la alergia, el curro, que he pasado algo por alto o una mezcla.

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14/06/2013, 23:53
Beshaabel

La voz de Beshaabel en su cabeza sonaba poco convencida, sobre todo respecto a la elección de víctimas.

-“No se, Garv, aquí hay bas​tantes mujeres; y ésto es sólo una tribu. Pero por otro lado son criaturas malvadas y crueles, de ellos me creo cualquier cosa, incluso que nos oculten lugares por fastidiar.  Lo que no me cuadra nada es eso que dices del Rey orco, si puede ser lujurioso y orgulloso y tener todos los pecados, pero en los rituales anteriores lo importante parecía ser que la pecadora fuera la madre sacrificada y, además, que la concepción fuera consecuencia de un acto del pecado que buscaban.”

Después de pensar un rato más, añadió mientras Garv trataba de convencer al orco encapuchado de que dejase que vieran a las supuestas amantes secretas del Rey:

-“No tenemos tiempo de registrar todos los criaderos de la región. Y yo no tengo estómago para hacerlo sin arrancar el alma a alguno de estos repugnantes seres antes o después… Tal vez deberíamos ser un poco más sinceros en nuestra búsqueda… Decir el tipo de embarazada que buscamos, tal vez así puedan ayudarnos o dirigirnos mejor… O algo, no se, ahora que las he visto, no creo que las mujeres de un criadero tengan la personalidad para hacer actos de pecado significativos para esos sacrificios. Si te parece demasiado arriesgado puedo intentar leer los pensamientos del orco para asegurarnos de que es sincero o qué sabe en realidad, creo que cuando se dio cuenta antes de que lo intenté fue más suerte que fuerza de voluntad, aunque si fallo ésto podría… ponerse violento… ya me hizo una amable advertencia.”

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14/06/2013, 23:56
Hoodeg Onug

Si el orco encapuchado se sintió molesto por los comentarios de Garv lo disimuló suficientemente bien para que el hábil inquisidor no lo notase, su voz sonaba incluso melosa cuando respondió.

-“Este no es el único criadero, ser oscuro. Como ya os dije cuando vuestra adorable… compañera, termine su inspección os llevaremos, si lo deseáis, a los criaderos de la tribu, donde los elegidos pueden aparearse cuando el rey les da permiso. Aunque personalmente no veo qué podría haber de interés en las criadoras de la tribu que no haya en mayor cantidad en el harén real.”

Ahí, aunque seguía sin parecer molesto u ofendido, su voz perdió el matiz excesivamente obsequioso y sonó más seria.

-“Pero si lo que decís es que haya otro harén o una consorte especial, la respuesta es no. ¿Os parece poco éste espacio para las criadoras del rey?” – hizo un ampuloso gesto con la mano – “Lo único que deben hacer es estar disponibles para ser cubiertas y criar a los pequeños hasta que sean capaces de andar solos… Tienen de sobra… No se, tal vez a criaturas tan notables éste lugar os parezca… cutre o vulgar, pero para los estándares de ésta zona es muy lujoso y elegante. Sobre una consorte… entiendo que en vuestra jerarquía sea una figura habitual, lógica e incluso… importante” – dirigió una mirada significativa a Beshaabel, Garv se dio cuenta inmediatamente de que el encapuchado pensaba que eso era lo que era ella para él – “pero no es el caso aquí. La idea de que una criadora pueda tener ningún valor más allá de criar hijos fuertes o por encima del de las demás es, para los orcos, inconcebible… no somos capaces de llegar a ella. Lo más puede haber una favorita, una especialmente deseable, por ser nueva o más hermosa que las demás; algo que por su propia naturaleza aquí no dura más de unos cuantos meses antes de que el ‘nueva’ o el ‘especialmente’ desaparezcan. Ahora mismo, por si fuera de especial importancia - y conste que desconocía que así fuera – la favorita del rey es aquella.” – el orco encapuchado señaló a la concubina elfa, que obviamente no estaba encinta, quien desde que habían llegado no se había movido del rincón donde estaba sentada, con las piernas muy apretadas al cuerpo, abrazada a sus rodillas y con una mirada perdida y ausente – “Para nuestros estándares, una criatura excepcionalmente exótica.”

