Partida Rol por web

Corazones y puñales

3. UN MUNDO DE TRAIDORES - Altenberg

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06/03/2023, 05:52
Director

La sangre de Rufus zigzaguea por las calles. Parece que iba hacia fuera del pueblo, pero a último momento se tuerce y vuelve al interior. Sigues el rastro como un sabueso hambriento. Tienes en el ojo en este traidor desde hace horas, y es momento de que pague. Sin embargo, las señales te llevan de vuelta hacia la mansión Metzger: Rufus decidió quedarse en la aldea un rato más. El hilillo de sangre ahora es más fino, serpentea por el jardín de la residencia y termina en una ventana cuyo vidrio ha sido destrozado recién. Es entonces cuando escuchas los gritos provenientes del interior. Has llegado demasiado tarde.

Entras a la mansión y ves que, en la sala donde antes fue el duelo, están Arnold, los dos Karl, Wilda y Elsa Metzger. Los Karl yacen muertos en el suelo: a uno de ellos le rompieron el cuello como si se tratara de un palillo, al otro le hundieron una espada en el vientre. Elsa y Wilda están abrazadas, en el centro del salón, mirando con espanto a Rufus, quien tiene de rehén a Arnold.

Notas de juego

(1/3, sigue...)

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06/03/2023, 05:53
Wilda Metzger

—¿Qué es lo que buscas? —grita Wilda Metzger—. ¡Toma lo que quieras, deja al muchacho y vete de aquí!

Notas de juego

(2/3, sigue...)

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06/03/2023, 05:54
Sargento Rufus

El enorme sargento es mucho más corpulento y alto que el Arnold. De hecho, le saca dos cabezas de altura. Rufus está pálido y ojeroso; de cuando en cuando algún temblor le sacude el cuerpo. Está completamente empapado de sangre. Su propia sangre. Los disparos que recibió le han dejado al borde de la muerte. Sin embargo, tiene bien sujeto a Arnold, con la mano izquierda puesta alrededor de su torso y la derecha sosteniendo un puñal con el filo punzando sobre la yugular. Ha tomado la precaución de irse contra una esquina de la sala, para que no puedan sorprenderle por detrás. Cuando te ve, el sargento hace un esfuerzo por hacer su sonrisa caballuna, pero en sus ojos no hay alegría, solo un odio visceral.

—El buen Rufus hizo una mala apuesta y pagó las consecuencias —habla con dificultad, le cuesta coger aliento—. Me has jodido, Igorevich, me has jodido bien, y no es la primera vez. No, no, la primera vez fue en la guerra, cuando te quedaste con mis provisiones. Esta fue la segunda. No habrá una tercera. Después de todo lo que hice, no pienso abandonar esta aldea de mierda sin nada.

>>Lo que quiero es simple, Igorevich. Primero vas a soltar las hachas y vas a abrirte las venas con un cuchillo. Luego, tú, furcia, sí, tú —dice a Elsa—, tú y tu madre, vais a traerme todo el oro y plata y jotas que hay en esta casa. Lo pondréis todo en un saco y me iré con Su Alteza Arnold. No os preocupéis, no le haré nada. Tenéis mi palabra de honor. Cuando esté a una distancia prudente del pueblo, le dejaré libre en el camino.

Arnold intenta gritar, pero Rufus aprieta el puñal sobre su cuello. Una gota de sangre resbala por su piel, y el chico se calla.

—Tienes diez segundos, Igorevich, para matarte. O le rajo la garganta y aquí morimos todos. Nueve…

Notas de juego

Con ese resultado en el Doblón, no podía sino joderte la vida xDD. Has encontrado a Rufus, sí, pero la complicación es que ha tomado a Arnold de rehén. Si hay algo que disfruté en esta partida, es meterte en estas situaciones casi imposibles xD.

