Partida Rol por web

A ver...tiempo dará, lo que no sabemos es si nos los vamos a encontrar abiertos. Yo por mi parte, he entendido que al mío sí que es posible llegar a tiempo....pero al otro igual ya no.

Yo voy al mío ya. Y quien quiera acompañarme, bienvenido será. Si vamos todos, podemos ir primero al mio y luego al otro a ver que averiguamos...si nos dan hospedaje..seria perfecto.

-Me parece buena idea ir ahora o ir después, como os parezca.-Dijo el genasí mientras tomaba el primer sorbo de un vaso que acababa de colocar la camarera frente a él.

-Pero vayamos cuando vayamos debemos decidirnos ya. ¿Vamos todos ahora y pedimos refugio o simplemente echamos un vistazo y volvemos mañana?

- Si esperamos a mañana a ir al templo de "Mystra", perderemos la excusa de pedir alojamiento para la noche. No tiene por qué significar nada, seguro que podremos investigar igual, pero ese motivo siempre puede dar pie a que nos den acceso y podamos movernos por dentro a ver qué encontramos, o que al contrario, nos digan que no y según la respuesta, nos parecerá más o menos sospechoso.

Tras una pausa, añade:

- Pero también entiendo a Prang, yo mismo soy clérigo. Si quieres ir a tu templo, adelante, separémonos. Permíteme sin embargo una observación: nuestros dioses sin duda verán con buenos ojos que desenmascaremos a unos impostores de una diosa cercana a ellos. Si lo son, creo que lo mejor sería actuar cuanto antes, para evitar que hagan nada malo ni a la ciudad, ni al culto de los verdaderos dioses, ni por supuesto a las personas. Y si están embaucando a personas para conseguir oro, o cosas peores? Cuanto antes lo sepamos, mejor, y más justa tu labor.

Rakka mira con cautela a Prang, esperando haberle tocado al fibra sensible al paladín, y con ello conseguir que el grupo vaya junto a investigar.

- Lo que tú decidas estará bien, amigo. Cuenta conmigo.

El monje ha mantenido un largo silencio durante toda la conversación entre el anciano -al que ha saludado educadamente con una inclinación de cabeza- y sus compañeros. Por un lado, Fionn ha estado analizando el relato del recién llegado y sus posibles implicaciones; por otro, no ha dejado de preguntarse qué papel podrían jugar sus nuevos compañeros y él en una historia como la que parece estar empezando a perfilarse.

Es difícil de decir. Probablemente este encargo, si es que puede llamarse ya así a este embrollo del templo, es tan bueno, o tan malo, como cualquier otro que pudiese surgir en esta ciudad. Además no parece implicar nada deshonesto: si bien Fionn ha hecho cosas tanto elogiables como cuestionables en el pasado, siempre se ha sentido más a gusto con las primeras, al menos hasta cierto punto. Si algo le sobra como monje es libertad, pero tiene sus propias reglas. Como deberían tenerlas todos.

Cuando toca decidir el curso de acción, Fionn finalmente habla:

- Yo voto por no precipitarnos - rompe el silencio la grave y monocorde voz del monje - Si bien la idea de presentarnos allí como peregrinos en busca de un lugar donde pasar la noche tiene sus ventajas, hay algo que tenemos que tener en cuenta. A nuestro amigo aquí presente le denegaron la entrada, e incluso le atacaron, y eso que se presentó a plena luz del día y en el papel de un auténtico y respetable sacerdote de Mystra - Fionn hace una pausa para beber un corto trago de vino con miel y continúa - ¿Por qué a nosotros, peregrinos en plena noche, iban a tratarnos de forma diferente... si incluso en un templo legítimo mereceríamos menor respeto que un sacerdote?

Se recuesta en la silla, con cierto aire de perplejidad. Está claro que son más palabras de las que ha pronunciado en bastante tiempo. Así y todo, concluye su argumento - Es un buen plan, pero creo que no nos serviría en este caso. Propongo que acompañemos a Prang a su templo, descansemos esta noche y vayamos al templo de Mystra mañana por la mañana, tal vez con una excusa diferente. Si no, nos arriesgamos a quedarnos frente a su puerta cerrada a cal y canto, de noche, sin refugio... y lo que es peor, sin más tapaderas: ya habrían visto nuestras caras. 

Bebe un último trago - Además... esto no me da buena sensación. Llamadme desconfiado. Pero preferiría que no nos separásemos. No aún.

Leokas no pudo evitar sorprenderse al escuchar el pequeño discurso de Fionn. No era cuestión de contenido, el cual le parecía de lo más lógico, la opción prudente a la que le costaría bastante llegar al impetuoso semielfo; si no por el hecho de ser testigo  de tal evento. -Bueno, Fionn, también es casualidad que el día que te da por hablar sea para echar por tierra mis ganas de llevar a cabo un plan que prometía ser emocionante.- Bromea Leokas ante la lección de paciencia y reflexión que acababa de recibir del monje. -¡Pero me has convencido! No es la primera vez que desearía que alguien me hubiese parado a tiempo...- Se queda ensimismado durante un segundo y suelta una carcajada al recordar algo gracioso del pasado.

-Entonces está decidido.-Respondio el mago.-Hoy iremos al templo de Prang y mañana indagaremos en el otro a ver qué descubrimos. Aunque falta por aclarar el asunto del precio. ¿O vamos a trabajar gratis, compañeros?