Hizo otra pausa, organizando las últimas ideas o tratando de recordar algo.

-“¡Ah! ¡Sí! Una cosa más, dado que veo que genera intranquilidad en mis señores: nosotros no tenemos príncipes. El próximo rey será el orco que pueda matar al actual en combate ritual. Pero si por príncipes es su preocupación, ahí tenéis un par de tantos” – dijo señalando a dos de los guardias que les acompañaban y que se  dedicaban a babear mirando a su compañera –“así como todos los guardaespaldas del rey que antes conocisteis, los semiorcos. Y eso dejando de lado a todos éstos” – nuevamente su mano trazó un amplio gesto para abarcar a los numerosos bebés que había en la sala, antes de rematar – “Pero, nuevamente, os equivocáis al valorar nuestras costumbres. Al rey no podrían importarle menos sus hijos, ha tenido muchos. Eso es cuanto le importa.”

Notas de juego

No te preocupes por el atasco, es normal en las partidas de investigación tener dificultades al principio hasta que nos acostumbremos a las costumbres de juego de cada uno.

Pide pistas o que yo mueva la trama siempre que quieras o te sientas perdido, ten en cuenta que la partida es un poquito sandbox, en el sentido de que yo planteo las situaciones y tengo decidido lo que los enemigos intentarán, todo lo demás lo dejo a vuestro criterio y el mundo reacciona a vuestras acciones; eso tiene la consecuencia de que la partida en momentos puede resultar demasiado difusa. He usado a Beshaabel para sugerir uno de los posibles cursos de acción que entiendo que producirían un efecto claro (obviamente tú no tenías modo de saber si eso era una idea buena, mala o regular), por supuesto eres libre de intentar cualquier otro que se te ocurra. Hay muchas formas de pelar éste pollo XD. 

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30/06/2013, 12:09
Garv Sevatar

Garv escuchó las palabras de la elfa y del orco, sopesando sus opciones. Beshaabel tenía un punto, pero él no veía tan claro que pudieran contar con que las tribus colaborasen, y menos visto lo visto hasta el momento; pero tampoco tenían todo el tiempo del mundo para una inspección exhaustiva a todas y cada una de las aldeas.

-No creo que colaboren con nosotros, y menos si no tenemos la misma suerte que aquí, la Inquisición es temida en el mundo de los humanos, pero aquí carece de autoridad alguna. Y siendo meros aventureros tampoco tendrían por qué colaborar-expiró mentalmente de puro cansancio-Pero creo que tienes razón en que aquí no encontraremos nada que sea susceptible de cumplir lo que creemos que el Puño necesita. Comunicaré a nuestro "amable" guía nuestra decisión y tal vez le pida indicaciones-

En efecto, el Inquisidor había tenido una idea. Puesto que las esclavas difícilmente serían autoras de graves pecados, tal vez tendrían que buscar a orcas libres, tal vez en posiciones de poder. Por lo poco que Garv sabía aquello sería algo extremadamente raro y, de darse el caso, seguramente fuera conocido. Nuevamente se giró hacia el encapuchado

-Mi compañera ha acabado-al no haber habido comunicación verbal, quedaba claro que empleaban otros métodos-Como acordamos con su rey nos iremos, una vez nos hayáis devuelto lo que es nuestro-ni de broma se iba a olvidar de su espadón.

Como venía siendo habitual el lacónico orco no dijo ni media palabra y se giró para escoltarles en el retorno a la salida y fuera del pueblo. Tras unos minutos de vueltas por los pasillos el inquisidor rompió el silencio en el que iba la comitiva.

-Sólo una pregunta, pura fruslería que me ha comunicado mi compañera...-detuvo el paso, para que su interlocutor se girara hacia él-¿alguna tribu de esta zona es un matriarcado? La cuestión parece divertirla porque allí tendría que llevar ella la voz cantante-puso los ojos en blanco teatralmente, dando a entender que a menudo tenía que aguantar esos extraños encaprichamientos de la criatura que le acompañaba.