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06/03/2023, 08:13
Gerdie Ringwald

Sea como fuera parecían determinados a matar al hombre para proteger su mentira. Menuda panda de gente ruin y despreciable. No eran mejor que el Baron von Kaskel ni que Rufus. Pero lo peor de todo es que era consciente que ella sola no iba a poder hacer nada para evitarlo, así que terminó haciéndose a un lado, con el corazón roto por la tristeza y la culpa.

Le asqueaba tanto estar cerca de ninguno de ellos, eso incluía a Reinmar y a Sviatoslav, que se marchó a buscar a Arnold. Él era el único que merecía la pena. El muchacho tenía bondad en su corazón y no lo tenía podrido como el resto.

Se fue llorosa a buscar a su amigo.

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06/03/2023, 11:20
Reinmar de Wint

—Confío en ti —dijo Reinmar, pegando una palmadita en el hombro al guardia con cara de criminal. Lo miró de cerca, como si quisiera memorizar su rostro, y le dedicó una sonrisa compungida—. Es lo mejor para todos. Porque creedme cuando digo que, si se corre la palabra, aquí no quedamos uno con vida. Pero ni uno.

Reinmar suspiró, siguiendo con la mirada a Gerdie. Ahora entendía por qué Arnold y ella se llevaban tan bien: Pertenecían al mismo mundo, y ese mundo no era el mismo que ocupaban sus cuerpos. Estaba convencido de que ese hombre no les profesaría ningún agradecimeinto cuando despertara, y por eso mismo era mejor que no despertara. Despiadado, sí, pero así funcionaba el mundo.

Miró a Adelaide entonces, y pronunció con voz queda.

—Tendrá que terminar con el resto. No nos queda otra —Miró de refilón al guardia, una vez más, dándole luz verde para lo que había que hacer—. En cuanto a lo que ha ocurrido aquí... con toda la sangre y los disparos en vuestra casa es difícil fingir que no hubo una batalla. Pero será mejor que pretendamos que las cosas salieron como inicialmente parecía que iban a salir: El barón recapacitó, recogió a sus muertos y se los llevó, reconociendo que aquí no tenía nada que hacer. ¿Cómo estáis, más allá de pálidos como si hubiérais escapado de la tumba?

Y lo que le pasara en el camino ya no era asunto de nadie. Se le revolvió un poco el estómago. Más valía que no se hicieran muchas preguntas, porque aquello hacía agua por todas partes. Pensó en volver a la mansión, pero en su lugar silvó.

—¡Notte!

Esperó a la respuesta de su ave —que no era una lechuza— y alzó el brazo para que se apoyara sobre él. Se arrodilló junto al rastro de sangre de Rufus. Lo cierto es que los búhos no tienen mucho sentido del olfato, pero confió en la inteligencia de su compañero: Estaba acostumbrado a seguir a presas heridas. Tomó algo de sangre en la yema de los dedos y se la acercó, para que entendiera que tenía que seguirla.

Echa una mano al buen carnicero con su búsqueda, ¿quieres?

Dejó que marchara después, alzándose y agitando el brazo. Volvió a mirar a los hermanos, con una mueca de circunstancias.

—Será mejor que vuelva a la mansión. ¿Estaréis bien aquí? Estoy seguro de que los Metzger extenderían su hospitalidad a vosotros si venís conmigo. De hecho... creo que sería conveniente que insistiera. Arnold agradecerá ver que estáis bien —Su mirada se centró más en Adelaide que en Lukas al decir esto, pero en cualquier caso la buena voluntad iba con los dos.

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06/03/2023, 13:45
Sviatoslav Igorevich
Sólo para el director

Sviatoslav no se lo podía creer. Pero allí estaba, y aquella era la situación.

-Reconozco que has ganado astutamente la partida, Rufus.- Dijo lentamente mientras dejaba el gran hacha en el suelo.

