Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

VII - Un encuentro con el pasado

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30/07/2015, 08:02
Morwing

Morwing fue observando cada rincón de la casa que le permitían ver las ventanas exteriores. Recordaba varias de sus habitaciones, en especial aquella en la que siempre se reunían Eradack y él para tratar temas delicados. Esa, sin duda, debería ser una habitación interesante para comenzar a investigar al tratarse de su despacho privado en el que podría encontrar algún documento o pista embarazosa. Sin embargo, mientras el turno de guardia que obligaba a permanecer fuera de la casa permaneciese, no encontraría ocasión para quitarse a su sosegado compañero de encima… estaba obligado a esperar hasta el cambio de turno…

- ¿Y si echamos un vistazo adentro?, comentó no muy convencido de su propuesta… - Aquí fuera parece todo tranquilo…¡y se me están helando los huevos!, dijo soplando y frotándose las manos para entrar en calor. 

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31/07/2015, 23:19
Guardia de la Finca Filguien

¿Aden...? ¡¡¡cofff cofff coffff!!! - El guardia comenzó a toser de manera incontrolable tras la proposición de Morwing. Grandes lágrimas recorrían sus mejillas mientras su cabeza era envuelta por un halo de humo procedente de su boca. ¿Estás loco Gholmaner? - Añadió utilizando el nombre completo de su compañero; algo que debía hacer pocas veces dado el énfasis en su pronunciación. ¿Qué quieres que nos despidan? No creo que  Thumanel ni Ereban digan nada...pero ¿y si nos pilla el señor? ¿Qué...qué le decimos? - Preguntó con evidente pavor en su voz. Mira Ghol...que el señor anda últimamente muy despierto por las noches... - Comentó paternalmente como el que da un consejo a su hijo. A ver si nos va a cazar y...¡y para qué queremos más!

La verdad es que el frío a esas horas de la madrugada era demoledor para los huesos pero el guardia se mostró tan reacio a la propuesta de su compañero que con un ademán alejó la pipa de su boca, la vació y la guardó humeante aún en el bolsillo del faldón. Yo si quieres te abro para que te calientes las manos...pero estate pendiente no nos la vayamos a cargar. He comprado un carro y una yegua y no me gustaría quedarme sin trabajo ahora que la estoy pagando aún.

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01/08/2015, 10:55
Morwing

La propuesta por entrar en la mansión terminó escandalizando a su compañero hasta el punto de casi caer muerto debido a un repentino y sonoro ataque de tos. No obstante, en su afán por quitarle a Morwing esa idea de la cabeza, el guardia dejó caer un dato interesante con respecto a la actividad nocturna de Filguien.
Convencido que ni Tormenir, ni el desgraciado al que estaba suplantando tendrían conocimiento alguno de los asuntos sucios de su señor, tratar de sacar algo mas de información, por poca que fuese, era algo que al menos tendría que intentar.
- Tienes razón, amigo, comentó palmeandole la espalda para ayudarle a superar la tos. - Es cierto que últimamente el señor suele estar despierto por las noches..., comentó pensativo, - de hecho actúa de una forma extraña desde que comenzaron los ataques, ¿no lo has notado?, dijo invitándole a intervenir sobre sus sospechas. - Quizá solo sea preocupación por esos jodidos piratas....aunque no se... Es todo un poco extraño, concluyó rascandose la cabeza con fuerza...como si sufriese teniendo que pensar

Notas de juego

Sorry x las negritas Nada

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03/08/2015, 14:55
Guardia de la Finca Filguien

¿Que si no lo he notado? - Preguntó dejando escapar un bufido y moviendo la mano de arriba a abajo varias veces. Ya te conté lo de mi sueldo. Ese día, cuando fui a hablar con él acerca de que faltaban tres piezas de oro de mi salario, accedió sin protesta alguna. - Por la mueca que se dibujó en su cara, aquel hombre conocía bien al Lord Eradack, ya que Morwing sabía que, como la mayoría de la gente adinerada, cuanto más dinero poseían más reacios eran a soltarlo; Eradack Filguien era un perfecto ejemplo para aquella clase de personas. Estaba todo despeinado y sudoroso, pero lo que más me impresionó fue su pulso, tembloroso mientras firmaba la nota para que se me diese lo que me pertenecía. ¿Tú sabes lo que hago yo con tres doradas en un mes? Ay, amigo, muchas cosas...mis hijos también comen ¿eh? - El guardián de la finca continuó varios minutos hablando sobre su situación económica y el porqué de la compra del carro y la yegua, que no era otro que el facilitar a su hijo el ingreso en el gremio de transportistas. Morwing asintió numerosas veces hasta Tormenir por fin volvió a tocar el tema de su señor.