Beshaabel captando las intenciones se encogió de hombros con fingida y calculada inocencia; una chica tiene sus curiosidades venía a decir el gesto teatral de la elfa poliformada. No es que el presidente de su club de fans fuera a captar la sutileza, pues su mirada no se apartaba de sus formas, pero el encapuchado había demostrado ser un espécimen fuera de lo común. En la lista mental de Garv estaba anotado que debían andarse con mucho más cuidado de ahora en adelante con ese tipo de consejeros si es que eran algo común en las tribus...

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01/07/2013, 16:06
Hoodeg Onug

-“Entonces ¿no desean investigar el corral de cría de la tribu? Bien. Ciertamente, dudo que allí encuentren nada más valioso que lo que pueda haber en el serrallo real.” – el encapuchado parecía satisfecho con la decisión de Garv, aunque tampoco mostró especial alivio. Probablemente se alegraba de que aquellos seres peligrosos se fueran de una vez del poblado.

-“Les acompañaremos hasta la salida, allí les entregaremos sus armas.” – señaló tras chasquear los dedos para que los guardaespaldas se pusieran de nuevo en posición tras la comitiva formada por el orco encapuchado y ellos dos.

La pregunta de Garv no pareció despertar ningún recuerdo favorable en su interlocutor.

-“¿Una tribu de mujeres?” – el tono de su voz era el mismo que si Garv le hubiera preguntado si había probado alguna vez a comerse sus propios ojos en salmuera – “Eso sería completamente inaceptable para un orco. Y una tribu así sería vista como débil por todas las demás, recibiría ataques todos los días. Suponiendo que fuera capaz de defender siquiera del primero.” – con tono escéptico siguió – “No. Eso no va con los orcos. Supongo que para seres como ustedes los prejuicios sexuales resultan algo extraño, incluso ridículo; pero en nuestra sociedad están muy arraigados.”

Aún así el orco seguía cavilando, buscando algo de información útil que pudiera mostrar a sus interlocutores su voluntad de ayudar y con ello hacer que se marchasen cuanto antes.

-“Lo más parecido que se me ocurre, y son sólo rumores, es lo que se cuenta del Rey Grokk de Colmillo Oroalto, unos ciento cincuenta kilómetros al norte. Dicen que tiene una escolta de honor de guerreras, todas femeninas. Algo difícil de imaginar para nosotros. Una excentricidad que, además, le haría parecer débil a ojos de sus vecinos. Ni siquiera nos lo creemos mucho.”

La voz de Beshaabel resonó en su mente, dando voz a las palabras que el propio inquisidor ya había pensado. Si el punto se desplazaba tanto al norte el pentáculo con los vértices en los asesinatos rituales ya no se formaría correctamente. Demasiado lejos, no podía ser aquello lo que buscaban. El orco volvió a sumirse en un silencio meditabundo.

Ya estaban recogiendo sus armas, tras atravesar de salida el poblado bajo las miradas curiosas de todos con los que se cruzaban, cuando el orco encapuchado añadió una última información que se le ocurrió podía mostrar su colaboración, aunque tenía el mismo tono de no dar mucho valor a lo que revelaba.

-“Hay una última cosa que se me ocurre, aunque no es exactamente una tribu de mujeres, es lo más parecido que podríais llegar a encontrar por aquí. Es sólo una mujer solitaria, una ermitaña. La Vieja Traganiños vive en una cabaña grande a media altura del Pico de los Truenos. Es una bruja ogresa muy poderosa, ninguna tribu considera que el botín que pueda proporcionar valga los muchos guerreros que costaría conquistarla, al fin y al cabo aunque mujer es un ogro, y bruja. Todo el mundo evita el lugar porque se dice que secuestra hombres con los que tener bebés, pues encuentra delicioso el guiso de recién nacido. Si hacerle un bebé a ese monstruo ya suena mal, ni que decir tiene que hasta que la vieja bruja tenga uno que echarse a la boca, no es probable que le haga ascos a un correoso padre.”

