Partida Rol por web

La realidad se transformó. Baldosas negras y blancas cubrían el suelo, alternadas cual tablero de ajedrez. Relojes silenciosos median el tiempo entre jugada y jugada, a la vez que ornamentaban la sala. A unos metros, dos figuras sentadas, una enfrente a la otra, vestidas con colores opuestos. Y en medio de todo, ellos. Las fichas del tablero, dispuestas sobre un color y listas para el siguiente movimiento. La electricidad que Shadar había estado creando a través de la magia acumuló el suficiente potencial y de la palma de la mano salió un relámpago directo a la niña, impregnando el aire con el característico olor a ozono de después de una descarga.

Intentando ignorar todo lo que estaba sucediendo con demasiada rapidez, me concentré en enviar un ataque certero para acabar con toda aquella locura

Todo esto tiene que acabar ya.

Bolg se sintió fuera de lugar, como si lo hubieran arrancado de la realidad. ¿Y no era justo eso lo que había pasado? El guerrero goblin dedicó unos segundos a estudiar la situación actual. Se sentía como una bestia acorralada, y eso no le gustaba nada. Todo aquello carecía de sentido para él.

Sus compañeros se centraron en atacar a la niña, así que con sus dagas en las ambas manos, el pequeño guerrero también se lanzó al ataque. Con los ojos cegados por la ira y el odio, y una sonrisa demente que mostraba los innumerables dientes de su boca cargó. Cargó con determinación y velocidad. Cargó contra Inzar, que permanecía inmóvil. Si, el momento de la venganza había llegado.

Todo sucedió muy rápido, tanto que Nauj apenas tuvo tiempo de pensar qué hacer. Otra vez Scire les había transportado a una especie de dimensión paralela, salvando así la vida del silfo y quizás la de todo el grupo.

La mano del encapuchado ardía ya cuando sus compañeros se abalanzaron sobre la niña, pero esperó al momento preciso en que el camino entre él y su objetivo estuviese despejado. Y esto sucedió tras la acometida del vampiro; Nauj adelantó su mano y una bola de fuego salió rápidamente de ella, impactando sobre la niña que había quedado expuesta tras el ataque de Andrúe.

Contento por cómo, poco a poco, empezaba a dominar la magia elemental, Nauj se percató entonces del ataque de Bolg sobre el inanimado chico del espadón. Aquella partida de ajedrez empezaba a tener demasiadas vertientes y el encapuchado quedó atento a cuál sería el siguiente movimiento de piezas.

Blog se desviaba hacia un indefenso Inzar y tras un primer rasguño inicial comprobó que no había reacción de su parte, dedicó aquellos breves instantes a decidir cual sería la mejor forma de acabar con aquella vida, y momentos despues estaba apuñalando como le venía en gana aquella figura inmóvil. No hubo dolor ni gritos, ni agonía. Solo silencio en respuesta del muchacho, que parecía un simple maniquí.

Por otro lado en la sala, la chiquilla soltó una risilla maliciosa al ver acercarse a Seryu. El pequeño cuerpecito resultaba ser bastante ágil, y casi parecía jugar y bailar mas que evadir como dios manda, pues el acero del silfo ni siquiera le rozó. Oportunamente dió un salto demasiado alto como para ser normal, pero con gracia, y el relampago de Shadar pasó de largo de ella, chamuscando la pared. Por poco, no le dió a uno de los tantos artilugios allí presentes. Pero, algo hizo que la escurridiza cría perdiera el equilibrio. Algo negro, peludo y encrespado en aquel momento, pero casi sin darle importancia al hecho de que se hubiesen tropezado con el. Inome miraba hacia la mesa de té, sin inmutarse demasiado en lo que hacía la gente a su alrededor.

Estando momentaneamente en el suelo, Andrue aprovechó la oportunidad. Dantmor se adelantó, ávida, y abrió una linea roja en el costado del torso. Apurada ahora por el dolor de la herida, la chiquilla intentó ponerse en pie, y en ese instante una bola de fuego le impactó de lleno, lanzandola un tanto mas hacia atras.

