Partida Rol por web

Mis dedos recorren con delicadeza su barbilla y su cuello, admirandolo con el ansia lujuriosa de sangre, tan absorto que no parece que la este escuchando, pese a que tomo buena nota de los nombres que me dice, no creo que pueda sacar mas información útil de ella

-no te contengas, llorar te hará bien. Este es un mundo cruel e injusto y ls lagrimas nos permiten sacar algo de la amargura de nuestros corazones-

Acercandome a ella beso con delicadeza las marcas mutiladas en su cuello, hay ternura en mis gestos ya que esta niña, como casi todos los mortales, merece mi piedad. Y aunque el olor de su sangre inunda mis sentidos agudizados me contengo para darle tiempo a que llore mientas sigo dandole dedicados besos por toda su cara y su cuello

Es cuando considero que se ha desahogado que la vuelvo a mirar a los ojos

-Pero pese a tanta crueldad e injusticia hay una cosa que has de recordar siempre hija, Dios te ama. Nos ama a todos a pecar de nuestros pecados y las penurias que nos hace pasar.-

Tras esta pequeña muestra de sabiduria vuelvo a inclinarme sobre su cuello, mis colmillos atraviesan la fina piel con tanta suavidad como la que tenían mis besos. Y Cuando el calido nectar inunda mi boca he de obligarme a no beber demasiado, no creo que esta niña mal alimentada pueda darme mucho sustento sin poner en peligro su vida.

Una vez acabado este oneroso intercambio nuestro la arropo con cuidado y me marcho, dedicandole tan solo una última mirada. O eso pretendia, porque ya las sombras de los muertos se arraciman a su alrededor, como buitres avidos de carroña

-dejadla en paz, ella no es para vosotros, alejaos- con gritos y aspavientos consigo que se desvanezcan las sombras, sienta bien actuar de vez en cuando en vez de estar siempre fingiendo que no las veo.

"En fin, tendré que buscar a Aricia"

Sin mas bajo a la planta baja del local

Milos acabó pronto con aquel muchacho. En un principio pensó compartirlo con User pero este parecía tener ciertos remilgos. ¿Sería por el muchacho en sí o por compartir el alimento con el gitano? Poco importaba. La sangre paró de fluir de las arterias del desdichado a la garganta del cainita justo en el momento preciso. La vida se le escapaba.

Milos sujetó el muchacho por debajo del brazo y le cubrió la herida pulsante con el cuello de la chaqueta militar que portaba. 

- Vamos... - sugirió. - Al río con él. Si alguien nos da el alto le diremos que está borracho. Apesta a vino barato y a taberna. Nadie sospechará. Luego iremos a reunirnos con el resto y esperaremos que ellos tengan algo más de información. Quizá más concreta. No podemos hablar de una noche nefasta pero igualmente ha sido poco productiva.

La sangre en el cuerpo de Toby no resulta especialmente nutritiva, esta claro que el chico no llevaba el mejor y más saludable estilo de vida, pero complace el hambre de Milos y los deseos de la bestia que todos lleváis dentro y tanto esfuerzo cuesta mantener a ralla. 

Al beber puedes catar en ella el amargo sabor del alcohol, un agradable matiz intoxicante que se transmite a tu cuerpo con cada trago* hasta sentir por unos breves instantes un leve mareo, nada preocupante y que no hubieras vivido con anterioridad al alimentarte de un borracho.

Después del beso, el ex-soldado inglés con los parpados medio caídos y apoyando prácticamente todo su peso en Milos, con dificultades para sostenerse en pié resulta fácil de manipular.

Si User decidiera colaborar, no sería difícil acompañar al desventurado Toby hasta las orillas del Tíber o algún canal, y darle un empujón.

Ya había saltado la liebre. Había algo interesante en la mente de estas prostitutas. Demasiado obvias y sencillas. Tampoco se puede pedir mucho más de una vida efímera y sin las oportunidades adecuadas.

- De temas estudiosos y teológicos, algo poco importante para la mayoría, pero destacado para algunos. - digo, respondiendo a Eliza.

- Por cierto, mi nombre es Aricia, Aricia Mytros. Estoy segura de que podemos llegar a un acuerdo, no encontrarás a muchas mujeres de mi posición en estos lugares y deberte un favor mío es una moneda que no oirás tintinear en los bolsillos de la mayoría de los borrachos del lugar, así que dame la lista y ya acordaremos un pago adecuado cuando lo necesites de verdad.

- Aw, vaya...

Se queja la chica, decepcionada de que no se tratara de un mapa del tesoro o una herencia pendenciera

- Será un placer, Aricia. Veamos...

