Partida Rol por web

'Eso es lo que te ganas por esperar al idiota...' Ante la accion de Sheadar, bosteze y observe al caballo -Vamos, diablo.- El corcel relincho nuevamente, la bestia estaba impaciente por demostrar lo que valia, podia olerlo en su misma sangre. Pero dejar a ese tipo atras supondria desobedecer las ordenes que me dieron, asi que comenze a cabalgar a una velocidad semi-rapida para que pueda seguirme. 'Asi que ahora vamos por la famosa capa blanca...sera una capa roja cuando terminemos con ella.'

Así, los comandantes emprendieron rumbo, saliendo de los jadines reales en sus monturas y tras breves minutos de las puertas de Alanku. Para llegar a su destino les esperaban unas cuantas horas de cabalgata a paso normal, llegarían poco antes del anochecer al pueblo Shraerí de Yrubac, donde se supone estaba aún el grupo de gente responsable de transportar materia prima para las esencias. Los cascos de los caballos ahora mismo, repiqueteaban en el camino de las amplias llanuras verdes que atravesaban, a la par el uno del otro.

La de la capa blanca...

Ambos hombres tenían este nombre dando vueltas en su cabeza, pues según tenían entendido era muy probable algún encontronazo. Si durante tantos años había dado problemas, había que tomarse en serio a esta persona. Ahora mismo, era un buen momento para hablar, si es que alguno se decidía a hacerlo. Despues de todo faltaba un buen trecho y el camino estaba despejado y ameno. Quizá no tanto para el vampiro, a quien pese a que la luz del sol no le lastimaba, la aborrecía.

Mientras cabalga, tranquilamente Shadar desenvaina su espada y observa como la luz parece resbalar a lo largo de la afilada hoja.-Aún recuerdo el día en que compré esta espada. Me encantó que fuera ligera, robusta y bien equilibrada. Sencilla, sin filigranas ostentosas, simplemente hecha para la batalla.-

Contempla a Andrue y a su espada. -Sabes, cuentan muchas historias sobre tu espada, y dicen, que fue en Shrae donde demostraste que sabías usarla. Me preguntaba si habrá algo de cierto en esas historias...-

Frente a la luz del sol, esa extraña aura oscura que rodeaba al vampiro se notaba claramente, parecia como si lo envolviera y protegiera de la misma...ademas de que le daba un aspecto mucho mas intimidante.

Continuaba cabalgando con la vista fijada hacia adelante, sin hacer ningun gesto o movimiento que no fuera necesario, hasta que escuche la voz de Sheadar. 'Ya intentando sacarte informacion sobre mi ¿Que pateticos intentos son esos?' Desenvaine a Dantmor con la mano derecha y la coloco de manera que el otro comandante pudiera verla claramente. En ese momento su gema comenzo a emitir un leve brillo azul.

En ese momento, Sheadar escucho una extraña voz en su mente: 'Primera advertencia, tu no quieres saber de mi, y si aun sigues insistiendo tendras que pagar un precio muy alto por ello.' las palabras se escuchaban secas y muy serias, en ese momento el vampiro devolvio la espada a su funda y volvio a concentrarse en el camino -Puedes creer lo que quieras.-

-Vaya,vaya. No se quién tiene mas mal carácter si tu espada o tú. Si es que ya no sois lo mismo.- Dice con una sonrisa de medio lado. -No serías el primero que acaba controlado por una espada que es mas inteligente o poderosa que el portador. Si consideras que necesitas ayuda, tan solo pídela, los magos somos buenos en estos asuntos-

Desaparece la media sonrisa de su rostro y aparece una expresión severa.-Pero mas te vale tener una cosa clara. No pienso tolerar ni una sola amenaza mas. Ni tuya ni de tu espada. He dejado pasar la visita de esta mañana, porque en lugar de hacerme enfadar has conseguido despertar mi curiosidad. Pero no vuelvas a tentar a tu suerte, créeme, no te conviene hacerme enfadar.-

-Tu trata de limitarte a cumplir tus ordenes, sin meter tus narices en mis asuntos, y no tendras problemas conmigo ni con nadie mas. Esto es el ejercito, aqui nadie viene a hacer amigos y creo que por tu cargo deberias saberlo.- conteste con un gesto de molestia. 'Aunque por lo que ya vimos, las razones por las que tenga ese cargo son muy extrañas...'

