Partida Rol por web

Nauj contempló la daga negra que su amigo le mostraba, con la empuñadura en forma de cabeza de dragón con una gema roja entre sus dientes.

- Ni idea, Bolg. No tengo ni idea, ¿me dejas examinarla?

El encapuchado tomó el arma en sus manos y le dio vueltas entre ellas; lo que más le llamaba la atención era aquella piedra preciosa. Después, se la devolvió al goblin.

- ¿Y quién dices que crees que te la ha puesto en el zurrón? ¿A qué chica pálida te refieres? ¿A Scire, la de la marca roja en la frente?

Una idea repentina asaltó los pensamientos de Nauj que inmediatamente se puso a revolver en su propio morral.

- Zi, Scire, creo que ze llamaba azí. Dijo en goblin mientras volvía a ocultar la daga entre sus cosas. - Todo ezto es muy extraño Nauj, muy extraño... El goblin pareció titubear unos instantes.

- Bolg ze ziente fuera de lugar entre tantos magos y gente lizta. Bolg quiere volver al bozque y salir de aquí... Todo ez demaziado complicado para Bolg. Bolg zolo quiere ayudar a su amigo. Los pequeños ojos amarillos del guerrero buscaron la mirada de Nauj.

Solo la idea de volver pronto al camino, alegraba el corazón del goblin.

-¿Llevas tanto en el servicio? No te ves tan viejo -comentó animada. Luego meditó el resto de tus palabras- Material, no...salí tan de prisa que no me llevé nada conmigo. Pero...

Pareció dudosa de continuar, como si no estuviera segura.

-Bueno, hay un lugar donde solo la linea de sangre D'Thire puede acceder. Pero me dijeron que jamás debería revelar nunca el sitio, porque es secreto familiar...sin embargo como he dicho, la entrada es exclusiva para los integrantes de la familia. Si pudiera entrar, estaría demostrado que no miento. Ya de por si saber su ubicación es algo que solamente mi estirpe conoce...

Por instantes, una de sus manos arrugaba entre los dedos un pliegue de la capa. Era obvio que estaba inquieta.

-¿Podrías ponerme bien al día sobre que he estado haciendo y que ha estado pasando durante estos diez años? El hombre de la capucha dijo algo de que había un "tirano" en el mismo apellido que el mio. Creí que no quedaba nadie de mi familia...

Inmediatamente al tomar la daga, esta pega un fuerte calambrazo a Nauj que se ve obligado a soltarla. Por acto reflejo Blog vuelve a tomarla antes de que vaya al piso. Curiosamente a él no parece hacerle nada.

Viendo la daga de la forma que mejor puedas (ya que sin poder tomarla es alco incómodo) puedes sacar en cuentas que las gemas son rubí en la boca y ópalo en los ojos. Lo que si sabes, es que los dragones negros siempre han sido tenidos en cuenta como bestias malignas a pesar de que no lo sean, simplemente por su color. De todas formas, son seres sumamente raros y escasos. Sin embargo supiste que algo extraño había con ella al liberarse de tu agarre, aunque fuera de supocisiones y recuerdos nada realmente concreto tenías en claro.

A revisar tus cosas te encontraste sosteniendo una cadenita dorada que estaba enganchada al tapón que hacía de dije de paso, afianzado a un frasquito delgado relleno de líquido rojizo y heterogeneo. Por alguna razón que desconocías, te resultaba familiar.

Justo cuando Blog volvió a ocultar la daga, escucharon pasos por las escaleras, y Syara y Seryu volvieron a aparecer desde el piso inferior, caminando de la mano. Aparentemente se dirigían a una habitación, uno de ellos traía una llave con rótulo.

Nauj sintió ese calambrazo que le obligó a soltar la daga. Parecía que él no estaba destinado a poder empuñarla mientras que Bolg no parecía sufrir ningún impedimento. Un cúmulo de sensaciones ya vividas se apoderó del encapuchado pero no logró rescatar ningún recuerdo concreto.

