Partida Rol por web

-No tengo allegados -mintió- pero puedes aligerar todo ese trabalenguas a simplemente "Blanca". Despues de todo vale para nombre, ¿no? Supongo que será extraño para ti.

Por momentos, ocasionales ráfagas de viento recorrian la carretera.

-¿Y cual es tu recompensa? De paso y me entero de que precio tiene mi cabeza como para que se preocupen en darme aventón y todo.

-¿Recompensa? mi recompensa es el honor de servir a mi rey y cumplir con sus órdenes- No tenía intención de decirle cuales eran sus verdaderos intereses, además la recompensa en si, aún estaba por negociar. Lo único que tenía claro es que su captura le iba ha hacer mas merecedor de la confianza de Lord Nird, y eso esperaba que le sirviera para hacercarse a su círculo mas íntimo. Quería conocer todos sus movimientos, sobretodo los relacionados con cierto ritual...

Al llegar a un cruce se detuvo. -Tomaremos el desvío hacia Ivere, quiero comprar caballos, si no no llegaremos nunca.- El comentario iba dirigido al soldado. No buscaba su aprovación, pues era su comandante y sabía que le iba a obedecer, pero se lo decía para hacerle sentir "alguien". La moral de los soldados es importante y la del bigotudo parecía estar por los suelos.

El hombre asintió enérgicamente. Pese a todo y como había previsto, no puso reparos en hacer su voluntad sin mayores preambulos, desviando el rumbo hacia la ruta este que comunicaba con el poblado. Este, por fortuna, se encontraba bastante proximo y en ese momento ya estaban a medio camino hacia el. La mujer no había dicho nada mas de momento, y el gato seguía raudo el paso de los caballos dirigiendole ocasionales miradas. Precía que lo estaba estudiando mejor.

Jeje...¿esa criatura es un pequeño espíritu de fuego verdad?  No parece muy animado que digamos...o debería decir animada, algunas veces tienen caprichos con imitar las formas mas terrenales.

-Puedes llamarle como quieras, yo simplemente les llamo esencias, que es lo que son.

La verdad es que no acabo de comprender el interés que puede tener un elemental en tomar una forma humana. Pero si son así de caprichosos que le vamos a hacer. Aunque lo que realmente no entiendo es, como hay gente que se deja engañar y cree que estas criaturas son niños de verdad. ¿Es que nadie se pregunta de donde han salido o quienes son sus padres?-

-Será porque también son seres con necesidades o curiosidad -atajó- ¿Seguro no se te ocurrió verdad? Muchos prefieren tener mas contacto con la gente común. Lamentablemente la mayoría no sabe que parte de esa gente común los mata...

Yo creo que son tontos mas bien. Así es como terminan -comentó con su característico tono malicioso.

Supongo que es lo que tiene intentar encajar en donde no estan destinados...como una polilla atraída por la luz de una hoguera...

-Puede que tengas razón Blanca. Pero la vaca de la que venía el filete que me pienso comer en Ivere también tenía curiosidades y necesidades que satisfacer.

Simplemente es ley de vida. Vivimos en un mundo peligroso. Cada uno debe mirar por si mismo. La culpa de todo esto es del Creador, que hizo un sistema en el que para que un individuo viva debe matar a otros. El defecto está en el concepto inicial y nosotros no lo podemos cambiar.-

-Una vaca es una vaca...esto, ¿me haces un favor? La cuerda esta un poco floja y me esta causando alguna magulladura en la muñeca, ¿crees que puedas ajustarlas mas? Ya que en esta pocisión encima se me esta subiendo la sangre a la cabeza ya podrías evitarme una molestia extra, vamos...

Meneó algo la cabeza desde su sitio, y luego se dirigió a Inome.

-Me gustaban los gatos hasta antes de conocerte -comentó.

-Si. Una vaca es una vaca y un rehén es un rehén. Podría apretarte un poco mas las cuerdas pero te lacerarían igual y podría cambiarte de posición pero no me fio de ti.

A fin de cuentas deberías alegrarte, podría haberte matado cuando estabas inconsciente pero no lo hice. Aunque… si de ti pudiera comerme un buen filete no habría sido tan piadoso.- Dice con una sonrisa burlona en los labios.

-¿Sabes? tanto hablar de filetes me ha hecho entrar hambre. Creo que aceleraremos un poco el paso.-

Tras esto, el paso se hizo mas veloz como lo habías dispuesto. Este camino estaba bordeado de bosque por ambos lados, y ya iba cayendo el primer atisbo del anochecer. De hecho se empezaron a ver algunos pequeños puntos luminosos conforme empezaba a haber falta de luz: Luciernagas, sin duda un bonito espectáculo. Ya podía divisarse cerca la entrada del pueblo. Aunque fue entonces cuando escuchó algo de movimiento proveniente de su prisionera.