Ya algo aburrido por el camino, observo a mi montura. '¿Diablo eh? Deberiamos adiestrar a esta bestia...' coloco la mano sobre su cuello mientras cierro los ojos, la gema de Dantmor vuelve a emitir un destello que ahora se ve como una pequeña llama espectral de color azul. Me concentro, intentando adentrarme en su mente, intentando dominarlo...

La montura de Andrue pareció a punto de empotricarse por un momento, pero luego comenzó a correr con ligereza, incluso algo mas rápido que antes. No solo de forma dócil, sino que hasta de forma cómoda. Realmente parecía agradarle su jinete.

La llanura ya va quedando atrás, ahora mismo los caballos bordean un lago extenso, que refleja el sol de la tarde haciendo parecer en parte que el agua estuviese compuesta por leves ondas doradas. El verde sigue siendo la nota predominante aún, aunque el sol va perdiendo intensidad coforme pasa el tiempo.

Shadar no parece tener ganas de contestar al vampiro, por lo cual el viaje prosigue en silencio. Los caballos luego de tantas horas de viaje comenzaban a cansarse, un poco mas Argentéo que Diablo, pero a paso normal parecían dispuestos sobrellevar perfectamente la marcha.

Y así continuó la travesía sin mayores percances. Detuvieron a los animales unos 200 metros de la entrada a Yrubac, en una arboleda, para decidir el siguiente movimiento. Podían entrar al pueblo directamente y en toda pompa que imponían. Pero quizá no fuera lo mas sabio. ¿O si?

Al ser de noche casi, se podía ver poca actividad, alguna que otra persona iba por la calle en sus asuntos, o eso podía verse desde lejos. Era una noche bastante agradable, calurosa y con brisa, y puede escucharse un coro de grillos bastante alto recibiendo las visitas.

Por el linde oeste del pueblo, algo mas alejado, puede verse lo que parece ser el cementerio local. Puede apreciarse el destello de una lámpara moviendose lentamente entre las tumbas, seguramente de algún visitante.

Tranquilamente, baje del caballo -Tranquilo.- le dije, dandole unas palmadas. Luego mire a Sheadar -Bien, escuchame, este es el plan: Yo ire primero hacia el pueblo, buscare al equipo de cazadores del rey y fuerzas militares, si encuentro algo volvere para informarte y luego veremos como avanzar. ¿Alguna objeccion?-

'Ya vamonos' Sin esperar ninguna respuesta, di media vuelta para dirigirle unas pocas palabras al caballo -Quedate aqui.- luego sali de la arboleda agachado por la parte oeste de esta, para evitar que la gente en aquella calle principal pudiera verme. Con sigilo me aleje mas de aquel camino hacia el pueblo pero sin acercarme mucho.Pronto pude ver que ahora tenia una especie de cementerio mas adelante, en ves de la entrada, pero eso poco importaba.

En pocos minutos la noche iba a caer completamente, la misma oscuridad ocultaria mis movimientos y entonces...  'Llegaras con la noche y les arrebataras sus vidas, ya veo ¿Siempre empeñandote por hacer todo de manera teatral en ves de la facil y simple verdad?' Sin mas, me quede mirando espectante y alerta el pueblo, esperando.

Baja de Argénteo y mientras lo ata a un árbol oye como Andrue le dedica unas secas palabras y desaparece sin esperar respuesta.
Mueve la cabeza en gesto de negación. -No se quién se cree que es, pero sera mejor que no lo pierda de vista, no sea que se meta en problemas.-

Rápidamente lanza un conjuro de volar sobre si mismo y otro de invisibilidad.

Sintiendo como la cálida brisa le acaricia la piel se eleva unos cuantos metros por encima del suelo, hasta llegar a una altura suficiente para no perder de vista a su compañero y ver del pueblo tanto como le sea posible.

-Mas te vale no cagarla Andrue, no tengo ganas de meterme en una escaramuza solo porque no eres capaz de esperar a idear un plan como es debido.-

La noche había caído del todo ya, las nubes cubrían la luna de forma melancólica y sombría. La actividad del pueblo fue menguando, o al menos eso parecío ya que en la tiniebla poco era lo que podía visualizarse. El mago no tuvo problemas no obstante, en mantener al vampiro a la vista ya que aún estaba cerca de si. Parece que al caer la noche el viento se había amansado, convirtiendose en una leve brisa.

Shadar, por su parte rememoraba que por esta parte del territorio la gente repudiaba las visitas nocturnas a los cementerios, por supersticiones nacidas de nigromantes que en cierta época fueron numerosos por la zona. Sin embargo aquella linterna seguía dando vueltas por ahí, ahora detenida en un punto fijo. Curioso...

