Partida Rol por web

Sonidos, luces y movimiento os rodea allá donde miréis. El jaleo y el bullicio de la Plaza Ozono os rodea. Vendedores ruidosos que más que hablar gritan, monos chillando y predicadores propagando su palabra compiten por llamar vuestra atención. Por encima de vuestras cabezas, las luces de neón anuncian productos hace ya tiempo olvidados. Un Hovertaxi hace un aterrizaje bastante rudo en la esquina de la plaza y es bienvenido con maldiciones y fruta podrida. El aire es denso con olor a plástico quemado y el aroma de barbacoa de Adana. Una fina neblina empapa el ambiente del callejón en el que estáis. ¡¡¡Coriolis!!! Muchos los llaman el corazón del Horizonte pero la escena que os rodea podría bien pasar por cualquier día mundano del bazar de Aldol o Dalbaran. El arco metálico del casco muy por encima de vuestras cabezas es la única cosa que os hace recordar que estáis en una enorme nave flotando en el espacio.

!!!Vosotros¡¡¡ Una vieja mujer con la voz rasgada aparece frente a vosotros, arquea la espalda y se apoya en un bastón de muchos colores que acaba de desplegar.

Sus oscuros ojos profundos en su ajada cara se encuentran con los vuestros.— Portáis la marca — susurra.— Debéis tener cuidado, ella ha vuelto. Oscuridad y muerte siguen tras su paso—. Las manos que se apoyan en el bastón empiezan a temblar y añade— Que los Iconos sean misericordiosos con vosotros. Vais a necesitar toda la ayuda que podáis—.

Se da la vuelta e inmediatamente se pierde entre la muchedumbre. Antes de que tengáis tiempo de pensar en sus palabras de aviso, sois interrumpidos por una señal en las Tabulas. Habéis recibido un mensaje.

Reviso con calma la información antes de mirar a mis compañeros.

No parece una misión muy complicada - comento con un encogimiento de hombros -. Al menos en tanto no tengamos que preocuparnos de que la nave esté vacía.

Echo un vistazo significativo al capitán, procurando captar su atención.

Habrá que negociar un buen pago si ellos mismo admiten la peligrosidad.

Shoun asintió a las palabras de Nad, pero quería saber por qué la anciana había dicho eso, no obstante, había algo más podemos importante que hacer.

Tranquila Nad, se hará lo que se tenga que hacer, en cuyo caso, si es peligroso este trabajo, será bien remunerado-

El mercenario tenía experiencia en ese campo, las misiones más peligrosas, normalmente son las mejor pagas de todas. 

Siempre era agradable porner los pies sobre tierra firme tras un largo viaje aunque en aquella ocasión el recibimiento fuera a cargo de una misteriosa anciana que no auguraba nada bueno precisamente.

Antes de que pudieran si quiera preocuparse o reirse de la situación un mensaje interrumpió la visita a la posada. Espero que nos sirvan rápido algo de beber porque alguien quiere ponernos en órbita cuanto antes exclamo el capitán al leer el mensaje.

Thomas hizo un gesto en lo que parecía una muestra de que no le desagradabla lo que leía.  Bueno, puede que se trate de un fallo tecnico o de piratas... pero ese recelo a las autoridades me resulta curiosos... me da la sensación de que no nos cuentan toda la historia.

Tras unos segundos meditando mientras pedían una bebida, Thomas volvió a hablar.

Shoun, Vanth a ver si averiguais algo sobre esa nave... la Orunn II, comprobar si esta registrada y si podemos averigurar algo de la tripulación quizá sean mercenarios conocidos.

Damaris, Mike, no me gusta la idea de acercarnos mucho a ese campo de asteroides la verdad ya sabéis como los odio, pero si nos hace falta algo de material o reparación en la nave este sería un buen momento.

Nadwa y yo nos encargaremos de cerrar el trato con el señor Kembouri, pero antes de embarcarnos en otro trabajo brindemos por el trabajo ya hecho.