No se hizo esperar para hacer que el peso de su cuerpo fuese hacia adelante, y dandose impulso con un pie que había puesto en un enganche en la montura del caballo salió de su sitio. Aunque no había sido tan potente como los saltos anteriores que habías apreciado de ella, bastó para que pudiera caer a unos dos metros del lugar donde estaba antes.

El caballo se desequilibrió por el repentino peso del salto y se fue de lado, casi pisando a Inome y dandote un empujón poco importante.

Tardó nada en ponerse de pie, aunque con las manos atadas no prometía ser gran cosa.

-La verdad no me mola pasear así, esto...

Lo cierto es que hizo lo mas inteligente, intentó darse a la fuga. Aunque ahora tienes una ventaja bastante abismal, siempre cabía la posibilidad de que se perdiera de vista si no actuabas pronto.

El soldado no dudó en lanzarse a persecusión, aunque se notaba que no tenía mucho futuro como deportista...Aún como estaba ella le superaba en velocidad. Inome no parecía poder hacer mucho con su pequeño y peludo cuerpo.

-¡Que cojones…!- Maldijo a Blanca. No se esperaba una acción tan a la desesperada, al menos no en ese momento. Así que le pilló desprevenido cuando Argénteo se desequilibró y le dió un empujón.

Veloz, se recompuso de la sorpresa y se puso manos a la obra. Extrañas palabras empezaron a salir de sus labios. La magia fluyó y se concentró en un único punto de su ser, donde Shadar la moldeó a su antojo. Un conjuro de sueño tomó forma y con la última palabra que pronunció cayó sobre Blanca.

Y cayó sin mas. El conjuro había sido ejecutado con tal excelencia, que apenas terminó de salir de sus labios pudo verse un leve tambaleo. Y fue seguido de una seca caída al piso. El soldado la alcanzó poco despues de esto, y le dió vuelta dejandole boca arriba con algo de brusquedad.

-Parece que la ha domado otro buen rato, señor.

Lo curioso es que, detrás de él, había alguien mas.

-Que sorpresa, comandante Fezbane -saludó en tono cordial- Parece que no paráis de trabajar ni un segundo.

No parecía prestarle demasiada atención a la mujer enmascarada, como siempre tenía ese eterno aire de estar en babia. Ropas negras con bordes dorados, cabello azabache bien arreglado y su típica expresión de tranquilidad. Tal cual le recordaba.

-No creí que os encontraríais tan cerca

Estaba sosteniendo un libro de anotaciones personales al parecer. De momento, se quedó mirando al gato, que se había adelantado algo.

-Grata sorpresa la mía. Siempre es agradable ver una cara familiar. Yo tampoco esperaba encontrarte por aquí.- Mientras dice esto se acerca a Blanca.

-¿Que te trae por esta región?¿El destino ha hecho que se crucen nuestros caminos o ha sido otro el motivo?- Charlaba algo distraído, pues toda su atención se centraba en ajustar nuevamente las ataduras de la mujer.

-Pura casualidad, quería acercarme un poco mas al lago, pero veo que hay algo mas interesante por aqui. Espero no os haya incomodado demasiado el pequeño efecto secundario que tuvo el aviso. ¿A quien traéis aqui, si se puede preguntar?

Sonrió de forma calma tras saludar al soldado, echó un vistazo a la mujer que ahora estabas atendiendo, y luego devolvió la vista al animal.

La cuerda no estaba floja en absoluto, las de las muñecas se mantenían bastante firmes al igual que el extremo que enlazaba el cuello. De hecho, se notaba a leguas que lo que había dicho antes sobre la soltura de las mismas era mentira para, seguramente, golpearle antes de saltar o algo similar.

Inome se veía bastante incómodo por la atención aunque no daba señas de hacer nada extraño, mas que comportarse como un gato corriente.

A su lado el soldado se encontraba dispuesto a ayudarle a llevar de vuelta a la dormida prisionera a la montura.

Coge a la prisionera por los hombros y con la ayuda del soldado la carga a lomos de Argénteo igual que la última vez.

-Pues delante tuyo tienes a la mismísima Capa Blanca. Blanca para los amigos.- Dice estas palabras mientras le da unas palmaditas a la espalda a la prisionera, como si de una pieza de caza de la que se sentía orgulloso se tratara.

Cambia de tono radicalmente y adopta una expresión mas seria. -Scire, hay algo que quisiera comentar contigo, en privado.-

Suavemente, coloca una mano en su espalda y la anima a caminar a un lado un poco apartado, donde no sean escuchados. -Verás, hay un par de cosas que quería comentarte. Si no me equivoco, tus estudios estan relacionados con cierto ritual, que interesa a nuestro rey, ¿verdad? ¿sabes por qué no lo lleva acabo? ¿no será, tal vez, porque le falta algún extraño componente?

Sabes, siempre me ha interesado tu campo de estudio, aunque yo me especialicé en encantamiento.-