Prang se levanta de su silla y mientras está recogiendo su equipo para salir hacia el templo de su deidad, sus compañeros siguen hablando y razonando....Rakka hace un buen planteamiento, pero antes de que Prang pueda contestarle, Fionn les sorprende a todos con unas tranquilas palabras que expresan casi al 100% el pensamiento del Enano. El mago hace finalmente una pregunta interesante para el grupo......"Bueno...en mi opinión, cualquier suma será buena....pues si algo realmente fuera de lugar, y cuando digo fuera de lugar me refiero a malvado, está sucediendo, mi deber es ayudar a resolverlo....y cualquier donación a mi iglesia será bien recibida...por supuesto. Así que, sí, creo que es justo que un trabajo tenga una recompensa....aunque la mía irá a ayudar a los designios de mi Dios en éstos lares..." 

El enano urge al resto a levantarse..."vamos......no tenemos mucho tiempo......". Se puso la mochila a la espalda, y cogiendo su enorme escudo pavés y el resto de su equipo, se encaminó hacia la puerta.....

El grupo optó por lo más sencillo: irían primero al templo de Prang y mañana investigarían el misterio que existía en el templo de Mystra.

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No tardasteis mucho en llegar a la pequeña capilla donde vuestro compañero enano debía entregar el mensaje. Era un lugar pequeño pero acogedor, con pocos símbolos a excepción de los de las dos deidades del templo: una máscara de bronce brillante con cuencas oculares en llamas -el símbolo de Gorm Gultyn- y un guantelete de guerra con un ojo abierto con pupila azul -el símbolo de Helmo-. 

Prang entró al lugar con una reverencia y cruzando sus puños en el pecho, tras dedicar un pequeño rezo interior a su deidad. Tras dar unos pasos dentro y observar a su alrededor, asintió admirando el buen trabajo de cantería hecho allí...."Como no podía ser de otra forma...un buen trabajo hecho por artesanos enanos..." 

Buscó a alguien que pudiera ayudarle..."¿Hola? Busco al sacerdote encargado de custodiar éste lugar.....que su barba sea larga y permanezca seca mucho tiempo...." 

Te acercas a un humano con una túnica sencilla, que observa el símbolo que portas en tu cuello.

Ah, veo que eres seguidor de Gorm Gultyn. Hay dos personas que se encargan del lugar, pero supongo que solo estás interesado en ver a una. La cuestión es, ¿para que exactamente?

Rakka mantiene una respetuosa distancia con Prang, dejando claro que éste es territorio del enano y de los dioses del templo, pero atento a la conversación. No puede evitar pensar en lo feliz que habría sido su "madre" Uskcha con un edificio como éste donde rendir culto a Tempus.

Al igual que los demás, Fionn sigue al enano por el interior del templo, cerca de él pero sin participar en su conversación con el sacerdote. 

El monje camina con las manos cruzadas en la espalda, observando el templo con aire ausente. Siendo como es un monje de la Vieja Orden, sabe bien -o cree saber- que los dioses no son sino peones insignificantes en la partida del Gran Dios, sea quien sea este. 

Leokas no pudo evitar soltar una exclamación de admiración ante el despliegue de habilidad empleada en la construcción de aquel pequeño templo. Era sencillo y austero pero elaborado con una exactitud y precisión imposibles. El joven semielfo no había visto nada parecido, pues aquella construcción era la antítesis del caos reinante en la naturaleza. Su costumbre a ver formas orgánicas y sinuosas lo hacían admirar las rectas aristas y las pulidas superficies del templo. 

Las oraciones del enano lo trajeron de vuelta a la realidad, a quien vio realizar un saludo a su dios. Leokas no quería faltar al respeto a nadie, así que imitó como pudo el saludo que hizo Prang y continuó contemplando el pequeño templo. No tenía intención de molestar al enano en su cometido, así que tomó la decisión de esperar a que terminase lo que había venido a hacer.

"Paladín...Paladín de Gorm Gultyn." le corrigió el enano con voz neutra. "Me llamo Prang PiedraArdiente. Vengo con una misiva para dicha persona desde muy lejos. Si sois tan amable, llevadme ante su presencia, por favor." solicitó con una ligera inclinación de cabeza.

 Prang PiedraArdiente... ah, ya- dice el clérigo al oír tu nombre- te estaban esperando- mira a tus compañeros- supongo que son amigos tuyos. Espero que no tengan inconveniente en esperar aquí. Lo que tengas que entregar es mejor hacerlo en privado. Si me acompañas

Prang asintió al hombre y se giró para dirigirse a sus amigos..."Tardaré poco...¿por qué no ponéis mientras tanto vuestras almas en paz con vuestros dioses?" dijo con una sonrisa indicando hacia los altares. 

Tras la sugerencia, siguió al hombre en aquel reducido templo...... 

Rakka, siempre desconfiando, siente una punzada de temor... por qué tanto secretismo? Qué quieren de Prang? Y si lo que ocurra en el templo de Mystra se ha extendido a otros templos...? No, no. Mejor no pensar mal. Seguro que es algo que el paladín tiene controlado.

Pero, por si acaso, se dedica a pasear por la zona pública del templo, en silencio, con un oído puesto a cualquier anomalía, en especial si esa anomalía es un grito de un enano...

Mientras todo aquello ocurría, el genasí miraba de un lado a otro sin prestar atención fija a nada. Parecía estar en su mundo, absorto en sus cosas.