Partida Rol por web

¡Ánimo, Sir Archibald Bradley, no será fácil remontar desde tantos puntos negativos!

Bueno, cosas más difíciles he visto que una remontada :P

Pues yo veo la situación de Sir Archibald matemáticamente muy cuesta arriba.

Queda mucha partida. Sólo con que a los demás se les complique un poco la vida y tampoco puedan postear cuando les toca, ya los pilla :P

¡Ya escribí la continuación de la historia!

¿Opiniones?

Tuerzo mi desdentado morro agudizando mis enormes arrugas

-Un asco, eso es lo que es- 

Me alegro de que te hayas reído con mi relato, Helenta.

Respecto a lo que se estaba hablando anteriormente sobre Sir Archibald Bradley, claro que puede pasar que logre remontar
si los demás se despistan y son penalizados. Cualquiera puede despistarse en cualquier momento,
pero creo que Sir Archibald no puede permitirse despistarse ninguna vez más.

Yo más que los puntos leo por las historias :)

Muy buen por el duende puteón... a ver si sobrevive mucho...

Mala hierba nunca muere.

No le quedará mucho zi de mí depende...

Hulk aplasta!

¡Pobrecillo!

Trato de ignorar al rubiales que ha salido al escenario a hacer trucos con cartas. Pero, de repente, una referencia despierta mi interés. Entrecierro los ojillos mirándolo con atención 

"¿Puede ser que sea...? ¡No! Pero quizás... ¿Dónde iba a haber escuchado hablar de esa dama de leyenda este jovenzuelo que debió haber dejado de manchar el pañal antes de ayer?"

Brook simplemente tomaba asiento en una de las mesas dispuesto a seguir mezclando las cartas de su baraja de una forma bastante vistosa, como si no hubiera roto un vaso.

Tendríaiz que haber matado a eze duende... llevo horaz diciéndolo, ¡por Wurrzag!

¡Esta jugada sí que ha sido buena, Brook!

¡Acaban de caer en las redes de La Señora Oscura!

¡Sí!

¡La Señora Oscura!

Guturuk se apoyó en la barra, cansado, y gritó:

¡MOZAAA! ¡CERVEZA!

En apenaz una fracción de zegundo, el cuerpo de Verdín eztalló en mil pedazoz pintando la hierba y loz arbolez con zangre, zezoz e inteztinoz.

Y hubo gran regocijo. 

Escucho al orco casi embelesada

ze encontró con una toga, unoz pectoralez enormez y bronceadoz, una barba larga y blanca, y unoz ojoz refulgentez que brillaban con zu propia luz azul.

Quien tuviese 50 años menos para poder sentir, ante tan visual descripción, un fuego dentro que no fuera ardor de estómago.