Azuzado por la repentina idea que tuvo, rebuscó en el morral. Justo debajo de donde había depositado distraidamente los dos bollos mordisqueados asomaban unos pequeños eslabones. Tiró de la cadenita hasta sacar un frasquito lleno de un líquido rojo, atado a ella.

- Mira Bolg, parece que a mí también me han hecho un regalo -le enseñó el frasquito- ¿Alguna idea de lo que es?

La cadenita sugería la idea de portarlo al cuello, así que eso hizo Nauj. Otra vez esas sensaciones tan familiares, pero que su cerebro se negaba a darles ninguna forma concreta.

- Tanquilo Bolg, pronto estaremos de nuevo al aire libre -trató de animarlo- A mí también me resulta todo muy extraño, pero parece que hemos sido elegidos para algo importante. Tú... ¿tú tienes la sensación de que algo parecido a todo esto haya ocurrido ya anteriormente? -le preguntó, un poco antes de que Seryu y Syara asomasen por las escaleras.

-Yo creía que solo quedaba uno. Y no eras tu.- Miró a las sabanas que cubrían las camas y después a Azur. -Tu aspecto sin capucha es un problema y con esa capa también.-

-No puedo permitir que me vean con la de la capa blanca.-

-Ya que Nauj no nos ha vendido la suya, improvisaremos una capa.- Se acercó a la cama y cogió una sabana. Antes de que hiciera alguna pregunta, se llevo el indice a los labios, haciendo un gesto para que no dijera nada hasta que él no hubiera acabado de hablar.

-La versión oficial de los hechos es que hace diez años durante una trágica y misteriosa noche. Murieron todos los miembros de la familia real excepto uno.

Tu tío. Lord Nird Gamias D'Thire.

Como imaginarás enseguida circularon rumores. Ciertos o no, los señores de Shrae, Orem, Idu y Zanda aprovecharon la ocasión para rebelarse contra la capital y desde entonces nos dedicamos a matarnos entre nosotros para ver quien gobierna sobre un buen montón de cenizas.-

Mientras hablaba iba improvisando una nueva capa hecha con las sábanas, tratando de darle un cierto aspecto de refugiada, lo cual no debería despertar muchas sospechas si se tiene en cuenta que Ivere, ha sido atacada y hay cientos de personas sin nada, tirando adelante con lo que encuentran.

-Por otro lado, hay carteles por todas partes con alguien calcado a ti, pero con cola.- En ese momento le ajustaba la capa por delante. Le miró a los ojos antes de seguir hablando. -A quien se acusa de asesinar a la familia real. Y por quien ofrecen una habitación llena de oro.- Observó su reacción ante las acusaciones, pero no le dejó tiempo para hablar.

-Y ahora es cuando te preguntas...- Dio por finalizado el apaño hecho con la sabana y se separó de ella dando un paso hacia atrás. -...¿porqué no te he matado?-

-Porque en ningún sitio dice como de grande es la habitación.-

Azur parecía, cuanto menos, confundida. Escuchó en silencio tus argumentos mientras procurabas armar alguna especie de hábito. El problema es que aparentemente las sábanas eran demasiado rígidas para permitirse ser atadas y colocadas correctamente. Hizo un movimiento con en brazo, un gesto simple para iniciar sus palabras, y la tela casi cayó al suelo. Por fortuna su brazo sano la atrapó.

-No es...yo no...-aparentemente quería buscar una forma de negarlo, pero al igual que ella sabías perfectamente que realmente no tenía como sin recurrir a la mentira. Finalmente, consiguió atinar a decir algo en su defensa- No es que yo quisiera...

Cerró los ojos y negó, agobiada.

-No se hasta donde me conozcas, pero quiero reparar esto. Sin embargo, aún no me has dicho sobre si sabes que he estado haciendo durante diez años por mi cuenta. No entiendo como no he intentado solucionar toda esta situación...Aunque realmente...

