Partida Rol por web

La vulcana escucha y se sorprende con la confesión de la joven, y no puede reprimir enarcar una ceja exteriorizando su sorpresa. En cuanto retoma la palabra y el control de sus emociones, lanza una firme reprimenda a la joven, aunque de forma calmada.

Se da cuenta usted que se ha saltado el protocolo estricto de aislamiento y contención? Entiende que podría haber puesto en peligro a toda la nave con su acción? Una acción... emocional! Lo que ha hecho es totalmente inacceptable procedente de alguien bajo mi mando. Realmente me ha decepcionado, alférez Robirosa. 

La vulcana toma aire y prosigue.

Los protocolos deben seguirse, esté yo o no presente. En realidad, especialmente cuando no estoy presente...

Dicho esto, su mente se proyecta rápidamente a la cascada de sucesos desde la infección del capitán con la extraña enfermedad. Kunaar se calla un instante y observa a la joven. Cabizbaja, la alférez parece aceptar el castigo verbal y esperar que llegue la consecuencia de sus actos, preocupada por lo que Kunaar decida hacer ahora. Su tono se relaja levemente cuando habla de nuevo.

Alférez Robirosa, créame cuando le digo que no voy a olvidar éste suceso. Pero, aunque por muchos motivos debería suponer un acto disciplinario, de momento no va a ser así. Es cierto que al estar al mando de la nave, aunque fuera en funciones, me consumió demasiada atención y tiempo, y apenas he podido prestar atención a lo que sucedía en el laboratorio. Así que en cierto grado me hago responsable a mi misma de su incorrección, provocada por sus emociones hacia el capitán Johnson. Esto no debe ocurrir de nuevo.

Kunaar observa como la alférez se relaja parcialmente, al escuchar sus palabras, aunque todavía permanece tensa por lo ocurrido.

Dado que el incidente no ha tenido más trascendencia, puedo entender que o el agente infeccioso no está en la sangre, o que las medidas de contención que ha puesto en marcha son las apropiadas. Y, intentando aprovechar esta situación de manera lógica, creo que debemos intentar transformar su mala decisión en una oportunidad de tener nuevos datos.

Luego veremos que hacer con estos datos...

Bien, explíqueme con detalle qué pruebas ha realizado, con qué motivo y si ha podido concluir algo...

Dicho esto, la vulcana se asegura de supervisar todo lo que ha realizado, asegurarse que las medidas de contención ante agentes infecciosos son las correctas, y supervisar todo el trabajo realizado por la joven humana. Primero intenta asegurar el bienestar y seguridad de la nave. Y segundo, entender si las pruebas que ha venido haciendo la joven han arrojado alguna conclusión de interés.

Señor -repuso Ledger con calma- usted preguntó por una escaramuza no una guerra a gran escala. Se encogió de hombros. Las simulaciones solo se basan en los datos conocidos, datos conocidos de potencia de fuego efectivos y estadísticas informáticas. Las simulaciones no preveen las irresponsabilidades de algunos comandantes, breakouts -también él conocía algunas palabras betazoides- tecnológicos que pueden dar la vuelta a una guerra.

Creo que las simulaciones pueden servir como un punto de partida pero es jugar con los hados si se basan en ellas las decisiones tácticas. En este caso creo que coincidimos en que cualquier de los escenarios en caso de armas víricas o bacteriológicas cambiarían todos los escenarios.

-Sí, comandante, soy consciente... pero yo... -de pronto cayó en la cuenta de que excusándose solo empeoraba su situación y se quedó muda al escuchar que no ibas a tomar represalias. En ese momento centró toda su atención en tus palabras -El virus, si estaba en la sangre, no ha dejado rastros que yo haya podido detectar, y sí tomé todas las precauciones posibles -aseguró -No sabía cómo se comportaba el agente así que utilicé todos los protocolos que conocía de la academia -se retorció las manos nerviosa o ¿era entusiasma? -¿Quiere darle un vistazo?

Al final, terminaron desnudos. Debía admitir que a él también le movía la curiosidad. Durante su corta vida, no había podido estar con un trill. Conocer su sabiduría en aquel plano, su dilatada experiencia. Entretanto, disfrutaba del contacto de la piel de su huésped, suave y juvenil. Besó sus labios con pasión, atrayéndola contra si. Sus cuerpos se buscaron, se tocaron, se exploraron. Se deleitó con cada centímetro de su cuerpo, primero, y luego se concentró en aquellas zonas de su anatomía que sabía más herógenas.

Al final, terminaron sobre la cama, y él rodó para colocarse encima de ella. Pero no la penetró, no todavía. La besó, enroscándose como una serpiente, recorriendo su cuerpo hacia abajo. Jugó con sus pechos, y se concentró en sus botones, buscando provocarla, intensificar el deseo hasta convertirlo casi en una angustia. Entonces, bajó más, acomodando el rostro entre sus piernas. Y se dedicó a una de las tareas que más le gustaban: dar placer a quien creía que lo merecía.

