Partida Rol por web

Era como ella temia, debia olvidar su anterior vida como habia dicho Lady Maeve y Don Carlos. Lo que en parte no le causaba tanto temor como en un principio al notar como ambos se veian como unos mas que adecuados lideres de su grupo variopinto. Ademas habia escuchado atenta a la historia que les habia relebelado Maeva, sintiendo una gran tristeza por ella pero comprendiendo bien que a pesar que ella misma habia sufrido no se comparaba a lo que Maeve habia sufrido y la guerrera seguia tan fuerte de voluntad a pesar de ello. Por eso ahora pensaba que lo mejor seria seguirla a donde vaya.

Tantas cosas tenia para decir pero Roderigo se estaba tomando la molestia de explicarles varias cosas de su nueva existensia, por lo que la ex-novicia guardo silencio hasta que este terminara. "Le vuelvo a agradecer que se tome tanto tiempo con nosotros, Roderigo." dijo sonriendo agradecia brillando con un poco mas de confianza.

Mabuz escuchaba atentamente, toda esa información podía serle muy útil en su nueva "vida", estaba claro que eran unos recién nacidos y ,como se había demostrado dos veces, que estaban indefensos ante sus "mayores". Había estudiado mucho acerca de demonios, brujas, fantasmas, el inframundo, los ángeles...incluso el strigoii, como decían en rumanía. Imaginaba que casi todo eran leyendas, como que se pudiera matar a un strigoii metiéndole ajo en la boca, pero veía que otras cosas eran ciertas.

Ewald se había mantenido callado rumiando la información que tan amablemente les estada dando Roderigo. Agradecía todas las cuestiones planteadas por el resto de compañeros pues eran bastante similares a las suyas... a excepción de un punto de que el resto no parecían ser conscientes. Cierto que por lo descrito por su anfitrión actual, todos deberían realizar pequeños ajustes en su estilo de vida, pero ¿qué iba a ser de él? Ni siquiera él mismo se reconocía, sus deformidades indicaban que había sido el más desafortunado de todos, cuando todos saciaron sus curiosidades y sus inquietudes fueron calmadas en un leve susurro preguntó:

- Perdonar si soy egoista en mi pregunta pero ¿que hay de mi aspecto, ¿será permanente?, me han condenado a vivir recluido, para no mostrar mis deformidades...

Callé y escuché pacientemente mientras Roderigo respondía a las preguntas que todos habíamos planteado en voz alta. Quise llorar, al escuchar que era mejor mantenernos lejos de las iglesias, pero me contuve recordando lo que había contado Maeve tan solo unos instantes atrás. No podía venirme abajo cada poco, tenía que seguir adelante. Primero tenía que acostumbrarme a... toda esta nueva vida, luego, buscaría arreglar la anterior.

De todo lo dicho por Roderigo, hubo un punto que hizo que viese un poco de luz. Las habilidades. Había algo a favor. Tendría que intentar averiguar la mía propia.

No pareció sorprendido por la respuesta, pues no fueron pocas las tribus comedoras de corazones que había cruzado en su gran viaje, si era poderoso, humano debía de ser. Sí se mostró sin embargo disgustado, pues no había conseguido recuperar sus terrenales ataduras a sus antepasados. Comenzó a realizar entonces una ingenua búsqueda por la sala mientras escuchaba las palabras del resto de ahora condenados. Susurrando de cuando en cuando frases inconexas fruto de las palabras que procesaba su mente. Condenados… como condena es la propia muerte, ahora es la oscuridad, apartados de la luz, de no estar muertos quizás solo seríamos apagados. Cual complejo patrón, llegaba a repetir incluso los lugares en los que ya había revisado, con la corazonada de que sus cosas hubieran regresado a ese lugar por sí mismas, frustrando cada vez más tan pesada tarea. Las palabras de las guerrera parecieron animar su murmuro. Eso es, un don, así lo ven los que ya estaban apagados en vida, poder eterno a un precio, alto, bajo, qué más da, ya no debemos temer nuestra antigua especie, ahora es sustento y presa, ahora son seres inferiores. Dios y monstruo en un mismo ser, como ángeles caídos, malditos divinos. Poco a poco parecía asimilar y suponer cosas sobre el nuevo mundo que se le había presentado, más allá incluso de las valiosas lecciones que Roderigo había compartido con ellos. Presentándoles una oculta burla de la realidad que creían conocer y más aún siendo consciente que todavía eran engañados en esta nueva por otras incluso más lejanas. Entre su confusión, cuando parecía desistir en su búsqueda, se acercó a Roderigo consternado para volver a preguntarle. Es importante que encuentre mis cosas, las necesitaré. Compartida su preocupación se dispuso a salir de la sala para continuar su ardua búsqueda en el resto del castillo, a través de los sirvientes o dejándose llevar por su propia intuición, fuera como fuera, necesitaba encontrar su legado.

