Partida Rol por web

-No es del todo importante ahora, de todas formas...

Con un gesto suave de negación con la cabeza, pacificó a Mondonel que parecía tener más que decir al respecto, y volvió a ponerte atención.

-Sí. Tú, quizá tu hermano...quizá algunos pocos tus muchos otros hermanos y hermanas tengan la oportunidad. Por ahora...

Tendió la mano hacia ti, y tocó suavemente tu índice. El contacto fue muy momentáneo, pero contrario a lo que sugería su piel blanca o el hecho de que era quien era, contenía el calor de un ser vivo. Con el toque, pudiste observar algo que no sentías, amarrado a tu dedo índice. Un hilo ingrávido, que estaba enrredado por toda la habitación, en ciertos puntos se dividía y salía por distintas ventanas o umbrales de la estancia.

-Esto es un mito popular..."mito", para quien no sepa que es verdad. Las divisiones no son tuyas, sino que son otros hilos de otras personas uniéndose al tuyo...todos tus familiares se unen al tuyo eventualmente, además de las personas que se unen a él por amor y no por sangre. Destinos conectados. -viste una sonrisa atisbar bajo la capucha- No soy alguien impaciente. Si así lo deseas, puedes curiosear un poco al respecto y seguir algunos.

Las palabras de Mondonel la dejaron pensando unos segundos ¿Por qué no dejó alma? ¿Acaso su alma viajó a algún lado? ¿Cómo puede haberse escapado de la soberanía de mi Señora? Pero la dulce voz de Pharasma la trajo de regreso a la conversación. No dejaba de sorprenderse por su amabilidad, la forma suave pero determinante en la que le pidió silencio a Mondonel.

¿Algunos pocos de mis muchos hermanos y hermanas? - murmuró Mérida, anonadada. Se había preguntado en alguna oportunidad si no habría más como Cefelion y ella, pero no imaginó que fuesen "muchos" y la palabra de Pharasma era definitiva. Si ella lo decía, sería verdad indudablemente.

El tacto cálido de Pharasma fue una experiencia que deseó atesorar en su corazón por siempre. Era cálida, muy distinto de lo que se esperaría por su aspecto, pero tenía mucho sentido. Ella reinaba sobre el ciclo, eso incluía su comienzo, su desarrollo y su final. Observó con admiración el hilo enredado en su mano e intentó incorporar la historia que le transmitía Pharasma. Curiosa, miró hacia Thadeus, preguntándose si habría un hilo de parte suya que se enredase con el de ella.

Con inocencia en su voz, preguntó tímidamente -¿Podría encontrar a mis otros hermanos y hermanas siguiendo estos hilos carmesí? Si existían en algún lado, podrían estar en condiciones espantosas como las de Cefelion. Le encantaría conocerlos, sea cual sea su situación, pero si alguno de ellos estuviese sufriendo... querría que sean su prioridad.

¿Qué podría ser que estuviese dependiendo de ella en ese momento? ¿Tendría algo que ver con el futuro de Alexander que vio? ¿O acaso era algo más grande que ella y su grupo?

A pesar de que tu conocimiento era usualmente extenso en temas de religión, no te sonaba de nada la mención del "Sello" en ninguno de los textos de tu iglesia o incluso de otras.

-Si. Incluso apartados, o incluso sin contacto, los vínculos de sangre se unen en esta clase de hilos. Y son más de los que puedas imaginar, pululando en los varios mundos de esta realidad.

Al ver a Thadeus y seguir con la vista su hilo, se cruzaba con el tuyo...pero de forma distinta al de otras lineas. Mientras que veías muchos hilos que se unían anudándose o dando vueltas alrededor del tuyo, el suyo sencillamente estaba conectado como si fuese parte del mismo. 

Pharasma de hecho se puso de pie silenciosamente mientras tu vista estaba en él y se le acercó. Estiró su mano hacia su túnica, y con delicadeza recogió algo de los bolsillos amplios de Thadeus.

