Partida Rol por web

Bolg pareció perder interés en el objeto que decoraba la puerta. No parecía que aquello tuviera demasiado valor.

Así que se deslizó sigilosamente hacia un rincón de la estancia, se cubrió con su vieja manta raída, e intentó camuflarse lo mejor que pudo con algunos trapos esparcidos por el salón.

Tendría que confiar en sus compañeros, porque estaba cansado del viaje y de la lucha contra el ogro. Necesitaba descansar.

Syara mira a Nauj interesada por la pregunta que ha hecho el pequeño Kenneth, esperando escuchar su respuesta. Debe saber a que atenerse con sus nuevos compañeros de viaje.

Mientras el goblin sigue dando vueltas como un frenetico por la estancia, observando y tocando todo y la joven se pregunta por primera vez si esa actitud, que en ocasiones parece divertida, no les acaerrara algun problema en el futuro.

Bolg se agitaba en el rincón donde permanecía acostado. El rostro de aquel mercenario se le aparecía en sus sueños, siempre con la misma cara. Veía la daga que le había marcado el rostro, su sangre sobre la hierba, y los cuerpos de sus compañeros que yacían inmóviles sobre el barro ensangrentado.

Aquel día quedó grabado en la mente de Bolg. Tendría que haber sido un asalto sencillo. Entrar en la aldea, quemar las casa, y aprovechar el desconcierto para robar las provisiones de aquellos campesinos. No esperaban mucha resistencia, sus exploradores les habían informado de que no estaban armados, y que no había más de diez machos humanos. La partida de aprovisionamiento consistía en una veintena de goblins, aunque muchos de ellos aun eran unos mocosos, la cosa pintaba bien.

Pero antes del anochecer se desató el desastre. Un grupo de unos 8 o 9 mercenarios asaltaron el campamento, la masacre fue brutal. Bolg logró escapar a duras penas tras ser herido.

Como consecuencia de aquella funesta noche, la cara de su agresor se le había quedado grabada, y le atormentaba en sus sueños. No siempre ocurría, pero si de vez en cuando.

Bolg se despertó agitado, y de un salto se incorporó, mirando con los ojos llenos de rabia a su alrededor. Con la mano apretaba con fuerza la larga daga, dispuesto a utilizarla. Su posición de combate se fue relajando poco a poco, observó la estancia en que se encontraba y volvió a acurrucarse en el rincón. Hecho una última mirada suspicaz hacia los ocupantes de la casa, y volvió a cubrirse con su vieja manta raída.

Bolg se despertó agitado, y de un salto se incorporó, mirando con los ojos llenos de rabia a su alrededor. Con la mano apretaba con fuerza la larga daga, dispuesto a utilizarla. Su posición de combate se fue relajando poco a poco, observó la estancia en que se encontraba y volvió a acurrucarse en el rincón. Hecho una última mirada suspicaz hacia los ocupantes de la casa, y volvió a cubrirse con su vieja manta raída.

Es valiente el chico, quizás el único con agallas para decir abiertamente lo que piensa.

Nauj seguía mirando fijamente a los ojos de Seryu, que parecía estar midiendo las palabras con las que iba a responder a su brindis.

Luego de un largo rato meditándolo, estableció contacto visual con los muchachos allí presentes. Si.. Realmente parecía que no era del agrado de nadie aquel nombre.

-Señores, propongo un brindis mas ambiguo.

Comentó, sonriendo mas abiertamente y alzando la copa.

-Un brindis por todos vosotros, a su salud. Que todos vuestros sueños y motivaciones se vean cumplidos y alcanzeis la verdadera felicidad.

Tras lo mismo observó una vez mas a aquel encapuchado. ¿Porqué tenía la impresión de que aquello había sido una burda prueba para clasificar a los integrantes del grupo entre amantes de D´Thyre y personas con sed de venganza? Ya daba lo mismo, esperaba que aquello calmara los ánimos. Desvió la mirada a Syara, la unica señorita de todo el grupo.

-Vamos, mujer, no te va a hacer mal. ¡Ten en cuenta que si no brindas, no se cumplirán!

