Partida Rol por web

Un anillo serviría como corona para un lutín tamaño normal. Lamentablemente el mayor tamaño de Bonnie hace que el anillo le siente un tanto ridículo. La lutina está a punto de redirse cuando observa una hermosa pulsera que podría perfectamente hacer las veces de corona, una vez colocada sobre su cabecita.

La Reina de los Lutines había sido coronada...por sí misma.

Todo esto, mientras la discusión entre Zalakbazan y Bill el Barril carcelero estaba teniendo lugar. Aprovechando la discusión y más importante, el hecho de que Bill estaba agarrando férreamente a Zalakbazan (imposible librarse mientras porte el enorme botellín botellón) Bonnie se acerca a observar su contenido (el del botellón, quiero decir), cuestión para la que solo dispone de un instante, pues Bill acaba por soltarlo para poner en marcha su curioso plan.Convoca sin mayor problema una pequeña llama y comienza a pasear por la habitación. Su plan tiene un problema evidente del que no tarda en darse cuenta y es que muchos objetos mágicos; probablemente la mayoría, necesitan de un portador que los active. Claro que hay otros como los glifos o runas de protección que podrían funcionar reaccionando a una amenaza. Luego de deambular por la habitación, parece que en algún momento ha notado que la llama baile un poco al pasar por alguna zona, sin saber cómo interpretar esta reacción, pero no ha encontrado nada que aminore su intensidad o se extinga. Aún le queda sin embargo, otro tanto por cubrir.

Zala por su parte, libre de la presa de Bill el barril está libre para actuar a su antojo, así que sigue andando hacia la cocina portando el pesado potingue. Ya le queda poco.

Pero mientras todo esto pasa, el fuego sigue avanzando. Ya está consumiendo las paredes que separan el pasillo central y el comedor de la cocina y sin duda, se ha contagiado al piso de arriba. De cuando en cuando, comienzan a caer cascotes. Sin duda la integridad estructural de la torre se está resintiendo.

Te acercas a mirar el contenido de la botella y algo te desconcierta. Esto no parece una poción o al menos, no se parece a ninguna poción que sepas hacer o que hayas visto antes. Lo cierto es que te atreverías a decir que...el contenido...se mueve y burbujea a voluntad. Es como si estuviera vivo. Y gracias al control natural que tienes sobre este elemento, dirías que lo que contiene, está hecho de agua solo que muy...¿concentrada, es la palabra? Posiblemente es una forma demasiado burda de decirlo porque de hecho, la idea de "agua concentrada" es estúpida en sí misma, pero lo cierto es que sientes como si la cantidad de agua que hay en ese frasco es muy superior a la que aparenta. Y ese agua se mueve a voluntad. Es...muy extraño.

-Tú no te muevas de aquí hasta que no estemos preparados- dijo amenazante a ZalaCuloInquieto -Es más. Si eres un lutín de fuego, haz lo mismo que yo- le aconsejó. Sería más facil si todos colaboraban en encontrar una sulución.

- Poz zoy un lutin hongago y tgabajadog ke ze gana la bida apagando inzendioz. No guzta el fuego y kon ezto apagage el fuego. ¡Pegmizo! -  entonces el lutin disfrazado de dragón continuo con su tarea de (literalmente) arrastrar el gran frasco azul hacia las llamas para con ello apagar el incendio y ganar su tan merecido premio.

Luego de revolver por todos lados, finalmente encontré la corona acorde para mi y desde ese momento que sublime en esencia era, fui nombrada Reina de los Lutines por mi misma. - ¡Soy Reina! Oh salve a la Reina! ¡Oh Salve! - grito a través de un tono cargado de algarabía y felicidad, actuando como si estuviese delante de muchos lutines que orgullosos celebraban mi coronación. Sólo que todo esto estaba en mi imaginación y había un lutín que debía capturar evidentemente. 

