Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

VI - Una carrera contra el tiempo

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25/09/2015, 06:14
Allen Shesar

¿Cinco horas Losse? - Preguntó Allen un tanto confundido. Oaksville, incluso a lomos de Hagen, está a un buen trecho. No creo que consiguiesemos llegar allí antes de cuatro o cinco días...y eso dejando al pobre Hagen extenuado de ir y volver llevándonos encima. Sin embargo al elfo no le faltaba razón en lo que sus palabras expresaban.  No sé como podemos comprobar si lo que nos han dicho es cierto pero sí comparto tu opinión en cuanto a lo del tema de los cabecillas. ¿No dijiste que Steznag había prometido al cacique de la tribu del escalofrío, el Gran Muzhal, las llanuras de éste lado del Álandor? - Preguntó esta vez tras darle vueltas al asunto. Si es él quien mantiene cohesionadas a las tribus bajo su mando puede que no sea tan descabellado pensar que si nos quitamos a ese ser del medio y a unos cuantos más de los que le acompañen toda la estructura que vemos ahí fuera se desmorone como gigante con los pies de barro.

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25/09/2015, 20:01
Kormack Quebrantahuesos

El enano se contuvo de pasar por el hacha al mediano, Allen parecía dar sensatez al asunto. No tuvo más que dar su opinión para que el enano cejase en el asunto y se pusiese a cavilar sobre su siguiente paso. -MMMmmm.- pensaba mientras sus compañeros daban su opinión. -Opino igual que Allen... Hay que hacerrrr esa incurrrrsión. Corrrtar la cabeza y mirrrrar como se rrrrompen las alianzas.- sucumbió. Además ser el responsable de ese caos casi le tentaba. Ser el desencadenante de la victoria de Crimmor era tan atractivo... 

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26/09/2015, 12:03
Jeldrich

Colocado en uno de los laterales de la cama de Phaymust, Jeldrich volvió a presenciar un nuevo e interesante interrogatorio por parte de sus, ahora, compañeros.

No parecía que el pobre mediano, al borde de un infarto cada vez que abría la boca Kormack, fuese a aportar mucho más de lo que ya conocía el grupo. La información de la que disponían debía ser suficiente de cara a dar su siguiente paso, para bien… o para mal…

-Estoy de acuerdo con vosotros, intervino el clérigo cuando hicieron alusión a la captura de posibles “cabecillas”. – el Viaje a Oaskville es obligado, está claro, y no deberíamos demorarlo demasiado… pero, por supuesto, no podemos olvidar la amenaza a la que está sometida Crimmor, continúo mirando por una de las ventanas de la habitación de Hebrafina. – Sin embargo… ¿cómo creéis que podríamos acabar con ese Gran Muzhal sin antes acabar con todo su ejército?, preguntó encogiéndose de hombros y extendiendo los brazos. 

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27/09/2015, 20:47
Ogna

Ogna bajó la mirada ante la pregunta de Jeldrich. No tenía ni la más remota idea sobre qué responder. ¿Incursión? ¿Plan? Con el enano en equipo no se le ocurría que aquello pudiera salir bien. Sabía de sobra, desgraciadamente, la forma de actuar de Kormack: abrir la puerta de las murallas de Crímmor y gritar a los cuatro vientos "Gran Muzhal me cago en tus muertos te desafío a muerte bola de mierda, tu madre era una puta, etc, etc".

Genial.

- Qué bien. No sé cómo no se nos había ocurrido antes acabar con el ejército.- Dijo con sarcasmo en un susurro dirigido a Davros. La joven se sentó donde pudo, agarrando las rodillas con los brazos y se puso a pensar, a darle al coco.

- Tiradas (1)
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28/09/2015, 06:27
Allen Shesar

Viendo el paladín que contaba con la atención de sus compañeros se propuso a exponer la idea que le bullía en mente desde hacía largo rato, cuando Jeldrich expuso su teoría de camino a donde ahora se hallaba. Como distaba mucho de querer comentar aquello frente a aquellos tres  extraños, Allen indicó a sus amigos que le acompañasen hasta una de las habitaciones más apartadas en donde podría comentar sus planes. Aquello, si bien no pareció sentar muy bien al mago Vhensijet, éste hubo de aceptarlo de todas maneras. Quien sí agradeció que los aventureros desapareciesen fue Phaymust que sólo pudo respirar aliviado cuando todos a excepción de Laisser Krimmevol hubieron salido.

