Partida Rol por web

Ledger esperó a que acudiese una alférez a relevarle de su puesto. Impaciente permitió que le hicieran el relevo y se dirigió con la espalda tensa al transportador designada por el Capitán. De camino al lugar de encuentro pensó extrañado que debería acompañarles el primer oficial, el lugar del Capitán estaba en el puente, la seguridad de este era lo principal. Las regulaciones de la flota eran claras, y la obligación del primer oficial habría sido hacérselo saber. Negó con la cabeza, el capitán fuera de la nave en medio de una misión, una nave poco preparada para el combate sola en la zona neutral y parte de ingenieria fuera de la nave.

Pero aquello no era cosa suya ni era él quien debía de comunicarselo al capitán, al menos no de forma oficial. De camino recogió phaser, tricorder de seguridad y esperó a la llegada de los demás componentes del equipo de misión. Sonrió preocupado al ver a la Doctora, temía que aquello no iba a ser un paseo.

La vulcana sigue al capitán en su camino a la sala de transporte.

Capitán, con su permiso, solicito quedarme a borod de la nave para prepararnos la llegada de la Johnson. Solo quedan 6 horas, y en cuanto llegue las cosas deberían estar listas para partir al planeta. Quedan labores de prospección del terreno, barridos desde superficie que hacer, y... varias tareas que desde la Excalibur podrán hacerse mejor dada su movilidad para posicionar los sensores. Estoy seguro que Mertens podría posicionar la Excalibur competentemente para esta labor.

La vulcana parece exponer un poco más su argumento.

Dado que la Comandante Krafel solo ha solicitado ayuda de ingeniería, parece que mi presencia será poco productiva. Quedarme a bordo es la elección más lógica.

Mientras dice esto, prosigue su camino, sabiendo que a menos que el Capitán la libre de sus órdenes, debe seguir al grupo a la base estelar.

Dejó de masticar su chicle cuando el capitán le ordenó hacerse con el mando del puente. Respondió con un asentimiento de cabeza. Iba a quedarse solo con Lightman y los oficiales subordinados del puente cuando Kunaar preguntó aquello. Parpadeó un segundo.

-Cuente con ello, comandante. Baje o no baje, escanearemos lo que haga falta.

Pensó un momento en la transmisión y el apunte de la teniente Edison. Se sorprendió pensando sobre la abundancia de mujeres hermosas en la flota estelar. Aunque desde la noche anterior solo estuviera pensando en una en concreto.

Se que suena ilógico, pero en una estación científica, bajar sin la jefa de Ciencias de una nave se considera... un poco ofensivo, sobre todo entre humanos.  Acompáñeme mejor.  

Y quizá pueda aprovechar para la información que se da en contacto presencial, la que se escapa de las rejillas de las bases de datos y la comunicación virtual.  

Se lo que piensa comandante Ledger, pero es por dos cosas.  Una porque no bajar mandaría la señal de que temo que me pase lo mismo que Johnson y no quiero mostrar debilidad.  Ya con la doctora y la comandante Kunaar sabiendo del virus estamos más preparados.  Piense en mi si quiere como una carnada, para estar atento.    

La segunda razón es que estuve varios años con el capitán Piccard, y el me enseñó a no quedarse demasiado en la nave, para no perder contacto real con nuestra exploración... -le sonrió, divertido. 

Eh... como ordene, capitán

La vulcana recibe la negativa impasible.

Enviaré en un momento las coordenadas que deben ser barridas por los sensores y escaneadas en detalle, Comandante Mertens. 

Si señor. Respondió Ledger. Era lo único que podía responder ante las palabras de su Capitán. Se recordó que sería difícil servir con un hombre que podía leerle la mente. Además la idea de que aquel de quien tenía que cuidarse más estaba decidido a hacer de carnaza no era demasiado alentadora.

Trató de despejar la mente, él había leído una y otra vez los informes de misión del Enterprise de Picard, las peleas de Riker con su capitán por aquellos temas eran notoreos. Miró al frente, iba a ser una misión muy larga.

