Partida Rol por web

- ¿Quierez acompañarloz? Los ojos del pequeño goblin se movieron suspicazmente de un lado al otro, como si buscara un atacante emboscado. No pudo ocultar el asombro de su propia voz al dirigirse a la niña.

- Zeguro que allí a donde van, lez ezperan peligroz que muchoz de elloz merecen correr, pero no creo que zea zeguro ir con elloz... No, zerá peligrozo. El goblin se movía nerviosamente, medio agazapado, mientras su ojos buscaban la mirada de la niña y la de su amigo Nauj.

- Creo que ez la única vez que Bolg eztá de acuerdo con el mago... Zea donde sea, el camino que van a tomar, no ez lugar para una cría humana...

Bolg sonreía en su interior, si le hubieran dicho que los acontecimientos desembocarían en aquella situación, hubiera tomado por loco a su interlocutor.

Tenía que mostrar su desacuerdo en que la niña acompañara al grupo, tenía que parecer preocupado por la cría, y en el último momento, proponerse como su guardián, si consentían que esta les acompañara. Si todo ocurría así, las sospechas y desconfianza contra él, disminuirían sustancialmente.

Aun había una esperanza de que bajasen la guardia.

La otra opción, y la que el había discurrido en primer lugar, era hablar con Nauj. Contarle que el drow quería su muerte, y que él, como su amigo, no podía permitirlo. Era una escusa pobre, pero que tal ves le permitiera acompañarlo en su viaje, con la escusa de estar preocupado por su vida. Que por otra parte, tenía parte de verdad.

En cualquier caso, ahora mismo, solo cabía esperar al desarrollo de los acontecimientos.

 El muchacho suspiró, mirando a la pequeña, y luego a nauj.

-Va a ser complicado si tuviéramos que llevarnos a la niña. Habría que dejarla aquí...Chiquita..

Se acercó a la muchacha, y le colocó una mano en la cabeza.

-Volveremos pronto, y, entonces, te ayudará con el aprendizaje. Ahora mismo no tenemos tiempo, y es muy peligroso para una niña como tu. No podemos llevarte, definitivamente.

Sonreí al escuchar las palabras de la pequeña. Tenía espíritu de guerrera a pesar de su corta edad, pero estaba de acuerdo con los demás, era peligroso que nos acompañara.

Camino hacia ella, me arrodillo para quedar a su misma altura -Ellos tienen razón, es mejor que permanezcas en tu pueblo, con tu gente -le hablo en un tono bajo, pausado y delicado -al regresar estoy segura que Nauj te enseñara- le guiño.

Me incorporo y acaricio su cabeza, sonríendole -el tiempo pasa rápido, ya veras que en poco tiempo estaremos de regreso- me aparto un poco de la pequeña y miro al goblin de soslayo -¿Vendrás con nosotros, no? si es así, no perdamos más tiempo. Aún hay mucho camino por recorrer- miro a la criatura que acompañaba a la niña -¿Se unirá a nuestro grupo?- pregunto a Bolg.

-Cada minuto que pasa hay gente que se muere de donde vengo. ¡No puedo volver hasta que no tenga la cura! Además podemos ayudar a que terminen mas rápido, no tengo porque meterme en peleas si les preocupa eso...Se cocinar, y también curar un poquito...¡y una pila de cosas mas!

Tenazmente la chiquilla seguía insistiendo. No parecía que fuese a aceptar así como así el no.

-¡Porfa!

Sentí pena por la pequeña al escuchar sus suplicas. El camino que tomaríamos no era apropiado para alguien de su edad, pero si no le ayudaba, tarde que temprano me sentiría mal.

¿Qué debía hacer? me cruzo de brazos, analizando la situación. Ella estaba dispuesta a ir con nosotros, sabía que habrían riesgos, que esto no era un juego.