-Temujin -lo llamé entonces, viendo lo que atormentaba el corazón del oriental- nuestras cosas no están aquí. Seguramente se encuentren en el Castillo ahora abandonado de Giovanni, nuestro enemigo. Y creo que si debemos encontrarlos, ése es también el lugar donde deberemos buscar en un principio, al menos para intentar ver a dónde llevan los pasadizos por los que escaparon. 

Tras esta explicación, que se me había ocurrido sobre la marcha mientras hablaba, volví al tema que quería hablar desde el principio.

-Yo también quiero recuperar mis cosas. Mi escudo lo hizo mi hijo, él lo pintó. Y las espadas fueron el regalo de bodas de mi marido. Además, los adornos que llevaban me los había regalado uno de mis hermanos. Pero están allí, en el Castillo de Giovanni, con el resto de vuestras cosas. Si quieres, cuando vayamos, puedo ayudarte a buscarlos; hasta entonces deberías estar tranquilo y centrarte en estas cosas, en las más urgentes. Aquí no lo vas a encontrar, pero te prometo que los buscaremos cuando vayamos allí -terminé con una sincera sonrisa. 

Has dicho "No Somos" ¿Entonces vuesa merced también es un... un Vampiro?

El hombre sonríe ligeramente- demasiado tiempo conviviendo con ellos que ya tengo la costumbre de hablar de esa forma. No, no soy un no muerto, y ruego a Dios no llegar a serlo nunca. Pero les sirvo, y vivo de su sangre, lo que me da la fuerzo del mismo Diablo. Me basta con que su sangre no envenene mi alma, y con que mi Salvador cuide aún de mi.

- Perdonar si soy egoista en mi pregunta pero ¿que hay de mi aspecto, ¿será permanente?, me han condenado a vivir recluido, para no mostrar mis deformidades...

Lo siento, pero la deformidad de tu rostro y cuerpo es permanente. Es algo propio de tu clan, el Nosferatu. De todas formas no te preocupes, hay habilidades de este clan que pueden ayudarte a ocultar tu rostro. Solo es cuestión de tiempo que las aprendas.

"Lucha entre clanes... Pero, Giovanni habia logrado reunir a 12 vampiros, trece contandose a si mismo, y de hecho podría asegurar que eran de trece clanes distintos. Quizá tenian sus discusiones, pero sin duda sabian trabajar juntos ¿Es esa la lucha de clanes?"

"¿Y cuantos clanes existirán?"

Hay catorce clanes en total. Y no, los planes de Giovanni creo que van hacia otros derroteros. Pero de eso yo no os puedo informar.

Temujin, lo siento, pero debéis hacer caso a la señorita Maeve. Vuestras pertenencias por el momento no podréis recuperarlas. Y me temo que no os dejaremos salir del castillo asi porque. Tened paciencia y tarde o temprano las recuperaréis. 

Se hace tarde, y creo que es un buen momento para descansar.  Dirigíos hacia esa puerta y bajad las escaleras. Llegaréis a una gran sala común subterránea con catres. 

Ya podremos seguir hablando mañana por la noche y ruego porque vuestro sueño sea el tranquilo  sueño de los ángeles.

Asentí ante las palabras de Roderigo, cada vez me costaba más mantener los ojos abiertos, era como si un extraño sopor se hubiese apoderado de mí. 

-Vamos, muchachos... -dije, abriendo aquella puerta sin vacilar- hemos vivido demasiadas emociones para una vida entera... mañana será otro dí... otra noche. 

