Partida Rol por web

Prefiero que no, aunque me quede algo "aburrido" y tal en esta partida, prefiero que no para evitar el posible metarol que pueda hacer sin querer. 

Gracias por el ofrecimiento igualmente.

Ok, y te interesa que lancemos tu mazmorra al foro como si fuera una partida, para que nuevos aventureros se apunten para tratar de derrotarla?

De acuerdo, eso me parece bien:)

https://www.comunidadumbria.com/comunidad/foros/te...

Gracias :)

Comenzamos. 

Capitanaza  y Chat Noir entran en tu mazmorra .

De aquí al Jueves a las 2.00 AM tienes que ponerle el post de la entrada.

¡Empezamos!

Los héroes parten hacia una nueva aventura, han decidido ir a un lugar antiguo llamado "Sala de pruebas"...o algo así, todos los que salen de allí apenas se acuerdan del inicio.

Comienzan un trayecto a través del camino del oeste y tras un par de kilómetros toman un desvío hacia una pradera donde es bien sabido que está la entrada.

Es un camino tranquilo, los pájaros cantan y el sol baña su cabeza. Hay una brisa que hace el camino agradable y calma los ánimos.

Tras otro par de kilómetros consiguen llegar a la pradera y una plataforma metálica con un botón rojo aguarda en el centro.

Se acercan para pulsarlo, al hacerlo, se escucha un crujir y tras eso aparece una especie de bola con una luz amarillenta en el centro, conectada a través de "cuerdas" al interior de la plataforma, y con una voz muy dulce y femenina, aunque metálica comienza a deciros:

- Ho..hola. ¿Qué tal sac.. Humanos? Hacía mucho tiempo que no veía a alguien así... Perdonadme, pero esto lo tengo que hacer así. Bienvenidos

Y tras decir esas palabras, comienza a cantar una nana y se acaban quedando dormidos.

Se despiertan en una sala un tanto extraña, se encuentran en una cabina de cristal dentro de una habitación. En una de las paredes de la cabina hay un círculo naranja a través del que se ve la cabina de cristal, incluso a ellos mismos dentro de ella misma. En la otra una puerta con una cerradura normal y corriente.

La voz vuelve a hablar, parece venir de todas partes a la vez.

¡Hola! ¿Habéis dormido bien? Espero que si mis pequeños sujetos. Os encontráis en un sitio muy especial, vosotros...sois especiales. 

Veréis tengo que aclararos algo, he tenido que sustituir todas mis creaciones por ¿Criaturas de carne? que no sirven de la misma manera... Pero que se le va a hacer.

Para que veáis que no soy mala, y que realmente quiero que todo salga bien, en esta sala tenéis un premio si conseguís descifrar como. ¿Tal vez sea una tarta? jiji... No, la tarta es una mentira.

Bueno... Que comience, recuerde, no saquen manos y brazos de la cabina de cristal.

No saben que está pasando pero un tesoro es algo muy jugoso como para pasarlo por alto.

Además después te viene otro descanso, esto suele cansar a los que son como tú, de carne y hueso la verdad.

Algunas veces unas luces amarillas surgen de las paredes para esconderse nuevamente.

La habitación de fuera de la cabina está casi en ruinas, hay plantas enredaderas por todas partes y todo está lleno de musgo.

Las paredes no son de piedra si no completamente de metal, en una de las paredes hay un círculo azul y se ve lo que hay dentro de la cabina. En otra de las paredes hay una puerta circular metálica que parece dar a la siguiente sala, o eso se intuye.

No hay nada más destacable, salvo que no saben cómo han podido llegar ahí, no hay más entradas y el techo está completamente cerrado, es una incógnita que habrá que continuar para resolver.

El camino hacia la "mazmorra" por la que finalmente se decidieron no parecía presagiar nada malo, salvo por el cuerpo del aventurero o guerrero que Capitanaza encontró de camino a ella y del cual recupero tanto la armadura, como el escudo y la maza. La soldado no estaba del todo conforme con aquello pero si querían tener alguna posibilidad de éxito, necesitaría algo con lo cual defenderse.

La entrada a la Sala de Pruebas era una plataforma de metal que lucía muy similar a las que podían encontrarse en ciertas instalaciones de su propio mundo, lo cual le recordaban a las trampas que solía utilizar el ejército enemigo en sus bases secretas. Y tal como en aquellas, una especie de robot los había recibido, dejándolos inconscientes a continuación con alguna especie de ataque desconocido.

Al despertar y encontrarse en aquella caja, Capitanaza se cercioro de que su compañero estuviera bien y después analizó la situación. Miro muy bien la caja en sí, aquellos círculos y la puerta, llegando fácilmente a la solución de aquel "examen" o "prueba" que la maquina pretendía hacer con ellos.   

- Bueno. ¿Hemos llegado? -

Miro la plataforma. Cuando de repente aparecio implacable una maquina que los anestecio de alguna extraña manera.

Al despertar Capitanaza se encontraba silenciosamente callada intentando averiguar que habia sucedido.

- ¿Pero que sucedio?! -

Dijo perplejo.

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- Miau. Exijo explicaciones! -

Exclamo a la maquina de dulce voz.

- ¿Haz podido averiguar algo Capitanaza? -

Pregunto a su compañera entrando un poco en estado de cordura.

Se paro y tambien intento descubrir lo sucedido.

- Me parece que si - replico Capitanaza volviéndose hacia su compañero de aventuras luego de estudiar la disposición de aquel lugar. - ¿Y tú? ¿Crees saber ya como salir de aquí?

Los héroes se ponen a dar vueltas al cubículo de cristal en el que se hayan intentando dar con una salida, Capitanaza se acerca a lo que podría ser la puerta de ésta misma y se da cuenta que lleva un sistema de cierre automatizado, muy sencillo para alguien que viene de su época. Cuando comienza a manipular para ver como podría abrirse, la puerta, se abre sola.