Thomas levantó su copa. Por la Serenity y su tripulación, otra misión otro éxito 

Vanth iba paseando por la plaza Ozono con cara ausente. Aunque la algarabía de lo que a todas luces era un mercado podía molestar a muchos, ese jaleo y ruido de fondo le agradaba. Se dejaba llevar por él. Sólo hubiera estado más a gusto si estuviesen en un planeta de verdad y no en una estación.
Escuchó a la vieja y sus augurios, y aunque era lo suficiente devoto a los Iconos como para desecharlos sin más, tampoco les hizo especial caso. Personas como aquella estaban en todos los sitios como aquel. Se aprovechaban de las supersticiones de los viajeros. Vanth sabía que los verdaderos agentes de los Iconos eran más misteriosos y menos ruidosos.

El mensaje de un nuevo trabajo llegó en buena hora, tenían pagos pendientes y sin trabajo no hay dinero para poder hacerlo. O a ellos ya puestos. Le gustaba la Serenity, y su tripulación. La mayoría al menos. Pero cobrar de vez en cuando estaba bien. Muy bien de hecho.

Escuchó al capitán hablar de las precauciones de la misión. Lo cual era bueno, el hecho de querer evitar contactos gubernamentales indicaba que no era todo trigo limpio. Pero también significaba o más dinero, o no cabos sueltos. Le gustaba lo primero, no le importaba lo segundo. Habían sido unos meses tranquilos. Demasiados.

¿Y cómo quiere que haga eso capitán?

Dijo bajando su bebida al escuchar lo que le pedía a Shoun y a él.

Aparte de nombre y destino pocas cosas puedes haberiguar sin más de una nave. Al menos sin soltar birrs o sin tener una cara bonita como la de Nadwa.

Ese tipo de cosas nunca le habían gustado. A Vanth dale una orden de tomar una colina y te lo conseguirá cueste lo que cueste. Enfrentale a un puñado de burócratas o saca informaciones y costara que no use alguna de sus armas en ellos.

Mike jugueteaba distraído con las servilletas de papel reciclado (sin duda varias veces) formando divertidas figuritas de animales. Había aprendido los rudimentos de aquel arte de una vieja conocida de Algol, su mundo natal. Aunque sólo los rudimentos. Aquellos animales distaban mucho de sus contrapartidas reales, pero era lo de menos, lo importante era practicar.

Cuando escuchó su nombre, el joven piloto alzó la vista hacia el capitán. ¿Asteroides? ¿En serio? preguntó manteniendo una actitud neutra... hasta que comenzó a dar botecito de alegría en el asiento ¡Es estupendo! ¡Nunca me dejáis volar a través de asteroides!

Damaris permaneció como siempre en silencio siguiendo al grupo y escuchando lo que tenían que decir todos, tras escuchar los detalles de la misión no pudo reprimir un chasquido de su lengua en desaprobación. Esto le va a costar a Serenity una abolladura -miro entonces a Mike- o dos. La naturaleza sobreprotectora de Damaris con la tripulación alcanzaba cotas orbitales cuando se trataba de la nave firefly de la que era ingeniero. 

Escucho atentamente las ordenes de su capitán y frunció el ceño. Disculpe Capitán Dalfort, pero supuse que tendría tiempo de ver a mi familia aquí en Coriolis ANTES de comenzar una nueva misión, pido permiso para romper filas y presentarme en la nave en cuatro horas. Su tono era firme pero respetuoso, pero se notaba la tensión al saber que partían tan pronto por como apretaba sus mandibulas, o puede que fuera porque estaba sintiendo las mismas palpitaciones con respecto a la misión que su capitán.

Washsosky - reprendo a nuestro piloto fulminándolo con la mirada-. Esto no es una carrera de vainas. Si ahí fuera son golpea una de esas cosas podemos acabar muertos.

Me giro hacia el capitán.

