Partida Rol por web

Crónica de la Vara: el Comienzo.

Vida bajo las arenas.

Cargando editor
12/06/2013, 17:29
Hamah

El chico te mira, con ese azul hipnotizante. Puedes sentir su respiración, sus brazos que hace no mucho eran fuertes alrededor de tu espalda. Un par de lágrimas se resbalan, limpiando la suciedad de sus mejillas. El asiente lentamente y, de forma breve, casi casual, te da un beso en los labios. Es solo un roce, un destello. Luego te vuelve a abrazar y solo dice una cosa.

- Gracias...

Cargando editor
12/06/2013, 17:57
Zeleste

El rostro de Zeleste se sonrojó al sentir los labios de Hamah sobre los suyos. No se lo había esperado, aunque tampoco hizo gesto alguno para apartarse. Es más, cuando él volvió a abrazarla, ella pasó los brazos por su espalda y le acarició con suavidad, intentando darle el apoyo que necesitaba.

- No me las des... Yo también te necesito, ¿sabes? - Le dijo en un susurro, mientras cerraba los ojos y suspiraba. - Sólo te tengo a ti... - 

Habían pasado demasiados días prisioneros de aquellos hombres. Sin saber qué sería de ellos. Zeleste había tenido mucho miedo, pero la compañía de Hamah le había ayudado a superarlo. 

- Saldremos de aquí y... no sé qué haremos, pero... - Se mordió el labio, sentía un nudo en la garganta. Había dejado de llorar, pero todavía tenía ganas y las lágrimas se iban enredando en sus pestañas. - Pero... estaremos juntos... - 

Cargando editor
14/06/2013, 13:09
Hamah

Hamah asintió lentamente, rozando su barbilla con tus hombros. Luego se separa despacio y te sonríe acariciándote la mejilla con el dorso rugoso pero suave de su mano.

- Saldremos de aquí, ¿vale? Será mejor que traigamos a la mujer aquella si no quieres que muera. No la habrás salvado para nada, ¿no?

El joven se levanta con cuidado y te ayuda a ti con delicadeza a ponerte en pie.

- ¿Todo bien? - Susurra.

Cargando editor
14/06/2013, 13:47
Zeleste

El rostro de Zeleste se sonrojó ligeramente al sentir el suave contacto de la mano de Hamah. Aceptó su ayuda y se levantó del suelo.

- Sí, estoy bien... - Le dijo, esbozando una dulce sonrisa. Empezaron a caminar hacia el lugar donde se encontraba la mujer, pero cuando pasaron por el lado del carro, sus ojos violáceos se detuvieron un momento y enarcó una ceja. 

- Tenemos ropa... - Le dijo, ampliando su sonrisa. - Podremos coger algo de ropa que esté en mejor estado. Y que nos vaya bien... - Comentó, mientras se sujetaba el pantalón que peligraba con resbalarse de su cintura. Casi se había convertido en un gesto inconsciente, continuamente sentía como resbalaba y temía quedarse desnuda. 

Cargando editor
14/06/2013, 13:54
Hamah

Hamah te acompaña hacia el carro, ahora algo más animado. Ríe un poco por lo bajo cuando comentas lo de la ropa.

- Es una pena, me gustaba mucho ese pantalón. - Dice con una risa pícara señalando hacia tus manos, que sujetan como pueden la prenda.

En pocos minutos llegáis al lugar. Simba está sentado, con la cabeza erguida, orgulloso de su labor. La mujer parece que respira tranquila, cerca de la antorcha.

Cargando editor
14/06/2013, 14:13
Zeleste

Zeleste sonrió con nerviosismo y se sujetó con más fuerza el pantalón. Se había sonrojado un poco más, quizás otra persona hubiera sabido qué responderle, pero ella se había quedado en blanco. Así que sin hacer ningún comentario, volvieron a donde se encontraba Simba y la mujer.

- Muy bien, Simba... - Le dijo, acuclillándose y acariciándole tras las orejas. Se volvió hacia Hamah y señaló a los pies de la mujer. - Llevémosla donde el carro... Está estable, pero todavía está muy mal. Hay que ir con cuidado... - La joven se acercó a la mujer y la cogió por los hombros, intentando no bambolearla mucho. 