Pareció verse algo abrumada.

-Realmente no se como podría. Si lo que dices es cierto es normal que tanto esa clériga como el resto de la gente del reino y ni hablar de las personas del castillo...no creo que nadie vaya a escucharme, y sinceramente no se que pueda hacer por mi cuenta. Pero aún así tengo que hacer algo...

Te devolvió la mirada de forma determinada, como intentando deducir que te traías entre manos.

-¿Me estas ayudando solo porque no te convence la recompensa?

-Si. Solo por eso.- -No quiero dinero. Quiero poder. Muerta vales un montón de oro, viva mucho mas.-

-Una habitación llena de oro, aunque sea pequeña, es suficiente recompensa por ajusticiar a una asesina cualquiera. Pero ni la habitación mas grande es suficiente para ajusticiar a la inocente hija de Serpaul.

¿Recuerdas lo que dije cuando empezaste a hablar de lo que pasó en el castillo? Tu nunca hiciste lo que crees. No fuiste tu. Fue el dragón que metieron en tu interior. Si tu no les hubieras matado, lo habría hecho Nird con sus propias manos. Simplemente, la bestia hizo el trabajo sucio.

Mas vale que lo entiendas así y no hables de ello. Porque si se lo cuentas a alguien, puede que no se crean toda la historia y cojan la parte que mas les interese.-

Alargó el brazo para coger la sabana que sostenía Azur y dio un paso para colocarse a su lado. -Después de huir del castillo, con buen criterio, decidiste que era mejor esconder tu piel escamada con esa capa y tu rostro bajo una mascara de metal.

Empezaste tu particular modo de redención, dedicándote a luchar contra gente como yo. Soldados bajo las ordenes de tu tío. Pronto te hiciste un nombre y ganaste el favor de los contrarios a Gamias. En todas partes se te conoce como "la de la capa blanca".- Dio otro paso para colocarse detrás de ella y volver a intentarlo con la sabana. -De ahí mi insistencia en cambiarte de atuendo. Será todo mas fácil si no vas llamando la atención- La colocó sobre sus hombros.

-Como Blanca es como te conocí. Te enfrentaste a Andrue y a mi y cuando te empezaron a pintar mal las cosas, huiste. Luego te capturé e ibas a servirme para subir un escalón mas en mi escalera personal.-

Volvió a colocarse delante para anudar la sabana. -Pero la vida da muchas vueltas. Descubrí quien eras y lo que te sucedió. Y ahí cambio todo.

Ha sido muy duro por lo que has pasado. Has sido capaz de seguir adelante, algo muy digno de loanza, pero por lo visto, aquí no acaba la cosa. La voz del "sueño" te asustó. Eso quiere decir que está relacionada con lo que te hicieron aquella noche. Puede que no la conozcas directamente pero algo en ti te dijo que estuvo allí. Ahora nos persigue. Tenemos la opción de huir de ella, aunque puede que sea eternamente; y tenemos la opción de ir con Scire y tratar de aclararlo.

No sé lo que vas a hacer, la elección es tuya. Pero... yo, antes de seguir quiero saber una cosa. Dijiste que una eremita que vivía en un volcán te hizo ciertas marcas. Lo mas probable es que sepa algo de todo esto. Quiero saber donde la encontraste.-

Inome bostezó y se estiró de forma elegante como todo felino. La luz matinal hacía que su pelaje reluciera de forma casi pomposa. Se escuchó el sonido de su voz un tanto perezosa, mientras volvía a hacerse un ovillo.

-¿Que hay de desayunar? Tengo tanta hambre que podría comerme a una persona...

Como siempre, precedió a la frase una risita maliciosa que le dió un toque avieso.