¿Los piratas? ¿Es que no me has escuchado? No, no, si todo esto fue hace casi dos dekhanas, mucho antes de que esos cerdos de mar arribasen a nuestras costas. 

 

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06/08/2015, 20:24
Morwing

Las respuestas del guardia acerca del extraño comportamiento de Filguien aumentaban cada vez mas las sospechas de Morwing hacia a él. - Malnacido..., pensaba ante la evidencia de que no sólo estaba metido en el ajo, probablemente también estaba informado del ataque a la ciudad con mucha antelación y toda esa situación le había terminado explotando en la cara como mostraba su pulso nervioso. - Ya le mostrare yo el coste de aliarse con demonios..., se decía a sí mismo sin el convencimiento de si ya estaba sufriendo dicho cobro por parte de Ethegax o el autodenominado Steznag.
En cualquier caso, Morwing tenia más que claro que estaba en el lugar indicado. Eradack Filguien ocultaba algo y no quedaría otra que esperar al cambio de turno para poder encontrar el modo de investigar su despacho personal en busca de pruebas en su contra e indicios del paradero de Ethegax.

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07/08/2015, 05:52
Guardia de la Finca Filguien

Tan aburridas como frías, las horas de guardia acabaron al fin pasando y  con ellas, cuando el alba comenzaba a despuntar en el horizonte, los primeros ruidos provocados por el servicio de la casa Filguien llegaron a los oídos de Morwing y su compañero. Éste último había cabeceado, ora dormido, ora en duermevela, durante la mayor parte de las tres últimas horas una vez Morwing hubo dejado de hacer preguntas.

Sobre los tejados de la parte de la ciudad más próxima a la línea de mar se distinguían algunos finos hilos de humo que delataban los puntos donde los días anteriores los piratas habían ejecutado sus sabotajes. Normalmente, una vez se había extinguido el fuego casi en su totalidad, se dejaban las ruinas de la casa una serie de días hasta que las brasas se enfriasen y se pudiese proceder al desescombrado. Concentrado en aquel sombrío pero llamativo paisaje, el elfo difrazado, recibió a los centinelas que venían a tomar el relevo en la ronda de guardia. Eran un grupo de ocho hombres cortados por el mismo patrón que parecían compartir, aparte las oscuras e incipientes sombras de la barba, los mismo andares rudos y adormecidos.

¿Qué hay? – Preguntó el primero con una voz ronca y áspera como la de Davros tras una larga noche etílica. ¿Novedades? – Inquirió sin mirar a nadie en especial mientras ataba a su cinto el juego de llaves que Tormenir le cedía. Cuando escuchó aquella última pregunta, Tormenir  no pudo hacer otra cosa más que mirar a su compañero. Morwing vio en sus ojos que dejaba a él los detalles acerca de lo que había pasado. Al parecer el guardia debía llevarse muy bien con el hombre a quien suplantaba el hechicero pues lo normal hubiera sido que él, más veterano, informase del problema que Morwing había tenido con los supuestos asaltantes.

 Yo…tengo prisa, tengo que hacer cosas en casa. – Tormenir se excusó echando a andar hacia la entrada del jardín. ¿Te encargas tú no, Ghol?

 

Notas de juego

De los soldados que han llegado a la casa, tras hacer los habituales saludos, cada uno se ha dirigido en busca de sus respectivos relevos dejando a Morwing junto a los dos que vienen a sustituirlos a ellos.

En la residencia se aprecian señales de que las cocineras y limpiadoras ya se han levantado ya que se escucha el sacudir de las alfombras por las ventanas y se puede apreciar el característico aroma de los leños apagados tanto las chimeneas y hornos volviendo a arder.

