Partida Rol por web

No digo nada. Pensaba en muchas cosas, mi mente trabajando a destajo, pero por encima todo sentía un profundo alivio, suficiente con sentirme vivo de nuevo, con poder respirar sin esa maldita tensión durante un momento desde que entramos en este maldito lugar. Algo había aprendido de todo esto, y era no perder más los nervios como aquella vez que huí del bosque. Meditando sobre eso...¿por qué no me mató el gigante? ¿dónde andaría? Muestro una cara de preocupación instantánea. No entendía nada de esto, nada de nada.

Sí, lo importante era salir de aquí. Sal-salgamos de aquí. Comento con voz neutra, mientras oteo a mi alrededor con atención el lugar en el que nos encontrábamos.

tic...

tac...

tic...

tac...

Iara estaba blanca como la cera y corrió a toda la velocidad.-¡Por las escaleras por las que hemos subido! ¡RÁPIDO!- Se lanzó sin pensarlo dos veces a la escalera y cuando llegó se dio vuelta gritando.-¡¿QUÉ ESTÁN ESPERANDO? ¿UN ABRAZO? RÁPIDO, QUE AQUÍ NO TENDREMOS NINGUNA POSIBILIDAD!-Estaba sudando demasiado, estaba pálida, le costaba respirar y se le nublaba la vista, todo culpa del miedo.

Reacciono rápido mentalmente, aunque mis piernas al inicio son reticentes. Sin embargo, sudando como estaba, al oír los gritos desesperados me abalanzo hacia las escaleras, buscando una maldita salida de ese lugar. Ahora entendía esos ruidos de reloj: este sitio era una maldita bomba, y lo que mejor podíamos hacer era salir corriendo. Mascullo un par de insultos, insuflado por esa energía vital e instintiva que nos recorre cuando estamos en peligro de muerte, y en largas zancadas de jugador de baloncesto, comienzo a seguir a Iara.

Si no fuera por Iara no hubiese salido de mi sopor.
Mierda... la bomba.
Salgo corriendo hacia donde ella se encuentra. Quizás esta era la única esperanza. Aunque no sabiamos de que magnitud era el explosivo. Bajé un par de escalones de aquella escalera por la que habíamos subido y salté sin mas, esperando no quedar paraplejico en el intento.

Mientras os precipitais escalera abajo, ois por un instante el incesante sonido del temporizador, la propia energía de la bajada os propulsa a una velocidad que no creias que pudierais alcanzar debido al agotamiento, y cruzais el umbral de la puerta al tiempo que el mundo parece detenerse y una oleada de pura fuerza y calor os empuja y os derriba al suelo desde donde podeis oir el piso superior derrumbarse con un estruendo ensordecedor.

El inconfundible ruido de una explosión de grandes dimensiones y el posterior derribo de un edificio te saca de tu shock.

Observo, desde el suelo y con quemaduras superficiales, como el edificio arde sin conmiseración. Por poco, segundos apenas, logramos sobrevivir al estallido de ese lugar, que se habría llevado nuestras vidas por delante. Recordé en esos momentos uno de los experimentos que más usábamos en la carrera para medir el ámbito de las mismas, y no pude evitar sonreír. Sonreír porque estaba vivo, de momento. Y fue acaso la primera vez desde que desperté en ese maldito contenedor, en la que me sentía vivo.

Me permití disfrutar de eso unos segundos. Luego miré a mis compañeros, con rostro serio y agotado. ¿Y ahora qué?

Abre los ojos y se incorpora observando aquel expectáculo.Suspira tocándose la herida...

-Y ahora que..- mira a su alrededor para ver si ecnontraba a alguien sospechoso.

 Iara abrió despacio los ojos. El olor a quemado inundaba su mente y por unos momentos no consiguió hacer absolutamente nada. Apenas había podido saltar fuera del edificio cuando este estallo. El calor era inaguantable, y el polvo y la pérdida de los sentidos (particularmente del oído) no ayudaban a mejorar la situación.-¿Estoy viva?-fue lo primero que se le ocurrió preguntar.

[sonido de estática]

¡Bueno bueno bueno! Las cosas se están poniendo calientes aquí en la isla y nuestros concursantes siguen adelante.

Ois la odiosa voz de tonos metalicos una vez más.

Tenemos tres equipos en la zona de llegada y me informan que los equipos que no han podido llegar antes del cierre de puertas han, como decirlo... "dejado el juego".

¡Hoy todo se decide, y las apuestas están que arden!

[sonido de estatica]

¡Bueno bueno bueno! Las cosas se están poniendo calientes aquí en la isla y nuestros concursantes siguen adelante.

Ois la odiosa voz de tonos metalicos una vez más.

Tenemos tres equipos en la zona de llegada y me informan que los equipos que no han podido llegar antes del cierre de puertas han, como decirlo... "dejado el juego".

¡Hoy todo se decide, y las apuestas están que arden!

Miro extrañado a mis compañeros. Quedábamos tres...grupos de esos. Éramos como un equipo dedicado a la supervivencia, fuese como fuese, y parecía que solo uno podría salir. Observo todo a mi alrededor sin saber muy bien qué hacer o hacia dónde dirigirnos. ¿Qué haremos ahora? ¿Dónde debemos marchar?. Teníamos que movernos hacia algún sitio. No teníamos armas, y Jack había desaparecido. Jack...

¿Y Jack? ¿Qué...qué le ha pasado?

Los que se han quedado fuera de las puertas metalicas... Jack....
El mapa que poseíamos era para los exteriores del recinto, ahora estabamos de nuevo totalmente perdidos. Mientras rascaba mi sien y miraba hacia el piso; estrujaba mi cerebro para que alguna idea se escurriera de el. Como nada luminoso venía a mi luego de semejante situación y con la voz de ese Psicópata dando vueltas en mi cabeza, decidí ponerme a buscar un camino alternativo.
- No se, pero quedarnos aquí no es una alternativa. Y Jack... espero haya entrado.-

Al otro lado de las llamas, distornsionado por el humo y el calor, alcanzas a ver una figura humana vagamente familiar que observa la conflagración con gesto estupefacto... podría tratarse de Jack dado su tamaño, o tambien podría ser un rival.

 Iara se levantó y se sacudió el polvo y la sangre.-Esa maldita voz...-pensó.-Ojalá Jack esté bien.- Miró a su alrededor en busca del camino para seguir. Tendrían que darse prisa, o acabarían como los otros equipos.

Al otro lado de las llamas, distornsionado por el humo y el calor, alcanzas a ver una figura humana vagamente familiar que observa la conflagración con gesto estupefacto... podría tratarse de Jack dado su tamaño, o tambien podría ser un rival.

 Iara se arrastró hasta sus compañeros.-Ahí hay un hombre.-susurró y señaló a la figura.-Podría tratarse de Jack, o no.-se quedó mirando unos segundos y luego dijo.-¿Qué hacemos?-estaba perpleja.

Mierda... yo tampoco distingo quien es.

La mano de Luis imitaba el surco de sus cejas para intentar divisar entre las llamas la figura exacta de aquel hombre. No había caso. No llegaba a distinguir nada mas que se trataba de un hombre grande.

Al demonio, ya estamos jugados.
- Jack, ¿eres tu?-
Luis pregunto con voz fuerte aun que algo temblorosa. Lo único que faltaba es que se tratara de alguna nueva sopresa.