Ya despojada de tanto orgullo, me acerco a Bill y a Zala mientras observo minuciosamente el frasco. - Mmm es algo muy extraño, esto tiene en su mayor parte agua. Lo cual en una poción resulta raro... Quizás sea agua concentrada. - afirmo al señalar el frasco y asiento a las palabras del lutín travieso. - Tal vez debamos acompañar a Zala y ver que si arroja el contenido de la poción sobre el fuego que efecto hace. No le he encontrado peligroso. - comento ya decidida, otorgándole una oportunidad al compañero de que no haga lío. 

Algorímedes se aferra a la alfombra y empieza a desenrollarla. Si los objetos mágicos de aquella habitación requerían de un portador, él sería el portador de la alfombra.

- Chicos, aquí huele mucho a quemado - dice Algorímedes con gran esfuerzo empujando la alfombra por una de sus puntas - ¿se puede saber qué habéis hecho todo este rato?

cuando finalmente consigue desdoblar todo el objeto, se sienta encima cual protagonista de "Las mil y una noches" y empieza a soltar palabras incompresnibles. Palabras inventadas que al pobre lutín le suena. A mágicas.

- Subid chicos, vamos a ver qué pasa desde las alturas!

Pese a lo delicado de la situación, Bill no pudo evitar una sonrisa.

El hecho de que, cada vez que se cruzaba con un lutín en aquella torre, estaba más loco que el anterior le empezaba a resultar divertido. Mientras intentaba buscar un objeto cuya magia le permitiese extinguir el incendio de la cocina Algorímedes se dedicaba a jugar a ser Aladino...

No había tiempo que perder, el fuego se extendía con rapidez. Cuando dejó a Zala y puso en marcha su plan a la desesperada le importó muy poco lo que pudiera hacer con aquella poción. Las posibilidades de supervivencia eran tan pocas que reducir algo mas su número era algo secundario.

Con esos pensamientos en la cabeza siguió su deambular por la atestada sala.

Mientras el fuego seguía avanzando, cada lutín iba por su lado.

Algorímedes desenrrolló lo que pensó que era una alfombra. Error. En realidad se trataba de una especie de capa extraña. Y bastante hortera, a decir verdad ¿a quién se le podría ocurrir hacer una capa con flecos?. Por supuesto, la idea de subirse encima y hacerla volar, resultaba bastante ridícula.

Bill el Barril, se detuvo a mirar un segundo la escena, divertido con la idea de que su compañero no tuviese otra cosa mejor que hacer que intentar hacer volar una supuesta alfombra voladora que en realidad, no era tal. A continuación sigue recorriendo la habitación con una llama en su palma acercándolo a toda suerte de objetos por ver si alguno de ellos reacciona haciendo que la llama megüe o se apague. Parece que algún otro objeto reacciona haciendo pensar que tiene algún efecto sobre el fuego, pero no alcanzas a discernir si realmente lo apagaría o qué es lo que haría.

Libre de cualquier intento por detenerle, Zala sigue arrastrando el frasco provocando un sonoro ruído de cristal contra piedra. Por fin consigue llegar al umbral de la cocina, desde el cual a parte de unas llamas descomunales que definitivamente, se han contagiado al piso superior, recibe un agradable calor que le recuerda a su hogar. Ahora llegaba el momento de la verdad. ¿Se atrevería el lutin a abrir el extraño frasco?

Bonnie por su parte, salta de alegría portando su nueva corona. El anillo ensortijado suelta un pequeño destello cuando uno de sus saltos lo coloca de una determinada manera, pero nada más sucede.

Recordáis que anteriormente, Zala bajó a la primera planta planeando sobre la alfombra voladora donde os pusisteis a remendarla, pero nadie recuerda haberla subido.

- Dejen de jugar, no es momento. Tenemos que ver lo que quiere hacer este loco en vez de intentar hacer volar ese trozo de tela. -  refunfuño ya con las manitas en mis caderas, no podía creer que ahora se pusieran en modo irresponsable cuando tenían que hacer muchas cosas. 