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10/08/2015, 18:47
Morwing

-Sí, tranquilo, ya me encargo yo. Descansa, respondió a su compañero sirviendo de paso como despedida.
Tan pronto Tormenir se marchó, Morwing comenzó a interpretar una fea y repetida tos antes de dirigirse a la pareja de relevo. 
- Cof, cof...puesss...nada nuevo, comenzó diciendo con el puño en la boca para interrumpir la tos. - Otra jodida noche aburrida y helada... Me duelen hasta los huesos...y esta maldita tos... Cof, cof, cof, terminará acabando conmigo, cof, cof. Si os parece bien, esperaré hasta que Lord Findoren amanezca, cof, cof... Me gustaría hablar con él antes de que comience con sus compromisos. Espero que pueda atenderme..., cof, cof..., concluyó

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12/08/2015, 18:35
Guardia de la Finca Filguien

Ambos soldados asintieron con desgana mientras estiraban sus brazos y piernas disponiéndolas para un nuevo día de guardia. Tú mismo. - Dijo con indiferencia  el que parecía ser más arrogante, que era quien había tomado el manojo de llaves. Pása dentro y espérale ahí en el salón aunque como haya trasnochado...vas a tener que esperar un buen rato Ghol.

Abrieron una de las puertas dobles que daba al amplio óvalo de recepciones que era el lugar donde Lord Eradack gustaba de hacer esperar a las visitas. Allí podían contemplar ensimismados la alta cúpula y los magníficos tapices que adornaban las blancas paredes de mármol. Estos tapices habían sido encargados a los mejores tejedores de Athkatla y representaban una idealizada evolución de la familia Filguien en su ascenso al poder económico y comercial de lo que en su día es Amn. Está de más decir que no había rastro alguno de las muchas ramas que se habían visto en la ruina y que habían sido condenadas al olvido tanto en las representaciones artísticas como en la memoria de los que seguían vivos. No existía el menor rastro de polvo y el suelo, perfectas baldosas grisáceas con vetas de color ocre, reflejaban la imagen distorsionada del soldado en que ahora se había convertido Morwing.

Dos grandes escaleras de caracol ascendían desde las paredes norte y sur como si una extensión misma del suelo se tratase ya que habían sido construidas con el mismo material de las baldosas. Una barandilla de hierro con motivos que recordaban a una enredadera daba una nota de contraste a la estructura.

A la derecha según entraba por la puerta divisó el salón en el que solía esperar cuando sus trabajos para Lord Eradack le hacían estar continuamente entrando y saliendo de la casa. Una mujer de la limpieza, joven de cara redonda y rolliza y con un hoyuelo en cada mejilla, sonrió inocentemente al soldado mientras pasaba el polvo a las sillas.

 

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12/08/2015, 19:41
Morwing

Morwing accedió de buena gana el acceder a la casa, eso sí, denotando en todo momento aquella molesta tos.
Una vez dentro, echó un breve vistazo a la extensa sala que tantas veces había contemplado cuando trabaja para Lord Findoren.
Hubiese ingresado directamente más adentro, sin embargo fue frenado por la mirada tímida de una de las limpiadoras. - Quizá esa gorda pueda serme de utilidad..., pensó no obstante.
Morwing era consciente que con su nueva apariencia no podría desplegar todo su talante a la hora de camelar a señoritas, como en tantas ocasiones había conseguido hacer, sin embargo, sabía de la grandeza del poder de la palabra y encontrar las debilidades de las personas...
Casi disimuladamente se fue acercando a la mujer tras ofrecerle la mejor sonrisa que el rostro del bastardo que suplantaba podía mostrar...
- Hola, guapa, dijo en voz baja apoyado en el marco de la sala. - Shhhh, continuó haciendo un gesto para que no elevase la voz. - Nunca he tenido el valor de hablar contigo...y quizá la falta de horas de sueño es la que me haya dado el suficiente valor esta vez... Dime, preciosa, ¿crees que algún día de estos podríamos vernos fuera de estos muros?, concluyó a la espera de si la morsa picaba el anzuelo.