Cargando editor
14/06/2013, 14:29
Hamah

Hamah te da un pellizco en la mejilla.

- Que era broma, muchacha.

Cuando llegáis a la mujer, hace un gesto hosco y deja de sonreír, pero no te discute y te ayuda a levantarla, pero apenas la alza un poco.

- Madre... como pesa... Tendremos que arrastrarla.

Cargando editor
14/06/2013, 14:51
Zeleste

Zeleste soltó con cuidado los hombros de la mujer y se secó el sudor que perlaba su frente.

- Sí, es imposible moverla... - Comentó con un tono de voz ligeramente desmotivado. Cuando Hamah se puso a su lado, pudieron cogerla entre ambos y con mucho cuidado ir tirando hasta llegar al carro. Allí, Zeleste buscó un sitio para dejarla con más comodidad y se dispuso a sacarle la armadura. 

Cuando terminó, empezó a buscar algo de ropa, aunque fuera con la que había llegado. No era muy adecuada pero al menos no tendría que preocuparse por estar subiéndose la falda...

 

Cargando editor
14/06/2013, 15:17
Director

Hamah te ayuda a quitarle la armadura y luego se sienta a un lado, jugando con un pequeño objeto metálico.

Encuentras un par de prendas que parecen ajustarse mejor a tus necesidades. Un pantalón acolchado,una camisa corta y una túnica azul, amplia pero no muy larga.

El joven sigue entretenido con sus cosas pero te mira de reojo de vez en cuando.

Cargando editor
14/06/2013, 16:09
Zeleste

Zeleste cogió la ropa que acababa de encontrar y se ocultó tras el carro volcado.

- Voy a cambiarme... - Le dijo, asomando la cabeza por uno de los lados. Menos mal que había encontrado esa ropa. La túnica le encantaba, buscaría algún cinturón para ponérselo por encima. Los pantalones, aunque no eran lo mejor del mundo, al menos no tendría que ir subiéndolos a cada momento. 

Se quitó la capa, dejándola a un costado con mucho mimo. Creía que la había perdido y ahora que volvía a tenerla se sentía muy emocionada. Después se quitó los pantalones y la camisa áspera que le había facilitado la mujer. Empezó a vestirse. Primero se puso la camisa, ésta era mucho más suave que la que había llevado esos últimos días. Casi parecía una niña con zapatos nuevos. Estaban con serios problemas pero ella se sentía feliz... Tenía un amigo y habían recuperado su libertad...

Cargando editor
14/06/2013, 16:16
Director

Notas un extraño gesto cuando te escondes en la caravana, por parte de Hamah, pero no entiendes por qué es ni que significa. Después de ponerte ropa fresca y suave, por lo menos comparada con la anterior, te sientes como recién despierta, aunque tu mente está bastante cansada.

Al salir. Hamah ya no está.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Despertar

Tirada: 1d100

Resultado: 28

Cargando editor
14/06/2013, 16:21
Zeleste

- ¿Hamah? - Preguntó extrañada al ver que no se encontraba allí... Miró a su alrededor, sintiendo los nervios en la boca de su estómago. ¿Y si mientras ella estaba cambiándose había venido alguien y se lo había llevado en silencio...? No, no puede ser... Habría oído algo... Pero... ¿Dónde está?

- Hamah... ¿Dónde estás? - Volvió a llamarle mientras caminaba hacia el sitio donde estaba y miraba a su alrededor, con el corazón en un puño... - Hamah, me estás asustando... -

Cargando editor
14/06/2013, 17:00
Director

Escuchas unos pasos por el túnel que salía al lugar donde encontrasteis a la mujer. Vienen hacia aquí decididos y, a medida que se acercan, una luz anaranjada empieza a sustituir el fulgor azulado que emana de los hongos.

Cargando editor
14/06/2013, 17:03
Zeleste

El corazón de Zeleste empezó a latir con fuerza. ¿Hamah? No sabía si sería el muchacho, pero por si acaso decidió ocultarse entre las maderas del carromato y mirar a través de ellas... ¿Quién sería...?