Bien. – Comenzó tras aclararse la garganta. - Ya que veo que la única forma en la que veo que podemos ayudar a esta ciudad es descabezando a ese ejército que está ahí fuera lo mejor será que lo hagamos a la luz del día, cuando probablemente los orcos y goblinoides, mucho más numerosos, estarán menos activos. – Suspiró. – Sólo espero que esas murallas aguanten la embestida de la noche. – Dicho esto, el paladín se giró hacia aquellos que con mayor seguridad necesitaban de un descanso. Ogna y tú, Jeldrich, si es que quieres meterte de lleno en esta empresa que a todas luces parece un suicidio,  deberíais descansar los primeros. Os necesitaremos con todas vuestras facultades si es que queremos salir con vida de ésta. – Por primera vez en mucho tiempo Allen se sintió un tanto nervioso. Estaba a punto de conducir a sus compañeros al interior de la boca del lobo, algo que ya había hecho con anterioridad sí, pero esta vez era especial. No podía controlar el daño que aquel ejército en disolución dejaría en las tierras que lo viesen dispersarse. Sin embargo ya estaba decidido, si aquella corazonada acerca de Oaksville resultaba ser cierta, cosa que según todas las pruebas apuntaba a ello, cada hora que pasase era una hora regalada a un enemigo que se había tomado muchas molestias para tejer toda aquella pantalla de entretenimiento. El resto también deberíamos descansar pues de poco serviremos si no aguantamos más de un golpe.  – Continuó. Mi idea es la siguiente: – Dijo vaciando una mesa y colocando en ella objetos que pudiesen representar el territorio que comprendía la ciudad y sus alrededores. A buen seguro algún goblin de los que fueron lanzados al ataque como pantalla contra proyectiles habrá quedado por ahí tirado en las inmediaciones de las murallas, herido o moribundo. Me da igual, sólo necesito que sea capaz de hablar. Mi intención es ir con Hagen y traer alguno para ser interrogado. Si logramos saber dónde está desplegado el grueso del clan del Escalofrío su cabecilla no debe andar muy lejos. – Miró a Kormack y Davros. Lo ideal sería acabar con la mayor cantidad de líderes tribales que podamos o con todo aquel ser que pueda reunir a su alrededor a las tropas una vez hayamos matado al Gran Muzal. Sin embargo, amigos, y aquí hablo totalmente en serio, - Se detuvo para asegurarse de que Kormack le escuchaba, - una vez acabemos con nuestra misión, debemos salir de ahí cuanto antes. Queremos sembrar el caos y desaparecer, dejar que esos seres descarguen sus frustraciones entre ellos. Sé que no hay ningún ser ahí fuera que pueda compararse con lo que hemos derrotado hace un rato. – Dijo refiriéndose a Triomertán. – Pero no podemos obviar que son un maldito ejército y que si nos rodean, la fuerza del número nos hará caer. Por eso me preocupa el cómo podremos salir de allí una vez acabemos con el Gran Muzal. Hagen puede llevarme a mí y a otro más al mismo tiempo pero…no olvidemos que tienen gigantes. Si uno de ellos, o una andanada de flechas alcanzase a mi montura, Tyr no lo quiera, nos quedaremos sin forma de salir de allí si nos rodean. Además, por otra parte, si sólo podemos abandonar la zona de dos en dos habrá algunos que deberán aguantar hasta que Hagen ponga a salvo a los dos que transporte. ¿Alguna idea?- Preguntó con el ceño fruncido por no saber cómo abordar aquel problema.

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28/09/2015, 07:39
Director

Notas de juego

Conocimiento de bardo:

El Gran Muzal, según contó Losse y Zanc tras su milagroso escape de la fortaza abandonada que los orcos habían tomado como guarida, es el líder de la Tribu del Escalofrío. Se trata de un orco negro feroz y poderoso que tiene bajo su mando probablemete a más de un millar de tropas entre orcos, goblins y algún que otro ogro. Se le cree tan fuerte que hasta los ogros que le sirven lo hacen atemorizados. Además, si Steznag ha conseguido que ese ejército que está a las afueras de la ciudad, compuesto incluso por gigantes, esté bajo las órdenes del caudillo orco, éste debe tener más de un as en la manga para evitar que los orgullosos gigantes se vuelvan en su contra o traten de tomar el mando.

 

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28/09/2015, 12:12
Ogna

- Aunque no tenga la fuerza de Triomertán, se cuentan muchas cosas de ese caudillo orco. El "Gran Muzal" es el líder de la Tribu del Escalofrío. Se trata de un orco negro feroz y poderoso que tiene bajo su mando probablemente a más de un millar de tropas entre orcos, goblins y algún que otro ogro.- Decía la joven descorazonada con las tripas revueltas, tanto que se llevó la mano hacia ellas.- Se le cree tan fuerte que hasta los ogros que le sirven lo hacen atemorizados. Además, si Steznag ha conseguido que ese ejército que está a las afueras de la ciudad, compuesto incluso por gigantes, esté bajo las órdenes del caudillo orco, ese cabrón debe tener más de un as en la manga para evitar que los orgullosos gigantes se vuelvan en su contra o traten de tomar el mando.- Tras exponer lo que sabía, la enciclopedia andante volvió a quedarse callada y pensativa. La idea de un descanso le parecía adecuada después de los innumerables combates en los que habían tenido que participar.- Las murallas aguantarán una noche.- Dijo con firmeza.- Pero no hay que olvidarse también de Sylphamen. Ella puede estar ahora entre las filas de ese ejército. Por mucho que me devaneo los sesos no se me ocurre forma de salir de allí con vida una vez se alerten de nuestra presencia. ¿Es que no lo veis? Parecen  hormiguitas, hay a millares. Me parece una misión suicida y...- La alocada Ogna ahora tenía responsabilidades.-...y no sé si quiero embarcarme en algo así.- Ella podía hacerse invisible pero, aún así, sería imposible escapar de un mar de hostiles enemigos rodeándola.- Quizá...- Empezó con timidez, hablando bajito mientras rumiaba una idea.-...necesitaríamos la colaboración del ejército de Crímmor. Una maniobra de distracción que nos permitiera infiltrarnos sin ser vistos y ayuda en el momento de regresar. También podríamos no regresar. Pegar el golpe y marchar a Oaksville directamente.- La idea de Allen de obtener información del ejército le parecía de una importancia vital.- Eso es muy importante. Sin información será como encontrar una aguja en un pajar. - De pronto le pareció algo bastante evidente.- Si yo fuera generala de ese ejército, me instalaría en Fuerte Bueno, algo que no deja de resultar irónico, ¿verdad?-Irónico por el nombre y porque habían salido de allí para regresar a la ciudad sin defenderlo siquiera.

