Partida Rol por web

- ¿Qué es tan urgente como para interrumpirme? Es más, ¿qué es tan urgente como para traer a una bestia a mi recinto? Ellos no son bienvenidos aquí, ya hay zonas pactadas donde poder hablar, chiquilla. Y esta no lo es.

-Si esto fuese una situación normal, te puedo asegurar que no estaría aquí, pero nuestra... - coge algo de aire- han intentado asesinarnos, y por muy bestia que sea, Sergei me ha salvado la vida. No sabemos qué sucede, pero sí que hemos escapado por poco y que necesitamos localizar urgentemente a Yvette. - Baja un instante la mirada - Lamento mucho haberte incomodado, no era mi intención, de veras... pero la situación lo requería

- ¿Acudes a mí para localizar a esa desquiciada? Yvette no trabaja para mí, es un miembro de la corte del Príncipe. Le otorgó su favor y desde entonces vigila la ciudad a su modo. No creo que se vaya a preocupar porque unos bándalos hayan intentado mataros. De hecho hasta a mí me sorprende que aún siga hablando con vosotros.

Las palabras de la primogénita parecen resonar en vuestras cabezas, como si de pronto su imagen cobrase mayor importancia. Sus ojos brillan mientras os mira aún desconcertada. Aún tiene las manos tras la espalda, por lo que su postura no es tan agresiva por el momento.

Solo una cosa más... aunque en esto no se si podrás ayudarnos... ¿Por qué crees que quieren terminar con la linea de sangre de Ludger?

Anntoinette os observa silenciosamente un momento. A continuación resopla mientras pasa una de sus manos por su vientre. Se mueve por la estancia mirandoos y evaluando sus propias palabras.

- No sé a qué Ludger te refieres, chiquilla. ¿Qué es lo que buscas y por qué vienes aquí con alguien como él? Tú tienes mi beneplácito, pero no para hacer lo que te venga en gana. Ahora explícate.

Aunque el instinto le dice que no debería meterse en una conversación de Anotinette no puede evitarlo cuando sale a relucir el nombre de Ludger.

-Ludger era mi Sire, en sus últimas noches algunos le llamaban El Loco, puede que lo conociera. Pero si no es así creo que deberíamos irnos, está claro que aquí no está quien buscamos.

Instintivamente, y antes de que Anntoinette diga cualquier cosa, Galatea se coloca delante de Sergei. - Tienes razón, ha sido una tontería venir aquí, sólo pensé que podrias ayudarnos - Dice sin mostrar sentimiento alguno en su voz - Nos vamos

El rostro de la primogénito no parecía haber cambiado un ápice. Continúa mirandoos con frialdad mientras juguetea con la yema de sus dedos. Sin embargo sus ojos parecían más oscuros y pentrantes a la vez. Tras acabar de hablar ambos, retoma la palabra con una voz ahora más cautivadora que nunca...

- Explicaos... chiquilla. Conozco varios Ludger, y en este caso supongo que os referís a la progenie de Dieter, esa bestia...

Mantiene la mirada fija en ambos acercándose aún varios pasos. Pese a su pequeña constitución su apariencia es ahora temible, sobrecogedora, y sus palabras parecen dichas con un martillo en sus manos. Parecía que la presencia del Brujah la molestase ligeramente ya que no llega a acercarse en ningún momento.

- ¿Qué quieres saber de tu sire además de lo obvio? Los tuyos no suelen mezclarse demasiado con los de nuestra clase, extraño... -dice con cierto tono de desaprobación-. Pero todo vástago está obligado a presentar a su progenie ante el Príncipe. Ludger fue presentado también hace ya mucho tiempo. Era violento e irascible, como su sire. Supongo que si te abrazó fue porque eres igual que él, o simplemente se aburría. Quién sabe, sois impredecibles. A su vez, Ludger también presentó a los suyos, entre los que estabas tú.

La mujer parpadea varias veces. Pasa la lengua por sus labios y finalmente mira sus manos antes de fijarse en vosotros nuevamente.

- ¿Entonces Ludger tenía más de un chiquillo?

Tras cada intervención la mujer se mantiene en silencio durante unos minutos. Mientras piensa las próximas palabras camina por la estancia, pero siempre alejada del Brujah. En un momento dado aparta la cortina de una ventana y mira hacia el exterior en silencio.

- Berlín se ha corrompido. Nadie es capaz de reconocer la estampa que ahora tiene la ciudad. Yo nací aquí cuando aún era una hermosa y bella ciudad... -murmura con su dulce voz-. Ludger presentó a una joven hace ya varios años. Yo estaba presente cuando lo hizo, pero pronto desapareció.

Pasa sus delgados dedos por el cristal antes de tapar nuevamente la ventana y dirigirse hacia el centro de la estancia.