-Yo voy a morir aquí, pero tú no escaparás de Erwin, lo sabes. -Dijo mientras sacaba de sus fundas las dos franciscana, lentamente para, acti seguido, lanzar las dos al mismo tiempo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pues lo dicho, me la juego a todo o nada, lanzo las dos franciscana contra el sargento Rufus. Fallo y uso un doblón... ahí tienes un final dramático en tus manos

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06/03/2023, 15:02
Sargento Rufus

—Ocho... siete... seis... cin... ¡NO!

El tiempo se ralentiza. Por un instante, ves todo con absoluta claridad. Arrojas las dos franciscas, que emprenden el viaje sin retorno hacia tu enemigo girando sobre sí mismas en círculo. Las cabezas de Wilda y Elsa Metzger se mueven al unísono siguiendo la trayectoria de tus armas. El sargento sujeta bien fuerte a Arnold y comienza a hundir el puñal en su yugular. En cierto sentido es un hombre de palabra: dijo que le rajaría el cuello y eso es lo que está haciendo.

Pero el filo no llega a hundirse ni un milímetro cuando la francisca llega a su objetivo. Rufus parpadea una vez, dos, tres, atónito. El puñal se desliza de sus dedos como si fuera mantequilla. Su brazo ya no ejerce presión sobre Arnold, que queda libre. Los ojos del sargento están fijos en ti, pero luego se ponen bizcos y se enfocan en la francisca que tiene incrustada en medio de la frente. El acero está bien enterrado en el cráneo, y un río de sangre mezclado fluye con lentitud hacia abajo, manchándole el bigote.

Palpa el mango del hacha con delicadeza, da unos pasos hacia aquí, otros hacia allá, abre la boca para decir algo pero no le salen palabras. Finalmente cae de espaldas y deja de moverse.

Notas de juego

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06/03/2023, 15:16
Wilda Metzger

—¿Qué has hecho? ¡Estás loco!

Notas de juego

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06/03/2023, 15:17
Elsa Metzger

—Oh, por Fenre... ¡eres un animal! ¡Salvaje! ¡Asesino!

Notas de juego

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06/03/2023, 15:18
Arnold von Hart

Arnold está tendido en el suelo. No puede moverse y respira con dificultad. La francisca que tiene hundida en el corazón le impide levantarse. Balbucea algunas palabras casi inaudibles. Tiene miedo, sí, pero intenta mantener la compostura.

—Decidle... decidle a mi... a mi padre que... que fui valiente... que soy un... un guerrero... y a Adelaide... que... que... yo...

Arnold von Hart calla. Ya no tiene nada que decir. Está muerto.

Notas de juego

(4/4)

¡Bueno! Drama queríamos y drama tenemos, todo gracias a los benditos doblones. Logras darle a Rufus... pero llevándote a Arnold como daño colateral. Como sabrás, esto es una sentencia de muerte para Sviatoslav en caso de que le pillen. Tu única chance de salir vivo es huir en este momento, porque como te pille Erwin, estarás en serios problemas. También es cierto que Sviatoslav es un hombre de honor, así que no estoy seguro de cuál será su reacción... pero muero de ganas por saber.

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06/03/2023, 15:54
Sviatoslav Igorevich
Sólo para el director

Sviatoslav corre a ayudar a Arnold, pensando que quizá la herida no sea tan profunda. Pero solo llega para constatar la muerte.

-Que qué he hecho? Lo único que podía malditas estiradas ingratas. Si hubiera soltado mis armas y hubiese cometido sucidio estaríamos todos muertos menos Rufus.

-Ese cerdo no tenía palabra, iba matarlo si o si, y luego se lo pasaría bien con tu hija, o con las dos. He intentado la única manera que tenía de que Arnold no muriese. He fallado. Rufus lo hubiera matado igual. Tranquilas, que nada de esto os salpicará, yo mismo se lo diré a Erwin.

Sin esperar respuesta, cogió al joven noble difunto, lo cargó a lomos del caballo, quitándole la Francisca del pecho y se encaminó a la hacienda Hart, ha asumir su destino.