 

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28/09/2015, 15:19
Jeldrich

Jeldrich escuchó con sumo interés y aprobando todo lo expuesto por el paladín. – Por supuesto, que podéis contar conmigo, contestó con firmeza a pesar del riego de la misión.

Sin duda para una tarea tan complicada sería necesario atar bien cualquier cabo suelto, desde el primer paso en que todos coincidieron con el paladín para conseguir información acerca del líder orco… hasta el plan de escape, algo que aún deberían concretar entre todos a pesar de que la joven bardo comenzó exponiendo algunas propuestas interesantes.

-Excelente idea, añadió a la propuesta de Ogna, - Podríamos armonizar una réplica de ataque por parte del ejército de la ciudad. Centrado en un punto estratégico podríamos provocar que el enemigo se viese obligado a mover sus defensas hasta allí permitiéndonos una ruta de escape. Quizá uno de los túneles no detectados por el enemigo podamos usarlo para ello, aunque algunos puedan hacer uso de Hagen… si algo fallase…siempre podemos optar por la otra opción de alejarnos de la ciudad, claro…, concluyó. 

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28/09/2015, 19:23
Allen Shesar

Es lo primero que pensé, Ogna. – Comentó Allen tras escuchar las palabras de la muchacha acerca de la posibilidad de que el Gran Muzhal estuviese escondido en Fuerte Bueno. En cuanto a la posible estratagema por parte del ejército para hacernos ganar tiempo creo que estaría muy bien. Todo lo que se haga para evitar fijar la atención en nosotros será bien venido. – El paladín se movió inquieto de un lado a otro de la modesta habitación. Está bien. – Dijo al fin. – Voy a llevar a Laisser Krimmevol a las murallas y después de eso iré a hablar con Heomar de Silaría acerca de lo que estamos pensando. Con suerte ellos habrán capturado a algún orco o goblin y no tendré que ir yo a buscarlo. Además así aprovecharé para sobrevolar la ciudad a ver si veo o tengo noticias de Zanc. - Añadió esperanzado. -  Descansad todo lo que podáis, pues nuestra misión ha de hacerse con la mayor brevedad posible. – Con eso pretendía el paladín eludir el bochorno de plantarse de nuevo frente al general acompañado por Ogna y Kormack y llegar a una negociación sin problemas.

Descansad, amigos. Nos veremos pronto. – Allen salió de la estancia con paso presto. El sonido de sus pisadas se alejó seguidas por las de otros pies que  no eran otros si no los del castigado sobrino de Lady Ophal.

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28/09/2015, 20:46
Director

Con Allen encargándose de las acciones diplomáticas los compañeros restantes dispusieron al fin de un merecido descanso después de una larga sucesión de combates a cada cual más terrorífico. Había sido un día largo, puede que eterno se ajustase más a la definición, pero al fin parecía que iba a terminar. Dispusieron sacos de dormir alrededor de la mesa central del cuarto que horas atrás había servido como cámara mortuoria para el cadáver del que Sylphamen había obtenido la cabeza y los brazos para Triomertán. El olor a podredumbre aún era patente pero tras un par de horas con la puerta abierta de par en par tanto de la habitación como del balcón el ambiente se hizo mucho más soportable.

La noche pasó rápida sobre todo para los que habían conseguido conciliar el sueño. Sólo los lejanos gritos y explosiones daban muestras de que el asedio seguía en su apogeo. El olor a madera y carne quemada comenzó a entrar desde el balcón en plena madrugada indicando con ello que los combates en las murallas y alrededores seguían siendo tan encarnizados y feroces como cabría esperar de una contienda como aquella. No obstante no hubo señales de combates en el interior de la ciudad y, para cuando llegó el alba, la intensidad de la lucha decayó a la misma velocidad con la que el astro rey se hacía dueño y señor de los cielos. Desde el balcón, aunque no podía apreciarse el estado en que las murallas habían quedado, sí que podía distinguirse su contorno, pues numerosos hilillos de humo se elevaban desde las zonas más cercanas a las protecciones defensivas , las cuales habían sido castigadas con mayor crudeza.

Cuando los compañeros despertaron  debido al ruido de un grupo de carros que transportaba heridos a las inmediaciones del palacio del Representante del Consejo, que era donde se había establecido una especie de hospital de campaña, el sol ya se encontraba por encima de la horizontal con las murallas. Una niebla mortecina, avivada por el humo que aún brotaba de las edificaciones en llamas, envolvía la ciudad. Pequeños copos de nieve caían lentamente mezclado con las pavesas que se habían desprendido de los fuegos cercanos. El paladín de Tyr no había dado señales de vida aún, lo que en cierta medida preocupó a los compañeros que iban incorporándose de sus improvisados camastros. 