Cierro los ojos por un momento. Suspiro para relajarme y concentrándome -¿Y si me encargo yo de la niña?- le pregunto a Seryu, utilizando aquel método peculiar de comunicación que teníamos -su gente muere... no podemos negarle esa oportunidad  solo tiene que acatar las reglas, comportarse y obedecer a nosotros, no a Bolg. ¿Qué dices? ¿Aceptas?

Nauj escuchó las palabras de la niña y los sabios consejos de sus compañeros. Sin lugar a dudas tenían razón, un territorio ocupado por el enemigo, en donde estarían en peligro constante, no era adecuado para una niña. Además, estaban los llantos de las fuerzas elementales en su interior, que le apremiaban a cruzar el portal. No podía desoirlos, sin embargo...

Tampoco podía desentenderse de la pena que abordaba su corazón al mirar los ojos suplicantes de la niña y al oir sus palabras valientes y decididas. No podía decirle simplemente "No, eres muy pequeña para eso" y olvidarse de todo. Ella estaba inmersa en una tarea de salvación y, por nimia que fuese en comparación con la de salvar el mundo, merecía tenerse en cuenta.

- ¿De dónde eres Thara? Por tus palabras deduzco que no vives en Seiní, tal como había supuesto. Así que supongo que no será tan fácil decirte "vete a casa" y deja esto en manos de los mayores.

¿Y cuál es el mal que aqueja a tu pueblo? ¿Y qué conocimientos sobre plantas necesitas? Quizás yo no pueda dartelos y entonces tu viaje con nosotros sería en vano.

Nauj quería saber más. Contempló los rostros de Seryu e Inzar que manifestaban su disconformidad, el de Syara que mostraba una cierta piedad, y, fianlmente el de Bolg. El despiadado goblin que ayudaba a una cachorra humana, otra vez. Comenzaba a ser costumbre. El encapuchado miró a su amigo, buscando cualquier explicación que le pudiese aclarar las ideas.

Bolg captó la mirada de su amigo tras la capucha, algo parecía haber cambiado a aquel hombre. Tal vez por fin hubiera descubierto su camino, y el goblin se alegró en su corazón.

- La niña necezitaba aprender de plantaz, y pensé que tu podríaz enzeñarle, como me enzeñazte a mi la primera vez que nos vimoz. No era mi intención entorpecer tu camino... Ya lo hice una vez, y no quiziera zepararte de tu deztino... Bolg agachó la cabeza, y su mirada se tornó esquiva unos instantes. Parecí que una pena apretaba su corazón. - Ze lo que ez ezo... A mi también me negaron el mio... Y volvió a recobrar su compostura, y sus acostumbrados gestos nerviosos.

- Zi ez una carga para ti, Bolg cuidará de la niña. Bolg le debe un favor, y Bolg la protegerá... Ademáz, Ged ez grande y fuerte. Saben cuidarse por si mismos... El goblin miró a su amigo, en busca de alguna señal.

- Bolg no cree zenzato que la cría oz acompañe, pero Bolg zolo ez un goblin... Se encogió de hombros, con clara expresión de no entender la situación.

 El muchacho se cruzó de brazos, mirándola. Sin gesticular, habló con ella mentalmente.

-Está claro que la muchacha no nos dejará en paz así como así. Si te has comprometido a llevar a la niña, adelante, pero sigo sin estar demasiado de acuerdo con la situación.

Dicho aquello, dio media vuelta y se acercó al portal. Entre el sonido de sus pasos, se pudo escuchar un murmullo.

-¡Si! ¡Por supuesto! Dejemos que una niña entre y vaya con nosotros. Cuando estemos en apuros, alguien morirá por la niña, o la niña morirá, de modo que todo será una situación mala, y nos arrepentiremos de haberla traído. Pero claro, ya será demasiado tarde.

Una vez dicho aquello, aun con la calma y la seriedad de siempre, aunque con un tizne de quizás enfado, cruzó el portal solo, el primero del grupo.