Considero que deberíamos partir en siete horas con la puesta de sol recién finalizada - sugiero -. Nos ayudará a ocultar nuestra partida y no sería descabellado que una misión así tuviera compañías poco apreciadas.

Como las autoridades, por ejemplo.

Thomas echo un trago de su copa ya que parecía que brindaría solo en aquella ocasión.  Quejas y más quejas es lo único que escucho.  Venga no me jodáis, Damaris ya sabes que las oportunidades llegan cuando llegan, si lleváramos una semana sin ningún trabajo seguro que te quejarías de lo contrario.  Ya sabéis que este trabajo requiere ciertos sacrificios pero ahora mismo y hasta que saldemos esa deuda el dinero manda.  De todas formas no te preocupes, tendrás tus horas mientras Nadwa y yo cerramos el acuerdo.

La mirada del capitán se volvió hacía Vanth, y tu no me jodas, puedes usar ese cacharro para algo más que jugar a jueguecitos de matar.  Revisa los registros oficiales de naves o pregunta al camarero, nunca subestimes lo que un camarero puede saber.

Ya en la cantina el alboroto habitual de alguna forma os reconforta. Las reuniones en un espacio común cómo la cantina de Wahib, lugar en el que algunas veces cerráis algún trato o algún trabajillo os reconforta. Lo consideráis una especie de espacio seguro en el que nadie tiende a meterse con nadie y en el que las peleas suelen estar bastante mal vistas. Wahib es una persona amable y tiene buen ojo para los negocios, pero su fama le precede cuándo defiende su propiedad y a sus clientes.

De la cocina no paran de salir platos de comida de dudosa textura aunque de buen olor. La comida puede no ser la mejor de la estación, y sí, es cierto que hay sitios más exóticos o más chic, pero el trato aquí es inigualable, por eso suele estar casi lleno desde que abre hasta que cierra.

Un hombre de mediana edad, con la piel oscura busca una amplia mesa y se sienta. Tiene protesis en las manos hechas de metal y de un cristal brillante que no podríais identificar. Viste de forma excéntrica con la ropa muy holgada y una pipa de fumar alargada que está encendiendo ahora mismo. Lleva brazaletes, anillos y pendientes dorados y con él, el aroma local cambia a algo más parecido a especias, velas o incienso. Thomas está más que seguro de que ese es vuestro contacto ya que las formas, y el "aura" que desprende esa persona choca y despunta totalmente con el tipo de personas que suelen venir a la cantina. Calaña de la buena y de la mala, gente con pocos recursos y algunos traficantes es lo más habitual. Muy de vez en cuándo y solamente por razones puramente violentas los miembros de la guardia se suelen dejar caer, por lo que tiene que ser él.

Antes de que podáis ir a su mesa, un grupo de 5 personas, se os adelanta y se sienta con él.
El hombre saca su datapad y comienza  a hablar con ellos.
¡¡¡Alguien se os ha adelantado!!

Vanth le iba a contestar al capitán donde se podía meter su comentario del "cacharro", pues ya sabía que para lo único que sabía hacer servir los data djinn era para practicas de tiro y no para buscar información. Para eso estaba Damaris.

Pero antes de eso surgió algo que lo mismo servía para desquitarse con alguien que no fuese la persona que le tenía que pagar. Sabía que a Wahib no le gustaban las peleas en su local, pero si aquellos tipos iban a "quitarles" su trabajo desde luego violencia iba a haber.

Capi, ¿quieres que te acompañe a hablar con esos tipos? Seguro que mi cacharro y yo somos de lo más persuasivos.

Por su parte, Shoun estaba muy tranquilo, no había prestado mucha atención a nada de lo dicho anteriormente por sus colegas y capitán, es un hombre que ya había vivido muchas cosas, y no estaba para tonterías, pero ahí estaba, el solo centrado en sí mismo.

Lamentablemente no es alguien que obesca órdenes, así que solo se quedó mirando la situación, si pasaba a mayores, entraría en combate de ser necesario. 