-Es curioso. Pero te sorprenderías de saber que este chico sabe más de tí sin saber que es sobre tí, de lo que podrías imaginar.

 Tu señora dejó este papel, frente a ti. Se veía arrugado y algo desgastado, como si hubiese sido leído y guardado muchas, muchas veces, obsesivamente. Tuviste una corta visión entonces. De un viajero conocido en tierras lejanas, tierras hostiles, y tierras inciertas, mientras leías el secreto en papel.

"En nombre de los jueces y los siete jinetes del Cielo, de los cuales brota lo bueno y lo correcto. En el nombre de las Órdenes, Poderes, Tronos y Coros, que son testigos de todo lo de arriba y de abajo. En el nombre de los Señores del Empíreo, que miden todo el conocimiento y ven a través de mentiras. Y en nombre del primer gran Señor que encendió el fuego de mi Señora, el que fue desaparecido y cuya gente porta tristeza por él todavía, juro que lo que sigue son las visiones viajes ajenos, cuyas pruebas he recogido fragmento a fragmento en los propios, los pensamientos de las almas y de los sin alma, la naturaleza de la creación, y la verdad a todas las cosas."

-Lamentablemente a pesar de las noches en vela que escribió mucho más que esto, lo quemó todo una vez lo escribió tantas veces que lo memorizó palabra a palabra. Por pocos, como dos personas que estiran sus manos hasta casi tocar sus dedos entre ellas, esto pasa de largo para ti. Porque esta, es la historia de tu sangre. ¿Estás preparada?...¿o prefieres esperar y curiosear con tus hilos? Mientras esté aquí, este momento se estirará al infinito, pero solo nosotros estaremos en él.

Al parecer, había mucho sobre Thadeus que ella ignoraba. La forma en que su hilo rojo se vinculaba con el suyo propio, como si fuesen parte de lo mismo, le terminaba de cerrar la idea de que Thadeus era uno de sus hermanos perdidos. Sintió una oleada de emociones recorrerla mientras ella lo observaba. Al mismo tiempo, Pharasma tomaba un papel de entre las ropas de Thadeus y se lo presentaba a ella. Por la información allí y lo que su Señora le transmitía, Thadeus había tenido visiones sobre personas que él desconocía. Podría ser que algunas la incluyeran a ella, o incluso a su padre. -Jamás hubiera imaginado que teníamos tanto en común... pero de alguna forma simplemente se sentía natural relacionarme con él... ¿Por qué habrá borrado tanto lo que escribió? ¿Es acaso algo tan terrible?... habló casi para sí misma, intentando ordenar las ideas en su mente.

Algo en la forma en que Pharasma la invitaba a recorrer sus hilos le dio la pauta de que debería hacerlo. Suavemente, se puso en pie y le respondió -Ya que tengo la oportunidad, creo que debería explorar estos hilos. Agradezco su amable oferta. Hizo una reverencia a su señora, se acercó a Thadeus y le acarició la mejilla. Luego, se dirigió hacia las habitaciones, siguiendo los hilos que sabía a quienes les correspondían, curiosa. Dentro suyo se preguntaba cómo podría alcanzar a los demás que aún desconocía. Si hubiera sabido de la existencia de Thadeus, habría ido a rescatarlo de esa vida espantosa. 

Pharasma asintió permaneciendo en sitio de forma imperturbable, y Mondonel saltó de la mesa para seguirte el paso tras excusarse. La gente alrededor estaba sencillamente en sitio, inmóviles. De hecho, todo parecía estarlo. La gota de saliva que había salido de alguien hablando con demasiado entusiasmo estaba en la mitad de trayecto de golpear al interlocutor en la cara, el trozo de comida que había caído del tenedor de alguien no avanzaba del tramo inicial para caer en el plato de vuelta, y una araña pequeña tras una lámpara cercana no progresaba en su tejido, entre tantos otros.