Notas de juego

Pues lo dicho, ni de sus compañeros se despide. Va directo a junto Erwin a entregarle a su difunto hijo y asumir la condena de muerte.

PD: Dejo este mini post por que ando hoy y mañana con mucho trabajo.

Intuyo que no será el último y que podré "enfrentar" a Erwin, para hacer un buen post despedida. Si este fuese el último, dame un par de días y hago un buen post.

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13/03/2023, 05:54
Lukas

Los guardias de Wilda Metzger asienten silenciosamente cuando Reinmar les da el visto bueno. El que tiene pinta de criminal desenfunda una daga y se acerca al soldado desmayado, aquel cuya vida Gerdie intentó salvar. Lukas se pone pálido y vomita: es demasiada muerte por un día.

Reinmar lanza a su búho en ayuda de Sviatoslav y pregunta a los hermanos pelirrojos cómo están. Lukas tuerce el gesto.

—Por segunda vez en una semana intentaron secuestrarme. Se han cargado la puerta de mi casa, casi me matan a mí, a mi hermana, hay una pila de cadáveres frente a mi hogar... pero estoy vivo. Yo... oh, lo siento, seguro que estaría más seguro en lo de los Metzger, pero es que... ya no tengo estómago para más disgustos. Y creo que nada me causaría más disgusto en este momento que ver a Elsa Metzger. Id vosotros, que yo estaré b... —no completa la frase: el vómito le gana de vuelta.

Lukas se limpia con el dorso de la mano y se adentra en su casa, a ordenar el desastre causado por la gresca.

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13/03/2023, 06:03
Adelaide

Dejáis a los guardias de Wilda lidiar con los cuerpos y volvéis a la mansión junto a Adelaide. Es un trayecto silencioso e incómodo; Gerdie está insatisfecha con la resolución del conflicto. ¿El desenlace podría haber sido diferente? La duda la carcome.

—Es bueno que todo haya terminado, ¿no? —dice Adelaide, intentando romper el hielo—. Menuda pandilla de rufianes. ¡Una pócima del amor! Si es que hay que ser...

Notas de juego

(2/6, sigue...)

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13/03/2023, 06:07
Elsa Metzger

Apenas llegáis a la mansión, es Elsa Metzger quien os recibe. Tiene los ojos muy abiertos. Está en shock.

—¡Reinmar! Oh, Reinmar, gracias a Fenre.

Se echa en brazos del cetrero y le abraza. Gerdie nota que, quizás, hay demasiada familiaridad en ese encuentro.

—¡Ha sido una masacre! Lo lamento por vosotros... fue terrible.

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(3/6, sigue...)

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13/03/2023, 06:11
Wilda Metzger

En el salón principal de la mansión yacen los cadáveres de los dos Karl, los soldados que se mantuvieron fieles a vosotros. Uno de ellos tiene el cuello roto, girado en un ángulo sobrenatural, y el otro tiene una espada hundida en el estómago. Wilda Metzger está sentada en un sillón, con el rostro en las manos, agotada y despeinada. Al veros se envara. Le tiemblan las manos, pero hace un esfuerzo por mantener la compostura.

—Fue aquel hombre que os acompañaba. Rufus. Entró a la mansión rompiendo una ventana y atacó a vuestros soldados. Como veis, les mató con facilidad. Luego tomó de rehén a Arnold. Prometió soltarle si le entregaba el oro y las joyas que tuviera aquí. Le dije que sí, que le daría lo que buscaba, pero entonces apareció vuestro compañero. Sviatoslav no quería negociar. Arrojó sus hachas a Rufus.

Wilda Metzger suspira, como si todo el peso del mundo estuviera depositado en sus hombros.