Victoria entonces empieza a recitar con la ayuda de las otras dos, el listado de los mercaderes más notables que habitualmente acuden a los tres leones, o los nombres que se escuchan con frecuencia entre negociantes. Te hablan de varios de ellos, y a pesar de que muchos no parecen otra cosa que criados y pelacañas variopintos, de entre todos ellos te quedas con los siguientes nombres:

Bernini: asiduo al local, lleva los almacenes

Dominic: viajante francés que se dedica a la exportación

Ambrogino: negociante de la ciudad de buena familia probablemente

Miraballe: maestro jornalero del gremio de los alfareros

Mario: ciudadano respetable, mucho hablan de él para referirse a negocios y política Romana

Adonijah: judío cambista con influencia en su comunidad

Carlo: comerciante para distintas cofradías y conventos religiosos

Folieri: prestamista local y mecenas de artistas

Cuando le das permiso, la chica rompe en sollozos y todavía con lagrimas en los ojos escucha tus palabras y consejos antes de que le des el verdadero beso del vampiro.

Mientras bebes, sientes el contacto húmedo en la piel de Lucinda, son sus lagrimas todavía resbalando en silencio por su cara hasta alcanzar tus labios apretados en su cuello.

La pequeña, se queda en un estado de ensoñación, sedada y desnuda sobre la cama. 

En las habitaciones contiguas, los escandalosos gemidos de otras prostitutas te impiden escuchar otra cosa que no sean retazos inconexos de conversaciones triviales, de modo que te dispones a volver a la planta baja y buscar a Aricia.

La solitaria silueta de Giani se dibuja bajando las escaleras desde el piso superior de la posada.

En el salón principal de los tres leones, el ambiente ha cambiado bastante: la mayoría de mercenarios y viajantes han ido desapareciendo y solo quedan un par de borrachos, con la cabeza apoyada sobre la mesa y apresando todavía con sus manos las jarras que contienen los restos del preciado licor que los ha llevado a ese estado.

Solo queda una de las camareras y Frascatore atendiendo el local, y Aricia conversa con un pequeño grupo de prostitutas en un rincón de la tasca.

Al comprobar que la llamada Madame Cloaca sale corriendo voy tras ella sin perder un segundo confiando en poder seguirla el rastro por donde quiera que vaya e ir recortando distancias hasta atrapar a esa furcia.

Tras mis actividades en el piso superior me siento en una mesa vacia y espero a que Aricia acabe con sus pesquisas, cuando la camarera se acerca por si quiero algo niego esbozando una sonrisa amable

-gracias hija, ya he bebido bastante esta noche-

Y sigo esperando sin hacer nada mas que observar las sombras en las esquinas

Cojo al pobre desgraciado por un brazo  y ayudo a transportarlo hasta el rio para deshacernos del cadaver.No te creas que me emociona mucho que le encuentren muerto despues de haber sido visto hablando contigo y conmigo, no somos lo que se dice alguien que pase facilmente desapercibido.Miro a un lado y a otro y cuando no  venga nadie .Ahora compañero

El Castillo de Sant'Angelo, el principal elíseo del corazón de la ciudad eterna estaba bastante calmado esta noche. El día en que por fin te habían encomendado una tarea digna de tu rango.

Había sido el mismo Duque Folieri, el guardián del elíseo, quien había acudido a ti. Quizás porque eras de los pocos que se encontraban en el castillo aquella noche, o quizás porque quería comprobar tu potencial de una vez por todas.

"A faltado el respeto al príncipe Augustus mostrando una completa falta de modales y obediencia a los protocolos de presentación. Debe ser aleccionado."

Desde que te han dado el encargo te has estado moviendo dentro del elíseo, has hablado con la Dama Meníva y Dispenio, quienes se encontraban en el gran salón cuando llegaron Jäger y ese tal Sav al que buscas. Tus compañeros vástagos te han descrito a la perfección la indumentaria y aspecto del hombre al que buscas y te han contado que Jäger estuvo hablando con el Padre Tadeo, y que después de su conversación los tres salieron juntos del castillo.

Ya es tarde, así que decides regresar a tu refugio por hoy y procurarás citarte con Tadeo la siguiente noche con el objetivo de conseguir más información y cerrarles el grifo a la sociedad de vampiros romana a la extraña pareja; pero esta debe ser tu noche de suerte, pues al otro lado del puente Aelius ves pasar la figura solitaria del párroco al que justamente has estado buscando.

Sonrío amablemente cuando me dan la lista de nombres.