Ante la reprimenda habitual pero no por ello injustificada de Nadwa, Mike adoptó un gesto mohino peropícaro, fingiendo inocencia. ¿Carrera de vainas? No, no, por supuesto que no. Eso no tiene nada de divertido. Nada... remató con una sonrisa velada.

Como fuera, el grupo finalmente se dirigió hasta la cantina de Wahib, en dónde más de una y dos veces habían tenido que recurrir a las mejores artes de persuasión para no sufrir un incidente. Mientras la tripulación debatía cuestiones importantes según cada cál, un grupo de entrometidos se les adelantaba y se sentaba son su supuesto contacto.

¡Pero bueno! exclamó Mike en voz lo bastante alta como para que lo escucharan desde la mesa ¡Qué falta de decoro! ¡Eso es muy poco profesional!

Miro durante un segundo a ese grupo y medito cuál puede ser la mejor opción en este caso.

Si están ahí es porque este tipo ha mandado mensaje a más de un grupo. Mal empezamos.

Capitán si me permite, me gustaría hablar yo con esos caballeros - comento mirándole de reojo pero sin perder de vista a nuestros rivales -. Creo que podría convencerles de que han equivocado la mesa.

(En caso de que diga que sí)

Belleforte y Grend, conmigo - pido con voz autoritaria mientras camino hacia la mesa.

Una vez en ella me apoyo sobre una de las sillas con la mejor de mis sonrisas y mirando fijamente a quien parece ser el capitán de este grupo.

Disculpen caballeros - saludo dejando clara mi amenaza en el tono de la voz -. Creo que ha debido haber un error en su reserva. Esta es nuestra mesa y a mis compañeros aquí presentes les encanta esta mesa en particular. Me gustaría pedirles amablemente que la dejen libre. No son tan pacientes como sus sonrientes caras pudieran dar a entender y odio cuando se impacientan. Y quienes provocan su impaciencia aún más.

La tripulación tan  impulsiva como de costumbre, solo era una suposición que aquel hombre era su contacto pero para que esperar a comprobarlo?  Thomas hizó un gesto a Nadwa para que hiciera su numerito cuando esta ya casi caminaba al encuentro de aquellos hombres, sería divertido más aun si aquel hombre no era quien creían que era.

Mientras tanto Thomas aprovecho el momento y la distracción  para escribir un mensaje de respuesta.

Si piensa ofrecerle el trabajo a cualquiera que pase por Icon City adelante, pero realmente quiere un trabajo eficaz y discreto necesitará a los mejores y sin duda estos están en la otra mesa. 

Thomas envió el mensaje y permaneció antento al hombre sentado, si realmente aquel era su nombre su tabula debía pitar al instante con un mensaje de entrada y los ojos de Thomas buscarían los de ese hombre cuando buscara entre las mesas, para invitarle a sentarse.

Permanezco junto al capitán mientras se desarrolla toda la situación, no era mi fuerte y no quería molestar a mis compañeros, el trabajo de contramaestre es otro y esta con su nave. Pero abandonar a mis compañeros ante un posible encontronazo no entraba en mis pensamientos.

Vi re reojo lo que hacia el capitán y permanecí impertérrito a su lado, Nadwa estaba bien protegida y los de la mesa podrían no ser los únicos interesados en el trabajo. Espero que el pago se ajuste a los problemas. Pienso mientras observo los alrededores del bar buscando miradas o movimientos sospechosos.

El excéntrico y perfumado hombre levanta ligeramente la mirada cuándo Nadwa se acerca para corregir el malentendido. Antes de que pueda hablar, la que parece estar al cargo del grupo que se encuentra en la mesa y que debe hacer las veces de encargada o jefa de esa falsa tripulación, levanta lentamente la falda que le cubre las rodillas para mostrar levemente la boquilla de un arma que lleva  oculta en la pierna.
—Bonita, puedes irte por donde has venido con esos amigos tuyos. Si tan impacientes son, seguro que van a querer echarte un mano o algo más cuánto antes. Si el resto de tu cuerpo va a juego con la cara podrías cobrarles un buen plus.— Os mira de arriba a abajo y dos de los hombres de la mesa se levantan hablando un dialecto muy cerrado y difícil de entender, que se ponen cerca de vosotros con miradas intensas y amenazadoras.— Ahora deja hablar a los mayores que estamos tratando un asunto importante—. Ella hace un ademán con la mano mientras para que te vayas.