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12/08/2015, 19:49
Director

Tilmena miró a ambos lados dubitativa. ¿Era a ella a quien se refería Gholmaner? - ¿Qué estás diciendo? - Preguntó sorprendida en el mismo tono de voz que Morwing. Rápidamente un tono rojizo coloreó sus amplias mejillas adueñandose de su rostro. ¿Es que te has vuelto loco? - Exclamó moviendo alocadamente las manos. ¿Y tu mujer?¿Y tu niño? - Negó con la cabeza vigorosamente. ¡Nos mataría tu mujer o su padre en el momento en que se enterasen! - Inconscientemente, la joven interpuso la silla entre su cuerpo y la posición del supuesto soldado. Sin poder contenerse, y levantando gran cantidad de polvo con ello, utilizó el trapo de limpiar para proveerse de aire a su ardiente rostro.

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12/08/2015, 20:10
Morwing

- Shhhhhhh, Shhhh, tranquila, respondió tan pronto la mujer comenzó a alterarse. - ¿Y lo que dejariamos pasar por no arriesgarnos?, continuó una vez se calmó. - Las cosas no van bien en casa desde hace tiempo ya..., dijo agachando la cabeza apenado en una interpretación perfecta. - Y los sentimientos es algo que no podemos controlar.... Yo... Yo no soy una persona que sepa expresar estas cosas...y solo te pido una oportunidad. Una oportunidad para simplemente hablar e intentar expresarte todo lo que siento. Tu honor no será corrompido, te lo juro, concluyó con ojitos de cordero degollado.

- Tiradas (1)
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13/08/2015, 18:49
Director

Sí, te entiendo Ghol... - Comentó la mujer empáticamente abandonando su refugio tras la silla y agarrando el brazo del soldado con cierta delicadeza. Pero...no puedo. ¡Y no es que no te considere apuesto! - Se apresuró a excusarse. - Pero no puedo mantener una relación con usted. - Contestó apenada.

Venga siéntese. Está confundido...eso es todo. Seguro que si habla las cosas con su mujer todo podrá arreglarse. - Dijo tendiéndole la mano para que se sentara. ¿Quiere que le haga una sopa calentita? - Preguntó con buena intención al notar el frío helador de la cota de mallas. 

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13/08/2015, 21:41
Morwing

La mujer de la limpieza era dura de pelar, pero claro, Morwing no había contado con la posibilidad de que el individuo al que había suplantado tuviese mujer e hijos. 
Tras un último intento desesperado y recibir de nuevo una negación por su parte, decidió finalmente darse por vencido.
- Sí, sí... Quizá tengas razón..., respondió cabizbajo. - Te lo agradezco mucho, seguro que me vendrá bien, dijo aceptando su invitación mientras alcanzaba uno de los cómodos sillones de la sala. - Quería hablar con el señor antes de irme. ¿Sabes si aún permanece dormido? Me pareció ver que estuvo trabajando hasta tarde...
Durante las respuestas, Morwing miraba disimuladamente al pasillo que daría acceso a la sala privada de Findoren... - Si me diese prisa quizá podría echar un vistazo mientras esta señora me atiende y termina haciendo acto de presencia el maldito bastardo..., pensaba...

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13/08/2015, 23:09
Director

Más tranquila por haber conseguido que Gholmaner entrase en razón, la joven sirvienta optó por dejar a medias su tarea y dirigirse hacia las cocinas. No obstante, antes de dejar el salón, contestó a las preguntas del fogoso soldado. Sí, los señores están dormidos ambos - confirmó aún con el rubor dominando sus mejillas -. Sí, el señor estuvo trabajando hasta tarde en su despacho por lo que me imagino que hoy aguantará algo más en cama... aunque vaya usted a saber, últmimamente están tan errático y malhumorado, que a lo mejor aparece antes de que esté caliente el desayuno. - Comentó en voz baja temerosa de que sus palabras pudiesen llegar a oídos del omnipresente Lord Eradack. No se mueva de aquí, le traeré la sopa rápido. - Comentó dejando el trapo de la limpieza sobre una de las sillas y dirigiendose a la única puerta al norte del salón oval. Ésta quedó abierta tras su paso por lo que Morwing pudo ver como la mujer seguía un pasillo y luego giraba hacia la izquierda, hacia las cocinas.