Tu trabajo esta vez fue mas ligero, Azur colaboró como mejor podía a ayudarte y entre ambos pudieron acomodar de mejor forma la sábana. Los hombros fueron correctamente cubiertos e incluso una parte alcanzó a cubrirle la cabeza ocultando casi todos sus rasgos, aunque nunca de forma tan efectiva como una capucha real. Además de esto, era mas probable que por algún movimiento o por la simple brisa del viento la tela se retrajera un poco y dejara ver alguna escama del rostro.

Con algunas vueltas en torno a su figura y un nudo correcto y disimulado uniendo dos de las puntas, Azur había pasado a estar bastante mas "irreconocible" dando el aspecto de méndiga o algo similar. Conforme escuchaba de nuevo en un silencio correcto para no interrumpir, suspiró profundamente. Casi como si en ese gesto, exhalara parte de sus preocupaciones.

-¿También sabes eso? Te he contado muchas cosas por lo visto. Supongo que es mejor así, durante los últimos días que recuerdo fue terrible no saber en quien confiar, una pandilla de vagos intentó echarme dentro de una jaula, caí por un precipicio hacia un río y casi no pude dormir de noche al no encontrar acomodo. Y todo por intentar convencerles de que realmente era yo, Azur, no este monstruo en el que me he convertido. No me extraña que haya cubierto mi cara y mi cuerpo para que nadie volviera a verlos.

A pesar de que su aspecto era bastante bonito, no parecía estar nada segura de si misma. Lógicamente, la piel escamosa es capaz de opacar esta clase de detalles ya que se asocia instantaneamente con algún reptil o animal extravagante. Con la mano sana tiró un tanto de la tela de la cabeza para ocultarse aún mas.

-Recuerdo a una señora mayor que respondía a ese titulo. Fue en Orem, me perdí en un bosque de allí llamado "El bosque del silencio" y me la encontré de casualidad.

Entrecerró los ojos y la examinó con mirada crítica. No estaba satisfecho. Un simple golpe de aire podía echar hacia atrás la capucha. -Umpf... habría sido mejor vendarle la cara y hacer como si tuviera quemaduras graves.- Negó ligeramente. No tenía mas tiempo para perder.

-Los dos sabemos lo que queremos. Solo queda una cosa por decir.

El general Vlado sabe que estás aquí y está en camino.-

Aparentemente Azur iba a preguntar algo mas, pero entonces la puerta se abrió. El comandante Ikandriel volvía a hacer acto de presencia, con su particular "carisma" impreso en el rostro. Aparentemente, no estaba contento de estar esperando.

En la planta superior, todo seguía relativamente normal, tu victima aún seguiría sumida en sopor y el encapuchado junto con el pequeño piel verde charlaban en el pasillo aparentemente en sus asuntos, algo lejos de la habitación probablemente para dar su espacio al otro comandante y Azur. Obviandolos e ingresando a la habitación, observaste que la chica estaba un tanto extraña en cuanto a atavios: al parecer Shadar se las había arreglado para usar una sábana a modo de vestimenta, dandole un aspecto bastante parecido al de una pordiosera con un hábito de mala calidad. Disimulaba bastante bien, aunque la capucha dudosamente se mantendría en su sitio con mucho viento o movimiento.

hola! espero a que Bolg conteste a Nauj y luego continuamos ¿ok?

Se giró hacia la puerta hecho una furia. -¡¡Otra vez!!- Odiaba que le interrumpieran y Andrue tenía un don para ello.

-¿QUÉ?-

El grito me llegó con toda su rabia, pero él no aprendía. Todo el tiempo inmerso en sus asuntos, sin pensar que hay otras cosas que atender, en un límite de tiempo. Algún día, en el que entrara en contacto con la realidad, tal vez se llevara una profunda sorpresa

- ¿Pretendes que caiga el anochecer? ¡Scire nos está esperando, maldita sea! - grité yo también, aunque con algo más de calma

"La actitud que llevo seguramente le hará rabiar... y puede que también reaccionar"