La pequeña torció el ceño, evidentemente no estaba muy contenta con el trato. Y era también evidente que, con tantos ataques, tenía ciertos problemas para controlar la situación.

-Hermana ¿no es esa tu pieza? -comentó el hombre de negros cabellos haciendo un gesto para resaltar la presencia del cadaver. Parecía bastante interesado en quienes estaban allí, aunque en ese cuerpo un tanto mas.

-¿Me lo podré llevar? -rió despacito- Se me ocurren algunas formas de darle utilidad todavía...

-No seas depravado -reprendió, tras quitarse la cuchara de la boca- Pero si...quien lo habría imaginado, realmente lo hizo. Lo siento hermano, pero no estará demasiado en tu jurisdicción. Por eso, te pediré que no te lo lleves. Además...has estado fanfarroneando con ese fragmento, y mira como ha resultado. Tengo una batalla campal en casa, estan chamuscando mis paredes y en cualquier momento van a romper uno de mis objetos y me enfadaré.

La niña por su parte, con una expresión bastante poco infantil de furia, se dobló sobre si misma mientras una especie de aura enloquecida manaba de ella. Una onda que con cierto empuje invitaba a retroceder de hecho. En un instante, esta se concentró en su cuerpo y luego estalló, liberando una onda expansiva potente.

La endemoniada niña esquivo mi ataque burlándose de mi, me sentía tan impotente, que apenas percibí que mis compañeros también la atacaban, casi deseaba morir yo también en este combate, luego de perder a mi amada.
La niña esquivo un rayo, pero la espada del vampiro impacto y siguió, para luego ser la bola de fuego de Nauj la que causo el mayor daño a la diabólica criatura.
Tras eso la niña saco un aura extraña para luego lanzar una onda expansiva contra todos nosotros.
Afortunadamente di un salto hacia atrás en el momento justo, volviendo a caer justo cuando la onda había pasado, solo alejándome un poco, para luego volver a la carga contra ella…

La endiablada niña había esquivado el rayo y la estocada de Seryu. -Hora de cambiar de estrategia.- Los labios se movían deprisa en un leve susurro, la mano derecha trazaba signos en el aire y la izquierda buscaba el componente que faltaba en un bolsillo. -¿Donde está? ¿Donde está?- La niña estaba acumulando un aura amenazadora, y si no se daba prisa no podría lanzar el conjuro antes de que ella atacara. -¡Lo tengo!- Y justo en ese instante los pies de Shadar se separaban del suelo y el mundo cambiaba de posición...

Se me escapó una sonrisa triunfal cuando vi la brecha de sangre en el torso de aquella criatura que parecía diabólica bajo su aspecto infantil. Después de semejantes ataques, querría cobrarse alguna venganza, nada agradable. Su rostro así lo delataba. Permanecí agazapado, preparado para lanzar una nueva estocada ascendente en caso de que hubiera oportunidad

Me cubrí los ojos a medias para evitar ser cegado con cualquiera de los objetos que se vieran arrastrados por aquella onda expansiva que ella comenzaba a crear

- Bien, ¡sigue así, y pronto te enviaré al infierno! - susurré con regocijo

Los sentidos del goblin intuyeron que algo se acercaba, una especie de energía, dispuesta a golpearlo. Con movimientos instintivos, el pequeño guerrero saltó justo, utilizando el cuerpo inerte de Inzar a modo de trampolín, justo a tiempo para no recibir el impacto.

No sabía que era aquella energía, pero tampoco le importaba, estaba cumpliendo su destino. Los ojos llenos de sangre y la sonrisa maquiavélica del goblin solo tenían un objetivo. Desparramar las tripas del indefenso Inzar.

Una risa casi histérica y desalmada surgía de la garganta de Bolg mientras desollaba la entrañas de su enemigo. Al fin lo había conseguido. No pareció importarle que no hubiera reacción alguna por parte de Inzar, por lo menos no de momento. Estaba demasiado feliz para pensar en aquello.