Puedes ver como un hombre sentado junto a vuestro contacto ha sacado una pistola y está sonriente apuntando a la boca del estómago del contacto, y cómo le echa un brazo por encima del hombro. Por tu experiencia dirías que está intentado ocultar sus intenciones al resto del bar y esa es su manera de mostrar que no es un peligro aunque lo sea realmente.

El contacto, Azdem, por su parte se aferra fuertemente a su datapad mientras aguanta estoicamente su cara de tranquilidad para no llamar la atención demasiado.

Haciendo como que está buscando la información requerida por la falsa tripulación, sus ojos se iluminan con una antinatural luz azul brillante, y comienza a moverlos rápidamente. Dirías que con todo ese derroche de opulencia seguramente lleve un implante que le permita mandar mensajes sin tener que escribir.

Adoro a los novatos. Creen que las armas son la solución para todo.

No pierdo la calma ni un segundo. Noto en seguida que nuestro amigo no está ahí por gusto y que, de hecho, posiblemente esté actuando a través de su datapad.

Miro de reojo a mi capitán, que recibe en ese momento un mensaje.

O nos está pidiendo que nos vayamos o está pidiendo ayuda.

No dejo que se mueva ni un músculo de mi cuerpo a pesar de notar como intentan rodearme.

Levanto apenas un milímetro las cejas, como pidiendo permiso para comenzar con las hostilidades de verdad.

(suponiendo que obtengo permiso)

Cuando tengo el permiso mi rostro se modifica imperceptiblemente para todo aquel que no me haya visto antes. Mis ojos se vuelven ligeramente más azules y brillan un poco más, como los de un gato que está esperando para cazar a su presa en mitad de la noche. Un brillo casi metálico y antinatural, pero apenas un matiz.

La pequeña arañita…

Dejo que durante unos largos diez segundos la comisura de mis labios se vaya extendiendo en dirección a mis orejas mientras miro cada vez con mayor fijeza a la chica. Tomo el control de los tiempos frente a una rival que apenas si sabe lo que es el ritmo. Antes de que esa niñata aprendiera a usar un arma yo ya estaba encarándome con tipos mucho más duros que esta gente.

Me inclino un poco, bajando mi rostro hacia el suyo e invadiendo con suavidad su espacio corporal en absoluto silencio y tomándome un tiempo precioso. Durante cada segundo la miro a los ojos, manteniendo sin dudar su mirada en un duelo que no tiene ninguna oportunidad de ganar.

Una joya muy mona – respondo al fin, rompiendo mi silencio –. Pero no estoy interesada en la bisutería.

Me giro hacia los hombres que se nos han acercado con mala cara, pero no sin antes colocar una de mis manos en el hombro de mi nueva amiga, en un punto que me revele cualquier intento de tomar la pistola o cualquier otro movimiento de agresión. Los miro durante un instante antes de hablar.

Yo me sentaría de nuevo – sugiero amenazadora –. Alguien podría tomarse a mal vuestra actitud.

Antes de que nadie se dé cuenta mi manga se ha vuelto muy sólida contra la espalda de mi nueva mejor amiga, que nota como tiene la forma del cañón de un arma apuntando directa a su aorta. Está presionada pero también queda claro que no he dejado mi peso sobre ella. Mi equilibrio sigue en mí.

Creo que me estabas diciendo algo de cobrar más a mis compañeros – añado volviendo a la conversación que tenía con mi nueva mejor amiga –. Bonita.