El camino hacia el despacho de Lord Eradack quedaba expédito por lo que, viendo que no había nadie por allí que pudiese importunarle con preguntas, decidió no perder el tiempo esperando la sopa. A grandes pasos recorrió la distancia que lo separaba de la lustrosa puerta del despacho que, para su alivio, estaba cerrada pero sin haber echado el el cierre de la cerradura. El hechicero miró de un lado a otro y tan pronto se sintió seguro, se adentró en la oscura habitación. Lo primero que le recibió fue el olor rancio del la hierba para pipa que fumaba el cabeza de familia; pocas horas habían pasado desde que se acostase por lo que aún flotaban algunas briznas de humo cuando el hechicero entró dentro. El despacho no había cambiado en lo más mínimo desde la última vez que Morwing lo pisase, casi un año atrás. Un amplio sofá y un sillón, ambos de piel de león nival, adornaban la estancia frente a un escritorio sobre una tarima lo suficientemente elevada como para que el que en los sillones se sentase hubiese de levantar la mirada hacia arriba para poder mirar directamente a los ojos a Lord Eradack. Sobre el escritorio de madera de nogal había desperdigados un centenar de pergaminos repletos de cuentas, firmas y largas listas de productos propios de las exportaciones con las que Lord Eradack Filguien trabajaba. El escritorio contaba con tres cajones pero estos, como era de suponer, se encontraban cerrados con llave.

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14/08/2015, 03:05
Morwing

Morwing avanzó hacia el despacho privado de Lord Findoren tan pronto la mujer de la limpieza fue amablemente a preparar un plato de sopa caliente. Con suerte podría pasar desapercibido y gozar de algunos valiosos minutos para tratar de buscar algo de valor entre los papeles del señor de la casa.
Una vez dentro del despacho, un fugaz reconocimiento le permitió ver que estaba decorado exactamente igual que la última vez que visitó la mansión. Sin perder un instante, el hechicero comenzó a buscar entre los papeles que se eencontraban encima del escritorio, cualquier pista o indicio de sus planes sería bienvenido.
El problema llegó cuando quiso acceder a los cajones... La primera persona que pasó por su mente fue Zanc. Aquel escurridizo gnomo, a pesar de no haber hecho demasiadas buenas migas con él, le hubiese sido de gran ayuda en esta ocasión.
Decidido a no irse con las manos vacías y con el presentimiento que aquellas insignificantes cerraduras eran lo unico que le separaban de la verdadera realidad, Morwing sacó su daga e imitando lo mejor que podía las habilidades de un pícaro, trató de forzar la cerradura del segundo de los cajones. Era consciente que el daño causado en la madera sería complicado ocultarlo, pero eso sería un problema a tratar una vez saciara su insaciable curiosidad...

- Tiradas (6)

Notas de juego

4 intentos para forzar cerradura. Lo hago en el cajón del medio para poder acceder a los otros sin necesidad de forzar la cerradura.

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14/08/2015, 19:31
Director

El cajón central acabó abriéndose tras un chasquido metálico desde su interior. El tintineo de parte de la cerradura al caer hacia adentro indicó al hechicero que la parte más delicada estaba hecha. No había trampa alguna asociada a ese cajón, cosa que agradeció sobremanera pues en de otro modo se hubiese visto en un aprieto. Extrajo el cajón y lo colocó sobre la mesa. Una vez frente a los ojos, el hechicero comprobó lo que con tanto celo guardaba el gran mercader. Se trataba de una cajita de madera de pino, sencilla, sin filigranas ni nada que la delatase como algo importante; hubiese pasado desapercibida perfectamente si la hubiese dejado sobre la mesa. Pero no, el simple hecho de que la tuviese allí dentro indicaba que algo importante contenía. Cuando la abrió encontró en su interior un documento en el que constaba, con firma de Eradack Filguien, la compra de una torre de la zona del distrito central. Entre el rollo de papel se encontraba una llave oxidada que el hechicero supuso sería la de la entrada. La única cosa inquietante era que no existía por ningún sitio en el documento, rastro o nombre sobre quién era el vendedor o antiguo propietario de dicha torre.