- Tiradas (1)

Motivo: Esconderse

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+2)=22

Notas de juego

Uoooooo Pedazo tirada 8 )

Cargando editor
14/06/2013, 17:12
Hamah

Una sombra, una silueta, e inmediatamente la cabeza de Hamah asoma por la cueva, con la antorcha en la mano. Mira a un lado y a otro y se sienta donde estaba.

- ¿Zeleste? - Dice, llamando hacia el carro. - ¿Todavía te estás cambiando?

Cargando editor
14/06/2013, 17:14
Zeleste

Al ver que se trataba de Hamah, Zeleste respiró aliviada y salió de su escondite.

- No... Ya estoy... - Le dijo, acercándose junto a él y sentándose en el suelo. - No sabía dónde estabas... - Aquellas palabras podían sonar un poco recriminatorias. La verdad es que la joven se había asustado al no verle. Distraídamente empezó a acariciar a Simba, mientras recorría aquella caverna con la mirada. 

- Tenemos comida para unos cuantos días... Podemos aguantar aquí, pero en cuanto podamos deberíamos irnos y buscar una salida... - Volvió a entrelazar su mirada con la de él y esbozó una suave sonrisa.

Cargando editor
14/06/2013, 17:39
Hamah

Hamah asiente.

- Lo siento, fui a por esto. - Dice, alzando la antorcha. - La verdad es que es una pasada, no se cuanto tiempo llevará encendida, pero aguanta muchísimo.

Da vueltas al objeto mientras lo mira detenidamente. - ¿Estará hecho de alguna madera especial? - Levanta las cejas, dando el asunto por zanjado y te hace un gesto para que te sientes a su lado, sonriendo.

- Pues comamos algo y descansemos, ¿te parece?

Cargando editor
14/06/2013, 17:49
Zeleste

Con toda la preocupación por la mujer, Zeleste no había prestado mucha atención a la antorcha. Pero ahora que la miraba más detenidamente, la reconoció y una sonrisa se dibujó en su rostro.

- ¡Ohhh! ¡Es mi antorcha! - Exclamó mientras negaba con la cabeza. - No es la madera. Esta antorcha tiene un conjuro que hace que no se apague. Tiene el aspecto de una llama normal, pero si la tocas verás que no quema. Me la dio un amigo hace mucho tiempo y la tenía guardada... - Por un momento se quedó pensativa... - No sé por qué registrarían mi dormitorio, pero ahora tengo que agradecerlo... Gracias a eso tenemos luz... - Le dijo con un guiño de ojos.

Cargando editor
14/06/2013, 18:05
Hamah

- Ajá... - La cara del joven no era nada amigable tras tu confesión sobre la antorcha, pero no hizo comentario alguno. Simplemente dejo el objeto a un lado, apoyado en la roca, para que iluminara la estancia.

Se acomoda como puede en la pared, recostándose.

- Vaya... pasar de dormir en un carro a sobre el suelo... menudo cambiazo. - Pega un silbido irónico. - ¿Dormimos?

Cargando editor
14/06/2013, 18:10
Zeleste

La sonrisa se había borrado de sus labios y una expresión desolada se dibujó en el rostro de Zeleste al ver la reacción de Hamah. Él odiaba la magia, y la magia era su vida...

- Duerme tú... - Le dijo mientras se incorporaba y buscaba algo para comer. Ella no había comido nada y ahora sentía su estómago en los pies. Buscó también alguna cosa para Simba.

- Simba, aquí tienes, come algo... - Acarició con suavidad su lomo y le puso algo de carne... Se sentó nuevamente en el suelo y empezó a comer, bebiendo pequeños tragos de agua que le ayudaban a pasar el alimento. No podía hacer nada para convencer a Hamah de que la magia no era mala. Gracias a ella podrían sobrevivir bajo tierra. Si no tuvieran la antorcha, no podrían moverse por esos túneles y buscar una salida. ¿Por qué es tan tozudo?