Lo hizo de forma concienzuda, algo analítica. Interpretando sus gemidos, sus reacciones. Cada mujer, fuera de la raza que fuera, era un universo que convenía conocer y adorar. Y adoración era la palabra que más se correspondía con la forma que tuvo de estimularla. Y tras la estimulación, insistió, con la lengua, con la boca, con el dedo. Saboreándola, pero también masturbándola. Era una norma cultural ocampa, y una manía personal. Había que comenzar el concierto con una buena obertura. Al clímax que pretendía provocarle, le seguirían otros. La intención es que aquel ser centenario nunca olvidara una noche como aquella.

La vulcana asiente afirmativamente ante la pregunta, y se acerca a la alférez para ver qué tiene que decirle.

Arjin disfrutó el contacto de esas manos masculinas calientes que recorrían su cuerpo, con cada beso, con cada caricia, se estremecía y jadeaba, podía sentir sus partes femeninas deseosas y húmedas, listas para recibirlo, el calor se expandía por su cuerpo, sentía las mejillas ardientes, una fina capa de sudor comenzaba a cubrirla como un leve rocío.
A pesar de desear intensamente que la penetrara sentía que debía devolverle la gentileza al ocampa; además, le había parecido sumamente divertida su actitud, también lo quería hacer gozar tanto o más que él a ella, parecía un amante consumado y el hecho de saber de sus vidas pasadas y de su experiencia no lo había amedrentado, al contrario, había aceptado el desafío y eso la excitaba más aún.
Puso su mano sobre el pecho de él y seductoramente, mirándolo a los ojos, rodó rápidamente hasta que él quedó sobre el lecho, lo recorrió con su lengua y le dio unas mordidas juguetonas hasta que llegó a sus caderas, quiso metérselo en la boca pero no pudo, había demasiado volumen con el cual jugar. De todos modos, lo estuvo saboreando un largo rato, sintiendo las curvas y texturas propias de la raza, ayudando con sus manos, dando rienda suelta a su curiosidad; hasta que sintió que él no podía más y ella tampoco -¡Vamos, hazlo! ¡Hazme tuya! -casi le ordenó. Quería sentirse la mujer subyugada en esta ocasión, su estrés se lo pedía a gritos.

-A la orden -dijo la muchachita y se dispuso a preparar la muestra, la viste sacarla con verdadera pericia del frasco criogénico en el que la había puesto y poner una pequeña porción en una placa, ajustó el holomicroscopio, un microscopio de avanzada que proyecta sobre en el espacio sobre el aparato la muestra analizada de manera tridimensional.
Pulsó un botón y la proyección se materializó sobre la mesa de trabajo, en apariencia una muestra de sangre común y corriente.
-Le he hecho todos los tests posibles pero no reacciona ante nada, si es que aún hay algo en esta muestra todavía -dijo decepcionada.

La vulcana observa a la joven trabajar. Ciertamente la alférez había demostrado pericia en los pasados meses, y no dudaba que ante la situación de extremo peligro debía haber sido concienzuda en su labor. Incluso ahora, a altas horas de la noche y cansada como estaba, sus movimientos eran precisos. Se movía con soltura en las técnicas de laboratorio básico, lo que la hacía merecedora de el puesto en una nave como la USS Excalibur.

Examinemos el resto de información antes de corroborar la hipótesis o desecharla...

Kunaar examina las muestras con detalle, conteniendose de sacar conclusiones hasta que el último rincón de la muestra ha sido exmainada.

De pronto te das cuenta de que el núcleo de los linfocitos tiene el color violeta característico más acentuado de lo normal, le pides a la computadora un acercamiento a nivel microcelular y puedes notar que las células sanguíneas tienen un borde de otro color. Pides a la computadora de la nave que haga un acercamiento a esa área específica y te muestra lo siguiente:

Cuando le pides a la computadora que te diga si el patrón corresponde a algún organismo conocido te responde -Patrón no identificado, organismo desconocido sin vida.
 

La vulcana comenta lo sucedido a la alférez, que la observa expectante.

El organismo está ahí, pero me temo que usted fue incapaz de localizarlo, alférez. Considere estos hechos la próxima vez que tenga usted la tentación de actuar por su cuenta saltándose los protocolos y poniendo en riesgo la nave...

Dicho esto, la vulcana, con renovadas energías, retoma el trabajo que más le gusta. La investigación.

Bien, veamos si podemos aislar unos cuantos de estos organismos para entender un poco mejor cómo actúan y qué estructura tienen. Quiero imágenes tridimensionales de los mismos del cañón de electrones para poder identificar sus partes. Alférez Robirosa, prepare el proyector de ondas GKQ y los generadores magnéticos para ver como interactúa su estructura molecular con las diferentes ondas que...