Caminar por el hotel de lujo en aquella extraña calma, le dejaba comprender que aquel momento era solamente suyo. Parecía algo sencillo de pensar, pero quienes conocía estaban separados por un abismo esotérico insondable. Faltaba la calidez de lo vivo, que era remplazada por la sensación etérea de la falta de tiempo. Nada sucedía, ni sucedería, hasta que la Dama de las Tumbas dejara ir ese instante en el río del tiempo. Minutos, horas, días, meses y más, Mérida podía tomar el tiempo que deseara en seguir hilos a lugares distantes o no. Habían multitudes de hilos enrredados, algunos pocos unidos de la forma en la que el de Thadeus, algunos que se anudaban, otros que daban algunas vueltas, y habían distintos grados de unión, desde los fusionados con el hilo hasta los completamente independientes pero enrollados alrededor de este.

El hilo se dividía y expandía en múltiples secciones, uno solo subía las escaleras, dos regresaban al comedor, y varios se dirigían a los pasillos y a la salida.

Resultaba sumamente extraño moverse por un mundo detenido en el tiempo. Mérida observó con detenimiento a las personas a medida que se alejaba del comedor, como cada uno de ellos había quedado paralizado en un instante y como ese instante para ella era eterno. 

Le llamó la atención que el hilo se dividiese en dos hacia el comedor. Había constatado que uno de ellos la conectaba con Thadeus, pero ¿Y el otro? Seguramente lo comprobaría al regresar. Uno subía hacia las habitaciones y por más que estaba convencida de que se trataba de Cefelion, quiso comprobar la forma en que se relacionaban (o no) los de Alexander y Maren con el de ella. De esa manera, esperaba, podría tener una mejor idea de cómo se veían reflejados los distintos tipos de vínculos en los hilos.

Dentro suyo, sabía que luego debería explorar aquellos hilos que se unieran al de ella. Hasta el momento, tanto Cefelion como Thadeus habían tenido infancias sumamente duras, ¿Qué podría esperar que estuviese sucediendo con los demás? Si bien era una novedad que poseía diversos hermanos y hermanas, su deseo de conocerlos y de rescatarlos de situaciones penosas solamente crecían. No sabía si alguna vez volvería a tener la oportunidad de buscarlos con certeza. Le resultaba extraño estar haciendo este recorrido solamente en compañía de Mondonel, pero entendía que era un privilegio extendido de parte de su Señora, solamente para ella.

Ascendiste las escaleras, esquivando alguna que otra persona que estaba a medio bajar, mientras veías por el rabillo del ojo la flama de la cola de Mondonel mecerse al andar. A medida que avanzabas, los hilos que iban en dirección a las habitaciones de ese pasillo se hacían mas cortos con cada paso, sin quedarse atrás.

Dentro de tu habitación, comprobaste que Maren tenía un hilo unido al tuyo, pero enrollado alrededor del mismo de forma ajustada y fundiéndose a medias...el inicio de un vínculo fuerte.

El de Cefelion, en el otro cuarto, estaba anudado y fundido completamente, dejando un ligero relieve de evidencia. Parecía que había distintos tipos de conexiones y no todas eran iguales.

Los Psychopomp eran criaturas curiosas por lo que Mérida había podido observar. Se preguntaba si Mondonel la acompañaba por mera curiosidad o por algún tipo de interés propio. Podrían ser incluso instrucciones de su Señora. Lo cierto era que tenerlo cerca le transmitía un poco de paz, no teniendo que ser la única activa en esa realidad congelada en que se movía.

Fue un alivio para ella llegar a su habitación y comprobar sus vínculos con Maren y Cefelion, aunque la forma en que ambos se enlazaban con ella resultaba distinta de la de Thadeus y no le permitía discernir claramente qué implicaba cada uno. Aún así, se alegraba de ver las uniones entre ellos, saber que esos vínculos fuertes existían de ambos lados.

Sin poder confirmar una cosa u otra, le quedaba la duda de si Maren podría ser hermano de ella o no. Era nulo lo que conocía sobre su padre, podría llevar años y años relacionándose con otras razas y dejando hijos por allí...