Bolg habló antes de que lo hiciera la niña. De sus palabras supo que el goblin estaba atado por una deuda al destino de ella y que la acompañaría y protegería donde quiera que fuese. Eso significaba que si aceptaban a Thara en la compañía, el goblin vendría con ella. Y eso implicaba por una parte contar con un gran guerrero y con un amigo suyo, que no de los demás, pero también significaba que Inzar y Bolg deberían convivir en un mismo grupo...

- Bolg -le dijo- tú nunca has entorpecido el camino que guía mis pasos hacia mi destino. Las cosas suceden como suceden y uno tiene que tomar sus propias decisiones. De cualquier forma, lo que sí tengo por cierto es que el resto de ese camino pasa por este portal -el encapuchado señaló la distorsión mágica que comunicaba con las tierras de Shrae- y que debo cruzarlo.

Entiendo de tus palabras que acompañarás a esta niña donde quiera que vaya, incluso si la aceptamos con nosotros. Lo cual me alegraría mucho, pues me encantaría contar otra vez con tu compañía, pero plantea un serio problema por tu relación con Inzar. -Nauj miró al mercenario y luego de nuevo al piel verde- ¿Tú crees que podría haber una convivencia, digamos que, tranquila?

Luego volvió a sincerarse con Bolg, como ya una vez lo hizo: Vamos a por D'Thyre, Bolg. Y no cesaremos hasta estar muertos o haberlo derrocado. Esa es nuestra misión. Los pueblos de Kysuta necesitan verse liberados de su tiranía, incluyendo las tierras de tus congéneres... o pronto no habrá humano, elfo o goblin caminando libre por el mundo.

A mí me encantaría que te unieses a la causa, si es que crees que vale la pena, pero entenderé que tu naturaleza te conceda otras prioridades. Por cierto... el drow que capturamos ayer se ha escapado y ha cruzado este mismo portal hace tan sólo unos instantes. O sea que... la cacería no ha terminado aún.-añadió, tratando de tentar a sus instintos.

Seryu había cruzado el portal ya, no quedaba mucho más tiempo. Volvió su rostro a la niña:

- Aún me gustaría que me respondieses a mis preguntas de antes, Thara.

- Bolg ze portará bien, zi, muy bien, no cauzará problemaz... Dijo el goblin a media voz, entendiendo la profundidad de las palabras de Nauj, y su preocupación por su relación con Inzar.

- En cuanto al drow... El cuerpo del goblin se puso en tensión, mirando hacia un lado y al otro y olisqueando el aire. - De él quería hablar contigo... Pero a zolas, y cuando el tiempo no parezca apremiar tanto. Hizo un rápido vistazo en dirección al portal por donde acababa de desaparecer Seryu.

Y dicho esto, esperó a que la niña contestara a Nauj, y permaneció junto a ella, tenso y en constante guardia.

-Necesito saber como tratar una raíz que traido para sacarle la medicina. La puse en el fondo de las cosas, y aquel otro señor con pinta de gruñón no parece querer esperarme demasiado. No se que es la enfermedad...la piel se les pone tan rígida como la porcelana. Con el tiempo termina cayendose, y no se cura nunca mas...y eso hace que brote mucha sangre, por eso se mueren...Vengo de Druellia, en Orem.

La pequeña se adelantó algo y le hizo señas a Ged. Si aquel encapuchado le daba una afirmación en cuanto a lo que necesitaba, pasaría con él sin rechistar. Y Ged también.

Enarqué una ceja mientras Seryu daba su opinión a los demás, perpleja ¿Acaso se había enfadado? sin duda, al menos un poco.

Doy unos cuantos pasos hacia la pequeña y acaricio su cabeza -será peligro, pero sé que te comportarás y quizás puedas ayudarnos en el camino- le guiño y le sonrío.

Comienzo a caminar en dirección al portal para alcanzar a Seryu, pero antes me detengo al lado del goblin -espero que sea así, Bolg, que cumplas tú palabra y no tengamos problemas en el camino- le digo en un tono serio, mirándolo a sus ojos, buscando en ellos algún destello de sinceridad, pero no logré nada.