Nauj se distrajo mirando a los dos personajes que presidían la estancia. No acababa de oír bien sus conversaciones pero parecía que por fin les prestaban algo más de atención. No mucha, a decir verdad; no parecía resultarles demasiado extraña su presencia ni el combate que estaban lidiando. Se podría decir que Nauj tenía mucha más curiosidad por aquella pareja que la que ésta mostraba por ellos.

Fruto de esa curiosidad, el encapuchado quiso aprovechar el momento propicio, con la niña acorralada, para acercarse hacia ellos. Error. El contraataque le pilló totalmente desprevenido y, cuando quiso darse cuenta, salió despedido por la onda expansiva, cayendo cerca de la pareja dueña de la sala.

-Bueno...era tentador, además de que también quería poner una pieza. Lo que ella haga no es mi culpa, ¿no?

El hombre sujetó el sombrero de la mesa, y observó que Nauj cayó cerca de él. Shadar había ido a parar contra una pared, y sintió un buen esentimiento en los huesos por menudo golpe.

El sujeto se pasó una mano por el mentón confundido. Por alguna razón el impacto de la onda apenas e hizo agitarse algo el viento allí.

Sin embargo, se escuchó un ruido de cristal roto. Un delicado artefacto transparente, una esfera grande y gristalina con numeros que se movían de acá para allá aparentemente sin sentido, cayó al suelo partiendose en pedazos debido a la sacudida. Los demas objetos permanecieron en su sitio, curiosamente también queriendo caer, volar contra las paredes y romperse. Pero a medio camino de esto, estaban inmóviles.

-Creo que será interesante ver lo que sigue.

La mujer extendió algo la mano como esperando que cayera algo, y en efecto el báculo que estaba atras se desmaterializó para caer a pocos milímetros de su palma derecha. Se puso de pie con suavidad, y a pesar de que hacía todo con extrema calma, ahora era la gente a su alrededor la que no parecía capaz de reaccionar. Por mas intentos que había, no podían mover ni un musculo del cuerpo. Aparentemente así era que se sentía Azur, y se había sentido Inzar antes de terminar destripado.

Ella se frotó los ojos con el pulgar y el índice de la mano derecha.

-Que desastre, echan tripas, chamuscaduras a mis paredes, destruyen las cosas de mi casa...

Suspiró. Pasó entre Shadar y Seryu con paso ligero saltandose algo del regadero de sangre del muchacho y tras llegar al objeto roto bajó su báculo hacia los añicos de cristal. De forma maravillosa, estos comenzaron a moverse casi en armonía, recreando en reversa el momento de la rotura, cada uno colocandose en el sitio del cual había salido. Luego se elevó tal cual había caído, y fue a parar al pedestal en donde estaba reposando inicialmente.

-No pienso limpiar eso -comentó, dirigiendose a su invitado particular, que en respuesta sonrió complacido- podrías llevartelo, es tu asunto. Pero espera, creo que te irás con uno mas.

Se giró hacia la niña, un tanto molesta. A la vista de todos se pudo apreciar que, con elegancia y suavidad, la mujer empujó el báculo de la mano diestra a la siniestra, casi como el movimiento de un péndulo. Y cuando se posó en los dedos de la izquierda, tuvo un cambio aquel objeto. Un filo curvo, con reflejos rojizos y bastante grande surgió sin ninguna reestricción de la cabeza de aquel. Con aquel simple extra, ahora era en toda regla una guadaña imponente. Y con un movimiento ilusoriamente ligero para un objeto de semejante altura y peso, hizo un movimiento con el filo, en diagonal con respecto a aquel pequeño cuerpo. No sucedió nada durante ese instante.

La mujer se limitó a alejarse de allí y volver a su asiento, mientras con el mismo gesto de antes devolvía el báculo a su mano derecha. La cuchilla desapareció, volviendo a ser algo inofensivo.