Notas de juego

Actualizad hechizos y lanzad curaciones si es que hacen falta.

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28/09/2015, 22:40
Jeldrich

Con el plan trazado para el día siguiente, el grupo de aventureros, todos excepto el paladín de Tyr y un desaparecido Zanc, podrían disponer al fin de algunas horas de descanso. El siguiente día que les esperaba se presentaba tan duro como desconcertante, por lo que la idea de renovar fuerzas fue bien acogida por todos.

Jeldrich, que no dudó ni por un instante en realizar sus programados rezos a su dios antes de descasar, permaneció durante varios minutos a solas implorando por el valor y poder suficiente para afrontar aquello que le aguardase el destino a la mañana siguiente.

Tras este gozoso momento de paz, el clérigo se aproximó junto a sus compañeros y, antes incluso de comprobar su lecho para aquella noche, se interesó por las heridas aún visibles de sus compañeros. – Permitidme, comentó con una voz dulce, - sanaré vuestras heridas para ofreceros un descanso más pleno y agradable, dijo antes de ponerse manos a la obra.

La noche pasó sin sobresaltos, lo que hizo que cada uno de los aventureros gozasen de energías renovadas. Los sonidos de batalla parecieron cesar en el mismo momento en que Lazhánder tomó protagonismo sobre el campo de batalla con su luz celestial. Tan sólo la incertidumbre de qué había sido de Allen y Zanc, enturbiaron ese pequeño instante de paz.

-Si estáis listos, creo que deberíamos acudir a las murallas y buscar a Allen… es extraño que aún no tengamos noticias de él…, comentó con preocupación.

Notas de juego

Tiradas de Sanar para Kormack y Ogna...creo que el resto estan enteros.

Tengo aun 3 de moderadas y 1 de Criticas... potenciados... asi que si te parece los ponemos hasta arriba sin necesidad de tiradas.

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29/09/2015, 00:04
Losse

El plan trazado por Allen parecía convencer a Losse, aunque aún tenía dudas sobre cómo podrían llegar hasta el cabecilla en caso que estuviera rodeado por una hueste de orcos. - Bien. Primero encontremos a ese Gran Muzal y luego pensemos en cómo llegar hasta él. - También asintió ante la propuesta de Ogna, aunque primero había que localizarlo. - Sí, es una opción a tener en cuenta con la cantidad de esos bichos que rodean la ciudad. Esperaremos las nuevas de Allen. Mientras descansemos un poco, que falta nos hace. -

Losse se dirigió hacia el lugar de descanso acercándose a Ogna en alguna que otra ocasión para darle algún beso. La tensión de las últimas horas había agriado su carácter y necesitaba recomponer su buena actitud. Debía volver a encontrar en Ogna el pilar en el que apoyarse y, también, buscar los cálidos brazos de Mielikki. Aún le escocía la puñalada de Laisser pero no era nada de lo que preocuparse. Probablemente la noche sanaría su herida y no quedaría más que en un leve recuerdo de lo que éso le costó al malhechor. Preparó con delicadeza la cama en la que descansaría junto a Ogna, no sin antes rezarle a la Exploradora Suprema. Su favor le había hecho volver y tenía aún una misión que cumplir.

Ahora que Morwing no estaba en el grupo, el iniciado en la Orden del Arco había vuelto a ser el más madrugador de todos. Nada parecía indicar que la batalla había comenzado, así que sacó su arrugado diario y continuó escribiéndolo, sobrándole tiempo incluso para marcar sus nuevas flechas con alguna filigrana que le recordara el lugar del que provenía.

Jeldrich rompió la paz de la que el elfo gozaba, aunque su voz era una melodía de arpa en comparación con el estruendo de Kormack y Davros. Era el momento de ponerse en marcha de nuevo. Pero Jeldrich le recordó una cosa que había pasado por alto: Allen no había vuelto.

La primera conclusión que Losse sacó fue que el paladín había renunciado a la compañía del grupo para volver con su hermano, pero quizá era demasiado precipitado pensar que les había dado de lado. Por supuesto, viendo los deseos que había expresado en anteriores conversaciones, no descartaría la idea, pero mejor sería echar un vistado como el nuevo miembro del grupo sugería. - Sí, demos una vuelta a ver si lo encontramos. Es posible que haya dado con Zanc y esté sacándole de algún apuro. - Se desentumeció un poco y colocó los carcajs en la espalda de tal forma que pudiera llevarlos todos sin molestarle mucho. Pese a la gracilidad de sus movimientos, la intensidad de los últimos dos días podía notarse en sus músculos y un par de crujidos provenientes de sus huesos pudo escucharse en toda la habitación. - Me duele todo. Como sigamos con este ritmo creo que voy a tener que dormir ocho horas como vosotros, jeje. - Recibió a Ogna con un beso de buenos días y pudo comprobar que no era el único que estaba hecho polvo. Sus ojeras, más pronunciadas que de costumbre, revelaban cómo las mañanas de la humana se hacían cada vez más duras. Losse era consciente de ello y ésto le hacía recordar que debería estar más pendiente de ella en las próximas horas, aunque, por supuesto, desconocía el origen de la mayor parte de su agotamiento. - Buenos días, preciosa. ¿Qué tal te has levantado hoy? -