Fuera como fuese, estaba conforme con el resultado actual de los hechos. Estaba rodeada de personas que la apreciaban y que para ella eran importantes. Le preocupaba la decisión que según Pharasma debía tomar, le preocupaba el impacto que eso pudiera tener en el mundo. ¿Estaría a la altura de tomar una decisión tan importante?

Recorrió su habitación y observó con detalle las formas en que los hilos se vinculaban y luego decidió dirigirse a la habitación de Alexander, una parte suya deseaba conocer qué tipo de enlace tendría con él (o si tendría alguno siquiera).

¿Cómo puedo evitar su trágico destino? Me gustaría conocerlo tal como es, sin esa maldición encima suyo. ¿Será eso posible?

Entrar en el cuarto de Alexander parecía ser un desafío considerando que Thadeus no estaba en la habitación y seguramente la había dejado bien cerrada. Pero por fortuna, el clásico de espiar por la mirilla aún funcionaba. Podías ver que Alexander seguía dormido, de espalda a la puerta, y su hilo en dirección a la puerta. Pudiste apreciar que el suyo anudado de forma gruesa, similar al de Cefelion, pero estaba fundido de forma superficial a diferencia del suyo. 

Fuera de eso, captaste movimiento del hilo que venía detrás de ti, y...viste a Mondonel ligeramente enrredado en el mismo, jugando con este en lo que estabas en la puerta.

Mérida había olvidado temporalmente los cuidados que Thadeus solía tener para con su protegido. Luego de comprobar que abrir esa puerta sería imposible, decidió observar por la mirilla, intentando discernir si sus hilos se vinculaban o no. Pudo observar que se anudaba con varias vueltas al suyo, al igual que el de Cefelion, pero por supuesto era un lazo más jóven que el que ella compartía con su hermano. ¿Qué significa esa forma de anudarse? ¿Por qué son tan distintos del de Thadeus? No acabo de comprenderlo...

Detrás suyo, uno de los hilos le tiró y cuando se giró, lo encontró a Mondonel enredado en él, jugando. Era curioso e inocente, a la vez que una criatura poderosa y sabia. -Mondonel, ¿Acaso tú comprendes la naturaleza de estos vínculos? La verdad es que solo de verlos no logro discernir mucho... Se giró sobre sí misma y reparó nuevamente en los hilos que llevaban al comedor. Quizás solamente pueda espiar desde la puerta quién es el segundo hilo y luego ir a buscar a los demás. 

Mientras pensaba en ello, comenzó a descender nuevamente las escaleras, con intenciones de asomarse para comprobar a dónde llevaba el segundo hilo en el que no había reparado estando allí en un principio. Le preocupaba seguir el camino de su sangre y encontrar a los demás. Particularmente, le preocupaba encontrarlos en malas condiciones y no poder hacer nada para salvarlos en ese momento. Se preguntó a sí misma cómo habría reaccionado de encontrar a Cefelion en el templo de Urgathoa siendo torturado o a Thadeus mismo siendo entrenado como un golem sin alma, forzado a alimentarse de cenizas... Tensó el puño instintivamente y tuvo que frenarse unos segundos para calmar sus emociones. Ahora están a salvo. Nadie les podrá hacer daño, no en mi presencia. Ya les haré llegar la justicia a aquellos que los dañaron.

-Más o menos -respondió dejando el hilo quieto, que reposó sobre su estómago mientras te observaba de cabeza- Hmmm...

Quedó un momento en silencio.

-Sé que debería estar el hilo "principal". Es uno unido perfectamente al punto de que parece el otro extremo del que tienes unido, y del que hay mas leyendas. Es la persona destinada a estar contigo según la visión del futuro de Lady Pharasma.

Mondonel se giró con suavidad para sentarse de lado.