Respecto al pueblo, este constaba de sus dos entradas principales, opuestas ambas y muros de poco mas de metro y medio que rodeaban el resto del perímetro. No era excesivamente grande, y sabía que los lujos no eran el punto fuerte del lugar. Sin embargo era un sitio perfecto para realizar una escala y dormir en la única posada del pueblo, cosa que seguramente había hecho el grupo enviado por el rey.

Tras recordar cierto detalle sobre Yrubac y las costumbres de su gente decide acercarse a Andrue para hablar con él. -Mas le vale escucharme esta vez-

Se acerca volando a una distancia prudencial que le permita hablar en susurros pero sin exponerse a recibir un espadazo en caso de tomarlo desprevenido.

Habla en voz muy baja, casi inaudible. -Deberías acostumbrarte a oír lo que tengo que decir. No soy ningún subordinado tuyo y no actuaré como tal.- Desciende hasta su altura. -Hay cierto detalle que deberías saber. En Yrubac no están bien vistas las visitas nocturnas al cementerio, dicen que hace tiempo, por aquí hubieron nigromantes. Así que, o quien lleva ese farolillo es un forastero o es una trampa porque nos están esperando.

¿Que te parece si también te vuelvo invisible a ti y tu echas un vistazo a ras de suelo mientras yo sobre vuelo la zona?

Y por cierto, antes tu espada se ha metido en mi cabeza, ¿crees que podríamos usarla para comunicarnos telepáticamente?-

-Pues el que montó una trampa en un sitio al que no vamos a ir ha de ser estúpido -repuso sécamente- Yo no necesito tus trucos de magia de momento. Procura no arruinar el asunto y nos veremos aquí en 15 minutos por si hay novedad. Lo de la espada me lo pensaré.

Sin mas y ante sus ojos su cuerpo empezó a transmutarse. Primero perdió tamaño y la piel empezó a ennegrecer, las orejas se volvieron mas picudas y  la capa que vestía fue pareciendo cada vez mas parte de su cuerpo. Finalmente, con una pequeña estela de niebla pasó a verse como un murcielago completamente, aunque algo mas grande de lo usual. Se alejó volando antes de que el mago pudierse darse cuenta.

Si alguien hubiera podido ver la expresión de su rostro, hubiera visto la mueca de desaprobación que puso. -Como vuelva a dejarme con la palabra en la boca lo paralizo. Entonces no tendrá mas remedio que escucharme- 

Shadar resignado, se decidió a esperar a que Andrue volviera de su reconocimiento. Se elevó unos cuantos metros para tener el pueblo bajo su control visual, no fuera que viera algo extraño, y ya de paso disfrutar de la brisa de la cálida noche.

Ya en la oscuridad de la noche, tenía poco rango de vision a lo lejos. Del pueblo, solo podían apreciarse las luces de las viviendas y alguna antorcha ocasional. El leve brillo del curioso farol en el cementerio también seguía presente. Andrue se habría marchado hace diez minutos y aún no volvía, y la brisa por momentos se hacía mas intensa, haciendo danzar la hierba bajo tus pies y deslizandose entre las hojas de los árboles.

El tiempo transcurre y Shadar empieza a sentirse intranquilo. La brisa, antes agradable, empieza a resultarle incomoda. -Espero que no tarde demasiado el murciélago este. Empiezo a inquietarme. Si no aparece en breve tendré que ir a buscarle.-

Inquieto, decide descender. Con la mano busca el contacto de su gema de Idu y mientras le da vueltas al collar, observa el misterioso farolillo del cementerio. -Me pregunto quién será el misterioso visitante. Bueno deja de darle vueltas, cuando vuelva Andrue ya irás a investigar-

Ya había transcurrido un tiempo de alrededor de media hora y Andrue no daba señas de volver. El mago empezaba a impacientarse ya. El paisaje seguía como hasta entonces lo había observado. Lo único que cambiaba ahora es que el farol del cementerio estaba mas tenue, seguramente se estuviera agotando.

-¡Maldito Andrue! Al final tendré que rescatarle a él junto con los cazadores reales.- Piensa, entre nervioso y enfadado.

-Bueno, al menos podré hacer las cosas a mi manera.- Se eleva unos metros por encima de la hierba. -Creo que empezaré por averiguar quien es el portador del misterioso farolillo, aunque primero me aseguraré de que la zona está despejada.-

Invisible y en medio de la negra noche, Shadar avanza volando hacia el cementerio de Yrubac, fluyendo con la brisa, cual hoja arrastrada por el viento.