Luego de aquello se rió a carcajada limpia. Estaba muy contento, no podía camuflarlo, por haber podido ayudar a los dos chicos de allí y traer la paz a sus corazones.

Luego observó uno a uno a los integrantes de aquella extraña comunidad, y les sonrió, tranquilo.

Le devolvio la sonrisa, lo cierto es que el nuevo brindis que Seryu habia propuesto le parecio mucho más acertado.

-Me gusta el brindis propuesto... Brindemos pues! -Syara alzo su vaso de agua, en vista de que no habia vino. -Para que todos cumplamos con nuestro sino.

¿Y por qué este cambio en el brindis? preguntó al joven mago. Cualquiera podría llegar a creer que no deseas la mayor de las dichas para nuestro Soberano.

De todas formas, Nauj tomó la cantimplora que llevaba en su equipaje, y la alzó para aceptar el brindis de Seryu.

Y que vos tampoco la deseáis, dijo mirando a la mujer.

Tal vez tengáis un motivo para ello que queráis compartir, añadió, dirigiéndose a los dos.

El goblin se agitaba en su rincón intentando conciliar el sueño. Oía a sus compañeros hablar de brindis, pero no percibía el olor a vino. Así que no se molestó en acompañarlos, y continuó recostado, ajeno a la conversación.

En el mismo momento en el que el encapuchado seguía haciendo preguntas, el mago intervino de manera cortante.

-Nauj, ¿Alguna vez te han dicho que mucha informacion de golpe es dificil de asimilar? Bien. Por ahora recuerda que no todos perseguimos un camino ligado a un rey o a un soberano: Algunos se lideran por si mismos, otros tienen otras inquietudes. Sinceramente me parece algo grosero por tu parte querer preguntar de manera tan evidente de qué bando está cada uno.

Aún a pesar de las palabras rudas del mago, seguía sonriéndole y mirándole fijo a los ojos... luego de un tiempo, cogió aire y chocó su jarra con la de todos allí. Luego bebió y bebió hasta acabarse todo aquello, y comenzó a comer, al lado de la muchacha con la que había comenzado su camino hacia Seiní, sin hacer nada, distraidamente, mirandolos a todos nuevamente aun estando en aquella posición.

Son tiempos difíciles para confiar unos en otros, pensó Nauj.

Siento haberos ofendido con mis preguntas y ruego me perdonéis los dos, dijo acompañando sus palabras con una leve inclinación de cabeza.

Sea pues como tú dices: ¡Por los sueños de cada cuál y por que todos alcancemos nuestras metas! brindó dándole después un buen trago a su cantimplora.

A pesar de todo, ha sido una conversación  reveladora. Y, por último se dirigió al joven Kenneth, con voz tranquilizadora: Ya ves pequeño muchacho, las lecciones que nos da la gente sabia. Hay que hacer caso de ellas, así que tampoco tú deberías haberme preguntado si soy partidario del rey malo por riesgo a que te tachen de grosero.

Hizo una pausa y continuó. Aún así, te contestaré que duermas tranquilo; no  tienes a ningún esbirro del rey malo hospedado bajo tu techo. Aunque claro, yo hablo solamente por mí.

Dicho esto acarició cariñosamente el pelo del pequeño y se sentó en un rincón de la habitación, no muy lejos de donde estaba Bolg, dispuesto a relajarse un poco antes de disponerse a dormir. Son tiempos difíciles para confiar unos en otros ...

Por su parte Kenneth refunfuño, parecía inquieto con todo ese tema. En el transcurso de la pequeña plática había aprolijado de una forma mas o menos decente el lugar.

-A mis padres los mataron en un asalto al pueblo donde vivíamos antes, ahora no es mas que cenizas...no me gusta el rey por eso y otras cosas- comentó con una vez lo mas indiferente posible. No quería parecer débil frente a aquellas personas.

Al parecer luego de todo el asunto y del último comentario del niño a nadie le quedaron demasiadas ganas de charlar mas. Poco a poco fueron terminando de cenar, y el sueño iba apoderandose de todos. Empezaron a acomodarse cada uno donde le fue mas cómodo para pasar la noche, ahora que el sitio estaba limpio era mas fácil buscarse un rincón del agrado de cada uno. Había un pequeño sillón individual, el suelo claro, las sillas...