-Los hilos de familia no son tan "importantes" porque no es inusual ver distanciamientos o separaciones completas. Hay cosas que sencillamente son mas fuertes que la sangre en muchos casos...los hilos de familia tienen al menos una hebra que se fusiona con la tuya, pero dependiendo de lo fundidos que estén con el tuyo depende el nivel de unión y cercanía. -agitó la flama de la cola una, dos veces- Y la amistad siempre está entrelazada mas o menos fuerte, con mas vueltas o menos, pero no atada. Puede irse fundiendo o no dependiendo de la intensidad.

Finalmente, el gato se sentó sobre sus patas traseras.

La verdad sé que los hilos pueden cambiar con el tiempo, pero rara vez son una sorpresa para ella. Es cierto que siempre deja la posibilidad abierta, pero usualmente no se desvían de como están tejidos inicialmente. ¿Me pregunto si decirte esto alterará los tuyos de alguna forma...? Bueno, es una ocasión especial, después de todo. Estoy un tanto emocionado. ¿Por qué Lady Pharasma está aquí...?

Para su sorpresa, Mondonel parecía saber bastante sobre los hilos y los tipos de vínculos. Se preguntó si la ausencia de vueltas en el hilo de Thadeus implicaba que su relación era menos profunda que las que tenía con los demás. Le resultó un poco triste considerarlo de esa manera, pero incluso si así fuese, tendría sentido, después de todo ella parecía ser el primer vínculo de Thadeus luego de Alexander. Podría ser que el daño que le causaron en su pasado dificultase severamente su capacidad de vincularse de manera profunda con otros O que simplemente no se permita a sí mismo tener un lazo que compita con el que comparte con Alexander, todas parecían ser buenas teorías.

-¿Un hilo principal? Es la primera vez que oigo hablar de algo así. Y se supone que nos une con la persona destinada... Bueno... suena a que sería más fácil simplemente encontrar a esa persona, pero a la vez le quita algo de encanto a la idea de enamorarse, ¿No te parece? Supongo que eso significa que ninguno de ellos es la persona destinada... Si es alguien destinado, ¿Significa que pase lo que pase acabaré a su lado? Por favor, espero que Gwyllion no lo fuera.

-Gracias Mondonel por compartir tu conocimiento conmigo. Mérida se agachó y le acarició detrás de las orejas a Mondonel. -Yo también me pregunto por qué se ha presentado ante nosotros Nuestra Señora, imagino que es una situación sumamente inusual. ¿Acaso crees que los hilos guardan relación con la decisión a la que Lady Pharasma hizo referencia?  Por más que Mérida lo intentase, no lograba imaginar un contexto en que todo eso se relacionase con una decisión tan importante que su propia Señora se hiciera presente en el mundo para hablar con ella. ¿Acaso habría algo que estaba ignorando por más que estuviera en sus narices?

-¿A qué te refieres "hilo principal"? El hilo del chico de la cafetería es el principal de manual. Está unido perfectamente al tuyo, prácticamente siendo el mismo.  Lo complicado es que no puedes saber nada del nivel de apego, pero definitivamente, sea mañana o en 100 años, deberían compartir algo especial. Todos los demás se unen a este de una u otra forma. El tejido del destino es algo complejo para nadie que no sea nuestra Señora, pero esas son las básicas.

Mondonel pareció agradecer la caricia, removiendose un poco para que los dedos le rescaran la nuca y el lado de la cabeza.

-...estoy algo asustado. ¿Sabes? Todos lo estamos sintiendo desde hace un tiempo. "Todos" siendo los siervos de nuestra señora. Sus "angeles" como nos llaman. Compartimos cierto sentido con los conceptos de la Muerte, el Nacimiento, y la Profecía. El destino de muchas cosas, es decir.

Le notaste bajar las orejas.

-Hay cosas extrañas. El mundo siempre está lleno de ellas, pero ha ciertas cosas que no deberían estar pasando. ¿Has sentido alguna vez como si todo lo que conoces temblara? Podemos sentir que algo se acerca. Pero...no sé que es. No sabemos que es, pero nos aterra discretamente aunque no lo compendamos. De alguna forma me encuentro pensando en visitar a mi familia en estos últimos meses, así que lo hago todas las noches. 