—Un hacha le acertó a Rufus en la cabeza y le mató al instante. La otra... le dio a Arnold. Lo lamento. El muchacho no sobrevivió. Vuestro compañero se ha llevado los cuerpos consigo. Ha cogido unos caballos. Dijo que debía contarle a Erwin von Hart en persona sobre el destino de su hijo.

En ese momento, Notte, el búho de Reinmar, regresa de su misión. Se posa en el alféizar de una ventana y ulula. Tiene un rastro: el de Sviatoslav.

Notas de juego

(4/6, sigue...)

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13/03/2023, 06:23
Sargento Rufus

Le alcanzáis a las afueras del pueblo, justo al amanecer. Vais solos, sin Adelaide, a lomo de dos caballos que os ha prestado Wilda.

Sviatoslav viaja con una tropilla de tres caballos. Uno para él mismo, y los dos restantes para cargar los cuerpos. Tal y como os dijo Wilda, Rufus murió de un hachazo en la frente, justo en medio de los ojos. Tiene una hendidura vertical allí donde el filo le destrozó el cráneo y los ojos bizcos. La cara está empapada de sangre.

Notas de juego

(5/6, sigue...)

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13/03/2023, 06:26
Arnold von Hart

Arnold von Hart, lo que queda de Arnold von Hart, está subido al tercer caballo. Sviatoslav tuvo el cuidado de cerrarle los ojos y limpiar la herida, pero su ropa sigue teñida de rojo. El hacha le golpeó directamente en el corazón. La expresión del muchacho no dice nada acerca de cómo pasó sus últimos segundos. ¿Valentía o cobardía? El rigor mortis vuelve su faz inescrutable. Sobre vuestras cabezas, el búho Notte vuela en círculos.

Notas de juego

(6/6)

Nuevamente, disculpas por la demora. Como veréis por los últimos acontecimientos, ya no tiene sentido prolongar la partida, por eso me he tomado la libertad de llevaros hasta Sviatoslav (que, de todas maneras, supongo que es lo que ibais a hacer). En vuestro post ya podéis marcar a Sviatoslav. Os dejo este último momento por si tenéis algo más que decir, pero tened en cuenta que este puede ser vuestro último, anteúltimo o antepenúltimo post. ¡Ya nos vamos despidiendo!

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13/03/2023, 06:31
Director

Las dos mujeres te miran en silencio mientras llevas los cuerpos hacia afuera. Cierras los ojos de Arnold. No te cuesta agenciarte una tropilla de tres caballos, uno para ti, y dos para cargar los cadáveres. Ahora te espera un viaje hacia Hartland, hacia el castillo de tu señor, y hacia tu ejecución.

Apenas avanzas unos kilómetros con lentitud, pues el cuerpo de Rufus es demasiado pesado para la pobre bestia, cuando te alcanzan Gerdie y Reinmar. En el cielo, ves al búho del cetrero, volando en círculos en torno a vosotros: es lo que les permitió dar contigo. Mientras tanto, el firmamento se despeja y el sol asoma. Está amaneciendo.

Notas de juego

Antes de enviarte con Erwin, me parece que era correcto darte un último encuentro con Reinmar y Gerdie (que, además, no van a aceptar dejar que te marches a las buenas, como todo buen jugador, no se creen que un PNJ está muerto hasta que no ven el cadáver xD). Ya no tiene sentido prolongar la partida, así que simplemente os dejo este último momento por si hay algo que queráis decir. No creo que sea tu último post, luego de esto voy a darte la chance de una conversación con Erwin en privado, pero antes me parecía justo que tus compañeros vean los cuerpos de primera mano. Ya les puedes marcar en tu próximo post.

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13/03/2023, 07:48
Gerdie Ringwald

Gerdie, que lo único hasta el momento que le había servido para mantenerse entera era saber que su amigo Arnold estaba relativamente bien y a salvo, se le rompió el corazón al verlo muerto sobre el caballo.