Apenas se sentó de vuelta, se escuchó un sonido de rasgadura, no solo de ropa, sino de músculos y hueso. Justo por donde había pasado el corte, se dividía el cuerpo de la niña y un hervor rojo y descontrolado salpicó a Andrue que era el mas cercano físicamente a ella.

El hombre se levantó, enérgico y aparentemente animado.

-¡Hace tanto que no veía la Guadaña del Tiempo en acción! -acercandose, tomó la mitad superior del cuerpo de la niña, que echaba sangre por la boca, y la cargó casi con cariño a pesar de que su ropa se manchaba de rojo, y las tripas se salían colgando sin ningun tipo de reestricción. Una visión que le revolvería el estómago a cualquiera. A pesar de esto, aquel incluso inspiró profundamente cerrando los ojos.

-Cuando la decadencia recién comienza, huele muy dulce -y para rematar el asunto, lamió morbosamente la mejilla salpicada de escarlata- e igualmente es deliciosa. No creí que fueras a sorprenderme con tan buen recuerdo para recordar la ocasión, cuando me devuelvas la visita te esperaré con algo mejor no lo dudes. Azazel -llamó de pronto- Por favor llevate hasta la última gota de sangre. Deja todo reluciente, que no quiero desperdiciar ni una. Tendrán un lugar privilegiado en mi colección.

Sin entender porque nadie lo había notado antes, alguien mas estaba en la habitación. ¿Recién había llegado? ¿O ya estaba ahí? No se sabía la respuesta a ciencia cierta, pero un hombre elegantemente vestido como mayordomo avanzó unos pasos por la sala.

-Sí, mi señor -respondió de forma eficiente y luego vino un movimiento simplemente increíble. Tan veloz, que apenas podía versele, pero no se notaba que hacía. Este fue de un sitio a otro en la sala, donde quiera que hubiese sangre y parte de la asquerosidad de los cuerpos muertos, pero evitó tocar el de Scire. Los cuerpos de Inzar y de la chiquilla desaparecieron si dejar rastro, y ni siquiera Blog y Andrue estaban sucios de su sangre. Cuando todo esto aconteció, el aparente mayordomo se presentó al lado del caballero que le había llamado y reverenció levemente.

-Con su permiso, les llevaré - y tranquilamente salió como si nada por una puerta doble de color blanca, cercana a la mesa.

-Yo también me retiro, tengo que vigilar otros asuntos. Gracias por tu cortesía. En otra ocasión vendré a ver que tal van esos fragmentos que tanto te gusta observar, quiero enterarme de como van mis piezas.

El hombre tomó el sombrero de copa de la mesa, saludó con cortesía cruzando un brazo por la cintura para una reverencia leve, y con una sonrisilla muy perturbadora volvió a colocarselo, para marcharse por la misma puerta también.

En su sitio, la mujer se dispuso a tomar el tazón de postre que inicialmente tenía, pero entonces pareció recordar algo y giró la cabeza hacia ustedes.

-Oh, cierto.

Levantó brevemente el báculo, y la movilidad volvió milagrosamente, tras esto el objeto se desmaterializó de su mano de vuelta a su soporte. Azur también parecía reaccionar ahora. Pero esta nada dijo, estaba demasiado impresionada aparentemente como para atreverse a hablar.

-Son de Kysuta, a menos de que me falle la memoria, ¿verdad?

Ante la visión de aquella escalofriante guadaña me hizo temblar. El corte que le había producido al cuerpo de la niña había sido tan limpio que apenas quedaban marcas en su cuerpo, salvo cuando se vieron separadas de una forma drástica. Y la creadora de aquella bestialidad apena se había inmutado acerca de ello

“Esa mujer es diabólica… apenas pestañea y podría acabar con todos nosotros”

La sangre que había salpicado en mi cara… no tardé en tomarla con mi lengua para degustarla. Lástima que el tal Azazel pusiera orden tan deprisa

- ¿Esa información garantizaría nuestra supervivencia? Apenas podemos decir que seguimos vivos… - murmuré para mi mismo