- Era una recién llegada, al igual que Ludger, aunque éste último siempre causó problemas en la ciudad. Realmente fue un alivio que desapareciese... Siempre ha sido raro que alguien tenga permiso para crear progenie tanto como lo han tenido los suyos -responde mirando con desprecio a Sergei-. Si se dedican a procrear como bestias pronto el ganado comenzará a escasear y los que vivimos aún entre las sombras nos veremos obligados a cazar como salvajes. Dieter os ha puesto en un lugar que no os merecéis.

Sergei intentó no parecer demasiado sorprendido cuando la primogénita mencionó otra chiquilla de Ludger. Su Sire nunca le había hablado de ella, si bien es cierto que nunca había afirmado que él fuera el único. Pese al rencor que sentía hacia su Sire sintió un poco de pena al saber que no era el único chiquillo que tuvo.

Podía notar como la bestía que no paraba de nombrar Antoinette bullía en su interior, pero no estaba dispuesto a dejar que aquella mujer se saliera con la suya. Aun así, e incluso con la temible presencia que ella irradiaba parecía no quere acercarse demasiado a él, no sabía muy bien si por respeto, temor o desprecio.

Miró a Galatea, ya era hora de que se fueran de allí, ya que en ningún momento habían sido bienvenidos.

Miró la reacción de su compañero de reojo, y comprendió que no debía ser grato para él escuchar estas cosas - Bueno, no te molestamos más, vamos a buscar a Yvette. Espero poder volver a verte - dijo mientras miraba sus ropas - en mejores circunstancias...

Sergei tan solo hace un gesto de cabeza a Antoinette como despedida antes de dirigirse a la salida de la mansión.

- ¿Por qué buscáis a Yvette? ¿Queréis que os proteja de un grupo de salvajes? Tan solo es ganado, ese no es el trabajo de un Azote.

Galatea sonrió ligeramente ante el comentario de Anntoinette - Tan solo la buscamos para que nos proporcione algo de información - tras esto levanta ligeramente la mirada hacia su Sire - Jamás buscaría protección en ella.

Sin decir una palabra más Anntoinette se despide con la mirada. Baja los párpados lentamente y los mantiene cerrados varios segundos. A su vez, levanta la mano y con la punta de sus dedos os señala la puerta.

Cuando os acercáis a la puerta para abrirla, ésta se abre por la bonita chica de antes. Os mira con el ceño fruncido, pero se obliga a sonreiros antes de llevaros hasta la puerta. Os parece escuchar un pequeño suspiro o gemido cuando la chica observa a la primogénita. Tras haber cerrado la puerta os acompaña hasta la entrada principal. De camino escucháis música de fondo y el crepitar de una película de cine quemada...

Finalmente con una inclinación de cabeza la chica os deja fuera del edificio nuevamente.

Son las 22:27 de la noche.

-Si sabías que Yvette y Antoinette no se llevaban bien podíamos habernos ahorrado esta visita...- dice Sergei mientras vuelven a la calle.- ¿Y ahora que? ¿Donde crees que puede estar el Azote? No me digas que vamos a tener que ir a hablar con el Príncipe... Me tolera, pero no creo que se alegre de verme. Y menos si es para decirle que su chiquillo, hasta desaparecido, causa problemas.

- No se si te has dado cuenta que no estoy muy enterada de las tramas que tejen los mios... de hecho, creo que Anntoinette soporta quien soy por quien fue mi .... - para de hablar en seco y cambia de tema - No tengo la menor idea de donde encontrar a Yvette, siempre que la he visto ha sido en compañía de Anntoinette, a excepción de anoche, que estaba en la puerta de mi casa. ¿De verdad no sabias que no eras el unico chiquillo de Ludger? - pregunta cambiando el tono de voz, sin sonar fria

Yvette no es un Azote al uso como en cualquier otra ciudad, o quizá incluso que la otra zona de Berlín. Ya el ser Toreador la hace distinta y diferente a otros. Pocas veces es vista en público, y suele preferir las visitas sorpresa para hablar con los que ella considera apropiados. Las veces que se la ha podido encontrar estaba en una reunión de su clan, cerca del Charlottenburg, el parque Tiergarten e incluso algunos afirman que en ocasiones atraviesa la frontera para visitar otras zonas en la otra parte de la ciudad.

Aún son las 22:27, y amanecerá a las 5:30 aproximadamente. La calle tiene bastante gente, algo típico en este barrio, aunque distinto a la tradición berlinesa donde la gente descansa pronto para poder aprovechar el día siguiente.

 - La verdad, Sergei, es que no se me ocurre mejor idea... pero antes me gustaría pasarme por casa - dice casi temerosa - me gustaría cambiarme de ropa y ver... bueno, ver cómo está la casa.