Contunúo mi camino, mirando de soslayo al tercer nuevo acompañante, el cual no me brindaba mucha confianza, pero suponía que era normal, en el camino esto cambiaría o eso creía.

Al pasar por el lado de Nauj, asiento mi cabeza, indicándole de esa forma que debíamos continuar. Acelero un poco mis pasos, mirando al frente en busca de Seryu. Al pasar al lado de Inzar le sonrío -todo irá bien- hago un gesto con mi cabeza en dirección al piel verde y si no iba bien, apoyaría a mi compañero.

La entrada al portal estaba cada vez mas cerca. Observaba detalladamente la entrada y sentí un poco de emoción al estar a escasos pasos de este. Tras un largo suspiro, comienzo a traspasar el portal.

-¿Seryu?- fue lo primero que pensé al pasarlo por completo.

Nauj le pidio a la niña que le enseñase la raíz que llevaba. Cuando la tuvo en sus manos la examinó detenidamente. Era una raíz extraña. La olió, arrancó una pequeña porción, observó el líquido que rezumaba... desde luego, podía tener poderes curativos. Al encapuchado le recordaba a algo similar.

- Mira Thara, para recibir la explicaciones que me pides no es necesario que emprendas el camino con nosotros. Si lo que necesitas es conocer la forma en que puedes extraer sus esencias, yo te daré aquí mismo unas instrucciones sobre las formas que sé de hacerlo.

Yo esta raíz no la conozco, pero no me extrañaría que tuviese los poderes que tú dices. Escúchame bien:

Durante un rato, Naúj instruyó a Thara sobre los métodos que sabía para extraer la medicina de raíces de aquel tipo.

- Si haces tal como te he dicho, extraerás su más pura esencia, pero yo no te puedo garantizar que funcione contra esa extraña enfermedad. ¿Quién te ha dicho que esta raíz la puede curar?  -le preguntó, muy intrigado.

-El herbolario del pueblo la usaba para fabricar la medicina, pero antes de poder enseñarle a alguien murió. ¿Pero seguro que es así? -quiso saber. Parece que hacía y un esfuerzo por memorizar todo aquello tan de golpe.

Bolg había podido observar la mirada penetrante de Syara a pasar por su lado, y este la observó hasta que la joven desapareció por el portal.

El goblin, por su parte, permaneció junto a Nauj y la niña, asistiendo como invitado mudo a la conversación de ambos. Aun con todo, el pequeño guerrero no podía evitar olisquear el aire y observar furtivamente cualquier movimiento que le pareciera sospechoso.

Las cosas eran totalmente distintas y extrañas de ese lado del portal. Antes de cruzar, sentían el frío y la gelidez de la mañana de Zanda. Sus ojos estaban ya habituados al color niveo como nota usual.

Sin embargo allí era todo tan diferente...Estaban a un lado de una carretera de tierra, pisando cesped tierno y verde. La mañana en esa zona se presentaba muy nublada, al punto de que el cielo se presentaba de un gris perlado de forma homogenea. El aire se respiraba cálido y humedo, dando un toque pesado al ambiente, como si hubiese estado lloviendo hacía unas horas. Sin embargo esto era soportable debido a la brisa que recorría la región, acariciando la piel del silfo y el rostro de la mujer respectivamente.

Otra cosa que en particular Syara empezaba a notar era el brusco cambio de temperaturas. No era uno de los días mas calurosos de Shrae sin duda, pero ella estaba acostumbrada al frío desde siempre. Su gruesa indumentaria para combatir el clima en Zanda ahora empezaba a sofocarle un poco.

Allí con ellos no había nadie, sin embargo a lo lejos podían verse algunas de las personas que ya habían cruzado. Caminaban por la carretera hacia el este. ¿Sería por ahí que estaba el susodicho pueblo?

Aún Nauj y Blog no daban señales de cruzar. Inzar llegó a la par de ellos, echando un vistazo hacia atrás. Era evidente que no quería quedarse "a solas" con el goblin, y la idea parecía desagradarle.