- Tienen que ayudarme con él, hace lío siempre y ahora el castillo arde en llamas. - intento ofrecer un poco de consciencia a los presentes, aunque siendo lutines dudaba de que eso ocurriese. 

- ¿Qué quereis que hagamos? Esto está que arde y nuestro tamaña apenas nos permite hacer nada. ¡Salgamos de aquí! Podemos usar esta vieja tela como cuerda para bajar por la pared exterior. - dijo Algorímedes tras su bochorno por no tratarse de la alfombra que, se suponía, tenía que cepillar.

El interrogante no abandona la mente del bravo lutin. ¿Abrir o no abrir? Esa fue siempre la pregunta fundamental de la casta Katraska, desde tiempos inmemorables.

Finalmente tras arrastrar el pesado y enorme frasco azul por el suelo de roca de la torre el lutin con el disfraz de dragón es recibido por las llamas sin control que comienzan a trepar hasta el nivel superior. Entonces Zala dedica todo su esfuerzo por quitar la tapa al frasco con la intención de rociar el contenido sobre las lenguas de fuego.

Quizás con algo de suerte el contenido del frasco logre aplacar el imparable fuego…

-Esto no funciona- rezongó el barrigudo lutín mientras dejaba caer los brazos en un gesto de abatimiento. Al principio parecia una buena idea, pero la verdad es que no estaba dando los frutos que esperaba.

Giró sus pasos hacia la puerta que se iluminaba con las llamas que se iban acercando con paso inexorable, las posibilidades de salvar la torre eran tan pocas que se podrían considerar nulas, por lo que cualquier locura tenía que ser debidamente observada. Avanzó con paso vivo hacia Zala, con el ceño fruncido y los dientes apretados. Cuando llegó hasta aquel lunático disfrazado miró hacia el techo, dándose a sí mismo la posibilidad de cambiar de idea. Después lanzó un suspiro y, poniendo sus manos sobre el tapón del frasco azul, tiró con todas sus fuerzas. ¿Qué podía salir mal?

Desesperanzado Bill el Barril abandona su intento por buscar un artilugio que permita contrarrestar el fuego. Todos los lutines quedan a expensas de Zalakatunga y su misterioro brevaje.

El lutín diabólico descorcha la botella enfocando hacia las llamas.

Y de pronto un chorro de agua a presión comienza a salir de la botella. La fuerza con la que sale es tan grande que el lutín cae para atrás. La cantidad de agua que sale es mucho mayor que la que cabría normalmente dentro del frasco, cuestión que tan solo es explicable debido a la presencia de la magia, obviamente. De pronto el agua deja de manar y parece concentrarse en medio de la sala.
Todo se llena de vapor, incluído el distribuidor central, convirtiendo la estancia en unos fabulosos baños turcos...y dificultando la visión. Y de ese punto donde se concentraba el agua, escucháis una especie de ruido extraño, como de un grito inhumano.

Y entonces, las paredes de la torre comenzaron a temblar. Porque entre la cortina de vapor, observando a través de la puerta de la cocina, pudisteis ver...bueno...esto:

Una criatura elemental hecha por entero de agua que se revuelve entre las llamas. Parece haberse desencadenado una lucha titánica sin que pueda fácilmente adivinarse quién sería el vencedor. Pero lo cierto es que si no del todo, el incendio parece haberse atenuado un poco, sofocado por el agua. El problema es que la dañada estructura de la torre podría verse comprometido ante las embestidas que el tal elemental le propina en su intento desesperado por huír de aquel fuego que amenaza con devorarle.

La sorpresa emergió en mi interior cuando el contenido de la botella se reveló ante mis ojos. Era un precioso elemental de agua, algo que amaría por el resto de mi vida e intentaría fusionar mi poder con el suyo con tal de controlarlo. - No lo toquen ni intenten torturarlo con más fuego. - advierto mientras me dirijo a puro trote hasta el lugar donde se encuentra el elemental. 