Además de la pequeña caja de pino, Morwing encontró una bolsa de cuero con numerosas monedas de oro y plata. A buen seguro para recompensar las labores de los hombres e incentivarles cuando era necesario. Hizo un alto para escuchar si alguien se acercaba por el pasillo, pero al no escuchar nada, prosiguió con el resto de cajones. En ellos halló multitud de documentos acerca de compras de cargamentos enteros de barcos fletados desde Athkatla desde hacía un año, así como la copia de un seguro de pérdida en caso de que el barco no llegase a su destino ya fuese por hundimiento por incompetencia o por…asalto pirata. Las cláusulas eran muy explícitas. Demasiado, tal vez. No le sorprendió por tanto encontrar también una lista de nombres de barcos en un sobre. Habría tiempo de examinar uno a uno cada nombre y comprobar qué cargamentos llevaban, pero algo le decía que todo aquello estaba planeado para que la Isla de la Sirena Muerta recibiese provisiones y nadie pagase por ellas.

Por otra parte, en el último cajón, había un sobre grande. Aunque sólo lo hojeó su contenido por encima sintió un vuelco en el corazón al ver un plano de la región de Oaksville en su interior.

Notas de juego

La bolsa de monedas contiene 290 piezas de oro entre monedas de oro y plata.

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15/08/2015, 02:06
Morwing

La corazonada de Morwing pronto se vio compensada cuando comenzó a estudiar el contemido de cada uno de los cajones. 
Realizando pequeñas pausas para comprobar si su intrusión era descubierta, Morwing ojeaba a contrareloj los numerosos documentos de Lord Findoren.
Una pequeña sonrisa se dibujo en su cara cuando descubrió sospechosos contratos que podrían involucrarme directamente con el lucro de la piratería. - Ya te tengo bastardo..., pensaba satisfecho. Además el hallazgo de una propiedad en el mismo centro de la ciudad le hacía preguntarse si se trataría del escondite de Ethegax. Por suerte para Morwing, la llave hallada junto al contrato de propiedad permitirían en un futuro próximo poder comprobar si así era.
Por último y no por ello menos esclarecedor, descubrió un sobre, que aunque sólo pudo ver su contenido por encima, sí que llegó a identificar un plano de Oaskville... - Mmmm, interesante... habrá que estudiarlo con detenimiento..., pensaba mientras comenzaba a esconderse los documentos más comprometedores.
Tras ello, Morwing fue colocando con sumo cuidado, aunque con presteza, de nuevo los cajones...dejando en uno de ellos las monedas halladas. - El papel prende...no así como el oro y la plata, algo que con seguridad echaría en falta el maldito viejo..., se autoconvencia antes de llevar a cabo un plan para ocultar cualquier rastro de su hurto.
Una vez dejado todo como estaba y aflojarse las correas de seguridad para despojarse de ellas facilmente por si fuese necesario, Morwing sacó una bolsa roja, de la que se había apoderado hace mucho tiempo atrás, pero de la que aún no había uso de ella. Al abrirla, un calor que perfectamente podría provenir del lugar más profundo del infierno golpeó su cara. Introdujo la mano en su interior no obstante sin sufrir daño alguno, y al sacarla, su mano en llamas fue el punto de inicio para la creación de una criatura ignea. Poco a poco se fue materializando en la habitación. La criatura de fuego, aunque inexpresiva, constaba de orificios oscuros como ojos que parecían clamar ansiosa las ordenes de su amo. 
Tras las si indicaciones pertinentes, el hechicero salió de la habitación, no sin antes asegurarse que no había miradas fisgonas por la zona... La sopa caliente de la mujer de la limpieza, por muy apetitosa  y apeteceble que fuese, debía esperar... Había que salir de la casa cuanto antes...

Notas de juego

Me guardo el sobre del plano, el contrato de la casa junto la llave y documentos que me sirviesen para acusarle de " piratería " ante las autoridades. 

Luego utilizo Bolsa de Llamas para invocar elemental de fuego. Básicamente le digo que se oculte en la habitación hasta el tiempo maximo de la invocacion y despues provoque un fuego de la forma mas creíble posible...no se que artefacto de combustión hay en la sala...pero amos..que la lie parda y el escritorio salga en llamas... Mientras tanto yo me piro de la mansion... Si nadie me interrumpe me voy como si nada, si no...imagino que lo vere en el próximo post xD

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27/08/2015, 06:12
Director

Había sido un largo y prolífico día para el hechicero. Se encontraba sentado en la modesta cama de su aún más modesta habitación en la posada El Festín de los Mares, el mismo lugar que lo vio llegar a la ciudad cuando aquella aventura no parecía tener un alcance tan grande como el que habían logrado entrever a raíz de la multitud de aventuras y arduos combates a los que se había enfrentado desde que se uniera al grupo de Davros y compañía. El sol rozaba la vertical en el cielo para cuando Morwing pudo sentarse a examinar con más detenimiento los papeles que había “rescatado” del fuego que había devorado el despacho del que fuese su antiguo patrón, Lord Eradack Filguien.