"¿Todos juntos?" digo un tanto incrédulo. La verdad es que es cierto que nuestra vida ha terminado, y ahora debemos de vivir de esta nueva manera.

Pero se me hace extraño la idea de que nos pongan a dormir juntos A HOMBRES Y MUJERES ¿Es que los vampiros no tienen sentimiento de la pudicia?

Me dejo llevar por Roderigo. Su sonrisa y su amabilidad dicen que es un aliado.
Pero no hace ni 48 horas, que nos llevó como corderos al matadero. Y que demonios: Efectivamente hemos muerto, y el no hizo nada por evitarlo. Si es para mejor o para peor... el tiempo lo dirá.

En nuestra habitación, busco algunos palos, para dejar unas sábanas a modo de cortina, para respetar cuanto menos la privacidad de las señoras ¡De hecho Maeve es una mujer casada¹! Y tanto Águeda como Imara pertenecen a órdenes religiosas.

"Bueno gentes... La pregunta es simple ¿Nos quedamos, o lo intentamos? No se que brujaría fue aquella del huevo de sangre que hizo la anciana, pero tengo claro que el dueño de este castillo... a el le da igual pisarnos la cara que mirarnos. Y nos permite vivir y nos deja este agujero, porque le somos de alguna utilidad" digo sentado en mi Catre.

Entonces me doy cuenta de una cosa: En este agujero, puedo ver perfectamente los detalles de esta sala sin luz... Puedo verlos a la perfección!

Miré a Carlos sin saber muy bien si agradecerle el gesto o reír. Me hacía gracia aquella idea de dormir separados después de lo que habíamos pasado ya, me resultaba una nimiedad comparado con todo lo demás; sin embargo, por otro lado, agradecía su cortesía. 

-¿Intentamos qué exactamente? -pregunté a mi vez- ¿salir? ¿Realmente crees que tenemos alguna oportunidad? Una cosa es ser un luchador y otra muy diferente ser un insensato, Carlos. No nos dejarán salir, queramos o no. Claro que sólo nos ha permitido vivir por interés, pero por el momento ésa es la situación, nos guste o no. Bueno pues, seámosle de interés. Hoy descansemos, mañana aprendamos todo lo que nos quieran enseñar, pasado vayamos a por Giovanni y después... después ya veremos a dónde queremos ir. Pero de momento eso queda lejos, hemos de recuperarnos y aprender a sobrevivir en esta nueva condición, creo yo. 

Imara lo sentia extraño que pudiera dormir ahora que se suponia que era un ser de la oscuridad. Pero igual no se resistio mucho a la idea sintiendose cansada mentalmente por todo lo que habia pasado en la noche.

"Gracias Don Carlos" dijo al ver como el hombre construia una barrera improvisada para que cada grupo tuviera la intimidad que necesitaban. Incluso lo ayudo un poco para que terminara mas rapido.

Luego se le quedo escuchando mientras sugeria intentar escapar, aunque por suerte Maeva intervino dejando una mejor razon para quedarse y esperar una oportunidad mejor. "Lo siento Don Carlos, pero lo que dice Lady Maeva me parece lo mas adecuado. Aunque sé como se siente, es muy extraño en aquella anciana y Lord Hardestadt no es alguien compasivo aun cuando nosotros no tenemos relacion alguna en ese complicto." comento suspirando mostrando mas del cansacio que le causaba todo esto.

Durante un momento las palabras de Roderigo me molestaron. Si bien estaba respondiendo una pregunta, no creía que, dadas las circunstancias, la frase "su sangre no envenene mi alma" fuese la más acertada. Rápidamente comprendí que realmente no estaba en posición alguna de protestar. Aquella falta de tacto sería la primera de muchas.

Seguí al resto a la sala común para descansar, dedicándole una sonrisa a Don Carlos cuando se preocupó por nuestra privacidad.

- Yo también creo que tiene razón. -Miré a Maeve mientras acompañaba lo dicho por un asentimiento con la cabeza.- Primero es mejor que nos conozcamos a nosotros mismos algo más antes de pisar el exterior, porque realmente no sabemos qué nos depara. Además, habiendo renacido -¿era aquella la palabra correcta?- hace tan poco... no creo que seamos demasiado poderosos. Y quién sabe cuantas... criaturas como nosotros pueda haber ahí fuera.