Notas de juego

* Mañana iré escribiendo el diario

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29/09/2015, 07:07
Allen Shesar

Como si la sola mención del paladín hubiese servido como método para convocarlo, el sonido de las puertas de la planta baja al abrirse y tras ello el del pisar seguro y decidido de las botas metálicas Allen sobre las escaleras que daban a la primera planta, dio a saber a los compañeros que el sirviente de Tyr no estaba dispuesto a dejarlos allí en la estacada. Cuando éste llegó hasta la habitación que había servido de dormitorio para los    cinco compañeros restantes su aspecto era deplorable. Su armadura otrora impecable y brillante como una estrella lucía ahora salpicada de numerosos restos de sangre y polvo. Sus ojos eran testigos mudos del cansancio que habitaba en su interior, pues negras y marcadas ojeras que poco tenían que envidiar a las de Ogna resaltaban en su blanca piel. Además, la sombra de una incipiente barba oscurecía su rostro dándole un aspecto descuidado que en ningún momento había mostrado con antelación en las dos largas dekhanas de convivencia. No obstante podía leerse en sus suaves facciones un amago de sonrisa, algo igual de extraño si cabe que el rubio vello sobre su rostro.

Veo que habéis madrugado, amigos. – Dijo a modo de saludo entrando en la habitación en donde no tardó en tomar asiento sobre la mesa. Por cómo lo hizo,  y por el suspiro que escapó de sus labios, los allí presentes supieron que había sido una larga noche para él también. Espero que hayáis descansado bien pues lo que tenemos por delante desanimaría al más pintado. – Comentó sin tapujos. Pero dejadme que empiece por el principio. – Continuó mientras veía como los más rezagados iban despertándose. Como podréis imaginar dejé a nuestro amigo Laisser en buena compañía en las murallas al poco de salir de aquí. Después de ello me dirigí a hablar con el general Heomar quien pareció muy ilusionado en saber que aún seguíamos en la ciudad. – Por cómo evitó la mirada de Kormack y Ogna, ambos probablemente intuyeron que en sus palabras, pese a ser ciertas, no expresaban totalmente la opinión del general.  Quiero haceros saber que comparte con gusto nuestra idea de dar un golpe certero al corazón de ese ejército y que podremos contar con sus tropas para llamar la atención de los orcos cuando vayamos a la caza del gran Muzal. Por supuesto, le pregunté sobre si contábamos con algún prisionero del ejército enemigo en nuestro poder y para mi desilusión me dijo que no pero que se había planeado una salida relámpago por la puerta este para tantear la profundidad y fuerzas con las que cuentan esos viles seres. Como era muy tarde y supuse que estaríais durmiendo, le dije que quería participar en ella, pues me valdría no solo para hacerme con algún orco u otra alimaña que tuviese más conocimiento de la situación que un goblin sino, además, también podría aprovechar para hacer un reconocimiento de las líneas enemigas a ver qué descubría.- Con tranquilidad se desabrochó los guantes y los dejó sobre la mesa, justo a su lado. Lo que parecía iba a ser una salida por sorpresa acabó convirtiéndose en todo lo contrario. – Añadió un tanto frustrado mostrando las quemaduras que lucían en sus manos. Esta misma mañana sufrimos un ataque muy fuerte en la puerta este y sólo gracias a que las tropas se habían reunido allí pudimos repelerlo y alejarlos de las murallas. Hasta ahora no han terminado las reparaciones de la puerta, pues se valieron de shamanes y gigantes para echarla abajo. Por suerte, como os digo la cosa vuelve a estar bajo un relativo control. – Fue aquí cuando la sonrisa del paladín se mostró ahora con mayor claridad.  Les dimos una buena paliza y logramos hacernos con algunos prisioneros. Y ¿sabéis qué? Según uno de los orcos del clan de la Garra Sombría, el ejército no atacó ayer porque estaban esperando a un barco volador… un barco volador que no ha hecho acto de presencia desde la última vez que los jefes tribales se reunieron con el Gran Muzal en las montañas que se alzan a nuestras espaldas. Aunque no es evidente, pues tienen un ejército muy poderoso y con más tropas de las que yo haya visto en mi vida, la incertidumbre está más que patente en sus filas.

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29/09/2015, 15:21
Jeldrich

El paladín de Tyr hizo acto de presencia cuando el grupo de aventureros se disponían a salir en su búsqueda. Su aspecto se diferenciaba mucho del de sus compañeros, evidenciando que la noche que había pasado poco o nada tenía que ver con la del resto.

Todos y cada uno de los aventureros, incuso Kormack, permanecieron en silencio mientras el paladín narraba lo acontecido. No pudieron evitar alguno de ellos mostrar su decepción al ver que no había noticias de Zanc, sin embargo la cruzada del paladín había conseguido obtener otros frutos interesantes.