- Está bien, ahora he de irme, pero recordaré lo del favor. - digo, mientras me levanto de la mesa. - Ha sido un placer hablar con ustedes, mis buenas damas. Sólo una pregunta más. ¿No sabremos alguno de los apellidos de esa lista, no es así? - mi mirada inquisitiva se arrastra de una en una de esas mujeres. - Me daría muchas pistas sobre mi objetivo.

Ya el alba se acercaba y yo tenía más prisa por irme, pero una ultima pregunta podía ser respondida antes de abandonar la taberna. Por fin la noche había sido provechosa.

Aurelio podía ser un semiparia pero aun asi, intentaba tener (o como minimo aparentar cierta dignidad). Su no vida no estaba siendo fácil. No estar acostumbrado a ser el último mono, no ayuda. Siempre había pensado que ser un noble, significaba estar uno o dos peldaños por encima de la ... plebe. Ironías de la vida o de la no vida, ahora estaba en el escalafón más bajo. Pero su sino podía cambiar, y le habían dado una misión, una misión que podía hacer cambiar las cosas.

Otra cosa era que no le hacía ilusión, tal encomienda, pero a veces, había que transigir. Con apenas una noche por delante de su encargo, empezó a esbozar unas directrices de un plan. No podía enfrentarse a los cainitas, llevaba las de perder, así que era mejor acorralarlos, cerrarles puertas... y obligar al tal Sav a que pidiera disculpas públicas al Principe. Pero antes de empezar esas puerta, tenía que hablar con el Padre Mateo, el primer Vastago con el que hablaron la extraña pareja, y enterarse de lo que pudiera.

Si tenía mucha suerte, el propio Eliseo, las noticias volarian y se les cerrarían puertas. Quizas hablar con las Arpías pudiera ser un buen segundo paso. Pero ahora tenía que ser sutil, educado y no levantar suspicacias... vamos, él mismo. Se acercó al Padre Tadeo, lentamente, y dejó que este le viera. No se ocultaba.  Sin intentar aparecer una amenaza (algunos Vastagos interpretaban la minima cosa con la mayor suspicacia), le dijo al Padre, con su habitual educación y buena manera:

-Padre Tadeo, mi nombre es Aurelio,  me gustaría hablar con vos, si podéis hacerme esa merced... creo que hay algo que deberíais saber...

El hombre se quedó esperando la respuesta del otro Vastago.  

Alcanzar a Madame Cloaca no resulta una tarea nada compleja con su paso ranqueante, pero cuando ésta se da cuenta que Sav sale tras ella en cuanto empieza a caminar, la nosferatu se gira inmediatamente molesta.

- Maldito extranjero ¿Qué es lo que quieres ahora?

Camináis unos instantes hasta encontrar el río y sin dificultad, empujáis a Toby que no parece ser muy consciente de lo que ocurre a su alrededor a las aguas del Tíber. El cuerpo se hunde con un sonoro salpicar, pero los sentidos de User no detectan a nadie en las cercanías. Durante unos instantes fatales el río parece haberse tragado del todo al mercenario, hasta que entonces lo veis reflotar bastantes metros más abajo y contempláis como lo lleva la corriente.

Las chicas hacen un esfuerzo para pensar en la pregunta que les acabas de hacer, ves que les cuesta ponerse de acuerdo pero finalmente logran consensuar que el tal Adonijah se apellida: Von-Reuben, y que lo de Folieri es un apellido, pero que desconocen su nombre. Al respecto de los demás no tienen ni idea.

El padre se detuvo en medio del camino con su siempre inexpresivo rostro de amargura. Si tu aproximación le había sorprendido de algún modo, era imposible discriminarlo.

- Es tarde.

Son las únicas palabras que el viejo escupe con una clara pero tajante dicción. Si no le interesara lo que tuvieras que decirle, estás convencido que se habría largado y habría continuado con su camino, pero allí estaba: de pié como una escultura de cera mirándote fijamente con aquellos ojos opacos carentes de vida. Como si llevara una eternidad esperando en aquella precisa posición. 

Me acerco caminando a Giani, desde mi posición, sonriendo satisfecha. Una lista de nombres. Algo es algo. Seguro que alguno puede saber del libro robado.

- Por mí podemos irnos ya. El resto podría estar esperándonos

Vuelvo a ofrecerle mi brazo, para abandonar la posada, y dispuesta a ir al refugio.

- ¿Extranjero? - digo indignado. Nací aquí hace mucho tiempo así que no soy extranjero.

- No me gusta esa actitud. - le digo desafiante. No te he faltado al respeto así que no lo hagas tú.

- Antes has hablado con el Brujah. - prosigo. Ahora lo harás conmigo y soy bastante más directo y con peor carácter.

- ¿Vas a ayudarnos? - pregunto esperando su respuesta para proseguir.