Partida Rol por web

Daniel, tengo una idea...

trato de calmarme.

Se trata de poner algo entre tu y el mecanismo, un palo o una madera, que podamos apretar, luego te levantas, ponemos peso encima... y bueno, no se ¿rezamos?

estoy sudando y no solo por efecto del calor

Asiento a las palabras de Luis. Realmente, estaba muy nervioso, pero escuchar su voz me tranquilizaba. Sabía que estaban ahí, detrás del velo negro que veía ante mis ojos, y ese hecho me proporcionó algo de calma. Con voz débil, confirmé sus palabras y su acción, preparado para el momento en que tuviese que levantarme. A lo mejor salía volando en mil pedazos, pero ya estaba algo cansado, mi cuerpo entumecido, de todo esto, de la maldita situación en la que me encontraba.

Exhalé el aire profundamente tal y como nos enseñaron en la universidad en el equipo de baloncesto, e intenté relajarme.

¿Alguna idea de la mejor manera para hacerlo?

Pregunto a ambos a la espera de una solución mágica.

Porque ¿cuanto pesas Daniel?

 Iara miraba a Daniel nerviosa. No sabía que hacer. Rebuscó la habitación para encontrar una pista sobre cómo proceder, pero no estaba muy concentrada, y dudaba que sus esfuerzos pudiesen generar algo más que simple pánico y pérdida de tiempo...

La habitación está desnuda, salvo por la acumulacion de mobiliario en el centro, donde estaba atado hace un momento Daniel, aparte de eso, los cabels ahora son muy claros, salen de entre Daniel y el asiento hacia una papelera tipica de aeropuerto o estación.

Contesto con voz floja, tartamudeante...No..no sé, no sé. Creo que unos ochenta kilos, eso la última vez que me pesé, quizá algo más. A principio de temporada, y de eso hacía ya más de tres meses. No entendía bien que estaba sucediendo, y esa me pregunta me sonaba más a una tontería que otra cosa, a algún tipo de broma. ¿Por qué no me quitaban esa mierda y podía marcharme? Las lágrimas comienzan a surcar mi rostro.

Tranquilo Daniel, tranquilo. Solo necesitamos algo que pese como tu o mas para ponerlo encima de lo que estás aguantando tu con tu propio peso ¿comprendes?

De repente, concentrados como estais en la situación, empezais a oir un ruido parecido a un reloj de cocina, con ligeros chasquidos rítmicos, que sale de la papelera donde van a parar los cables.

 Iara empezó a temblar. El pánico la venció y se puso histérica.-¡¿Qué vamos a hacer?!-gritó casi llorando. Parecía que esa cosa iba a explotar en cualquier momento.-¡Tenemos que sacar a Daniel y cubrirnos!-dijo, aunque era obvio que eso era lo que todos querían hacer.

Daniel, quedate quieto ahora...

A la voz de YA levantate ¿ok?

Iara, mira si puedes mover alguno de los bancos que hay sueltos, yo pondre la mano entre *ejem* Daniel y lo que sea que haya ahi, cuando Daniel se levante, arrastra el banco encima de lo que sea y lo ponemos en su lugar. Solo tendremos una oportunidad!

digo con más seguridad de la que realmente tengo.

De....de acuerdo. Lo haré tal como dices. Estaba lo bastante cansado como para decidir hacer lo que fuese. Si tenía que morir, lo haría, pero al menos que parase esta maldita sensación de no saber qué demonios hacer, cómo actuar, de que manera tendría que...suspiro ligeramente, tembloroso y febril.

Iara asintió ligeramente, tendría que usar todas sus fuerzas y toda su velocidad para seguir el plan de Luis, y no estaba del todo convencida de su idea...

1...

2...

3...

¡YA!

Consigo bloquear con toda la fuerza de mi brazo un resorte inesperadamente fuerte, el sonido del reloj a mis espaldas me indica que de todos modos algo va a estallar... solo que algo más tarde.

¡Iara!¡Ahora!

Cuando escucho la voz de Daniel, me incorporos sin pensarlo, por instinto, hacia arriba, con esfuerzo aunque no fuese necesario y con un pequeño grito de terror o desesperación, con los ojos fuertemente cerrados, esperándome lo peor.

 Iara movió el banco con todas sus fuerzas y lo más rápido que pudo...y lo consiguió. Movió el banco hasta su sitio y cerró los ojos con pánico esperando que todo volase en miles de pedazos.

Cuando sentí el peso del banco en mi mano la deslicé de un tirón seco para que el peso descendiera rapidamente sobre el mecanismo para que no oscilara la posición del mismo. Mi cara de resignacion lo decía todo.

Voy a morir...

Las gotas de sudor caían de mi barbilla, suicidas, hacia el piso. Me dí media vuelta aparatosa pero velozmente y al ver a Daniel y a Iara estupefactos y espectantes, pero por sobre todo estorbando mi camino,perdí todo sentido del sigilo

¡CORRAN CABRONES.!

Empecé a correr, tenía que tomar distancia y hecharme al suelo.

Tic...

Tac...

tic...

tac...

Las abruptas palabras de Luis, combinadas con el sonido inexorable del reloj y las palpitaciones cada vez mas fuertes de vuestros corazones os indican que estais vivos... de momento.

Comienzo a seguir las pisadas de Luis, mientras no sé muy bien donde avanzo. En un momento, me tropiezo y caigo al suelo de boca, raspándome ligeramente. Estaba totalmente desorientado, pero el grito de mi compañero parecía haberme sacado de mi ensimismamiento...me habían salvado, aunque no sabía de qué. Observo abriendo mucho los ojos dónde me encuentro: hasta ahora, no había reparado en ello, tal era la tensión del momento. ¿Dó..dónde estamos?

Daniel, ya te desataron y te quitaron la capucha hace muuuuucho XD

Me encontraba llorando en el piso luego de haberme lanzado esperando una explosión. No emitía sonido, pero realmente no aguantaba mas. Esto se estaba yendo de mis manos, nunca había estado en una situación en la que no tuviera todo bajo control.
Esto es una mierda.Es una mierda ...es una mierda.
Escuché a Daniel haciendo su estúpida pregunta y me fui de mis cabales. Lo sujeté de la maldita camisa y lo iba empapando de saliva mientras mi cara se tornaba roja por el esfuerzo de mi voz.
- ¿Es que alguna vez supiste donde mierda estabamos pedazo de infeliz?. Yo te diré donde estamos, estamos en un edificio con explosivos que nos mandarían derecho a Hawai si no fuera por que este maldito loco nos quiere ver...nos quiere ver..-

Lo solté sin mas y me di media vuelta. Me quite las gafas y pasé las yemas de mis dedos por mi nariz.
-Lo siento.-