-¿Un barco volador, dices?, repitió sorprendido el clérigo, totalmente desconocedor de aquel artefacto. Tras saciar sus dudas y valorar toda aquella información, se podía entrever que ejercito orco estaba totalmente desorientado en cuanto al plan de ataque. Quizá ese sería el momento perfecto para asestar un duro golpe a sus defensas y acabar con el que parecía ser la única figura que los mantenía unidos e incesantes en la batalla: El Gran Muzal.

-…¿y conseguiste averiguar el paradero del líder orco? ¿Crees que continua en esas montañas de las que hablas?

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29/09/2015, 16:58
Ogna

Ogna no se dio cuenta de lo cansada que estaba hasta que se tumbó sobre el catre y Losse le plantó un dulce beso. No tenía fuerzas ni para echarle en cara su agrio carácter y eso, en ella, era un signo preocupante. A las puertas de una batalla que pudiera ser la última de su vida no iba a ponerse a discutir así qué, tras las primeras reticencias, le devolvió con ardor cada uno de sus besos. No tardó mucho en quedarse profundamente dormida.

- Mejor que nunca.- Contestó a Losse obviando las náuseas y los calambres que atenazaban su enjuto cuerpo. Todo lo malo quedaba empequeñecido ante la belleza del elfo lunar. Sólo quería vivir lo suficiente para mostrar a sus padres y hermanos el novio que había logrado echarse. Ni ella misma se lo creía a veces.

- Muchas gracias Jeldrich, eres un cielo en el que Lathánder refulge sin impedimentos.- Halagó al clérigo que cada vez se abría un hueco mayor entre el grupo de aventureros. La magia de Ogna no necesitaba de superflua parafernalia, sino que brotaba de ella misma, de manera natural. Aún así acompañó a Losse en algunas oraciones a Mielikki para pedir su puntería en la batalla e incluso pidió a Jeldrich que intercediera por ella ante su dios en la batalla. Para entretenerse en la espera Ogna estudió los pergaminos que Morwing le había dejado. Empezaba a comprender algo de la magia arcana, aunque al igual que la suya, la magia de Morwing era mucho más visceral. Sin embargo no pudo concentrarse demasiado pues la espera por un ausente Allen y un perdido Zanc la ponía de los nervios. Cuando éste llegó, escuchó atónita lo que el paladín contaba.

- ¿Estás loco? Debiste habernos llamado...- Le espetó pero acabó por darle las gracias y darle un abrazo. Se sonreía ella sola imaginándose tórridas imágenes entre Heomar de Silaria y Allen Shesar. Estaba segura de que el general se arrepentía de haberles montado aquel número por una baratija de nada.- ¿Y de Zanc?¿No sabes nada?- La noticia sobre que el ejército esperaba al barco volador de Stenzag hizo fruncir el ceño a la ojerosa Ogna.- Puede que se haya retrasado gracias a nuestra intervención en el Atolón De la Sirena Muerta.- Cerró el puño con fuerza en signo de victoria.- Tenemos que dar el golpe antes de que llegue. Ese barco tiene que ser rápido si surca los cielos.

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29/09/2015, 18:50
Allen Shesar

Sí, un barco volador, Jeldrich. – Respondió al clérigo, que aún o estaba muy al tanto de lo que había sucedido en sus vidas en las últimas dekhanas. El que creemos sea el instigador de este ataque así como el que a buen seguro sabemos que irá contra Athkatla parece ser que viaja en un barco volador. Se llama Steznag y se trata de un pirata tiflin famoso por sus correrías. – Dicho esto se volvió hacia Ogna. No debéis preocuparos por mí, - Continuó diciendo mientras acariciaba la cabeza de la muchacha devolviendo así la muestra de su afecto. - Tyr me tiene en su cuidado y el veloz Hagen procura siempre estar por delante de todo mal que nos aceche. Vosotros debíais descansar. – Su semblante se agrió de forma visible cuando la joven bardo mencionó al compañero desaparecido. No, nadie lo ha visto, cosa que, conociendo al intrépido, gnomo tampoco tiene por qué ser malo. – Con aquellas palabras trató Allen de consolar y tranquilizar a sus compañeros aunque él tampoco tenía todas consigo acerca de qué había obligado al pícaro a desaparecer. No obstante no dijo nada acerca de sus más preocupantes temores. Aprovechando que Onga mencionaba la endiablada isla, Allen cambió de conversación. Todo puede ser… hicimos un gran trabajo allí. – No quiso mencionar que en su interior todavía se sentía culpable por haber abandonado a su suerte al capitán Hasler Nazyr. Sí, coincido contigo deberíamos dar el golpe antes de que pueda aparecer surcando los cielos. – Llegado a ese punto de la conversación decidió el paladín mencionar el descubrimiento que había hecho desde las alturas cuando merodeaba cerca del amanecer por las inmediaciones de Fuerte Bueno. Como bien dijiste ayer, Ogna, bien podría ser que Fuerte Bueno hubiese sido utilizado por nuestros enemigos como bastión desde el que organizar el ejército. Desde luego, tras él, oculto a la vista de las murallas, han construido una serie de empalizadas y han levantado diversas estructuras semejantes a chozas en las que se ve gran número de tropas. Según sé por el orco que atrapé, la tribu al completo del Escalofrío cruzó a esta orilla y, aunque he visto otros fortines, éstos son demasiado modestos para un orco con un ego como el que debe tener el Gran Muzal.