Ahora extendiendo mis manitas, intento cerrar mis ojitos y conectar con aquella criatura de agua. Si podía obtener el control posiblemente el fuego se extinguirá y así salvar lo poco que queda de la torre. - Vamos amiguito, conmigo, tu puedes.-  afirmo ya centrada en esta ardua tarea. 

ZalaLioTercero festeja brevemente ante el acierto del frasco contenedor del Elemental de Agua. Con algo más de suerte podría encontrar otra botella u objeto mágico que ayude a disipar el fuego, quizás una corneta de vientos huracanados o algo por el estilo… desde luego si es que existe algo como una Corneta de vientos huracanados, porque lo acaba de inventar en el mismo instante.

¡Wiiii! ¡Wiiii! – festeja al disfrutar del poderoso espectáculo de elementos luchando y a la Reina de los Lutines interceder. Podría permanecer allí hasta ver el desenlace pero ZalaMajere cree en la oportunidad de hallar otro objeto.

Por lo tanto regresa a la sala de los objetos en búsqueda de un abanico, corneta u otro objeto de viento.

Mientras el elemental se retuerce chillando, dando golpes a las paredes y deshaciéndose en vapor de agua, Bonnie cierra los ojos y levanta una de sus manitas apuntando hacia él desde fuera de la habitación y al momento, parece que el elemental se mueve al compás de su mano: lo tiene bajo su control.

El fuego ha bajado de intensidad pero está lejos de extinguirse y para colmo de males, una viga incendiada cae del techo comprometiendo la integridad de la torre. Afortunadamente, no llega a coger a ninguno de los lutines presentes, pero el suelo calcinado se rompe a su paso y va a pasar al piso inferior junto con algunos restos de materiales incandescentes.

Zala por su parte, sale corriendo hacia la sala de objetos mágicos dispuesto a buscar por allí más cosas. Pero su búsqueda requerirá tiempo.
 

- Bueno, parece que esto mejora. Ops, parece que no - dice Algorímedes al ver caer una viga. Míralo, ese fuego se mueve al compás de tu mano, compañero. Creo que podríamos hacer grandes cosas con esa habilidad, incluso puede que el Amo la vea interesante para esas salidas que hace.

Algorímedes, viendo que poco tenía ya que hacer en aquella habitación al borde del derrumbe, sale al exterior en busca de nuevas aventuras. Quizás en la cocina haya un cubo de agua con el que apagar definitvamente el fuego. Y con ese pensamiento, el joven lutín decide llevar sus pasos hacia la cocina.

Tras los últimos acontecimientos Bil tuvo algunas cosas claras, la primera, que Zala en su locura podría ser relativamente útil, la segunda que Bonnie por fin había sido capaz de utilizar su poder como Lucifer manda y tercero, que Algorímedes estaba completamente ido. Hablaba constantemente solo, confundía viejos trapos con alfombras voladoras, el agua con el fuego... Y ahora pretendía meterse de cabeza en el incendio de la cocina... Si duda, aquel lutín vivía en una realidad paralela... ¿Pero que se podía esperar en aquella torre de locos?

En fin, el incendio había remitido un tanto, y el elemental había dejado de intentar echar abajo la torre, por lo que, visto de un modo muy, muy, pero que muy optimista, la cosa estaba mejorando.

Viendo como aquel tarado de Zalakatunga volvía en busca de nuevos objetos que arrojar a las llamas, Bill por su parte decidió hacer lo mismo. A lo mejor, entre los dos daban con el artefacto que extinguiese las llamas y, de paso, mantendría a aquel chalado bajo vigilancia.

ZalaManitoSuaves nuevamente ingresa a la recamara del tesoro cual hábil felino, dando pequeños saltitos de aquí para allá, casi olvidando la urgencia del incendio que otro incauto había causado. Sin demora el lutin comienza a buscar entre los valiosos y mágicos trastos, hasta alcanzar su meta; encontrar algo que genere el viento suficiente para extinguir las llamas. ¿Y quien sabe? Tal vez ZalaLio encuentre al genio de la lámpara o un portal instantáneo a su añorada casa....