Kenneth por su parte se retiró a la habitación de Leila tras desear buenas noches a todos, dejando que se acomodaran a gusto. El goblin ya había hecho lo propio claro.

- No te preocupes -Syara se relajo un poco cuando le escucho decir que no era ningun esbirro de D´Thire- Corren tiempos dificiles y cuesta demostrar cuales son las simpatias de cada uno.

- Por que todos alcancemos nuestras metas- Levanto ella también su odre y brindo.

Habia sido un dia muy largo y al igual que los demás ella tambien empezo a tener sueño, por lo que empezo a buscar un buen sitio donde descansar, mientras escuchaba a Kenneth.

-Lamento lo que le paso a tus padres -dijo deseando con todas sus fuerzas que el pueblo Innuhe no corriera la misma suerte.

Al fin encontro un buen rincon donde descansar, extendio su saco y se dispuso a dormir bien tapada con la manta. Lo cierto es que hacia dias que no dormia a la intemperie, y agradecio estar bajo un techo.

Nauj vio desde su posición, sentado en el suelo y con la espalda apoyada en la pared, cómo el pequeño se retiraba a su habitación y cómo los demás buscaban acomodo en la sala donde estaban.

Por su parte, el encapuchado sacó la manta de su morral y se tumbó allí mismo, sopesando si debía descansar con un ojo abierto. Al final decidió relajarse del todo y se puso a dormir. El esfuerzo por la transformación en oso volvía ahora a pasar factura.

Los ronquidos de Bolg retumbaban en el silencio nocturno.

No tardó demasiado en acurrucarse en un lugar. Ciertamente no se tumbó, solo se sentó.

Procuró un hechizo de sus labios que se mantendría por toda la noche. El hechizo calentaría algo la casa para que no existiera necesidad de colocarse mantas. Con una sonrisa, se durmió. Su sueño era ligero, puesto que había dejado parte de su poder en el rededor gracias a la magia. Si esta se quebrara o variara, el lo sentiría al momento. En cierto modo era una protección, a su vez...

Observó por ultima vez en el dia a la expedición. Tantas cuestiones, tan pocas respuestas. Suponía que las respuestas irian dandose conforme la confianza aumente. Aun así sentía buenas vibraciones de todos allí, incluso del Goblin. Si, se sentía cómodo..

Aquel fué el ultimo pensamiento antes de caer en un reparador sueño.

La mañana siguiente llega sin problemas, demasiado pronto para algunos. Como en todo comienzo de día en Zanda, la gelidéz se hace presente fuera del recinto. Sin embargo en el interior sigue habiendo una temperatura agradable y que tienta a muchos a no levantarse hasta mas tarde. El sol empieza a colarse por las rendijas de las ventanas de forma débil, lo que hacía intuír un cielo algo templado.

Mientras que uno a uno empiezan a despertar y a incorporarse (o a remolinear en su sitio buscando recostarse unos minutos mas...) se puede observar que Kenneth parece haber empezado su día mas temprano, porque ha terminado de limpiar lo qiue quedaba de ayer. Ahora mismo se encuentra sacando ceniza de la chimenea con sumo cuidado de no hacer ruido.

Al derramarse el sol por las ventanas, Bolg se desperezó. Su estómago gruñó, reclamando algo que lo calmara. Con un bostezo exageradamente enorme, y los ojos entrecerrados aun, miró a su alrededor. Había pasado una noche muy confortable. Más de lo que cabría esperar.

- Oye humano… Dirigiéndose a Kenneth. - ¿Tienez algo con que preparar el dezayuno? El goblin se incorporó y empezó a rebuscar algo con que preparar algo de comida. - ¿Cómo ez que vivez aquí zolo con tu hermana? Ez peligrozo… zi no hay nadie que oz proteja. Lo del ogro puede volver a zuceder… zi, y cozaz peorez. Bolg hablaba despreocupadamente, sin guardas demasiado respeto por el sueño de sus compañeros.