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29/09/2015, 21:44
Kormack Quebrantahuesos

El enano se mantuvo en silencio mientras sus compañeros debatían en cual debería ser su siguiente paso. Allen proponía que deberían descansar, aunque él iba a ir a hablar con el gobernador. Bien quiso ir a acompañarle, pero el paladín se mostró frío y distante, parecía que quería ir sin Kormack. Se le notaba bastante que no quería que el enano fuese con su genio. La pipa del enano golpeó dos veces para ser limpiada, su dedo escarbaba el agujero para sacar los posibles restos que no hubiesen salido. El enano observaba serio la situación, no decía nada, sólo escuchaba. Su pipa ya iluminaba su rostro para cuando sus compañeros marchaban a dormir uno tras otro. En las sombras el enano busco un lugar calentito en el que cobijarse y sentarse, no sin antes despojarse de la armadura. En esos momentos era en los que más echaba de menos a Cuinthere... Levantarse y encontrar la armadura limpia era un auténtico lujo. La ayuda que le prestaba al ponerse y quitarse la armadura, le hacían sentirse importante. ¿En qué momento había perdido de vista el enano a Cuinthere? Aunque nunca lo reconociese, siempre pensó que fue su culpa en dejarlo ir. En no estar ahí. Fue el único que no resucitó. Su pipa se extinguía y los ojos enfadados del enano se iluminaban con una tenue luz mientras luchaban por no dormirse. Finalmente el cansancio ante la batalla más épica en la que el enano había participado hicieron mella. Al alba sus compañeros despertaban uno a uno y parecían impacientarse por la llegada de Allen. El enano seguía durmiendo y roncando como nunca antes se había escuchado. Ni siquiera escuchó al nuevo acercarse para terminar de cerrar sus heridas. Eso sólo hizo que durmiese con más fuerza. Para cuando el enano abrió el primer ojo Allen ya había vuelto y estaba contando la noche tan larga que había sufrido. Tenía una pinta desgarvada y sucia. Sus compañeros comentaban y charlaban. El enano por su parte buscaba algo con lo que desayunar y reponer fuerzas. Su bostezo casi rivalizaba con la conversación ensordeciendo partes de la misma. Los crujidos de los músculos al desperezarse casi parecían los mismo que las pisadas en la madera. Tras traer todo lo que había encontrado al alcance de sus manos en la cocina de Hebrafina el enano rompió su silencio. -Por corrrtesía del anfitrrrión.- y comenzó a devorar buena parte de la misma, dejando para que sus compañeros degustasen también. El enano casi no escuchaba sus ojos estaban fijos en el infinito, su mente aún cavilaba con las infinitos lugares en los que Zanc podía estar. Tanto tiempo juntos y había desaparecido sin más... Aquello hería al enano con sólo pensarlo. Sus compañeros parecían cesar en su conversación y el enano terminó en su desayuno.
-Bueno... un orrrco sólo es un orrrrco.- dijo al respecto de todas las paparruchas que había escuchado endiosando a Muzhal. -Me apunto.- dijo casi frotándose las manos con la idea de que aquel orco callese bajo su hacha. Otra historia que contar de la guerra. "Y fue un simple enano..."
 

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29/09/2015, 22:54
Losse

Apenas se preparaban para salir cuando el paladín apareció con buenas nuevas. - Bien hecho, Allen. Ya que todos hemos descansado, creo que ha llegado tu momento. Necesitamos que estés en perfectas condiciones para cuando queramos salir de aquí. -

Si como parecía indicar el Gran Muzal se encontraba en Fuerte Bueno, llegar hasta él iba a ser una ardua tarea. Existía la posibilidad de desenterrar el túnel, pero éso podía ser catastrófico por la ciudad. Sin embargo, Losse manejaba otra posibilidad. - Bien. Barajemos las opciones que tenemos. Quizá alguno piense en alcanzar el fuerte a través del túnel, pero éso nos llevará muchísimo tiempo. Quizá nadie se haya parado a estudiar el terreno. Ese fuerte se sustenta de agua de alguna manera. Lo más lógico sería que un acuífero subterráneo o una construcción que los antiguos aldeanos construyeron comunicara el Alandor con la fortaleza. ¿Y si pudiéramos utilizar ese paso subterráneo para llegar allí sin comprometer las defensas de la ciudad y sin levantar sospechas? - Si este acceso existía, sabía que algunos medios mágicos podrían hacerles respirar por debajo del agua el tiempo suficiente como para alcanzar el fuerte. - Deberíamos preguntar por esta posibilidad cuanto antes. ¿Qué os parece? - Sin dar tiempo a que nadie contestara, quiso matizar su plan. - Obviamente también tendríamos que protegernos del frío por las gélidas aguas, pero, con nuestra experiencia en las montañas, ya sabemos cómo resistirlo. -

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30/09/2015, 07:00
Allen Shesar