El hechicero había puesto rumbo al paseo de Waukeen esa misma mañana una vez se hubo asegurado, gracias a la gran cantidad de humo que escapaba por las ventanas de la residencia de los Filguien, de que el despacho de Lord Eradack ardía lo suficiente como que las pruebas de su irrupción quedase firmemente borradas. Ya con la hora del almuerzo pasada, mientras regateaba entre los puestos del amplio mercado, llegó hasta él el rumor de que un cuerpo sin rostro había sido encontrado por unos niños que buscaban a su perro. El animal, atraído por el olor de la sangre, había encontrado al fallecido oculto entre unas cajas. Algunos decían que se trataba de un ajuste de cuentas, otros que un loco asesino merodeaba por las calles cuando caía el sol y otros, los que más, que los piratas habían asaltado al pobre hombre y lo habían asesinado a sangre fría tras hacerle toda clase de vejaciones. Nadie pareció asociar aquel crimen a otro mucho más modesto, al de un vagabundo a quien nadie echaría de menos y cuyo cuerpo había sido hallado por un sorprendido tonelero en el interior de uno de sus barriles que iba a entregar a una bodega local. Todo había salido a pedir de boca. ¡Ni el pobre Pulgar sabía que estaba alojando bajo su techo a un huésped tan especial!

Como el cuerpo pedía a voces un descanso Morwing no se demoró examinar con detalle los documentos que habían pertenecido a Lord Eradack. Lo primero que colocó sobre la destartalada mesa fue la llave y las escrituras que daban fe de la compra de la misteriosa torre en el distrito central. No tenía nada en especial ni mucho dónde rascar aparte de que era raro que el viejo Filguien, astuto mercader, invirtiese casi mil monedas de oro en una torre que según el año de construcción y la zona en la que se hallaba no valdría más de cien.

El segundo hallazgo lo proporcionaron la ingente cantidad de pólizas de seguro que Lord Eradack había atesorado lejos de miradas curiosas. Como Morwing comprobaría, más del ochenta por ciento de los barcos fletados en cuyas bodegas iban mercancías del cabeza de la familia Filguien habían desaparecido antes de llegar a su destino. No fue difícil para el hechicero vislumbrar dónde habían terminado aquellas mercancías. Según los registros, el viejo Eradack había estado jugando a aquel juego tan rentable durante más de cuatro años.

Por últimoextrajo el mapa del condado de Oaksville. Había visto aquellos planos numerosas veces pero en él se mostraban perfectamente detalladas las rutas caravaneras que iban de Athkatla a Oaksville. Al dorso había detallados los nombres de numerosos socios comerciales. No sorprendió hallar entre esos nombres el de Pilgaren Halun, el pequeño mediano peletero. Pero, para no salir de asombros, también estaban en esa lista los nombres de Holmar Beram (lugarteniente de tropas de Oaksville y quien trajo uno de los Crothuales a Athkatla antes de ser asesinado por Ethegax) y el del mediano que Ogna, Kormack y Zanc hallaron en el túmulo cercano a Oaksville: Viglin Trespalmos.

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31/08/2015, 21:24
Morwing

El productivo día vivido hizo plantearse a Morwing un más que merecido descanso, no sin antes mover unas cuantas piezas más en otro de los planes que tenía en mente.

En primer lugar sería necesario hacerse de algunas compras, nada ostentoso, algunos pergaminos mágicos y material de escritura adecuados para poder falsificar los documentos recién adquiridos.

En segundo lugar, ya sin llevar equipado la incómoda armadura que había estado obligado a portar y ocultando su nuevo rostro bajo su capucha en todo momento, Morwing fue recorriendo las calles en busca de algún niño que pudiese hacerle las labores de mensajero. No fue complicado encontrarlo, y con tan solo un par de monedas de plata consiguió tenerlo comiendo de la mano y fidelizándolo al prometerle más si conseguía hacer un buen trabajo.