La doctora se ensombreció aún más al comprobar la seriedad y preocupación del Comandante Ledger. Y encima, después la Comandante Kunaar propone quedarse en la Excalibur. Sin duda iba a ser una expedición bastante complicada, tal vez no era lo más apropiado que bajaran casi todos los oficiales de la nave, pero ella no era quién para proponer nada así. Simplemente quería estar tranquila cuanto antes y terminar con los protocolos, para ponerse a investigar sobre aquel patógeno que había descubierto Kunaar.

Cogió aire y trató de relajarse pensando en un lugar en calma, pero lo que le venía a su mente le acelaraba más el corazón. Así que suspiró y esperó que dieran la orden para bajar al asentamiento en Calder II.

Por favor alferez, mándenos a Calder: Energize!

-Sí, capitán - la alférez ajustó las coordenadas en la pantalla de la consola de teletransportación y a la orden de energizar los envío hacia la base Calder.

Al materializarse en la sala de la base había un grupo de cuatro personas: un alférez, que controlaba la consola, dos oficiales de ciencias, entre ellos la comandante Krafel, y un oficial de ingeniería.

Ledger se colocó justo delante del capitán en el transportador de modo que pudiese protegerle en caso de una emboscada en la base. A pesar de no llevar el phaser en la mano lo tenía conectado y muy cerca de su agarre. Nunca se sabía. Miró a cada uno de sus compañeros para asegurarse de que al menos parecían todos preparados.

Ledger se fijó en el rostro preocupado de la doctora, era su trabajo saber el estado anímico del equipo de misión, importaba para la seguridad de la misión y porque no reconocerlo tambien había preocupación personal. En el instante en que miraba a la doctora en el transportador le guiñó un ojo de forma rápida y casi imperceptible antes de recuperar su posición frente al capitán.

Todos pensaron que la que se adelantaría sería la comandante Frankel pero en su lugar lo hizo el hombre que estaba a su lado -Buenos días capitán Tova'Daq, oficiales -saludó mientras los miraba alternativamente -Soy Phillipe Sokar, jefe de interdisciplinario de esta base estelar, sean bienvenidos nuevamente. Esta es la comandante Frankel, mi segunda al mando, y junto a ella está la comandante Strasera, jefa de ingeniería -señaló a sus acompañantes -Los estábamos esperando impacientemente -aseguró.

La doctora tomó posición en el transportador. Estaba preocupada y ansiosa a la vez, necesitaba relajarse y concentrarse. Miró a Ledger, saber que les acompañaría la tranquilizaba, entonces él le guiñó un ojo. Fue un movimiento rápido y no se hubiera dado ni cuenta si no hubiera estado embobada mirándole. Así que se ruborizó. Sin duda él no la tranquilizaba... Pero sí la relajaba en cierta forma. Sonrió para sí y pensó que buscaría un momento para hablar a solas con él.

¿Impacientemente?  Jefe Sokar, el gusto es mío.  Comandantes.  Saludó a las oficiales con un movimiento rápido de cabeza, con la orografía de su frente reflejando inevitablemente la luz de variada manera.

 Como sabrá no es fácil para mi tripulación regresar aquí después de la enfermedad y muerte del capitán Johnson.  -la franqueza Klingon y Betazoide combinadas, si.-  Pero nuestra misión de reconocimiento debe continuar.  

¿Pero dijo usted impacientemente? ¿Hay algo malo ocurriéndoles en estos momentos?  Starfleet no nos avisó de nada.

Kunaar se sitúa al lado del comandante mientras saluda levemente con la cabeza a los presentes a quienes ya había conocido no hacía tanto. Habían sucedido muchas cosas en tan pocos días, y los días de relajación que  habían pasado ella y la trpulación de la Excalibur parecían ahora distantes.

Como era obvio la doctora dejó que fuera primero el Capitán quien saludara, aunque a su entender no eligió unas palabras tan acertadas como debiese. Pero aun así, ella estaba demasiado alterada para poder tener la cabeza tan despejada como para leer entre líneas.

La joven saludó oficialmente a los presentes y luego más cariñosamente les preguntó cómo estaban y si efectivamente había sucedido algo, ya que también le preocupó que les esperaran con tanta impaciencia. En absoluto podría culpar a la base por la muerte del Capitán Johnson, pero también era cierto que volver allí era una punzada de dolor extra para la misión.