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02/07/2013, 09:14
Garv Sevatar

Ya en los lindes del poblado la última revelación del encapuchado, y muy posiblemente misógino, consejero hizo detenerse a humano y elfa. Intercambiaron una rápida mirada, aquello sonaba casi demasiado conveniente. No hacía falta ser un lince para darse cuenta que cuadraba a la perfección con lo que estaban buscando.

-Interesante-dijo con una fingida sonrisa de interés-Desde luego que es una leyenda pintoresca.-a modo de despedida añadió-De ser cierta, a buen seguro que sería mejor para las tribus que no estuviera en la zona...-en realidad estaba haciendo un esfuerzo mental por recordar la localización del pico mencionado, ¿estaría dentro del área? Podría esperar unas horas y, cuando se alejaran, consultar el mapa; pero su instinto se había desatado y el inquisidor sentía crecer en él un ansia por dirigirse hacia allí lo más rápido posible que fue difícil de contener.-Transmitid nuestra despedida a vuestro rey, tal vez tengáis noticias nuestras pronto-dijo de viva voz, ya caminando de espaldas a la comitiva orca que les observaba desde la entrada.

Garv no se hacía ilusiones, para volver a aquel poblado con opciones de liberar a todos los esclavos haría falta un verdadero ejército; algo muy por encima de las posibilidades de los Comandos, pero tampoco ser olvidaría de ellos. Tampoco estaba seguro de que la intervención de su Orden fuera la mejor opción, dependiendo de qué facción respondiera la llamada a la cruzada los esclavos podían estar mejor como estaban en esos momentos. Por no obviar que variar el equilibrio de poder en la zona podría tener consecuencias catastróficas... enfrascado en estas reflexiones no se percató que la elfa también estaba inmersa en las suyas y ya se habían alejado un trecho. A menos que fueran escuchados mágicamente, y no lo descartaba, su conversación sería privada. Por pura cautela, y porque no podía negar el encanto del acento de la voz de Beshaabel en su cabeza, mantuvo la comunicación de forma telepática.

-Estamos de acuerdo en que esa ubicación de la supuesta guardia femenina está demasiado lejos, pero la leyenda de la ogresa... me parece incluso demasiado conveniente-seguían andando, alejándose en busca de un lugar donde acampar; aunque de forma inconsciente acercándose hacia el área aproximada donde creía recordar que se ubicaba el pico-No sé qué te parecerá, pero creo que es la mejor pista que tenemos; en el resto de poblados y ciudades la situación será parecida o peor a éste...-no estaba seguro si el rechinar de dientes que oyó fue mental o físico por parte de su acompañante

-De dirigirnos hacia esa hechicera tendríamos que preparar nuestra aproximación, yo optaría por una pacífica; a fin de cuentas no estamos del todo seguros que la muerte ritual no sea puro sadismo y no sea el hecho en si lo que desencadenaría lo que sea que el Puño está elaborando-honestamente quería oír la opinión de Beshaabel, su experiencia en estos temas había demostrado ser amplia y sus dotes sociales se encontraban a otro nivel que las suyas propias.

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03/07/2013, 16:19
Beshaabel

La despedida de los orcos resultó bastante intrascendente. No parecía que ninguno notase la furia ni los pensamientos reales que la pareja de aventureros albergaba hacia ellos y su forma de vida. El alivio en la mayoría la verles partir era evidente, como lo era que esperaban no tener noticias suyas, ni pronto ni tarde. La única excepción fue el guardia con el que habían hablado al llegar, el que llevaba escoltándoles desde el principio y que miró a Beshaabel como un perrillo abandonado cuando ésta se marchó.

Al principio, cuando habló mentalmente, Garv tuvo dudas de si Beshaabel le había oído o no. La chica había aprovechado que su compañero decidía charlar para detenerse y mirar fijamente el poblado que se alejaba quedando atrás en el valle mientras ellos ascendían. Pero la mujer no tardó en responder, aunque seguía teniendo la mirada perdida; había retornado a su forma de elfa, aunque tenía el pelo de un vivo tono naranja nada natural entre los humanos – Garv no podía estar seguro de si había muchos elfos de pelo naranja – el inquisidor pudo notar que no estiraba las orejas, como hacía siempre que concentraba toda su atención en su interlocutor estando relajada. Estaba distraída.