La misión del joven sería abordar a Lord Eradack de la manera más sutil posible y entregarle un sobre ya preparado por el hechicero. El sobre contenía una de las pólizas de seguro halladas en su despacho y en el dorso el siguiente mensaje:

No eres el único al que le gusta enriquecerse con malas artes. Si quieres recuperar los documentos reúnete conmigo en el cementerio a medianoche. Junto a la tumba de Lord Thalis con 5000 monedas de oro. No seas tan tonto en creer que no te estaremos vigilando.

Si no acudes a la cita, los documentos saldrán a la luz.

Si traes a alguien contigo, los documentos saldrán a la luz.

Si no traes el dinero, los documentos saldrán a la luz.

Si tratas de huir de la ciudad, los documentos saldrán a la luz antes de que cruces los muros.

Cumple con el trato, y quizá podamos hacer negocios… Tengo algo que ofrecerte, que seguro te interesará…

Morwing fue meticuloso a la hora de crear la nota. Por una parte dejó escapar una mala caligrafía y algunas faltas de ortografía para que Eradack hiciese un retrato del autor muy diferente a él. Por otra exigir que acudiese sólo a la cita con la “seguridad”, dentro de lo que cabe, que podría ofrecerle algún tipo de negocio. En tan sólo unas horas se sabría el resultado de su estrategia... Ahora tocaría gozar de un pequeño descanso, había mucho que hacer antes de la cita...

Notas de juego

Descontadas 2mp

Ventas: El equipo del soldado (pendiente de valor)

Compras:

Material para falsificar (pendiente de valor)
2 Perg.Ver lo Invisible (300mo)
2 Invisibilidad (300mo)

*Falsifico cada documento obtenido. Polizas de seguros y Contrato de la casa.

**El documento entregado a Eredak es autentico.

*** Quedo pendiente de apuntar las compras y descontar el dinero hasta que me digas el total.

 

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03/09/2015, 05:01
Director

Cuando Morwing salió de su estado de trance la luz del sol había quedado reducida a la escasa claridad de una vela casi consumida. Fuera nevaba copiosamente y, a menudo, rachas de un fuerte viento traían grandes copos de nieve contra la ventana de su cuarto. Las brasas de la chimenea estaban cercanas a extinguirse pero no pareció importarle, no iba a estar mucho más tiempo recluido en la habitación. Tras una cena frugal consistente en habas medio cocidas y un poco de queso tan curado que más se asemejaba a un terrón de tierra que a un producto lácteo el hechicero abandonó El Festín de los Mares y se dirigió al distrito del cementerio, en la parte sureste de la ciudad.

El distrito del cementerio era una zona enorme al abrigo de una gran muralla interior a la que podía accederse a través de una única puerta enrejada completamente oxidada que daba la sensación de haber estado allí incluso antes de que la ciudad fuese construida. Pero claro, los inquilinos del barrio no se habían quejado nunca, a excepción de algún fantasma o zombi que la guardia y los magos encapuchados se habían dado prisa en reducir. Morwing caminó entre grandes mausoleos y pequeñas tumbas sin nombre que creían aquí y allá como las setas en otoño. Se decía que si uno se salía de las avenidas principales podía llegar a perderse y vagar durante horas antes de salir de aquel lugar; desde luego que durante la noche aquello no era exageración. Sólo gracias a sus ojos de elfo, el hechicero pudo localizar la tumba de Lord Thalis: un alto obelisco coronado por el busto del fallecido mercader en cuyo alrededor habían ido enterrándose sus hijos, siempre en lápidas más modestas que reflejaba la decadencia de la familia. Como había llegado con suficiente antelación el elfo tuvo tiempo de sobra para buscar un buen lugar en el que ocultarse mientras aguardaba a su forzado invitado.

Al cabo del suficiente rato, cuando la  luna marcaba la hora indicada, una fornida figura envuelta en un grueso abrigo con capucha se acercó con paso lento sujetando un candil que utilizaba para iluminar los nombres de las lápidas.

Notas de juego

Venta del equipo del soldado: 80 po

Precio de equipo para falsificar todos los documentos: 55 po

(Apúntate el equipo)

No te he colocado en el mapa porque supongo que querrías colocarte en un lugar idóneo para recibir a Lord Eradack.