Sorprendido por la idea del elfo explorador Allen bajó de la mesa que había tomado por asiento. ¡Qué tu adorada Mielikki siga bendiciendo tu despierta mente amigo Losse! – Exclamó sin ocultar su entusiasmo, algo tan ajeno de él el hecho de sonreír. Con gusto tomó un pedazo del oscuro pan de centeno que Kormack le ofreció junto con un poco de agua, la cual tomó más por ablandar el duro y seco pan que por la sed misma. Con ese planteamiento has solucionado de un plumazo mi mayor preocupación que no era otra si no servirnos de Hagen para acercarnos al fuerte. No quiero hacerme ilusiones  pero me da que puedes tener razón. Tenemos en la ciudad a Lady Lamia  que nos indicará gustosa dónde se encuentran los pozos y si tiene idea de las canalizaciones que en su día fueron construidas. – Según decía aquello, el paladín recordó que antes de la expedición al Fuerte, del episodio del anillo del Lord Hembelan y el súbito abandono de Morwing, se había hablado de que en la biblioteca del palacio del Representante se guardaban planos de la planta de Fuerte Bueno. Está bien… haremos una cosa. Recoged vuestras pertenencias y encontraros conmigo en una hora en la trasera del almacén donde encontramos por primera vez a los escarabajos de los difuntos. Yo iré otra vez al palacio y pediré prestado los planos y pasaré a hablar con Lamia Critrapper por si puede informarnos de algo. No dejéis nada atrás pues si lo que tenemos en mente sale bien nos dirigiremos a Oaksville tan pronto acabemos con el Gran Muzal.

Nos vemos en una hora amigos. – Se despidió tomando otro pedazo de pan y un poco de queso curado que devoró con apetito antes incluso de dejar la primera planta del taller textil.

Viendo que la propuesta del everlunita era mucho mejor que lo que el  paladín de Tyr había imaginado en un principio Allen volvió de nuevo al palacio del Representante, aunque esta vez lo haría por última vez. Allí, tras recibir de Heomar el permiso para dar órdenes a diversas guarniciones en el caso de que necesitasen proporcionar una distracción al ejército enemigo, fue a la biblioteca y solicitó todos los planos que dispusiesen sobre Fuerte Bueno, ya fuesen antiguos o nuevos. Con ellos en la mano, y sin detenerse demasiado a inspeccionarlos, corrió en busca de Lady Lamia. Todas las preguntas que la actual dueña del fortín contestase servirían para dar una mejor idea de la distribución de los pozos así como de posibles entradas, salidas y habitaciones de difícil acceso.

Mientras tanto, el resto de compañeros resolvió el desayunar con lo que Kormack había  dejado. Tras esto, y sin perder tiempo, empacaron el poco equipaje que habían utilizado esa noche y se dispusieron a partir al lugar acordado con Allen. Como el camino hasta la zona de los muelles tenía que pasar forzosamente por los barrios más centrales donde la mayoría de los mercaderes se habían cobijado, los compañeros tendrían la oportunidad de equiparse con todo lo necesario para su periplo subacuático así como demás ayudas que pudiesen necesitar.

 

Notas de juego

Podéis hacer compras en caso de necesitarlo.

Dad por finalizados vuestros posts en los muelles.

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30/09/2015, 15:31
Davros Zokk

Davros, inmerso en sí mismo, mantenía su silencio convirtiéndole casi en un mero espectador de los últimos acontecimientos. Conocidas sensaciones inundaban su mente, el ansia, las ganas, el deseo de que la cercana incursión tuviese lugar lo antes posible evitaron que consiguiese dormirse tan pronto como hubiese deseado, exactamente igual que las noches antes de salir de caza, cuando era sólo un niño.
El profundo cansancio venció al final y pudo conciliar el sueño, incluso con los sonidos de las catapultas enemigas y los ronquidos amigos.
Pesadillas sobre caras conocidas ensangrentadas y sensaciones de culpabilidad llenaron su descanso, infundiéndole una mala corazonada que duraría hasta el final de la heroica aventura.
Cuando llegó Allen, con un aspecto que dejaba claro que no se había limitado a esperar, Davros abrió los ojos sobresaltado y se levantó echando mano de su espada, que yacía junto a él, listo para lo que fuese que viniera ahora ya que esa noche ni siquiera se despojó de su armadura, debía estar preparado para cualquier cosa.
La información del paladín antes y después de su incursión parecían una buena idea, puede que acabasen con el asedio de un sólo golpe pero, sobre todo, era peligroso... y excitante.
Losse dio esperanzas de llevar a cabo el arriesgado plan con una brillante ocurrencia, si estaba en lo cierto, los aventureros se infiltrarían en Fuerte Bueno de nuevo, aunque ésta vez no estarían rodeados de un pequeño grupo de piratas, si no de incontables orcos furiosos... - ¿Qué hay mejor que eso tras un buen desayuno? - Pensaba mientras acababa con el último trozo de embutido que reservaba para una ocasión especial.

Davros aprovechó la hora de espera a Allen para buscar al teniente de caballería que le dio su lanza, no sin algo de suerte lo encontró. - Me alegro de que aún sigas luchando, amigo. Me temo que allá donde voy no podré hacer uso del caballo, así que he decidido dejarlo contigo. Cuida de él tan bien como cuidarás de ti. Es un buen caballo. - Dijo mientras le golpeaba firmemente el lomo. - Suerte.-

 

Notas de juego

Le dejo el caballo, con su armadura, y la lanza de caballería que me dio.