La vulcana hace una pausa en su discurso, se dirige a una consola del ordenador de la nave, y envía un mensaje.

Destinatario: Capitán Jor-tova'Daq, Doctora Nerys
Remitente: Kunaar
Hora de entrega: 7:00
Asunto: Reunión a primera hora
Mensaje: Entiendo que deben estar ustedes descansando a estas horas, por lo que pospongo el mensaje a primera hora de la mañana. Tengo novedades que me gustaría participarles cuanto antes, preferiblemente a primera hora.
 

Hecho esto, prosigue dando ordenes a la humana, con la misma energía que si se tratara de las 12 de la mañana. Esta noche va a ser larga, y espera que productiva.

De acuerdo comandante.  Quizá deberíamos incluir en la simulación las armas biológicas.  Pidámosle a la doctora un tiempo para ello. 

Pero si, no son los hados.  Las decisiones tácticas si deben tomar en cuenta en los escenarios, no como predicción absoluta pero si uno de sus parámetros.  Nosotros lo haremos. 

Bueno, me retiraré ya a descansar.  -dijo acabando de secar el sudor y mandando al reciclaje la tela. Que bueno que pudo venir, comandante; así pudimos platicar un poco más.   Maj Rham.  -y diciendo esto el capitán se fue hacia su dormitorio.  Quería leer unas estrofas del "Cantar de la Conquista" para entender mejor lo que los klingon estarían sintiendo justo en estos tiempos antes de decidir lanzarse o no de frente al combate... 

Lo que ves, lo que el holomicroscopio te proyecta, es un microvirus que al parecer ha reemplazado las células del núcleo del linfocito por él mismo, a simple vista puedes darte cuenta de lo que esto significa: el sistema inmune del cuerpo se basa en estos componentes de la sangre, de hecho casi podías recordar el extracto de los apuntes informáticos de la academia.
"Los linfocitos T son los responsables de coordinar la respuesta inmune celular constituyendo el 70% del total de los linfocitos que segregan proteínas o citoquinas. También se ocupan de realizar la cooperación para desarrollar todas las formas de respuestas inmunes, como la producción de anticuerpos por los linfocitos B.
Se diferencian de los linfocitos B y de las células asesinas (natural killer o NK) por poseer un receptor especial en la superficie de la membrana, el Receptor de linfocitos T (denominado TCR por T cell receptor). Sin embargo, en un frotis microscópico de sangre no es posible distinguir uno de otro a simple vista".
Este era un virus terrible y poderoso, era lógico que matara al pobre capitán Johnson en cuestión de días, es más, te parece extraño que no lo matara en horas.
Sin embargo, por más pruebas que realizaste no pudiste explicar cómo llegó el virus allí, si por vía aérea o directamente a través de la sangre ni por qué afectó a solo a Johnson... lo cual te hacía pensar en un arma casi sin dudarlo, de otra manera, un virus de este talante hubiera acabado con la base de Calder en semanas aun si su contagio fuera por fluidos y no por vía aérea, lo cual todavía no podías confirmar.
A pesar de ello tenías unas buenas novedades para comunicarle al capitán y a la doctora en la reunión a primera hora.

Ledger quedó solo en la simulación del capitán. Anduvo un par de decenas de metros más mirando las estrellas y sistemas solares a su alrededor. Se encogió de hombros bonito juguete. Tenía que reconocer que él tambien estaba cansado, no era propio de un guerrero no aprovechar el tiempo de descanso e ir fatigado a la batalla, si sus reflejos fallaban no tendría oportunidad de intentarlo de nuevo.

Se dirigió a sus aposentos, tenía varias ideas sobre el curso de acción a seguir, lo primero sería comprobar las versiones de los que acompañaron al extinto capitán para comprobar si su versión correspondía con la oficial que les había transmitido la flota y su nuevo oficial al mando, solo por si acaso.

Entró de nuevo en la soledad de sus habitaciones, como siempre le costó algo más de un minuto atravesar el umbral. Allí en la soledad aún estaban las voces, los gritos de aquellos a los que vio morir como animales sin mover un músculo. Desechó la cama y se dirigió al terminal de la computadora, como siempre el sueño iba a tardar en llegar.

La vulcana sigue trabajando sin parar, ayudada por la joven alférez. Llegado un momento, tras repetir por séptima vez una prueba con el proyector CG-IIb una onda G sobre una muestra, observa los resultados.

Lo mismo de nuevo... me temo que no hay mucho más que podamos averiguar. Bien, Robisora, puede usted retirarse.

Mañana expondré estos resultados al Capitán y necesitaré mi mente clara también yo.

Dicho esto, empieza a recoger y cuando acaba, se dirige a su habitación para descansar y reflexionar sobre todo lo ocurrido hoy. Un día largo e intenso.