 Las palabras de Mondonel la tomaron por sorpresa y tuvo que recordar la forma en que su hilo se unía al de Thadeus. Por las palabras de Pharasma, había entendido que se trataba de un hermano más y que por ese motivo sus hilos se unían, pero era cierto que se trataba de una manera completamente distinta, única. Sintió un calor subir a sus mejillas y su corazón se aceleró repentinamente. Quizás, después de todo, no se engañaba al pensar que compartían un vínculo especial con Thadeus. -Ya veo... no sabía que existía un hilo tan especial, simplemente pensé que se unía como los demás... qué tonta que soy - murmuró suavemente esta última parte.

Se quedó unos segundos repasando los hechos recientes y sus interacciones, preguntándose cómo debería reaccionar la próxima vez que se vieran. Ahora que contaba con esa información, le sería casi imposible ignorarla.

La realidad la trajo de golpe de sus ensueños, porque la situación que describía Mondonel era ciertamente preocupante. Si lo era para los sirvientes directos de Pharasma, qué podía quedar para los demás? Parecía estar preparándose para perderlo todo. -Entiendo la situación que me describes. Debe ser desesperante sentir que el mundo entero podría quebrarse en cualquier momento. Solamente Nuestra Señora puede comprender con exactitud lo que se avecina. Si en algo puedo ayudarte, por favor dímelo. Sería muy duro pensar que luego de todo lo que hemos atravesado para llegar hasta aquí, tendría que despedirme de todos. Tuvo una idea y miró a Mondonel algo animada -Puedo preguntarle yo a Nuestra Señora qué es lo que se avecina, si te parece. ¿Crees que tenga algo que ver con su presencia aquí... con lo que mencionó de la decisión?

-Esto no viene con manual de instrucciones, yo solo se porque lo he visto de forma repetida y lo aprendí por esta misma repetición.

Te miró entonces, de forma particularmente intensa y atenta.

-Si -respondió con sorprendente confianza- Estoy seguro. Yo que...no estoy particularmente alto en la escala de poder de sus sirvientes, puedo sentirlo, estoy seguro de que para ella debe ser ensordecedor.

Guardó silencio unos largos momentos.

-Pero sabes...¿realmente quiero saber? ¿Realmente queremos saber?...es decir, podríamos solo...

...

Permanecer aquí por un tiempo, en el momento. Es una opción, también.

Era notorio que Mondonel sentía miedo por lo que se avecinaba y que eso mismo lo estaba llevando a proponer quedarse allí, en ese tiempo muerto. Mérida se acercó un poco más a él, se sentó a su lado y lo acarició suavemente con su mano derecha. -Parece ser que es algo muy grande, que cambiará nuestras vidas para siempre. Me preocupa, pero quedándonos aquí nada cambiará, a la vez, tampoco viviremos realmente en este tiempo muerto. El conocimiento puede llegar a ser aterrador, pero nos brinda herramientas, nos da oportunidades. Si se acerca el final de nuestro ciclo... Nos espera una eternidad en la gloria de Pharasma. Si mi vida fuese a terminar pronto... Supongo que intentaría disfrutar de lo que me queda tanto como fuera posible.

Ella misma se quedó absorta unos minutos, pensando en todo lo que sucedía, lo que había sucedido y lo que podría suceder. Miró los hilos que se vinculaban con el de ella y deseó poder usarlos para comunicarse con aquellos que venían de lejos. Para darles esperanzas, para prometerles que alguien los ama y desea encontrarlos.

-Quizás lo mejor sea ya regresar con Nuestra Señora y enfrentarnos a la verdad. No te preocupes, de alguna forma todo funcionará. Le dedicó una sonrisa cálida a Mondonel. -Siento que se nos está dando una oportunidad y siempre que haya oportunidades, hay esperanza. Aún tenemos mucho con lo que soñar. Dicho esto, se reincorporó y le gesticuló a Mondonel para que la siguiera, dirigiéndose al comedor nuevamente, a conversar con Su Señora.