-“Es verdad que parece muy conveniente. Pero, si lo piensas, sabemos exactamente lo que estamos buscando por primera vez en meses, eso ayuda a encontrarlo con más facilidad. Tenemos el rastro por fin. Y tu idea de preguntar por tribus de amazonas fue muy buena, incluso si los orcos estaban en el ajo podrían no relacionar nuestra búsqueda real con esa pregunta. Yo creo que deberíamos ir allí a la ogresa, la tribu del norte es inútil para nosotros, no puede ser tan lejos. No podemos estar equivocados. Me parece bien la aproximación diplomática, si sale mal es un enfrentamiento que no me intranquiliza. Al fin y al cabo ahora puedo ser yo la que te venda a ti a una ogresa.”  - Estalló en risas con su último comentario, mientras daba un codazo amistoso a su compañero mientras se ponía en marcha, centrada de nuevo. Tras unos pasos se detuvo y se dio la vuelta para mirar a Garv con expresión confundida.

-“Ehhh… ¿Por dónde?” –

Por suerte el paladín había estudiado un poco la escasa cartografía que había de la zona y que se incluía en el informe de Cerebro. El Pico de los Truenos – de las Tormentas en sus notas, salvo que hubiera otro que él no conocía – era una de las montañas principales del lugar. La más céntrica en el área que habían acotado como vértice, de hecho, no era la montaña más alta pero solía tener un clima de perros, decían sus notas. Sólo había que remontar uno de los valles unos kilómetros y ascender, con suerte podrían llegar a la base del pico antes del anochecer, si decidían ir allí.

Notas de juego

He preferido no avanzar y asumir que vais allí, dado que llevamos un buen ritmo no creo que sea necesario precipitar las cosas y que elijas a dónde vais a ir ahora. Si consideras que no tienes nada más que quieras hablar o narrar antes de llegar me lo dices y añado un post con el Pico de los Truenos.

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08/07/2013, 10:13
Garv Sevatar

Muy a su pesar el Inquisidor andaba de buen humor. Por fin tenían una pista viable y se había visto contagiado por el ánimo de su compañera. La elfa, aunque distraída, parecía que también veía que iban por el buen camino. Eso confirmaba las sospechas de Garv: el pico de los Truenos sería su destino.

Con una sonrisa señaló la ruta aproximada, recordando el mapa de Cerebro. -Es por allí-trazó en el aire con gestos el camino que seguirían-Cuadra cerca del centro exacto de tu predicción y no está demasiado lejos-bajó la mirada, dejando de lado temporalmente las explicaciones inherentes a la continuación de la misión y sonrió. Con sentimiento, para variar, agradeciendo el compañerismo-Lo de las amazonas reconozco que no fue un intento de desviar su atención, sino una posibilidad que se me pasó por la cabeza que podría existir-se encogió de hombros por más explicación-No estoy tan familiarizado con los usos de los orcos-finalizó a modo de disculpa.

-Pero bueno, estoy de acuerdo en que conseguimos una buena pista-y alzando una ceja respondió a la puya-y más te vale que consigas un buen precio con la ogresa ya que ofreces buena mercancía-la sorpresa se reflejó brevemente en la cara de Beshaabel, pues Garv no era dado a chanzas, lo que aumentó la sonrisa de éste aún más-Sí, era una broma... ahora como se lo digas a los demás también querrán una para ellos-

Con ambiente más relajado siguieron caminando un rato por el camino serpenteante, un silencio cómodo de gente que se encuentra cómoda así, no ya compañeros de trabajo sino de amistad. De no mediar las consecuencias del Puño sería una idílica excursión por un entorno salvaje. Finalmente fue el inquisidor el que rompió el silencio, repasando mentalmente como había estado los eventos de la ciudad.

-No sabía que fueras de la misma zona que yo Beshaabel-aventuró, sospechando que en la comunicación telepática no se podía enmascarar el acento con el que se aprendió un idioma-¿Cómo era entonces?-preguntó con auténtica curiosidad sabiendo que la elfa le aventajaba en unas cuantas décadas de edad