Bien hecho.- Vuelve a escucharse la voz femenina.- ¿Fácil? Sí, claro, no quiero que os desaniméis en la primera de mis salas.

Bueno, os merecéis un premio...¿Qué? ¿Tarta? No, la tarta es una mentira.- Risilla.- Pero a ver que tengo por aquí para vosotros.

El techo se abre lentamente y comienza a escucharse un ruido metálico, dejando intuir que algo va a caer de ahí arriba.

- Bueno, estaba pensando que esta es una habitación de cristal y yo tengo una maza de acero. A veces la solución más simple - empezó a decir Capitanaza, golpeando ligeramente la pared del cubo donde estaban atrapados para darse una idea de si podría reventarla a golpes. Pero no fue necesario hacer tal cosa. El mecanismo de la puerta era tan sencillo que este casi se había abierto por sí mismo.

- Pues quizá para la próxima - dijo la soldado a su compañero. La verdad es que ya estaba fastidiándola esa voz robótica que insistía en tratarlos como sus conejillos de indias y que además, estaba obsesionada con las tartas y con que estas eran una mentira. Pero ahora venía el "premio" y por lo visto, iban a dejar que cayera encima de ellos. La mujer tomo su escudo y lo levanto sobre la cabeza en previsión de otra ocurrencia de aquella máquina, aunque le preocupaba más que esta fuera a dormirlos de nuevo para hacerlos pasar a otra sala, como ya había advertido. 

- Por suerte si! Capitanaza! La puerta se abre!-

Intento tomar una bocanada de aire.

- ¿Que es eso de la tarta? -

Pregunta a la "voz".

- ¿Y como te llamas? ¿Como quieres que nos dirijamos a vos? -

Hasta ahora habia sido amable y angelical. Ya le estaba callendo bien.

Del techo cae:

Gafas de visión térmica: Permite ver las invulnerabilidades de los enemigos

Ponles una imagen que tú quieras y nárrales como las obtienen. Que se las apunten en su equipo y las añadan a la descripción de su personaje. 

De ahora en adelante, al que las posea, tendrás que decirle a lo que es invulnerable sus enemigos.

Del techo caen unas gafas algo extrañas de cuero, sin cristales, cuando los héroes las recogen y abren unas pestañitas de cuero que tenían estas, se dan cuenta de que si tenían cristales, y estos mismos eran verdes.

Ese es mi regalo para vosotros, unas gafas de visión, os permitirán saber las inmunidades de los enemigos a los que os enfrentéis a partir de ahora-

Cierto...que mal educada soy. Mi nombre es.- Interferencias.- GLaDOS.

Bueno mis pequeños ¿Queréis continuar?.

Se abre una puerta circular antes cerrada delante de ellos.- Pues... Adelante mis suj...niños.

Recuerde no intente sacar el equipo de pruebas de la zona de pruebas.

Dentro de la siguiente sala se encuentran con una habitación espaciosa, con algunos huecos y sitios por los que tal vez tuvieran que pasar corriendo, sin saber que pueda llegar a pasar.

Al final de la sala hay varios botones que pulsar, cada uno de ellos conectado a un cable que da hacia una marabunta de más cables aún.

Si se siguen la marabunta de cables se llega hasta una punto que brilla en un rojo intenso.

Este sitio me gusta, es un descanso, en el sentido estricto de la palabra...un descanso eterno, jiji. -La voz femenina habla en un tono condescendiente.- Pero bueno...ánimo.

Si pulsas el botón acertado habrá un premio para ti, sabes de sobra que tu puedes. Aunque si fallas los botones se resetearán y lo mismo el que fallaste ahora es el bueno. 

Veo el tablero y pienso "ok, aca termino lo facil".

- ¿Quieres probar tu Capitanaza con el tablero? Te veo mas habil que yo. Te dejo las gafas si quieres. - Le hablo a mi compañera.

- Todavía no entendi lo de la tarta GLaDOS. - Le hablo a la voz para intentar averiguar mas de este lugar y tener alguna pista.

Mientras, le doy las gafas a Capitanaza y espero si ella quiere probar con el tablero. No se cuantos intentos tenemos antes de que nos pase algo malo en este extraño lugar.

- Gracias, podrían ser útiles - acepto Capitanaza el objeto que la "maquina de pruebas" o "GLaDOS" les había dado, probandosela por un momento antes de guardarla en su cinto. Pero la siguiente prueba se veía mucho más difícil que la primera. Era prácticamente una cosa al azar, tratar de encontrar el botón correcto y si no daban con el, seguramente vendría algún tipo de castigo o ataque.

Chat se veía aún joven y un tanto inexperto, así que la soldado acepto tomar la iniciativa. Corrió y salto hacia el botón más próximo, pero al pulsarlo escucho un sonido de "error".     

"MEEEEEEC"

Resuena en la habitación y del punto rojo del techo sale un haz de luz que impacta de lleno en Capitanaza* haciéndole una quemadura en la espalda y tirándola de bruces al suelo por el impacto, aunque se recupera con bastante rapidez, aún dolorida.

La voz, esta vez con un tono duro vuelve a hablarles.- No me decepcionéis... Por favor, tengo mucha ¿fe?, si... fe, en vosotros mis pequeños sujetos.

Os doy un consejo.- Esta vez pone un tono de voz más condescendiente.- No pulséis el botón equivocado o sufriréis daño.- Tras eso se escucha estática y la habitación vuelve a quedarse en silencio, solo se escucha el crepitar del punto rojo que aún hecha algo de humo después de la descarga.

Suena un sonido eléctrico y los botones vuelven a estar disponibles.