Mondonel no insistió y se dejó acariciar, en silencio. Cuando pusiste marcha de vuelta, se apresuró para seguirte hacia el comedor a través de los pasillos vacíos de vida, pisando hilos aquí y allá.

Nada había cambiado, excepto quizá la postura de la diosa.

Tenía sus manos sobre la mesa ahora, juntas. Podías ver la forma delicada de sus manos pálidas, que habían señalado cielo o infierno a tantos millones, y los que estaban por venir. Pudiste apreciar un hilo rojo atado en su meñique, como el tuyo y el de otros. Ella también, tenía su destino, claro...pero ese hilo, siguiéndolo con la vista, se acercaba...al tuyo. El otro extremo estaba muy, muy cerca...pero donde debería estar tocando, había brillo, como si ese segmento fuese un rayo de luz. Esto, separaba ambos dejándolos "cerca" pero infinitamente lejos a la vez.  

-Bienvenidos de vuelta.

En cuanto reingresó al comedor, Mérida observó a su alrededor, buscando el otro hilo que se vinculaba con el suyo. No estaba preparada para lo que vería luego: su hilo se separaba apenas por un haz de luz. Esa visión la desconcertó y se quedó mirando en dirección a las manos de su diosa, perpleja. No estaba segura de qué implicación tenía para ella eso, qué simbolizaba, qué tipo de unión podía tener para con Su Señora.

No fue hasta que Pharasma les dio la bienvenida que Mérida logró reaccionar: -Gracias, Mi Señora. Avanzó despacio, se sentía aturdida por lo que acababa de presenciar y todas las verdades que se le habían revelado desde la llegada de la diosa. Tomó asiento en el lugar que ocupaba antes. Volvió a observar el extremo del hilo que se vinculaba con Thadeus y luego el que casi se unía con el de Pharasma. Le hizo una breve reverencia con la cabeza antes de alzar su mirada hasta la de la deidad. -Ya estoy lista para escuchar la historia que desea compartir conmigo. Le agradezco por su generosidad, ha sido bastante revelador poder presenciar los hilos que me vinculan con otros.

Tu diosa asintió con suavidad y pareció mirar un poco más hacia abajo.

-Lo que esta persona encontró son algunas páginas del único libro que habla de la creación de todo. Lo llaman "El Libro de los Condenados"...saber su contenido es peligroso, pero no evita que muchos lo busquen de todas formas, siendo la verdad del inicio de este universo. No te preocupes, sin embargo. Para el final, puedes elegir olvidar. Pero debo contarlo primero, para que entiendas luego.

"El primer destello débil de luz se agitó aquí, y la realidad ha estado encendida desde entonces. Lo que fue, lo sabemos por eso; lo que es, creció desde esa raíz; y lo que será -nuestra inevitable disolución- arde en medio de sus llamas.

El Sello se llama muchas cosas, porque es el principio y el final de todo. La nada engendró la nada, y así fue todo el tiempo antes del tiempo. Nuestro reino no es el lugar de las maravillas que los dioses y otras cosas manipuladoras nos quieren hacer creer. Todo viene de en algún lugar, ya sea natural o arcano, y toda la creación conoce sus límites.

Pero tal no es el caso con el Sello. De dónde vino o cómo cayó en nuestro mundo, ninguno -ni incluso sus primeros hijos- puede responderlo, excepto quizá Pharasma que es incluso más antigua que el. Es lo que es, y eso es todo lo que nosotros, con nuestras débiles mentes e intervalos, alguna vez sabremos.