- ¡Arnold!- gritó mientras corría hasta su lado para abrazar a lo que llegase del cuerpo mientras se deshacía en lágrimas. El ser más puro y bueno que jamás había conocido había sido asesinado. No se le ocurrió pensar en ese momento que el Barón von Hart les haría ajusticiar a los tres por haberle fallado de esa forma. Sabía que se lo merecían en todo caso.

Si no hubiera estado tan rota por dentro habría preguntado a Reinmar qué hacía flirteando con la prometida de su protegido, y por qué había puesto por delante su venganza personal al juramento de lealtad con el Baron, o le hubiera gritado 'Asesino', a ese despreciable de Sviatoslav que había dejado bien claro que no era mejor que Rufus, sino mucho peor pues lo que le movía era el ansia de matar en vez del dinero como al otro ¡Menuda panda de traidores y degenerados!

Pero la pelirroja no tuvo fuerzas para nada de eso pues solo lloraba la muerte de su mejor amigo. El único que siempre la había aceptado como era y que casi se podría decir que la había recogido de la calle como se coge a un perrillo sin dueño.

Ahora solo les esperaba la muerte, pero al menos disfrutaría viendo como aquellos dos morían de igual forma que ella ante la justicia del Baron.

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17/03/2023, 09:10
Reinmar de Wint

Alcanzando a Sviatoslav, Reinmar miró a Arnold, pero no se atrevió a acercarse más de la cuenta. Había querido al chaval, a su manera. Era un iluso y estaba condenado a sufrir por su inocencia, pero nadie podía decir que no tuviera buen corazón. Tragó saliva. Quizá que la muerte lo hubiera alcanzado tan temprano podía considerarse una clemencia cruel, como otras tantas que suele mostrar la naturaleza.

¿Habrían sido las cosas diferentes, si no hubiera apretado el gatillo? Rufus habría huído de todas formas. ¿Lo habrían alcanzado antes? Desestimó las ideas. Pese a todo no podía arrepentirse de lo que había hecho. Magnus había merecido la muerte, y de dejarlo escapar, lo conocía suficiente bien como para saber que habría hecho caer su venganza sin un ápice de piedad. No había tenido otra opción. Y, para qué negarlo, había encontrado cierto gusto en el tormento y la muerte del tirano.

Pero eso no hacía aquel resultado menos agrio.

—Espero que la otra vida te trate con más cariño que esta —murmuró Reinmar, inclinando la cabeza en su dirección.

No podía imaginar la reacción de Hart ante la noticia, y eso era únicamente el comienzo. Magnus muerto, la calle sembrada de cadáveres. ¿Hasta qué punto podía fiarse de que deshacerse de los cuerpos hubiera sido suficiente? Y si se descubría la verdad, ¿quién sufriría? La venganza tiene una tendencia natural a escalar las cosas. ¿Había alguien dispuesto a vengar a Magnus, de todas formas?

Incertidumbre. Y para él, preguntas especialmente importantes.

—Tengo algunas cosas que arreglar aquí todavía —anunció entonces, silvando para que Notte descendiera y se posara sobre su antebrazo derecho mientras todavía aferraba las riendas con la zurda—. Tengo intención de enviar una misiva con Notte. Me aseguraré de que no llegue antes que vosotros —Pausó, inseguro, y finalmente únicamente añadió—: Buen viaje.

¿Buscaba librarse de la inevitable furia que caería sobre los enviados de Hart? Oh, sin duda. Le tenía cariño a su propia vida. Pero no mentía. En eso no, al menos. De verdad tenía cosas que hacer en Altenberg. Tiró de las riendas para girar a su montura. No se le ocurrió nada más que decir: Toda despedida habría parecido tan poco sincera como insuficiente. Estaba convencido de que Gerdie lo despreciaba, y en cuanto a Sviatoslav... el hombre tenía suficiente encima tal y como eran las cosas.

Y así se dispuso a galopar de vuelta en dirección al corazón de la población.