Un faro brillante en la interminable noche de olvido sin estrellas, el brillo del Sello iluminó la oscuridad, revelando sus posibilidades infinitas. Eones pasaron como gotas en un río bajo la mirada paciente y distante de la diosa del Nacimiento, y la primera luz nunca parpadeó ni disminuyó, ni ninguna chispa o susurro se unió a la misma en la oscuridad. Y así el momento vino y se fue sin pensamiento, y la realidad entró en una nueva era cuando el Sello exhaló a dos motas radiantes de su propia creación, llamas de velas apenas perceptibles en medio de su gran brillo. En una forma de entender, estas fueron las primeras vidas, esencias fundamentales aprendiendo por primera vez lo era vivir. A través de las edades no contadas, estas motas lentamente llegaron a conocer el movimiento, jugando sobre la superficie del Sello, incluso sacaron sustento de su poder. Incontables milenios vieron a estos parpadeos vagar y bailar, poco más que chispas sobre el sol, bello pero trivial. Sus vidas sin fin e irreflexivas solo sabían lo más simple de sensaciones, y se deleitaron en el frío del vacío y la calidez de su Sello.

Entonces, sucedió nuevamente, y más motas se unieron. Una ligera ráfaga de vida expulsó a docenas de nuevas motas para orbitar el Sello, y los Primeros descubrieron que habían crecido. Más grandes y más rápidos que estas nuevas vidas, los Primeros recogieron y consumieron a sus hermanos, y crecieron más. Lentamente descubrieron el control de sus formas, y las primeras figuras deliberadas comenzaron a aparecer en medio del resplandor del Sello. Quizás en respuesta, el Sello desató más y más de sus motas, hasta que fueron demasiadas para que los Primeros cazaran y consumieran. Poco a poco estas nuevas motas comenzaron a crecer como sus hermanos mayores, y la vida se extendió a través del Sello.

Por lo tanto, una progresión distinta comenzó en el tiempo antes del tiempo. Estaban el Sello, los recién creados, y los Primeros, que desafiaban cada nuevo y cambiante estado de ser. A través de las épocas, los niños del Sello crecieron en tamaño, complejidad y capacidad. Las motas comenzaron a tomar formas preferidas y gradualmente se convirtieron en grandes animales, vagando y alimentándose, explorando e interactuando. Los Primeros, como los más antiguos y poderosos, se convirtieron en líderes y depredadores, agregando las esencias en constante avance de sus hermanos menores a las suyos, y al hacerlo crecían aún más. La vida era como un desierto espiritual en esta prehistoria, y las primeras impresiones de emoción -compañía, miedo y maravilla- se formaron. Y lo que siguió a la persecución y evitar estas emociones, fue el pensamiento.

Habiendo pasado incontables eones juntos, lo que alguna vez fueron motas y las primeras creaciones del Sello se convirtieron hermanos y los más grandes de sus hijos. Con las mentes vino el poder, y cuando se dieron cuenta de sus necesidades, los Primeros, inconscientemente, reformaron el poder del Sello para proveer. Pintando nuevas maravillas a la luz antigua de períodos desconocidos, uno de los primeros se encontró sobre un sigil extraño, y el significado surgió. Símbolos y significados emergieron durante la edad siguiente, con los Primeros girando alrededor del Sello, viajando entre sus parientes menores, y aventurándose tan lejos de la luz como se atrevían para descubrir nuevos conceptos. Eventualmente, como su hermano había descubierto el poder de los símbolos, el otro hizo su propio descubrimiento, remodelándose sí mismo para pronunciar el primer sonido inteligente. Con el habla surgió el potencial de nuevos conocimientos, y las palabras del Primero sonaron por una eternidad que ya no se podía llamar vacía. Mirando en las profundidades de sí mismo, el ser que una vez había sido nada más que una mota creó la primera palabra, un nombre por sí mismo, y llegó a ser llamado Ihys. Y para su hermano, que había sido su compañero tanto como recordaba, cariñosamente creó un segundo nombre: Asmodeus."

Tras esto, guardó silencio unos largos momentos.

-El primer Gran Señor...el nombre perdido en la historia, Ihys.